La noche iluminaba la ciudad. El edificio de la SM estaba quedando sin empleados ya que todos marchaban a su casa para cenar con sus familias. Un grupo de jóvenes estaban en la sala de coreografía ensayando su nuevo paso de baile para su comeback. Cada uno había iniciado con las prácticas individuales y ahora estaban con las prácticas como grupo. Después del ensayo se tomaron un descanso antes de marcharse, ya que no podían amanecer nuevamente en las instalaciones de la SM.
- ¡Son unos mentirosos! – dijo Taemin con un grito que sobresalto al grupo. Todos voltearon hacia él y vieron que el más joven tenía en ceño fruncido en su celular.
- ¿Qué sucede Taemin? – preguntó Onew, como líder del grupo estaba preocupado por el pequeño maknae del grupo.
- ¡Eh! ¿No han leído las mentiras que publican en los foros de internet? – enseño la pantalla de sus celular a los demás del grupo Shinee.
- El triple homicidio a orillas del rio Han ha sido calificado como un sádico ataque de las antifans del cantante Max Changmin contra los fanáticos de él – leyó Onew horrorizándose ante cada palabra. Pero antes que continuase su lectura, Minho cogió el celular de Taemin con dureza.
“La policía encuentra en el hotel donde se hospedaban estos jóvenes entradas para el concierto de la famosa estrella Max Changmin. Dicho concierto sigue en pie, según el manager de la estrella Max Changmin, el señor KangTa: el concierto se realizara dentro de tres días.
Los atentados han trascendido la barrera de un simple grupo de antifans. El homicidio de esos jóvenes es aterrador, pero lo realmente macabro es el accionar de la estrella de rock Max Changmin, quien parece no temer por un posible atentado el día de su concierto. Es un joven que parece no temer el mismo destino para sus miles de seguidoras. ”
La puerta se abrió e irrumpió la lectura de Minho. Era el asistente del manager que les informó a los integrantes de Shinee que la camioneta estaba esperado para llevarlos hasta el departamento que todos compartían. Un pequeño regalo de la SM por su comeback.
- ¡Esto es una maldita mentira! – exclamó Minho con la mirada llena de angustia y rabia con las mentiras de aquellos portales de internet.
- El sunbae debe sentirse realmente abatido al ser acusado de la muerte de esos jóvenes – dice JongHyun mientras cogía la chaqueta de Key para ir hacia la salida.
- ¡Él no tiene la culpa de nada! – dice Taemin sabiendo que Changmin debía estar realmente angustiado, ya que el día en que bailó al lado del cantante éste le conto de su temor por un atentado durante el concierto.
- Debo verlo – se ordenó a sí mismo el más alto. Después increpó al asistente de su manager para que le dijese donde se encontraba Changmin.
- Él no ha venido a la SM – dice él mientras revisa unos papeles del itinerario de algunas estrellas.
- ¿Cómo que no ha venido?
- No se presentó en la SM y ha dicho que no vendrá, ya que todos sus ensayos se realizaran en el Estadio Olimpico de Seúl.
- ¿Dónde puedo encontrarlo? – preguntó desesperándose, no quería dejar que Changmin pasara por esas nefastas acusaciones solo.
El asistente dibujo una media sonrisa.
- KangTa-Hyung me ha pedido que lleve estas carpetas a la casa del cantante…
Minho no dejó que el asistente hablase arrebatándole los papeles de la mano.
- ¡Yo lo llevare!
- Pero… debemos volver al departamento – dijo Onew con voz firme para hacer entrar en razón a Minho.
- Hyung, por favor – rogó con insistencia a su líder – Solo será unos minutos. Quiero verlo, en verdad necesitamos verlos, debe sentirse muy solo en estos momentos.
- No te dejare ir – dijo el líder cruzándose de brazos con una gélida expresión en su rostro. Que dejo sorprendido a los demás miembros del grupo – No iras sólo, nosotros te acompañaremos.
- Yo sabía que Onew-hyung no sería tan cruel – dice Taemin sonriendo tiernamente, haciendo sonrojar al líder.
- Mejor nos vamos o me arrepentiré – dijo Onew cogiendo un tapado.
- El sunbae siempre nos apoyo en los momentos difíciles, es nuestro turno de apoyarlo en estos momentos – dijo Minho, pero lo que en verdad quería hacer era estar al lado de Changmin por siempre.
- Creo que Minho-shi quiere más que apoyarlo – se burlo Key y Jonghyun le cubrió la boca.
- Kim Ki Bum, en estos momentos Minho-hyung no está para esos comentarios – dijo Taemin con un seria expresión en su rostro.
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Camino por aquellos pasillos, Heechul parecía desfilar por ese lugar, aún siendo una clínica de reposo mental, él no se permitía perder la elegancia y la finura de sus pasos. Cada tanto visitaba a su madre en aquella clínica al norte de Seúl, pero ese día había ido a visitar a otra persona. La noche caí y no obtuvo mucho ya que antes de terminar su trabajo alguien lo había irrumpido. Salió del lugar recordando aquella escena, de no ser por su velocidad hubiese sido descubierto por el teniente Park Yoochun. Según había escuchado de Junsu, el flamante teniente Park había accedido volver al caso de Changmin.
Por pedido de Yunho, él había acudido a ese lugar, había visitado a la joven que intentó quitarse la vida cortando sus venas con un bisturí. Según Yunho esa jovencita debería saber al menos una pista para hallar al responsable de los atentados contra Max Changmin. En esos momentos Heechul sentía un repentino odio al teniente Park por irrumpirlo en en su trabajo. Pero no había sido una pérdida de su tiempo, ya que escondido bajo la cama, escuchó como el teniente interrogaba a la jovencita.
- Así que Hime-sama – repitió las palabras que la jovencita le mencionó al teniente Park. Cogió su teléfono y marcó el número de la única persona que podía darle datos precisos de aquella tal Hime-sama. Espero paciente a que respondieran – Necesitamos vernos, ven a mi departamento dentro de una hora – no dio tiempo a que del otro lado le confirmasen y colgó.
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Junsu no entendía que demonios se traía Yoochun para sacarlo de la cena con Soo Young. Lo que más le preocupaba era que ella le dijese a Mi-Rah sobre Yoochun. Torpemente se abrocho el cinturón de seguridad, imaginado los gritos de su madre cuando Soo Young le contase de la cita fallida.
- ¿Qué hacías con esa mujer? – preguntó Yoochun mientras subía el máximo de velocidad permitido, privilegios de ser policía.
El más joven miro de reojo al pelinegro, éste estaba realmente molesto parecía querer lanzar el auto a un precipicio.
- La pregunta es ¿Qué haces tú por el lado norte de Seúl? – miro las bolsas de compras que Yoochun dejo a un costado del embrague – ¿Desde cuándo bebes algo que no sea agua mineral? – preguntó con todo el sarcasmo de su voz. Ya que recordaba que Yoochun bebía en ocasiones muy espéciales, pero nunca en días de semana.
- Vengo de la clínica de salud mental que esta en este sector – dice notando que el semáforo estaba en rojo. Junsu lo mira en señal de no entender absolutamente nada – Fui a visitar a la jovencita que atacó a Max Changmin en el aeropuerto – piso el acelerador para pasar la carretera a toda velocidad – Mientras tú te citas con mujeres, yo trabajo.
- ¿Celoso? – preguntó Junsu no controlando sus palabras, el alcohol se le había subido muy rápido a la cabeza.
Yoochun respiro profundo, conteniendo las ganas de responder la pregunta de Junsu, no era tiempo de hablar de aquello con el más joven y menos estando ebrio.
- Llegue a la habitación y la muchacha me reconoció – dijo él y finalmente Junsu le prestaba más atención – estaba sujetada como un animal a la cama, cuando despertó me reconoció. Le pregunte sobre el día del atentado al cantante y ella se reí diciendo “falle” “le he fallado” – fijo su mirada en el semáforo que estaba en pasando al verde – Cuando le pregunte a quien le había fallado, ella me respondió asustada e implorando mi ayuda.
- La interrogaron muchos policías, pero ella solo guardaba silencio – dijo Junsu recuperando su sobriedad – No entiendo como ella hablo contigo.
- Me pidió que la asesine – presionó el acelerador al los segundos de ver la luz verde – Le dije que cumpliría su deseo si me decía a quien le temía – Junsu se mostro horrorizado al escuchar el relato de Yoochun – Ella susurro con miedo, una y otra vez “Hime-sama, Hime-sama” – suspiro agotado de solo recordar como la jovencita se retorcía en su cama repitiendo esas palabras – Los enfermeros llegaron y la sedaron.
Yoochun suspiró antes de seguir con su relato.
- Revise los informes de los forenses sobre la muerte de esos tres jóvenes, la forma en que fueron asesinados se asemeja a la forma de matar de los Yakuza de Tokio – explico viendo el camino
- ¿Yakuzas? ¿Cómo lo sabes? – preguntó Junsu.
- Mi padre investigaba a ese grupo en su juventud, he leído informes de sus técnicas de torturas y asesinatos – su mirada se perdió en los tiempos en que su padre estaba vivo – Recuerdo que había un rumor que decía que la líder de ese grupo era un mujer, la llamaban Hime-sama, que significa princesa. Nunca nadie vio el rostro de aquella mujer, pero el rumor que me llegó fue que aquella mujer fue asesinada por su propia hija.
- En los archivos de la central guardamos una foto de aquella mujer, pero una vez que murió nos fue difícil encontrar a la nueva sucesora – dijo Junsu recordando haber leído aquel extraño caso de matricidio que Yunho le contó hace algunos años. Si alguien conocía a la nueva sucesora de Hime-sama seria su hermano, no había otra persona.
- Revise esos archivos y la foto es falsa – Junsu se impresionó al ver que Yoochun había descubierto las pruebas falsas – Mi padre logró ser el único investigador en verla con vida. Pintó su rostro y me entrego la pintura con la verdadera causa de su muerte.
Junsu guardó silencio, intentando asimilar el relato del teniente Park.
- La mujer fue empujada por las escaleras por su pequeña hija de 10 años. Agonizó por horas y su pequeña hija solo observaba como su madre se retorcía de dolor. Cuando los Yakuza llegaron la mujer había muerto escribiendo con su propia sangre el nombre de su sucesora – la historia horrorizo a Junsu – La muchacha de diez años fue enviada al hospital psiquiátrico de Seúl, que resulta ser el mismo donde las jóvenes terminan suicidándose.
Sin darse cuenta el sueño empezó a ganarle, sus parpados se cerraron con pesadez y lo último que vieron sus ojos fue el rostro de concentración en Yoochun al relatar aquella hitoria.
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Sepultó la vista en la nevera donde descansaba una nota. Sus padres esa noche irían a una reunión de graduados. Hinchó sus mejillas mientras fruncía el entrecejo. Su mente no podía borrar la imagen de Yunho esperándolo afuera de su trabajo, con el corazón latiendo con fuerza se regañaba a si mismo seguir pensando en aquel hombre.
De repente el sonido de su aparato móvil lo sacó de sus pensamientos. Esculcó entre sus cosas para dar con el aparato, cuando lo halló noto que era un número desconocido. Siente un ligero escalofrió al contestar.
- Mira por la ventana – dice con la voz apagada, aún así Jaejoong logra reconocer aquella la voz masculina.
Jaejoong asoma su cabeza por la ventana del comedor que conecta con la calle. Una corriente eléctrica nace desde el fondo de su estomago al ver como los labios de Han-Jung Yunho se alzan formando una escueta y seria sonrisa. Al verlos sus manos tiemblan, dudando si debe colgar o seguir escuchando las palabras del más alto.
- Abre la puerta – dice Yunho con el celular a su oído – Por favor, debemos hablar – la esperanza en su voz es tan genuina que Jaejoong no se fía de sus oídos ni de sus ojos.
- Crees que soy un idiota para dejarte entrar a mi casa, no lo soy, así que olvídalo – irrumpe viendo como la mirada de Yunho se tornaba lastimosa – Si intentas ingresar a mi casa a la fuerza llamare a la policía.
- No creo que seas un idiota, sólo te pido que escuches lo que tengo para decirte y me marchare – dice como un susurro por el micrófono del celular.
Antes las suplicas de Yunho, Jaejoong siente un ligero deseo de escucharlo, su cuerpo tiembla viendo como Yunho estaba en la esquina de la vereda parado bajo las luces del poste que alumbraba cada noche. Una noche helada, pero Jaejoong no estaba dispuesto a retroceder y escuchar las mentiras de Yunho, su convicción era firme.
- Vete, no me importa si tiras abajo la puerta… No quiero hablar contigo – respondió con una fuerte convicción viendo por el cristal a Yunho. Mostrando una gélida expresión así el más alto comprendiese sus palabras y se marchase.
Cuando Yunho abrió la boca y dejo escapar su aliento, Jaejoong sintió que el corazón se le aceleraba.
- No me moveré de aquí hasta que decidas hablar conmigo.
- Haz lo que quieras – bufo molesto mientras corta la llamada y se da vuelta. <<-No me interesa lo que tenga para decirme>>
Regresa al comedor, enciende el televisor y se preparó para comer la cena que su madre le dejo en la estufa. Se limita a despejar su mente saboreando el delicioso platillo de fideos con algas mientras ve un programa de entretenimiento en el cual sale un video musical de Max Changmin. Siente la reconfortante voz del cantante y una escueta sonrisa de gusto se dibuja en su rostro. El programa termina y mira el reloj que estaba encima del televisor, 11:30. Media hora viendo otros programas, entonces Jaejoong siente que era suficiente para ir a su habitación y descansar para el día siguiente. Apagó las luces del comedor y encendió las de su habitación. La curiosidad de ver por la ventana picaba por sus pensamientos. Su habitación al igual que el comedor tenían vista de la calle <<-Tal vez se habrá marchado>> pensó mientras de manera sigilosa apartaba la cortina para ver hacia el exterior. Desde ese diminuto espacio miro de reojo y para su sorpresa Yunho seguía parado con la espalda apoyada contra ese poste.
El más alto miraba hacia su ventana como si lo viese, pero Jaejoong sabía que eso era imposible ya que espiaba de forma discreta. Lo que no sabía era que tras la cortina se dibujaba su silueta, la silueta de su cuerpo era lo que Yunho veía.
- Ya se cansara y se marchará – se dijo a sí mismo. El sonido de su celular anunciaba un mensaje, abrió la pantalla junto con el mensaje – Es de él – dijo mientras leí el mensaje “¿Seguirás negándote a hablar? Entonces me quedare aquí hasta que bajes a hablar conmigo”, Jaejoong bufo molesto y se recostó en su cama. Miró el rascacielos de su habitación – Debo pintarlo, la humedad se está colando.
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Parado en la calle, Yunho estaba intentando no tiritar de frio, pero le era imposible. Su abrigo era costoso y de diseñador, pero no parecía tapar el frio de la noche. Sus guantes parecían dejar penetrar al frio y sus dedos se congelaban, en un intento por calentarlas froto sus manos entre sí.
- Señor – dijo Bang viendo como su jefe parecía congelarse, una hora esperando era mucho – Debe volver al auto o se congelara, la temperatura está descendiendo por debajo de los cero grados.
- Aún no puedo – dice Yunho cruzándose los brazos así abrazarse a sí mismo para impedir que el calor corporal se disipara con el ambiente.
- No sería más fácil ir a buscar a ese sujeto – dice Bang quien no había dejado a Yunho sólo. Ambos habían estado esperando por más de una hora a que Jaejoong bajase.
- Si sientes mucho frio puedes marcharte, yo me quedare aquí hasta que él baje – dice Yunho viendo como Bang lo observaba con sorpresa. Yunho sabía que nunca había hecho algo semejante, pero no estaba dispuesto a asustar a Jaejoong con la brutalidad de sus hombres.
- ¡No lo dejare! – dice Bang agravando el tono de sus voz – Pero si usted me lo ordena ahora mismo sacare a ese sujeto de la casa y lo pondré a sus pies.
- Eres demasiado sanguinario cuando Him Chan no está a tu lado – Yunho sonríe de costado ya que esa era un verdad absoluta, solo Him Chan podía ablandar el duro corazón de Bang Yong Guk – Ahora que lo pienso – Yunho se mostró pensativo mientras veía en soledad a Bang – Hace días que no veo a Him Chan ¿Dónde está?
Bang agachó la mirada, ni él mismo sabia donde estaba Him Chan desde que lo echó del departamento. Tampoco tenía el valor de comentar su pelea con Yunho, ya que eran sus mejores hombres y no podían tener disputas.
- Seguro él está preocupado por ti – dice Yunho – Mejor regresa al departamento.
- Señor, No puedo dejarlo aquí sólo – dice Bang con pesadez, recordar la soledad de aquel departamento sin Him Chan lo entristecía.
- No te preocupes por mí – dijo Yunho en un tono amable, Bang y Him Chan eran como sus amigos más que sus empleados – Esperaré unos minutos más y me iré.
Yunho logró convencer a Bang de marcharse, antes Bang dejo las llaves del auto a Yunho y se marchó en un taxi <<-Después de todos el señor Yunho solo esperara unos minutos y se irá>> pensó él.
Un extraño sueño despertó a Jaejoong, al abrir los ojos vio el rascacielos de su habitación. Intentó ver la hora en la pantalla de su celular, pero recordó que lo apagó como precaución, así no ser llamado por Yunho. No parecía haber dormido tanto, ademad había dejado encendidas las luces de su habitación, para comprobar si era de día abrió las cortinas de su ventana. Se encontró con el paisaje nocturno, pero también con los débiles copos de nieve chocando contra el cristal. Su vista se humedeció viendo como los copos caían sobre la vereda, casi cubriéndola, pero eso no era lo importante.
- ¿Qué hace ahí? – se preguntó a si mismo viendo como Yunho seguía parado con la espalda recostada sobre el poste de luz. La nieve estaba agolpándose en la ropa del más alto como si fuera a enterrarlo vivo, apenas se podía ver el brillo de la hermosa cabellera. Jaejoong inmediatamente buscó su reloj de mano entre sus cajones. Desesperado logró hallarlo – 3:30 de la madrugada – repitió al ver la hora. Bajó presuroso de su cama sin tiempo a calzarse.
Jaejoong volvió a ver por el cristal, no se fiaba que sus ojos viesen a Yunho en el mismo lugar. Se negaba a creer que aquel hombre había cumplido su amenaza de esperarlo y menos más de dos horas bajo el frio invernal. Una ligera sensación de culpa se apoderó del pecho de Jaejoong, por más que intentaba negarlo lo hechos hablaban por sí mismo. Yunho permaneció por más de dos horas esperándolo, incluso bajo la nieve sin buscar a donde resguardarse.
- Vete, vete… ¿Por qué no te fuiste? – dijo Jaejoong entristeciendo su mirada al ver como Yunho cruzaba sus brazos tiritando de frio, como con cada respiración el cálidos aire de los pulmones de Yunho parecía transformarse en vapor chocando con el frio aire.
Jaejoong maldecía tener el corazón tan bondadoso, pero aún así desconfiaba.
- ¿Si es una trampa? – se preguntó a sí mismo, pero al ver como Yunho temblaba bajo la nieve rompió sus dudas.
Yunho sentía como el frio se colaba por sus huesos, no quería ver la hora de su reloj ya que temía perder la paciencia. Sabía que habían pasado horas desde que empezó a nevar, pero aún así su fuerza de voluntad no sería quebrada, esperaría hasta que Jaejoong bajase. Aunque en ciertas oportunidades maldecía al más joven por no bajar a pesar de tener las luces encendidas. Imaginando que Jaejoong lo vería y se apiadaría al verlo en tan deplorable estado, pero lo que él no sabía era que Jaejoong se durmió con las luces encendidas.
<<-¿Quiere castigarme?>> pensó Yunho mientras mantenía la cabeza agacha como si fuese una tortuga intentando meterse en su caparazón y protegerse del frio aire que inundaba las calles.
La nieve parecía no detenerse, Yunho estaba empezando a sentir como sus piernas se entumecía al igual que sus mejillas y labios. Para colmo Jaejoong no respondía sus llamadas, tal vez ese sufrimiento lo merecía al no poder expresar sus verdaderos sentimientos y lastimar de forma tan cruel a Jaejoong. Perdido en sus pensamientos tardo varios segundos en percatarse que la nieve había dejado de caer sobre su cuerpo, alzó la vista pensando que la nieve se había detenido, la vista se le nublo y una débil silueta se le puso en frente.
******continuara...