Presionó su mano contra su cuerpo. Retroceder. Eso no era algo que él pudiera hacer. Correr era una patética excusa tenerlo a tan escasos centímetros de atraparlo. Pero tampoco era una buena idea tenerlo nuevamente frente a sus ojos.
– Es bueno volver a verte – dijo con voz profunda viendo como el cuerpo del menor temblaba con su sola cercanía.
– Hola Hyung – Jong Up agitó la mano con timidez al ver miedo en los ojos de Him Chan. ¿Había sido una mala idea traer a su hermano para verlo?
– No esperaba verlos – fingió no importarle la presencia de Bang – Estoy muy cansado y…
– Debemos hablar – espeto Bang ganándose la atención de pelinegro. Him Chan había cambiado el color de su pelo, eso era algo que Bang no de jaba de observar.
– No hay nada de qué hablar, la ultima vez me dejaste en claro que no querías volver a verme – escupió el pelinegro provocado por su tristeza. Quería que Bang experimentara lo mismo, el mismo dolor que él había sentido ese día.
– Sólo serán unas palabras – suplicó Bang cogiendo de la mano al pelinegro.
– Estoy muy cansado – estiré el cuello por encima de los hombros de Bang. Del restaurante de la esquina vio salir una figura que claramente reconocía. <<Yoochun>> No podía equivocarse, ese hombre que era seguido por otro más bajo era Yoochun. Achico la vista para ver el rostro del acompañante de Yoochun, pero desde esa distancia le era imposible. Él era hombre y reconocía ese galanteo entre una pareja ¿Acaso aquel joven era con quien Yoochun saldría a cena? Juntos, estaba muy juntos. Como todo un caballero Yoochun abrió la puerta del acompañante e invito al otro joven a subir. Con un ruido sordo, su estomago le recordó le recordó su descuido al saltearse el almuerzo y ahora la cena. Ensimismado en sus pensamientos, se sobresalto al sentir la mano de Bang sobre sus hombros zarandeando.
– ¿Me estas escuchando? – dijo en tono preocupado – ¿Has comido?
– Eso no es tu problema – apartó las manos de Bang de su cuerpo con total fastidio. Por poco había bajado la guardia.
– Aún sigue siendo tan infantil – Bang rió con diversión entre dientes ganándose una furtiva mirada del pelinegro.
– Y tú sigues siendo un…
– ¡Basta! – grito Jong Up cansado de escuchar la pelea – Him Chan-shi por favor escucha al idiota de mi Hyung.
Bang no podía creer como su pequeño hermano lo llamaba de esa forma. Him Chan hasta reía divertido.
– Mañana – Him Chan se estremeció ante el carácter del pequeño Jong Up. ¿Cuándo ese niño que corría detrás de Bang había madurado tanto? – Hoy realmente no estoy de humor para hablar.
– Está bien – aceptó Bang resignado. Al menos tendría una oportunidad de volver a ver al pelinegro – Dime dónde estás viviendo así paso a buscarte.
– Con un amigo – respondió sin querer dar la dirección del departamento de Yoochun a Bang.
– El teniente Park Yoochun – dijo con certeza en el tono de su voz. Los ojos de Him Chan se crisparon ante tal afirmación, acto que hizo que Bang confirmara su afirmación – Tuve la desgracia de conocerlo – escupió con disgusto.
– Y yo tuve la suerte de conocerlo – devolvió el golpe. Him Chan no toleraba cuan agrio era Bang al hablar de Yoochun.
– Veo que no estoy equivocado – dijo molesto al ver aquella mirada oscura en los ojos de Him Chan. ¿Cuándo se rompió su amistad? – Me imagino que ese hombre conoce tu pasado.
– Bang – dijo tensándose mientras suavizó su mirada. No quería que Bang hablase de su pasado delante de Jong Up – Hablemos solos.
– Yo puedo esperar por allá – dijo Jong Up sabiendo que su hermano y Him Chan debían hablar solos.
– No hace falta – detuvo la ida del menor – Mañana a las 9 en aquella cafetería – Him Chan señalo la cafetería de la esquina. Sin darle tiempo a una respuesta al otro, él estiro la mano para detener un taxi. Para su suerte el taxi se detuvo frente a él. Con una ademan se despidió de Jong Up con su mejor sonrisa – Hasta pronto – evitó ver a Bang.
Bang Yong Guk sabía que merecía esa indiferencia y el mal trato de Him Chan. Pero aún así no dejaba de dolerle.
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Los labios de Junsu no podían despegarse de los de Yoochun. El aire estaba siendo escaso, pero aún así él no quería apartarse de Yoochun ni un segundo. Todo era tan maravilloso que no quería perder un solo segundo al lado de su amado, ya había perdido muchos años y no estaba dispuesto a perder más tiempo. Con movimientos algo torpes intentaba moverse para poder abrir el seguro del pantalón de Yoochun. Sus glúteos se balanceaban de un lado a otro y en el vaivén de su culo podía sentir el erecto miembro de Yoochun.
La calle por la noche era silenciosa, pero un bocinazo rompió ese silencio.
- Te dije que era un lugar muy incomodo – dijo él viendo por el crista rogando porque nadie hubiese escuchado el ruido, pero estaba sonriéndole a Junsu.
- No fue mi culpa – se sonrojo al darse cuenta de lo que había hecho – No puedo esperar más, quiero tenerte en mi interior – sentencio con lujuria en su mirada intentando nuevamente despojar a Yoochun de esos ajustados pantalones.
- Tus manos están temblando como la primera vez que lo hicimos – dijo deteniendo el avance de las manos de Junsu. Pero Junsu desvió la mirada – Lamento hablar del pasado, yo… – no terminó de hablar que Junsu le planto un beso en los labios.
- Es el pasado, pero en ese pasado te ame y ahora te sigo amando – susurro viendo con ternura a Yoochun. ¡Dios!, cuanto amaba a ese hombre.
- En ese pasado fui un idiota que estaba ciego – acaricio las mejillas de Junsu. Su piel seguía siendo igual de suave que la primera vez – Pero ahora mis ojos solo pueden verte a ti. En mi corazón solo existes tu – dijo con todo el amor que desbordaba de sus pecho mientras estrechaba a Junsu en sus brazos.
Junsu no tardo en corresponder el abrazo de Yoochun. Se sentía tan bien tenerlo así.
- Vamos al asiento de atrás – dijo Yoochun rápidamente al sentir los besos de Junsu por su cuello.
- No – Junsu se negó a levantarse de su posición mientras rodeaba con sus manos el cuello del pelinegro al mismo tiempo que fregaba sus glúteos contra la ingle de Yoochun.
- No sería agradable que nuevamente tu trasero tocara la bocina y el guardia de uno de estos edificios apareciera y nos viera en esta posición – le soltó Yoochun intentando reclinar el asiento, pero el aparato parecía no querer reclinarse.
- Eso sería muy excitante, antes sólo lo hacíamos en la habitación de la academia. Esta es la primera vez que lo hacemos en tu auto – dijo saliendo de esa cómoda posición que su trasero ya estaba adorando. En su rostro se vio una mueca de disgusto. Yoochun parecía no entenderlo – ¿Has tenido sexo con alguien más en este lugar? – se cruzo de brazos enfadándose al no escuchar una palabra de un estático Yoochun.
- Este auto es mi adoración – se inclinó lo suficiente para ver a los ojos de Junsu – Y para tu tranquilidad, nunca me he acostado con otro hombre.
Junsu frunció sus labios al igual que sus cejas.
- ¿Con mujeres?
- Eres el primero y el único con quien voy a hacer el amor en mi auto – respondió Yoochun quitando con sus propias manos el seguro de su pantalón dejando ver unos bóxer que ya mostraban su poderosa erección.
Junsu se limito a sacudir la cabeza, tratando de controlar sus celos hacia cualquier mujer que hubiese tocado el cuerpo de su Yoochun. Porque eso era aquel hombre, era suyo.
- Mi hermoso ángel – dijo Yoochun tomando la mano de Junsu y besándola para reconfortar esa inseguridad que veía en los ojos del más joven. Junsu apartó la mano y salió del auto.
- ¡Maldición! – Yoochun estaba listo para correr tras su ángel, pero se detuvo al ver que Junsu ingresaba al asiento trasero del vehículo.
- Vamos, házmelo – se quito los pantalones con tanta desesperación que apenas podía tomar posición en los asientos de cuero negro.
Yoochun no lo pensó dos veces. Como si fuera un ladrón de la noche se escabullo en su propio auto hasta quedar junto a Junsu.
- I’ll make love all night – (te haré el amor toda la noche) dijo Yoochun sonriendo por lo excitante de la situación. Hacer el amor en su auto y en plena calle. ¿Si alguien los descubría que vería? Vería a dos hombres follando hasta la muerte.
- Let me, let me – (házmelo) respondió Junsu catando mientras pasaba su lengua por toda la abertura de su boca.
- Sexy, you are very sexy – dijo Yoochun gateando hasta estar frente a los seductores labios de Junsu. Labios cual pétalo de rosa eran suaves y adictivos como ambrosia de dioses. Un pecado solo ver sin tocar y Yoochun no sería un pecador. Sus labios encajaban perfectamente con los del más joven, su lengua revoloteaba sumergiéndose en los océanos que la boca de Junsu regalaba.
Junsu se froto contra el pecho de Yoochun. Sus manos ya no eran torpes como la primera vez, sabia donde tocar para obtener lo que deseaba. Y no tardo en acariciar el erecto falo de Yoochun por sobre la tela de aquellos pantalones que empezaba a odiar.
Yoochun dejo que Junsu lo acariciase aprovechando el tiempo para desvestirlo completamente. Cuando al fin volvió a ver ese par de botones en tono rosa cual flor de primavera su miembro se puso duro como nunca le había sucedido al ver los pechos de una mujer. Sus ojos por un instante saborearon como aquellos pectorales subían y bajaban al ritmo de una agitada respiración. Sus labios cayeron en la caliente piel de Junsu saboreando cada parte de esos botones rosas, succionado, lamiendo y volviendo a succionar.
- ¡Ah! Yoochun… ¡AH! ¡Sí! ¡Más fuerte! – suplicó Junsu buscando más contacto sobre sus pezones sin dejar de buscar la forma de escabullir su mano para desabotonar el pantalón de Yoochun y acariciar ese pedazo de carne que tanto deseaba en su interior.
Yoochun apretó sus cuerpo contra el de Junsu quien tenía su erecto pene al desnudo y escurriendo un liquido acre. Simulando embestirlo aprieta el cuerpo de Junsu contra la puerta izquierda. La fricción de su caliente falo contra la desnuda piel de Junsu era excitante. Pero más excitante era escuchar la melodiosa voz de Junsu gimiendo su nombre y suplicando por más.
– Junsu… espera – pidió Yoochun al sentir que Junsu no esperaría por más tiempo – No… no tenemos lubricante.
– Ese no es problema – respondió Junsu empujando a Yoochun. Invirtiendo los roles.
Yoochun sintió como sus dedos eran succionados por la ardiente boca de Junsu. Una y otra vez aquella boca succionaba sus dedos con voracidad y seducción. El corazón de Yoochun latía tan presuroso que parecía querer salirse de su pecho y estrechar entre sus pliegues el cuerpo del más joven. Yoochun se preguntaba cuán bien se sentiría si aquella hermosa boca se engullía a su caliente falo. Y no necesito averiguarlo. El más joven le abría el seguro del pantalón y entre sus manos liberaba su ya duro pene. Junsu lo engullo de un solo bocado. Con la lengua jugaba entre su glande y sus pelotas, dejando un camino de saliva que hasta parecía brillar.
– Mnh… Junsu… detente – gimió Yoochun tirando su cabeza hacia atrás. Junsu continúo saboreando su miembro sin detenerse. Amor o no, su cuerpo y su corazón sólo clamaba por Junsu. En su mente, en su interior sólo se dibujaba la imagen de Junsu. Encantado, Junsu lo tenía encantado.
Volviendo su cabeza hacia Junsu, Yoochun lo miró con los ojos entrecerrados. Era tan excitante ver el vaivén de los labios de Junsu bajar y subir por su pene.
– Quiero vivir dentro de tu boca – farfullo Yoochun mientras enredaba los dedos en la sedosa cabellera del más joven. Sus caderas se movían como si envistiera aquella delicada boca, chocando una y otra vez contra la garganta. Escuchar gemir a Junsu con su pene en el interior de aquella preciosa boca lo encendía tanto que estaba por correrse.
– Vive dentro de mi – dijo Junsu liberando el pene de Yoochun dejando un rastro de saliva en ese pedazo de carne – Pero aquí – Junsu le dio la espalda y se monto sobre las piernas de Yoochun. Éste parecía realmente sorprendido por la actitud el mas joven. Las mejillas de Junsu aún estaba sonrojadas y su expresión era tan risueña que enternecía el corazón de Yoochun. ¿Cómo no amar algo tan hermoso y angelical?
Yoochun masajeo su propio pene viendo la seductora forma en la que Junsu le ofrecía su entrada.
– ¿Qué estás haciendo? – preguntó mirando por encima de los hombros como Yoochun rasgaba con sus dientes un envoltorio metálico.
– Necesitamos protección – dijo mientras liberaba el látex del envoltorio para ponérselo antes de penetrar a Junsu – Además no quiero manchar el tapizado del asiento. Es cuero original.
– Para tu información no he dejado que ningún otro hombre me tomara – dijo Junsu haciendo un pequeño puchero con sus labios. Él no quería que ese pedazo de látex lo separara de sentir en su interior la cálida piel de Yoochun – La última vez que tuve sexo fue hace dos años. Me hice un chequeo y estoy limpio.
Yoochun estaba por recriminarle a Junsu con quién demonios había tenido sexo, pero temía que la respuesta fuera Changmin. Casi estaba cien por ciento seguro de que esa sería la respuesta y era mejor no averiguarlo. Suspiró como si se diera por vencido.
– Vale – sonrió estirando el cuello para besar los labios de Junsu y así borrar ese puchero de descontento – Cada año también me hago un chequeo y estoy limpio – lanzó el pedazo de látex fuera de su vista y la de Junsu – Pero tu pagaras si tu semen no sale del asiento de mi auto – dijo en tono de advertencia, peor Junsu rio divertido.
– Sera un hermosos recuerdo – Junsu sonrió mientras giraba y se sentaba a horcadas a las rodillas de Yoochun – ¿Sabes lo que necesito? – susurro seductoramente mientras daba pequeños besos sobre los labios de Yoochun.
<<¿Dónde quedo mi angelical Junsu?>> se preguntó a si mismo Yoochun.
– No, pero sé lo que yo necesito y es a ti – Yoochun respondió con un sonrisa mientras frota su miembro para posicionarlo en aquel punto que deseaba como un loco.
Yoochun cogió su erección y la llevo hasta la entrada de Junsu.
– ¡Aaahh! – arqueo su espalda al sentir como el pene de Yoochun empujaba entre sus muslos – ¡Yoochun! ¡Aaaah! – Junsu gemía mientras empujaba sus caderas para que Yoochun se metiera hasta el fondo de su ser.
– ¡Shit! ¡You´re so strait! – murmuro Yoochun al volver a sentir aquella estreches rodear su pene – ¡Ah! ¡Yes! – gimió lujurioso al sentir aquellas calidas paredes rodear su falo.
– Aahh… Había olvidado que mientraas hacemoos el amor te gustaa hablar en inglés – dijo con voz ronca mientras apretaba su trasero contra la erección de Yoochun. Más, él deseaba más. Él adoraba sentir ese pedazo de carne en su interior.
– Junsu – susurro Yoochun buscando moverse en el interior de Junsu, pero era difícil en esa posición.
– Mi amor – mordió sus labios subiendo y bajando por todo ese pedazo de carne. primero lento, aún era doloroso, pero eso no importaba. Yoochun estaba en su interior y ahora era él quien mandaba y eso le agradaba.
– Yo no he olvidado lo hermoso que te ves cuando te estoy penetrando – movió las caderas así penetrar al hermoso hombre y recuperar el mando de la situación – Tu piel sigue siendo tan hermosa y suave, brilla. Tu belleza no se ha marchitado.
– Siempre tan romántico – llevó su boca lamiendo seductoramente el cuello de Yoochun. Pero Yoochun de inmediato reclamo aquella boca y Junsu se la dio – Siii… ¡ah! ¡más! ¡más! – suplico sin despegar sus labios del los del pelinegro al sentir como ese pedazo de carne duro y grande chocaba contra ese punto de placer que lo hacía gemir por más.
– ¡Oh! ¡Good! ¡Very good!– gimió sin poder controlarse y menos importarle si alguien además de Junsu lo escuchaba – ¡Beauty!
– ¡aah! ¡Mas! – sacudió la cabeza – Tan bueno… ¡Eres tan bueno! ¡te amo! ¡te amo tanto! – se apoyó sobre el hombro desnudo de Yoochun murmurando incoherencias que sólo él comprendía.
– Mírame – suplico Yoochun y Junsu lo observo – Yo… yo te… a – <<A… amo, te amo Junsu>> inclinándose, Yoochun besó aquellos labios con tanta delicadeza. Él temía que esos hermosos labios se destruyeran con su pasión.
Junsu profundizo el beso, desde un simple juego de labios pasó a una intensidad abrumadora, mientras su lengua perseguía a la de Yoochun sus caderas se movían al mismo ritmo que las penetraciones del más alto. Cada golpe de piel con piel lo llenaba de placer. Cada golpe daba en ese punto en su interior, un lugar que sólo el pene de Yoochun conocía y tenía acceso. Despacio y con delicadeza las manos de Junsu se desplazaron por detrás de Yoochun hasta que sus brazos lo rodearon por completo. Su cuerpo se estremecía de sentirse estallar y regar su esencia por el estomago de Yoochun. No. Él no quería acabar tan pronto. Se aferró con todas sus fuerzas al cuerpo de su amante.
Yoochun deslizo ambos brazos alrededor de la cintura de Junsu atrayéndolo más cerca para penetrarlo más profundo. Su propia erección estaba llena y la exquisita presión del interior de Junsu era tan excitante. Una y otra vez, saliendo y entrando tantas veces como él quería y como Junsu suplicaba
– Córrete para mí, Beauty – Yoochun exhala un suspiro llevando sus manos a coger la erección del más joven. Masajeándolo al mismo ritmo de sus penetraciones le sostiene por un instante la mirada y Junsu no puede menos que ruborizarse.
Unos segundos después, el cálido líquido acre golpea contra su estomago. Las piernas de Junsu se apretaron alrededor del él. Atrapado, Yoochun se sintió atrapado y no le importaba mientras fuera Junsu quien lo atrapase. Con un gemido suave se corrió. Junsu lo abrazo con más fuerza al sentir como su interior se llenaba con ese cálido líquido. Definitivamente amaba esa sensación y no quería que terminara.
La boca semi abierta de Junsu jadeaba con cálido aliento y no pudo evitar llorar.
– ¿Estás bien? – preguntó sin salirse del interior de su joven amante.
– Soy tan feliz – sonrió con toda la felicidad de su alma para aliviar un poco el rostro de preocupación de Yoochun.
– Tan frágil y hermoso – las manos de Yoochun acunó las mejillas de Junsu y lo atrajo hasta sus labios. Junsu era tan frágil y tierno. Si. Había sido un idiota en el pasado. Dejando pasar el tiempo para darse cuenta de cuánto amaba a ese joven de mirada angelical.
– No me dejes, no te vayas – suplico Junsu entre lágrimas temiendo que todo sólo fuera un sueño y al despertar Yoochun estaría alejado de su vida.
– No lo hare. Porque quizás… mi amor es tuyo – abrazo con amor el desnudo cuerpo de su amante – Hold me tight – (abrázame fuerte)