Max Changmin invitó a su joven amigo a comer, claro después de tanto esfuerzo necesitaban comer algo más que simples latas de energizarte.
Ambos estaban sentados en la mesa de la cafetería, pero Taemin parecía seguir riéndose. Aunque se contenía para no soltar una enorme carcajada.
- No me gusta mucho el café – alego Max Changmin para evitar que Taemin continuase mordiéndose los labios para contener sus risas y al fin le contase el chiste del cual se estaba riendo – ¿Te molesta si pido otra cosa?
- No – negó Taemin guardando la compostura – A mí tampoco me gusta el café. Key-hyung siempre me obliga a beberlo para despertarme, pero tiene el efecto contrario – sonríe de manera risueña y dejando de lado sus ganas de reírse a carcajadas por la escena con Minho.
Una vez que ambos tuvieron sus pedidos en la mesa, Taemin dejo de reír a carcajadas.
- Eres un excelente bailarín – agregó Changmin con una deslumbrante sonrisa – Fue de mucha ayuda tu participación.
- No fue nada – sonrió bebiendo un sorbo de su bebida caliente, realmente necesitaba calmar su estomago. Sentía un extraño cosquilleo que confundió con hambre.
- Me sentía perdido porque mi bailarín principal se enfermo y no pudo venir al ensayo general – dijo con un gesto amable en su mirada – Por suerte te cruce en el pasillo y recordé que habías presenciado uno de mis ensayos.
- Es una coreografía un tanto difícil, pero no imposible – suspiro como si estuviera guardando algo.
- ¿Sucede algo? Te noto desganado, ¿es por mi culpa? – dice el mayor preocupado por el suspiro de su joven amigo – Lamento que hayamos amanecido en las instalaciones de la SM.
- No, me agrado ayudarte – intento despreocupar al mayor – Además no es la primera vez que amanezco en las instalaciones de la SM – bajo la mirada algo apenado – Es otra cosa la que me tiene de esta manera.
- Aunque no me consideres tu amigo – ladeo su tasa para agitarla antes de beberla – Si quieres puedes contarme.
- Hyung, te considero mi amigo – aclaró el más joven sorprendido de escuchar la palabras de su sunbae – Pensé que eras tú quien no me considerabas tu amigo.
- También pensé lo mismo, incluso que me odiabas.
- No te odio, Hyung – expresó algo desconcertado y después sonrió de costado – ¿De dónde sacaste eso?
- Fue la impresión que tuve la última vez que bebimos café en esta misma cafetería – encogió los hombros avergonzado por su estúpida deducción de que Taemin lo odiaba.
- Ah… ese día – él rasco su nuca y luego la inclino en señal de disculpas – Ese día estaba muy preocupado por un problema… el problema de un amigo – dijo lo ultimo muy rápido.
Curioso cómo es su costumbre, Changmin indago hasta que Taemin le contase sobre eso otro amigo en problemas. Sentía que le debía un favor pues Taemin lo había ayudado con el ensayo general para su gran concierto.
Un tanto desganado Taemin accede a contarle a su sunbae, pero no sabía si Changmin podría ayudarlo. Taemin admitía su inocencia, pero su sunbae era aún más inocente y tardaba en entender varias indirectas, en síntesis, era muy lento. El joven cantante pensaba que no debía decirle la verdadera razón de sus pesares, era mejor disfrazarlo en una linda historia de cuentos de hadas, así Max Changmin tal vez entendería mejor.
- Un amigo, muy amigo mío – alargo la última frase como si narrase una historia para un niño, en este caso era lo mismo pues Max Changmin se comportaba como un niño. Claro Taemin también, pero su sunbae era más infantil e inocente – Él está enamorado de cierta persona, pero esa persona no lo sabe.
- Y porque no se lo dice, no es más fácil – cogió unos pastelillos de queso y los devoró de un bocado.
- Ese es el problemas – despeinó su pelo de costado, realmente Max Changmin era tan lento como una tortuga vieja – Bueno… digamos que mi amigo no sabe si esa persona también está interesado en él – dudo en seguir hablando, más bien dudaba si su sunbae lo comprendería, pero la intrigante mirada de Max Changmin le decía que debía continuar – Veras… esa persona se comporta amable, bueno… muy amigable con mi amigo, pero mi amigo no sabe si ella es así con todos o solamente con él.
- Ah… entiendo – movió la cabeza con seguridad ante un Taemin que parecía que la mandíbula se le vendría al suelo – Tu amigo tiene miedo de estar haciéndose falsas ilusiones con esa persona por su amabilidad y también teme que si se declara puede ser rechazado.
- ¡Si, es eso! ¿Cómo lo sabes? ¿Le sucedió alguna vez?
- Bueno algo así – definitivamente después de su respuesta los ojos de Taemin casi salen de sus cuencas – Fue hace más de dos años. Estaba haciendo una entrevista para promocionar mi nuevo álbum en Tokyo.
Taemin casi dejo de respirara y parpadear para escuchar la anécdota de Changmin.
- La entrevista era para una revista, no recuerdo cual – rasca su nuca como si intentara recordad y vaya que necesitaba recordar – Como cambiaba mi estética de chico encantador a una estrella de rock más fría, decidieron hacer una sesión de fotos con una modelo. Creo que se llamaba Soo… - achica la vista como si intentara leerlo en sus pensamientos, pero no lo consigue – No recuerdo su nombre pero era muy bonita – pauso para tomar aire y no darle importancia al nombre de la modelo – La misma modelo era la que me hacia la entrevista. KangTa-hyung me dijo que fuera muy amable con aquella mujer y creo que fui demasiado amable – pauso penando su accionar haciendo una mueca – Con la excusa de conocer mejor la ciudad salimos, le compre un par de regalos como agradecimiento por invertir su tiempo en enseñarme su ciudad – su ánimo decayó aún más en su relato – No sé cómo ni cuándo, pero ella comenzó a decir que estábamos saliendo.
- ¿estaban saliendo? – preguntó Taemin recuperando el aliento.
- No, ella confundió mi amabilidad con una declaración de amor – rasco su nuca para desenconares – En la entrevista ella pensó que estaba intentando conquistarla cuando la halague por su belleza y encanto. En la salida por Tokyo fuimos a un parque de diversiones, como en uno de los juegos gane un anillo con forma de corazón se lo obsequie.
- Eso no es nada raro, con Minho hacemos esas cosas – agregó Taemin notando como Changmin le clavaba la mirada en forma directa como dardos – B… bueno lo hacemos para los Fanmeeting.
- Entiendo – sonrió amablemente como es su costumbre – En la entrevista habré dicho algo como: “cuando tenga una novia la llevare al parque de diversiones y para declararle mi amor le regalare un anillo”, o algo así. Así que ella lo tomó como una declaración – suspiró desilusionado al recordar la enorme confusión que había causado su amabilidad – Después aclare la confusión, pero ella se enojo conmigo.
- Te abofeteo
- No solo me abofeteo diciendo que era un maldito histérico…dijo algo más…- posó su mano bajo la barbilla intentando recordar – pero lo olvide. Nunca más volví a saber de ella – suspiró decepcionado al recordar aquel recuerdo de su joven pasado – Es por eso que tu amigo debe tener cuidado con la amabilidad de aquella mujer, puede que le guste o simplemente sea muy amigable y nada más.
El más joven acento con la cabeza. Después miró su reloj, aún tenía que volver al departamento y cambiarse la ropa. Antes de marcharse le pregunto a Max Changmin si podía darle un abrazo, a riesgo de ser atacado por aquellos imponentes hombres si tocaba al sunbae. Con total amabilidad, el más alto acepto el abrazo de su hobbae.
- Por favor habla con Minho y aclara la situación – susurro en los brazos de Max Changmin – o sino dormiré en la calle y ni Key podrá ayudarme.
El extraño petitorio del más joven dejo algo desconcertado a Changmin, así decidió buscar a Minho. Realmente no sabía de qué debían hablar con él, pero algo desde su interior le decía que el enojo de Minho era su culpa. Para su suerte no le fue difícil hallar a Minho, quien estaba en la sala de ensayo con las rodillas pegadas al pecho mirándose en el enorme espejo de la sala de coreografía con los auriculares al máximo de volumen <<- Se suponía que el que tuviera celos era él, no yo>> compenetrado en su música y en sus pensamientos el más joven no escuchó entrar a Changmin, aunque si lo vio refractado por los espejos.
Changmin tomo lugar junto a Minho, arrebatándole uno de los auriculares del oido.
- ¿Estás cansado? – pregunto apoyando su mano en el hombro de Minho, pero éste se lo aparto bruscamente – Taemin-shi me pidió que hablara contigo.
- ¡eh! ¡para contarme lo felices que son como pareja! – reprocho molesto evitando estar cerca de Changmin.
- Como pareja de baile – agregó el más alto.
- Lo sabia son pareja… ¿de… baile? – preguntó desconcertado.
- Sí, mi bailarín principal se enfermo y ayer era el ensayo general… así que Taemin lo reemplazo.
- ¿Es por eso que lo necesitabas con tanta urgencia?
- Si, como tú aún estabas haciendo tus sesiones de fotos no pude pedirte que me ayudaras – dijo con total tranquilidad, aún seguía notando una cierta frialdad por parte de Minho así que saco una caja rectangular dorada con letras plateadas que decían Bombones Suizos – Ten, quería darte esto.
- Choco… chocolates – dudo en coger la caja.
- Si – deposito la caja en manos de Minho – No cualquier chocolate, son bombones suizos de mi último viaje. Compré esto pensando en lo mucho que te gustan los dulces.
El enojo de Minho no podía durar mucho tiempo cuando su amado sunbae le estaba regalando una hermosa caja de chocolates finos. Además había pensado en él en uno de sus viajes. Sonrió levemente para mostrar su alegría.
- ¿Por qué me regalas algo si?
- Ha, ha porque sé que eres un goloso igual a mi – no pudo seguir explicando pues su teléfono empezó a sonar. Al contestar era KangTa furioso ya que Changmin estaba llegando tarde a la sesión de fotos - Si, si… estoy en camino.
Sin mucho que decir Max Changmin se despido de Minho, quien aún no sabía si saltar de alegría por el regalo de su sunbae o correr y darle un beso. Cuando al fin logro razonar, Changmin se había marchado. Acaricio ambos regalos con mucho afecto, se miro al espejo. Su patética imagen de perdedor había cambiado, ahora tenía la confianza necesaria para seguir.
- Taemin tiene razón, el sunbae a veces es muy lento… - sonrió confiado al ver en su reflejo el regalo que Max Changmin le había dado – Pero no hay nada que pueda hacer… simplemente no puedo dejar de amarlo.
Minho ese día estaba tan feliz que apenas recordó sus tontos celos por el maknae. Ahora entendía que su amigo jamás lo traicionaría, le era leal. Miro la pantalla de sus celular para ver la hora, 3pm. <<Debo volver al departamento y disculparme con Taemin>>.
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Jaejoong no podía creer en qué lugar se encontraba. Miro a su alrededor, un lujoso restaurante al este de Gagnam. Uno de los distritos turísticos más caros de la ciudad. Repentinamente recuerda ese lugar, fue donde Junsu lo invito a cenar en varias ocasiones, en especial ese día en que le regalo aquel colgante. Nuevamente no estaba vestido con el lujo y la elegancia de los comensales. Pronto el atardecer caería. Jaejoong no tenía tiempo que perder, ingreso al lujoso lugar, pero fue detenido en la entrada por el encargado. Aquel hombre lo miraba como a un insecto. Jaejoong torció el gesto y anuncio que era esperado.
- Su nombre – dijo en encargado con frivolidad a ver la forma de vestir del más joven.
- Kim Jaejoong – afirmó sosteniendo una bolsa de papel cartón.
El hombre busco entre la lista, una vez que lo encontró lo guio hasta la mesa donde debía ubicarse. Era evidente que no le agrada Jaejoong y que lo hacía porque era su trabajo. En otra ocasión hubiese sacada a aquel informal joven fuera del lugar.
Jaejoong tomo lugar esperando mientras escuchaba el silencio del lugar. Recordaba que las veces que había cenado con Junsu, siempre lo hacían en un palco privado. Era observado por todos los clientes, se tenso ante aquellas miradas <<-Me ven como una cucaracha>> pensó a medida que voltea hacia un costado, viendo hacia la entrada. <<-¿Por qué me habrá citado en este lugar?>> suspiro melancólico a medida que acomodaba la bolsa de papel cartón a un costado. En la misma llevaba un par de guantes y una bufanda.
En la cafetería de sus padres había recibido la visita de Heechul, éste le informo que Yunho lo estaba esperando en un restaurante. En un primer momento Jaejoong se negó, pero no podía huir por más tiempo. Necesitaba ver a Yunho y saber si lo que estaba empezando a sentir era real o solo una ilusión.
De repente Jaejoong levanta la vista hacia la entrada y logra verlo. Aquel hombre al que deseaba ver, su corazón latió sin razón alguna casi desbocándose. Un ligero cosquilleo nacía desde sus estomago y lo tensaba. A diferencia de las miradas de rechazo que sufrió, la gente observaba con admiración y encanto a Yunho. Éste lucía un traje oscuro bastante ajustado a su cuerpo, el mismo peinado de costado, caminaba con seguridad y un porte masculino imposible de no voltear a verlo.
Cuando Yunho capta la mirada del más joven éste sonríe abiertamente. Jaejoong lo nota y no puede más que agachar la mirada para sonrojándose.
- Veo que eres muy puntual – dijo Yunho notando como el más joven se ruboriza e intenta eludir su mirada.
Jaejoong sentía un nudo en la garganta <<- ¿Qué me sucede? ¿Por qué me siento ansioso con solo verlo?>> Volteo la mirada hacia el vidrio de la ventana, pronto el sol caería. Después regreso la mirada al más alto, quien seguía mirándolo fijamente como si estuviera escaneándolo.
- Déjate de rodeos y dime ¿Qué es lo que quieres? – preguntó fingiendo no importarle la mirada del más alto. Pero mentía, Yunho le importaba y mucho.
- Kim Jaejoong – dice de manera recalcitrante, notando que el más bajo se sorprende al oír decir su nombre – Eres la primera persona desde que nací que no puedo controlar.
- ¿Eso debería ser un halago? – pregunto con total indiferencia. Había logrado disimular la sorpresa que tuvo al escuchar su nombre pronunciado por los labios del más alto.
Unos segundo más tarde, él siente como si la mirada del más alto intentara leerle los pensamientos o ir más allá, tal vez llegar hasta su alma o su corazón. Él no podía evitar sentirse vulnerable frente a Yunho. Cansado de que Yunho no hablase y solo lo estuviese contemplando, él decide romper el silencio.
- ¿Qué es lo que tanto me miras? – preguntó fastidiado.
- ¿Heechul acaso no te informó a donde te cite? – preguntó a medida que señalaba el lugar.
- Si, lo hizo – respondió algo temeroso pues la mirada de Yunho lo intimidaba - ¿Por qué lo preguntas?
- ¿Por qué? – arquea ambas cejas como si la respuesta fuera tan obvia.
Jaejoong de alguna forma se sintió más intimidado con la mirada de Yunho que con los clientes del lujoso restaurante.
- Si tuvieras un poco más de respeto hacia mi – tuerce el gesto - Hubieras revisado tu apariencia al menos una vez antes de salir
Jaejoong se encoge de hombros ante las palabras de Yunho como si eso fuera un regaño, pero después vuelve a verlo a los ojos. Necesitaba saber si Yunho lo estaba menospreciando.
– No soy el tipo de hombre que invita a cualquiera a un lugar como este por diversión – dice sin alguna expresión en su rostro, lo que le daba más seriedad a sus palabras – ¿No tienes ropa que no haya visto? o ¿No tuviste tiempo? ¡Respóndeme! – mantiene su mirada frívola y recalcitrante con el más joven – ¡Acaso pedí verte en vano! – mira al más joven. Este tenía la mirada triste como si estuviese a punto de llorar.
- Me estas malinterpretando – dijo con la voz entrecortada mientras entristecía la mirada. Le dolían aquellas palabras, le dolía la forma en que Yunho lo estaba tratando – No vine a ninguna cita contigo.
La recalcitrante mirada de Yunho fue fatal para la autoestima de Jaejoong. Su corazón dejo de latir frenéticamente, agacha la mirada y tuerce el gesto. Por alguna razón después de que Heechul le anunciara de esa reunión con Yunho, él buscó entre su guardaropa mil combinaciones posibles para verlo, pero su ropa no era tan fina y costosa. Incluso busco algún traje entre la ropa de su padre, pero todo le quedaba dos talles más grande.
- Cualquier mujer que recibiera mi invitación estaría vestida con su mejor vestido, su más exquisito perfume y buscando llamar mi atención. Acaso no tienes consideración ¿Por qué no piensas en mí? – dice Yunho sin levantar la voz, pero su mirada bastaba para tensar el cuerpo de Jaejoong como sí realmente estuviese gritando a mil voces.
El más joven hundió sus ojos en sus manos que parecían temblar, si estaba temblando no era de frio o miedo sino de una inexplicable impotencia. Quería gritarle a Yunho que se callara, que había estado todo el día pensando en el mayor. Pero se trago aquellas ganas de gritar, pues no quería avergonzar más a Yunho.
-¿Piensas quedarte callado? – preguntó el mayor viendo a un totalmente sumiso y destruido Jaejoong. Sabía el efecto que tenían sus palabras, herir al más joven era su principal objetivo. Llevarlo al cielo para luego lanzarlo al los fuegos voraces del infierno. Poco a poco iría acabando con aquel joven. Lentamente su juego iniciaba.