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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

mil disuclpas por tardarme, espero que este nuevo capitulo sea de vuestro agrado.

 

 

 

Al escuchar la aceptación de Jaejoong, fue la primera vez que Yunho se quedo sin palabras. Estaba helado, su cuerpo no reaccionaba. Dimitía entre saltar de alegría o correr tras Jaejoong para decirle que había pasado la prueba y le creía. Yunho planeaba irse de Corea por un año al extranjero, pero sus planes habían cambiado. Se quedaría por más tiempo, solo para comprobar completamente que entre Junsu y Jaejoong no existía otra relación. Deseaba creer las palabras del más joven, en verdad lo deseaba, pero Jaejoong le había mentido tantas veces, que ya no creía una más de sus palabras.

 

Posó sus manos dentro de los bolsillos laterales de su pantalón. Se quedo algunos minutos observando las olas del mar, el cielo azul, mientras la brisa despeinaba su pelo. Cada golpe de aquella cálida brisa parecía una caricia,  como las suaves manos de aquella mujer. Aquella mujer que dimitía entre el olvido y el recuerdo.

 

Años largos en los que Yunho no pisaba la casa de la playa. Su padre había mandado a construir aquella mansión para el disfrute de la familia. Pero cada verano Yunho y Junsu siempre iban en compañía de sus sirvientes y Sebastián. Su padre siempre estaba ocupado en los negocios familiares y su madre lanzando su marca de ropa. Esa mansión era como una rosa espinada  en el corazón de Yunho. Apreciaba los momentos vividos en compañía de Junsu, pero a su vez las espinas herían su corazón.  Nunca tuvo el valor para llevar a aquella mujer a ese hermoso lugar. Siempre era un lugar solo para él y su hermano. Cuando ambos crecieron e intentaron seguir sus caminos la mansión quedo totalmente desolada, vacía y fría, por eso Yunho dejo de visitarla.

 

– Ahora estoy nuevamente en este lugar – suspiró Yunho mirando el claro del cielo <<“este lugar será mágico, será su refugio cuando estén escapando de los ruidos de la ciudad. Será nuestro refugio” >>  Yunho repitió en sus recuerdos las mismas palabras que su padre le dijo hace más de quince años, tiempo en el que se construyo la mansión – Padre… me sentía muy solo en esa enorme mansión, pero ahora… por extraño que te suene ya no me siento tan solo.

 

Yunho se quedó contemplando el horizonte, hacia el inmenso cielo. Deseando que su padre lo escuchase y aceptase sus disculpas, disculpas por nunca haber vuelto a la casa que su padre construyo para él. Disculpas por pensar en destruirla. Esa mansión nuevamente paso a ser su lugar favorito, su padre tenía razón era un lugar mágico, un refugio, un lugar donde podía estar junto a Jaejoong sin las irrupciones del mundo, solos los dos. Un lugar donde se olvidaría de sus problemas familiares, sus pesares y tristezas, los negocios, su venganza, un lugar donde podía estar junto a la persona que estaba ganando terreno en su corazón. Un lugar mágico para que la soledad de su corazón desapareciese.

 

 

*************

 

 

Him Chan levantó el cuerpo de Yoochun con suma facilidad. Lo cargo entre sus brazos y lo subió hasta su departamento por el ascensor. Subió hasta el veinteavo  piso. Cuando las puertas se abrieron Him Chan comprobó que no hubiese nadie en el pasillo y salió cargando a Yoochun.

 

Abrió la puerta de su departamento e ingreso con el hombre a cuestas. Cerró la puerta con sus piernas y se dirigió a su habitación. Una amplia habitación que daba a un balcón. Desde ella se podía ver las luces nocturnas de los demás edificios y como  la lluvia caía sobre la ciudad. La madrugada no tardaría en desaparecer para dar paso al amanecer.

 

Con un gesto de cansancio, Him Chan quito los zapatos a Yoochun, acomodándolos bajo su cama de dos plazas. Bastante amplia para su gusto, pero le gustaba la comodidad. Despojos a Yoochun de su tapado y del saco. Lanzándolos a un costado de la cama. Yoochun se retorció un poco, pero aún estaba dormido. Rodo hasta el centro de la cama, quedando boca arriba.

 

Sin omitir comentario alguno Him Chan se  quito el seguro del pantalón, lanzo su finísimo saco contra un pequeño sillón. Después gateo sobre su cama hasta llegar a Yoochun. Quien seguía durmiendo, sin percatarse del peligro que estaba por correr. Him Chan lamio sus labios casi saboreando el cuerpo del hombre tendido en su cama. Después acaricio la entre pierna de Yoochun. Friccionaba sobre la tela, rozando el miembro del hombre.

 

– Nunca lo hice con alguien más grande  – susurro en el oído de Yoochun – Deberías  sentirte halagado – siguió acariciando la entre pierna de Yoochun – Vaya que estas bien dotado. Te escogí bien – se felicito a sí mismo.

 

Yoochun no emitía ningún gemido, seguía durmiendo plácidamente. Eso molestaba a Him Chan. Le molestaba no estar provocando una erección en aquel hombre. Cuidadosamente desabotono la camisa de Yoochun. Acaricio el perfecto torso del más grande. Bastante amplio y formidable, del gusto de Him Chan. Después se monto sobre Yoochun para estar más cómodo y acariciar aquel pálido pecho.

 

Débilmente Yoochun se dio cuenta del peso extra que estaba soportando. Abre los ojos <<Jaejoong>> musita en sus pensamientos. Estaba viendo a Jaejoong sobre su cuerpo << ¿estoy soñando?>>  se pregunto a si mismo  cerrando los ojos. Cuando volvió a abrir los ojos no vio a Jaejoong sino que vio la angelical sonrisa de Junsu. Estaba bastante ebrio como para distinguir la realidad de sus sueños. Rápidamente cogió las caderas del supuesto Junsu para cambiar las posiciones. Yoochun no podía creer estar viendo a Junsu. Además ese Junsu le estaba sonriendo. Hace años que no recordaba ver la dulce sonrisa de Junsu.

 

Him Chan notaba algo diferente en aquel hombre. Parecía no estarlo viéndolo a él, sino a otra persona. Bruscamente el más mayor le rompió la camisa y comenzó a besarle el pecho. Him Chan solo podía gemir ante los roces de la boca de Yoochun.

 

– Aún sigues siendo tan lindo – dijo Yoochun mientras saboreaba el torso desnudo de Him Chan.

 

Victorioso Him Chan sonrió al sentir como  la erección del más grande chocaba contra su pierna. Cuando estaba por emitir un comentario, Yoochun lo calla con un beso apasionado. Después las manos de Yoochun se depositaron en la virilidad de Him Chan. Presionándolo entre sus palmas para subir y bajar al ritmo de sus besos.

 

– Aún sigues gustándome – dijo Yoochun pensando que estaba con Junsu. Otra vez sus labios cayeron en los del joven. Quien tenía la boca abierta por el cansancio, lo que facilito la entrada de la lengua de Yoochun. Lamia y exploraba toda la boca del joven.

 

<<Besa tan bien. Esta noche si elegí  un buen compañero>> pensó Him Chan besando más apasionadamente a Yoochun <<Puedo acostumbrarme a esto>> gimió el más joven mientras el más grande acariciaba su virilidad. Después de varios roces y besos, estallo su virilidad regando la de mano del más grande.

 

Besando con los ojos cerrados al supuesto Junsu, Yoochun notó algo diferente el cuerpo del antiguo Junsu. Toco el torso, parecía más amplio y musculoso. Las manos como los dedos eran bastante largas. Desconcertado  abrió los ojos, asombrado descubrió que a quien estaba besando no era a Junsu sino a otro joven.

 

La sorpresa lo obligo a despabilarse de su borrachera. Asustado  se alejo del joven, apartando rápidamente su mano de la erección de más joven.

 

– Continua – dijo Him Chan acercándose a Yoochun.

– Tu… tu eres el muchacho del bar – dijo abriendo de par en par sus ojo, casi perdiendo la conciencia. Después de Junsu, él jamás había vuelto a tocar a otros hombres. Se sentía tan avergonzado, su mano aún tenía parte del líquido de aquel joven.

– Qué lindo que me recuerdes – sonrió sarcásticamente.

– Me… me drogaste – esa era la única explicación que Yoochun encontraba para haberse desmayado en el bar y aparecer en la cama con otro hombre.

– Yo no te drogue. Tu solito te desmayaste y te traje hasta aquí – se acerco a Yoochun – Para no ser ese tipo de hombres… si sabes dar placer, además besas muy bien- sonrió burlonamente - ¿En quién pensabas mientras me tocabas y me besabas?

– Eh… en nadie.

 

Antes de Him Chan volviera sobre Yoochun, a lo lejos se escucho el ruido de unas llaves provenientes de la puerta principal.

 

– Cúbrete – cubrió a Yoochun con las sabanas de su amplia cama. Aquellos ruidos pusieron nervioso a Him Chan – No hagas ruidos.

 

Yoochun no comprendía nada, no sabía dónde estaba, no sabía hasta donde había llegado con aquel joven. Lo peor no era el muchacho, sino haberse imaginado a Junsu. Su cabeza se le partía por una tremenda jaqueca. La borrachera estaba haciendo su efecto. Hace años que no bebía hasta perder la conciencia, pero el sentimiento de culpa lo empujo a la bebida.

Sin pedir permiso Yong Guk ingresó a la habitación de Him Chan. Quien estaba metido dentro de las sabanas impidiendo que Yoochun se moviera.

 

– Veo que estas con una acompañante – dijo Yong Guk imaginándose que su amigo estaba festejando con alguna mujer, como lo hacía frecuentemente. La mirada de Yong Guk fría y esquiva, estaba acostumbrado a las conquistas de una noche de su amigo.

– No hables muy fuerte está dormida – dijo Him Chan haciendo una señal de silencio con el dedo.

 

<< - ¿Dormida? Mentiroso, ni si quiera soy una mujer>> pensó molesto Yoochun, le molestaba tener que estar escondiendo bajo aquellas sabanas. <<- ¿Quién será aquel otro chico?>> se pregunto intentando no moverse. La vergüenza lo invadía y no quería que nadie más lo viese en ese estado.

 

Yong Guk traía  en su poder un ramo de rosas rojas. Flores que llamaron la atención de Him Chan.

 

– ¿Esas flores? – preguntó curioso levantándose y acomodar su espalda contra el respaldo de su amplia cama.

– Ah… estas son… bueno… son – se las deposito en las manos de Him Chan, junto a un paquete de terciopelo oscuro – Feliz cumpleaños.

– ¡Recordaste mi cumpleaños! – esbozo contento. Dudaba que Yong Guk recordase su cumpleaños, ya que siempre lo olvidaba.

– Claro que lo recordé, sino no te hubiese dejado salir temprano – dijo agravando su voz. Le gustaba hacer feliz a Him Chan, pero no podía dejar que su amigo lo supiese – Saldré por unos minutos cuando vuelva quiero que esa zorra se vaya de nuestra casa.

– No te enojes, tu también saldrás con alguna chica – intentó calmar el enojo de Yong Guk. Le encantaba ver aquella mirada reacia en el más alto así como escuchar el tono grave de su voz cuando estaba enfadado.

– Puede ser – agravo aún más su voz, acción que hacia cuando estaba realmente molesto –  Igual, cuando vuelva te quiero ver solo – volteo para retirarse.

 

Him Chan fingió aceptar lo propuesto por Yong Guk, asintiendo con la cabeza sin omitir ningún otro comentario Estaba realmente feliz, desde hace años que su amigo no le entregaba un regalo. Curioso reviso la caja aterciopelada y vio un ROLEX de oro. Justo el que meses atrás Him Chan había visto en una tienda, pero le era bastante costoso como para pagarlo. Sonrió ilusionado, las flores le parecían un poco cursis, pero Yong Guk era así. Duro por fuera pero dulce por dentro.

 

– Deberías dejar de buscar hombres en bares – salió del escondite entre las sabanas – Ese chico parece quererte – dijo acomodándose los pantalones y la camisa.

– Somos solo amigos – suspiro Him Chan – El no conoce mis gustos, si los supiera tal vez me odiaría.

– Entiendo cómo te sientes – suspiro melancólico. La misma sensación que tenía con Jaejoong.

– Ahora entiendo. Tú debes de estar enamorado de tu mejor amigo – chasqueo los dedos. Him Chan era muy inteligente y capaz de leer a las personas ya sea por sus gestos o palabras – Cuando me besabas te imaginabas a él.

–  ¡eh! – abrió los ojos sorprendido, pensando que aquel joven podía leer las mentes -  ¡Claro que no!

– ¿Entonces a quien te imaginabas? –  pregunto Him Chan, su curiosidad no lo dejaba en paz.

– No tengo porque decírtelo – se sentó sobre la esquina de la cama. Recordar a Junsu lo hería bastante y producía una pesadez en su corazón.

 

Him Chan se dio cuenta de la tristeza de Yoochun.  Se acerco hasta él y se arropo a su lado.

 

– Sabes, a mi Yong Guk me gusta, pero no sé si estoy enamorado de él.

– Aún así no deberías estar con otros hombres – regaño Yoochun, aceptando que aquel joven se acurrucara sobre su espalda.

– Quiero olvidarlo, por eso estoy con otros hombres – se recostó sobre la cálida espalda de Yoochun –  ¿Tú no has hecho lo mismo para olvidar a tu amigo?

– Lo hacía con mujeres – respondió Yoochun. No entendía porque hablaba de ese tema con un completo desconocido, pero necesitaba desahogar las tristezas de su pecho – Pero una vez decidí intentarlo con un joven. Un compañero de mis días de universitario. Era lindo, amable y muy dulce… junto a él me sentía bastante bien. Salimos un tiempo, pero después rompí con él.

– ¿No lo querías?

– No lo sé. Lo quería pero…

– ¿Qué sucedió?

– No me importaba que fuese hombre, pero si su posición social. Era  heredero de una fortuna inmensa. Yo no era nadie a comparación de él. Así que decidí terminarlo, además no quería ilusionarlo más de la cuenta.

 

A Yoochun le costaba recordar su separación de Junsu. Le dolía el pecho al imaginar como Junsu había intentado suicidarse por su culpa.

 

– No sé porque te estoy contando esto – cogió sus manos y las froto nervioso – No nos conocemos.

– Eso es lo divertido de hablar con alguien que no te conoce – abrazos a Yoochun por la espalada –  Yo no puedo juzgarte ni nada por el estilo porque no te conozco. Pero si puedo darte mi punto de vista.

– ¿Y cuál es tu punto de vista?

– Mientras me besabas imaginabas a ese otro joven ¿o me equivoco?

– Que hay si es cierto.

– Bueno, sientes algo por aquel joven tal vez  igual o más fuerte que el amor que sientes por tu amigo.

– ¿Amor? Eso es ridículo – se jacto de los dichos del más joven. Le parecía tan absurda aquella idea.

– ¿Junto a tu amigo eres feliz?

– Si

– ¿junto a ese joven eres feliz sin reprimir tus deseos?

– Bueno… si – dijo Yoochun algo desconcertado por las preguntas del más joven - ¿A qué viene esas preguntas?

 

Him Chan se aparto de Yoochun para tenerlo frente a frente.

 

– ¿Junto a mi eras feliz mientras me besabas y acariciabas?

 

Yoochun tardo en responder.

 

– Nunca me acosté con otros hombres. Eres muy lindo pero… – agacho la cabeza – No te estaba viendo a ti sino…

– Lo sé – asentó  Him Chan, entendía perfectamente los sentimientos de Yoochun – No me estabas viendo a mi sino a aquel joven. Lo quieres y solo él te hace feliz completamente.

– Pero a quien amo es a mi amigo

– Las personas tenemos miles de formas de amar, amigos, padres, hermanos… pero solo existe una persona de la cual vas a estar enamorado para siempre. Solo pensaras en ella y en nadie más. Solo el estar junto a esa persona te hará  feliz completamente.

– ¿Qué estas intentando decirme? – froto su barbilla, no entendía hacia qué punto se dirigía aquel joven. No había más verdad que su amor por Jaejoong.

– ¿Estás borracho? – palmeo burlonamente la espalda de Yoochun –  Porque no te escuchas un poco hablar, tú amas a tu amigo, pero nunca dijiste que estabas enamorado y  si ese fuera el caso… una persona enamorada hace todo lo posible por conquistar a la otra.  – arque ambas cejas –  Después cuando te pregunte si junto a ese joven eres feliz. Respondiste que sí.

– No entiendo a donde quieres llegar.

– Respondiste que eres feliz, tiempo presente. Eso significa que aún no lo has olvidado y de cierta manera aún ese joven te hace feliz.

 

Yoochun quedo helado con las conjeturas de aquel joven. Su amor por Jaejoong nunca fue correspondido. Nunca lucho por conquistarlo, solo lo protegía al verlo tan frágil. Tan distinto de lo que sentía por Junsu. Junto a Junsu podía sentirse protegido y querido, podía ser él mismo sin ocultarse detrás de una máscara. Aquel joven del bar  había visto lo que Yoochun jamás vería,  sus flaquezas y fortalezas.

 

– Aún estas confundido, mejor habla con tu amigo y replantea tus sentimientos. Si lo amas lucha por su amor y si no busca a quien realmente amas – dijo Him Chan ofreciendo a Yoochun una copa de whisky.

– Tienes razón – Yoochun rechazo cortésmente la bebida. Estaba decido a aclarar su sentimientos. – Eres un buen chico, deberías hacer lo mismo con la persona que amas.

– Ya lo hice – esboza una frágil risa, casi traviesa ante Yoochun.

– Fue un placer conocerte – hizo una reverencia ante el joven – Mi nombre es…

 

Him Chan interrumpió la presentación de Yoochun.

 

– Dejémoslo así… si se tu nombre puede que me ilusione contigo. Es mejor el anonimato.

– Al menos dime tu nombre si no quieres saber el mío.

– Kim Him Chan – hizo una reverencia – Es un placer haberte conocido. Si nos hubiésemos cruzado antes, ten por seguro que también me hubiese enamorado de ti. Nunca hubiese permitido que te alejaras de mi vida, eres un buen hombre.

– Gracias – hizo otra reverencia para despedirse.

 

 Bajando del ascensor y regresando al departamento estaba Yong Guk, quien olvido su celular. Del departamento que compartía junto a Him Chan sin desearlo vio salir a Yoochun.  Ambos hombres se cruzaron en el pasillo, Yong Guk  quedo observándolo mientras tomaba el ascensor del cual había descendido segundos antes.

 

Molestó Bang camino hasta el departamento. Sus pisadas eran como si desease romper el suelo. Realmente estaba molesto. Cuando ingreso a la habitación noto que Him Chan estaba probándose su regalo frente al espejo. Le encantaba ver ese ROLEX en su muñeca.

 

– Volviste muy temprano – dijo Him Chan enseñando su nuevo reloj.

– ¿Tu zorra se fue? – dijo con un gesto de desdén. El corazón le latía rabioso.

– Si – miro su reloj, casi la madrugada – Es hora de dormir.

 

Yong Guk no podía creer la manera en la que Him Chan se comportaba. Desde que lo conocía era un hombre que rara vez se juntaba con las mujeres o solo tenía conquistas de una noche, eso no le llamo la atención ya que siempre estaban juntos. Pero haber visto salir a un hombre del departamento y que su amigo le mintiese, hacían hervir su sangre.

 

– Si querías experimentar con un hombre debiste decirme.

 

Al escuchar a Yong Guk, el cuerpo de Him Chan se helo y una corriente eléctrica atravesó su corazón. Tímidamente volteo hacia su amigo.

 

– ¿De… de que estás hablando? – dijo girando los ojos, estaba realmente nervioso. Pensando que aquel hombre se habría cruzado con su amigo en el ascensor o el pasillo del edificio.

– No me molesta que lo hagas con mujeres – froto su pelo despeinándolo – Pero entiende que no soporto que alguien  te toque – cogió a Him Chan de la cintura – Si querías experimentar con alguien hazlo conmigo, pero no con otros hombres.

– Yong… Guk –  esbozo tímidamente. Agacho la mirada, nunca había imaginado escuchar a su amigo decirle tales palabras.

 

Yoochun abandonó ese edificio. Bastante lujoso para su gusto. De cierta forma la borrachera estaba pasando. Si bien siempre tuvo resistencia a la bebida y rara vez  se  emborrachaba, agradecía a aquel joven del bar que lo despertase de esa estúpida somnolencia que había tenido desde hace años.  Embriagado con las confusiones. Miro su reloj de mano y noto que faltaban minutos para el amanecer, un nuevo día llegaría. Ese día Yoochun estaba más sobrio  que nunca, aún tambaleaba  por los efectos del alcohol en su sistema nervioso, pero ese día estaba más lucido que cualquier otro hombre.

 

Notas finales:

Bueno, un nuevo día un nuevo cap. Wooo (n_n) leí todos vuestros comentarios, se que esperaron bastante por algo así, tal vez me odien pero no es mi fuerte el romanticismo, me cuesta horrores escribir escenas románticas.

Espero que le haya gustado el capitulo. Nuevamente agradezco todos vuestros comentarios. Me disculpo si tardo en actualizar, pero estoy en un proyecto literario – ayudo a un amigo – así que por eso tardare un poco más.

Tengan en cuenta que leo todos vuestros comentarios, se que quieren leer más romance, que les gusta el capitulo, les encanta y emociona, me dan las gracias por compartirlo o escribirlo, hasta me felicitan y me piden que lo continúe pronto. La verdad eso me anima a seguir escribiendo. Como mencione en algunos comentarios continúo con el fic por vosotras y mi hermana – mi queridísima hermana- La verdad os doy las gracias y prometo dar lo mejor de mi imaginación para que el fic os siga gustando como hasta ahora.

Nii-Chan (n_n)  siempre aprecio vuestra compañía y vuestros ánimos. Otra razón por la que sigo escribiendo eres tú.


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