Fue tan fugaz el roce de los labios de Yoochun contra los de Jaejoong. Aún así el más bajo pudo sentir el sabor a soju de la boca de su amigo. Rápidamente Jaejoong se aparto de él, estaba realmente asombrado pues sus ojos parecían enormes platos blancos. Hizo varias reverencias pidiendo disculpas, pero Yoochun no parecía prestarle atención, su mirada estaba perdida en los confines de sus pensamientos.
- Lo siento – dice en tono culpable.
- Él tenía razón… – dice aún con la mirada perdida. Delicadamente acaricia sus labios, fríos y estáticos, como si besar a Jaejoong no significara nada. Ese beso le hizo recordar las palabras que una vez le dijo Him Chan. Rasco su nuca, frunció el entrecejo como si resignara sus propias convicciones.
- ¿Él, de quien hablas? ¿Estás enojado? Yoochun en verdad lo siento, no quise – cubrió sus labios, sintiéndolos fríos y estáticos como dos bloques de hielo tan diferente de lo que había sentido cuando Junsu lo beso y más cuando los cálidos y abrazadores labios de Yunho lo habían tomado por completo bajo el ocaso.
- Fue mi culpa – reacciono él, sonrió divertido acariciando el pelo de Jaejoong – Dime ¿qué sentiste?
- Eh… vergüenza – se sonroja.
- Jaejoong – endulzo el tono de voz – Sabes… te quiero, eres mi hermano del alma…
- Yoochun… ¿sucede algo?
- Jaejoong ¿alguna vez te enamoraste de alguien?
- ¿Por qué lo preguntas? – notó tristeza en los ojos de su amigo, esa mirada tan melancólica parecía perdida como si divagara con sus sentimientos – Supongo que no me he enamorado… ¿Tu estas enamorado de alguien – pauso – es por eso que bebes tanto?
- No lo creo – negó energético con una fingida sonrisa – Un amigo me hizo esa pregunta y no supe cómo responder.
Cuando Jaejoong estaba por preguntar otra vez, del umbral del salón sale Hyun Joong con un sequito de mujeres. Reclama haber sido abandonado en la fiesta. Cuando llego hasta ambos amigos noto extrañas miradas entre ellos, además estaban muy cerca uno del otro, para colmo Jaejoong lucia más tímido que de costumbre.
- ¿Qué hacen tan juntos? – reclamo llevando ambas manos a los costados de su cadera - ¿Jaejoong me estas engañando?
- ¡Hyun Joong! – protestó sonrojándose hasta las orejas.
- Esto no es tu problema – dice Yoochun mirando la hora en su reloj de mano – Debo volver al trabajo – mintió pues tenía el día libre.
- ¿Trabajo? Pero – intentó protestar Hyun Joong pues no quería quedarse solo.
Jaejoong vio la hora en el reloj de Yoochun, las 7 pm. Chasqueo los dedos y entro presuroso al salón.
- Bueno al menos me quedare solito con Jaejoong – sonríe victorioso Hyun Joong.
- Lo siento – hizo una reverencia ante Hyun Joong cogiendo su tapado– también debo ir a trabajar.
- Pero… pero hoy es tu día libre – hace una mueca con su labio inferior, quejándose.
- Sí, pero reemplazo a un compañero como camarero – hace una reverencia pues llegaría tarde – Su madre enfermo y él cuida de ella, así que me pidió el favor de reemplazarlo.
- Eres un niño tan bueno – acaricia juguetón el pelo de Jaejoong – Ven te llevare en el auto de Yoochun.
- ¿Por qué mi auto? – pregunta Yoochun casi gritando.
- ¡Estas borracho y no puedes conducir!
- ¡No estoy borracho y puedo conducir!
- ¿Quieres que te haga la prueba de la alcoholemia? En vez de sangre creo que debes tener alcohol – busca entre los pantalones de Yoochun las llaves del auto – Además eres un teniente de la policía debes dar el ejemplo – extiende su mano para que Yoochun le entregue las llaves, ya que su búsqueda por los bolsillos de su amigo había sido un fracaso – ¿Quieres provocar un accidente?
Al escuchar la palabra “accidente” el mismo Jaejoong convenció a Yoochun de que se fuera en un taxi hasta su casa así descansar. Yoochun no podía negarle ningún pedido a Jaejoong, así que le entrego sus llaves a Hyun Joong con la advertencia que si su auto tenía una abolladura, la más chiquita, lo colgaría. Además de Jaejoong, su BMW negro serie 7 modelo 99´ era la cosa que más amaba. Un flamante coche sedan negro de cuatro puertas con motor delantero longitudinal y tracción trasera, asientos de piel original, blindado con ventanas laminadas, reforzadas con fibra de carbón en placa anti balas, parabrisas frontal con salida de emergencia y neumáticos Run Flat de alta resistencia. Después de tantos años de trabajo duro Yoochun pudo comprarse su amado BMW negro. Así que Hyun Joong sonrió travieso asegurando que cuidaría del auto como si fuera suyo.
- No… cuídalo como si fuera mío – espeto Yoochun notando la descarada sonrisa de su amigo.
- Si, mi ebrio amigo, lo cuidare como si fuera tuyo – dio la razón pues sentía que Yoochun lo estrangularía.
- ¡no estoy ebrio!
Los tres rieron a carcajadas. Jaejoong apreciaba esos momentos que tenia con sus viejos amigos. La vida ahora le parecía tan calma, que le preocupaba que esa pacificar felicidad algún día se destruyera. Que un demonio regresase desde el otro lado del rio Han y lo destruyese todo.
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Él baja presuroso las escaleras, era tarde y debía volver a su casa, pero una noticia de último momento lo obligo a permanecer en las oficinas del la central de inteligencia coreana.
Dio zancadas contundentes con sus zapatos italianos que combinaba a la perfección con su traje gris oscuro. Más que el teniente en jefe de la central de inteligencia de la policía coreana, lucia como un modelo de pasarela italiana. Camino más presuroso seguido por otros oficiales. Con una mirada tan penetrante atravesó el umbral de la oficina de inteligencia solicitando más detalles de lo que minutos atrás sus empleados le habían anunciado.
- Teniente Han-Jung – hace una reverencia.
- Capital Cho – dice Junsu viendo a Cho Kyu Hyun quien es un miembro activo de la fuerza especial coreana.
- Haciendo un rastrillaje a una embarcación de drogas sobre el rio Han, cerca de Gagnam mis oficiales encontraron tres cuerpo totalmente desmembrados – dice el capitán con total tranquilidad pues estaba acostumbrado a esos caso – En minutos los forenses nos darán más detalles de eso cuerpos.
En los años que Junsu llevaba en la policía había visto y seguido casos de asesinatos, secuestros, violaciones, un caso más terrorífico que el otro. Si bien en esos años debía crear una personalidad más dura y fuerte como el capitán Cho Kyu Hyun, oír ese tipo de asesinatos estremecía su estomago.
Atravesando el umbral de la oficina ingreso el comandante Lee Eun Hyuk. Uno de los mejores policías de Seul, pues a pesar de no superar el metro ochenta y lucir un esbelto y delicado cuerpo, era más fuerte de lo que aparentaba. Su rostro parecía tan delicada con sus facciones, que quien lo viese aseguraría que era un modelo de alta costura y no el comandante de la central de inteligencia coreana. Su inteligencia y sus habilidades eran admiradas, a sus casi 30 años había logrado un legajo perfecto desde que ingreso a la policía, era famoso por sus lucha contra el narcotráfico y los crímenes sin resolver. Varios de los presentes, incluso Junsu, admiraban al comandante Lee.
Con un mirada fría y carente de emociones, el comandante Lee pidió a los presentes que tomaran asiento para explicar el informe que los forense redactaron. Bajo uno de los puentes de rio Han que conecta el norte con el sur de Gangnam aparecieron tres cuerpos flotando sobre su orilla. Los cuerpos estaban desnudos, dos mujeres y un joven, no superaban los 20 años. El comandante paso las diapositivas del las fotos que el equipo del capitán Cho tomo. Tenían el rostro desfigurado y cubiertas por manchones de sangre seca. Las dos mujeres tenían sus piernas entreabiertas y junto a sus descalzos pies había una bombachita amarilla. En las primeras pesquisas no reconocieron al joven, hasta ese entonces pensaron que eran tres jovencitas, hasta ahí todo indicaba ser el asesinato de tres prostitutas o tres turistas. Pero cuando se realizan las pesquisas en la morgue la supuesta tercer jovencita era un muchacho, puesto que al joven le rebanaron el pene. Repite hondo el comandante.
Las imágenes de la morgue casi hacen vomitar al joven teniente Han-Jung.
- No fue un simple asesinato – aclaro el comandante – A los tres jóvenes les falta el dedo índice de ambas manos. Sufrieron quemaduras en su espalda, diversas cortaduras, las mujeres no tiene signos de haber sido violadas, salvo el muchacho. Lo más curioso fue que los ojos fueron sacados de sus cuencas.
- Entonces descartamos un crimen pasional o algún sádico abusador desquiciado – dice el capitán Cho bebiendo un sorbo de agua.
- Los rostros están mutilados, totalmente desfigurados – agrega el comandante Lee – Hemos revisado las denuncias de desaparecidos y ninguno menciona a tres jóvenes, la mayoría son casos de simples adolescentes huyendo de sus casas.
- Los asesinatos son comunes en esta ciudad – dice el joven teniente revisando los informes – pero este es un asesinato diferente.
El comandante centra su atención en el joven teniente, quien en toda las pesquisas no había abierto la boca. Asienta para que Junsu continuara con sus conclusiones.
- Los cuerpos no fueron lanzados al azar al rio Han, el asesino quería que los encontremos. Con el fin de mostrar a alguien una advertencia.
- Exacto – sonrió satisfactorio el comandante, pues es lo que imagino que diría alguien tan inteligente como Junsu y en gran parte estaba en lo correcto – El asesino ó los asesinos querían que encontremos los cadáveres… la pregunta es ¿Por qué estos jóvenes?
La puerta de la sala de reuniones fue irrumpida por un oficial, quien casi sin aliento le informa al comandante Lee que encendiera el televisor. Lee Eun Hyuk enciende la enorme pantalla LCD que cuelga de la sala de reuniones.
“El rio Han uno de los símbolos dorados de nuestra ciudad ahora es escenario de un triple homicidio. Los cuerpos fueron hallados por la policía, un crimen digno de un asesino serial. Las víctimas eran tres jóvenes de nacionalidad China. Lee Suh Meg, su hermana Yu Lin y un muchacho Kim Tae
Varios funcionarios del Servicio de Investigación aun están investigando las pistas para dar con el asesino.”
- ¡¿Cómo sabes la identidad de esos jóvenes?! – reclamo el comandante Lee, pero los demás encogieron sus hombros temerosos de responder.
El teléfono celular del comandante Lee sonó, algo rabioso contesto la llamada. Asintió escuchando cada palabra que le decían desde la otra línea. La puerta de la entrada nuevamente fue irrumpida, un oficial ingreso de manera avasalladora llevando en su poder un sobre oscuro. El comandante cuelga la llamada y coge el sobre. Después de ver el contenido cierra el sobre y lo lanza sobre la mesa.
- ¡Manden a los oficiales a la estación de televisión y averigüen todo! ¡Después llamen al teniente Park!
- ¿Park Yoochun?
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El viaje al restaurante Palace Good en el flamante BMW duró solo unos minutos por lo que les dio poco tiempo para hablar. Pero Hyun Joong intento que Jaejoong le contase porque había dejado de trabajar para Kim Heechul.
Llegaron a la entrada del restaurante, Jaejoong sólo explico que era un trabajo temporal y que había terminado.
- ¿Cómo conociste a Heechul? – pregunta estacionando el auto.
- Un accidente… ¿Cómo lo conociste tu?
- En reuniones de sociedad. Es el hijo mayor del dueño del museo de Seúl, es heredero a una gran fortuna y trabaja en las empresas Han-Jung. Si él te contrato para trabajar ¿Entonces conociste a Han-Jung Yunho?
Jaejoong abrió presuroso la puerta para no responder. Hizo una reverencia y se despidió. No tenía intenciones de hablar sobre Yunho. Pero Hyun Joong bajo del auto corrió tras él, tomo su rostro entre sus manos y se inclino a besar sus labios. Jaejoong corrió su rostro, retrocediendo. Hyun Joong lanzo una carcajada. Estaba asombrado por la reacción de Jaejoong.
- Veo que te ha besado alguien – sonríe.
- ¿Eh? – se ruboriza hasta las orejas.
- Hacia esto siempre y tú te quedabas parado, sin reaccionar – palmea la espalda de Jaejoong – Como eras tan inocente y no retrocedías… me detenía, pero ahora retrocediste. Eso quiere decir que ya has besado a alguien.
- Llego tarde – hace una reverencia y sale corriendo hasta la entrada del restaurante.
Rápidamente el joven toma posición para reemplazar a su compañero en el servicio a las mesas. Cada noche desde que inicio, Jaejoong siempre había estado en la cocina, rara vez recorrió todo el lugar.
El Palace Good era un restaurante fundado hace más de cien años, un símbolo de la cocina occidental. Contaba con dos pisos, el superior era considerado VIP puesto que solo era reservado para los empresarios coreanos que recibían vistas del extranjero, la mayoría eran cenas de negocios para conseguir inversiones. Un salón VIP en donde solo la gente de mucho dinero podía usar las instalaciones. El piso inferior era para todo el público, desde turistas hasta ciudadanos que tenían el dinero suficiente para pagar una cena costosa. Mesas lujosas para cuatro o dos personas, hermosas decoraciones de luz clara y un piano en el centro que amenizaba la velada con su dulce música.
Jaejoong estaba acostumbrado a trabajar sirviendo en las mesas, pues hacia lo mismo en la cafetería de sus padres. Pero estaba pendiente del reloj que colgaba a un costado de la puerta. Por los cristales del restaurante la noche estaba bastante cerrada y fría. La gente pasaba abrigada hasta las narices para combatir el frio invernal, pronto las calles quedarían desiertas. Él sabía que una vez que atravesara la puerta el frio recorrería sus huesos sin importar cuánto cubriera sus orejas con el gabán negro.
- Kim – llamo el dueño del restaurante al joven, éste acudió inmediatamente – En el salón VIP – señalo las escaleras – Sube con estas bebidas.
Él no entendía porque su jefe le daba esa orden, pues eran sus compañeras las que siempre atendían el salón VIP. El dueño con un gesto seco le explica que el salón estaba siendo usado por un importante empresario reunido con unos estadounidenses, durante la cena guardaron compostura. Pero desde el último incidente con unos europeos de Ámsterdam que intentaron propasarse con sus meseras el dueño había optado por que algún joven remplazara a sus empleadas a la hora de servir las bebidas.
- Por eso desde ahora tú atenderás el salón VIP – entrego la bandeja con un Don Periñon. Animándolo a subir por las escaleras.
El joven subió por las escaleras, pero tenía una extraña sensación de que no debía subir ni un escalón más como si algo le estuviera advirtiendo de algún peligro del que debía huir. Tomó un respiro antes de abrir las puertas del salón VIP. Se escuchaba charlas en ingles de varios hombres, el sonido de los cubiertos depuestos para seguir con la conversación. Cuando entro con las bebidas aquellos hombres no parecían notar su presencia conversaban muy serios. Jaejoong notó que el anfitrión era el que estaba sentado frente a los norteamericanos, dando la espalda a la entrada del salón.
Jaejoong rodeo la mesa para depositar las bebidas. Se mantuvo cabiz bajo, procurando no interrumpir a los hombres de negocio. Cuando finalmente deposito la charola con la carísima bebida y las copas, uno de los norteamericanos coge su brazo, tomándolo por sorpresa.
- Where is the beatiful girl? – (Donde está la hermosa chica?)
Jaejoong queda completamente helado, como si su cuerpo se congelara, no por la pregunta del norteamericano, la cual no comprendía sino por quien estaba frente a sus ojos. Aquel hombre sentado de frente con las piernas cruzadas lo miraba frívolo e inexpresivo. El joven estaba a punto de salir huyendo, pero su cuerpo no respondía, su respiración acelero tanto como el latir de su corazón. Agradecía no tener las copas de cristal en sus manos puesto que por la sorpresa las hubiese tirado al suelo. <<¿De todos los lugares de la ciudad por qué tenía que venir a este? ¿Por qué este hombre esta de éste lado del rio Han?>>