Yunho estaba mirando el cuadro que pendía de la pared de esa lujosa habitación de hotel. Atraído por el resplandor del nuevo día camino hasta la enorme ventana que daba paso al balcón. Estiró la mano y sin pensar, tocó el cristal con un dedo.
Acomodo el cuello de su desprolija camisa sin darle importancia a abotonar o no los botones. Esculco entre uno de los bolsillos de su pantalón para encontrar el objeto metálico para encender su cigarrillo. Uno ligeros movimientos y ya estaba fumando. Yunho no recordaba desde hace cuanto había dejado de fumar. Pego una profunda calada y soltó el humo con pesadez. ¿Qué estaba haciendo en ese lugar? Yunho agacho la cabeza. No porque se sintiera afligido sino para reprimir una sonrisa amarga. De todas las cosas que decían los hombres para justificar lo que hacían o no hacían, Yunho no encontraba una excusa coherente a su accionar la noche anterior.
Yunho bufo mientras pegaba otra calada al cigarrillo. ¿Fue tan estúpido de su parte ir hasta la casa de Jaejoong? Quedarse parado frente a la puerta luchando consigo mismo entre tocar la puerta o destruirla e ir a buscar a Jaejoong, pero otra vez esa voz interior ganó. Yunho por su parte, se dirigió lentamente a un bar dejando atrás la casa de Jaejoong. En ese lugar bebió unas copas intentando ahogar un sentimiento que él estaba intentando reprimir. Sin impórtale nada de repente había escuchado un <<No es bueno beber solo>>, cuando alzó la vista vio a un joven de rostro pálido y de facciones muy delicadas sonreírle con amabilidad. Yunho reconoció al muchacho, era el violinista que horas atrás estaba tocando el violín cuando él estaba con So Ae. El joven se sentó a su lado y pidió un Martini seco. El joven violinista hablaba mientras Yunho le daba la menor importancia. <<¿Acaso este chico está intentando coquetearme?>> pensó Yunho al ver como el joven violinista se sonrojaba ante su sola mirada. Esa manera de sonrojarse le recordó a Jaejoong. ¡Maldición! Se maldijo a sí mismo al intentar comparar a ese joven con Jaejoong. << ¿Por qué no?>> se dijo a si mismo jugando con el joven que parecía más ilusionado con cada uno de sus gestos. <<No, no es lo mismo>> se dijo mientras se levantaba y se iba hacia la mesa de una mujer que había llamado su atención más que el hermoso violinista. Él debía admitir que el muchacho era guapo y tenía unas facciones hermosas, pero por alguna razón no tenía ningún deseo hacia él.
Cerró los ojos y contemplo la luz roja filtrándose por los parpados. Sin el mayor esfuerzo había conquistado a la hermosa mujer de curvas perfectas. Bellos rostro, pelo largo y lacio, ojos negros y unos labios acorazonados muy tentadores. Cuando abrió los ojos volteo hacia la enorme cama de la habitación, la mujer yacía desnuda en la cama y plácidamente dormida.
– Buen sexo, pero mala noche – murmuró Yunho apagando el cigarrillo en un cenicero. Con aquella mujer de bello rostro olvido su desolado corazón, pero al despertar sus pensamientos volvían a centrarse en Jaejoong. Suspiró pesadamente mientras abotonaba su camisa – Hoy será un día bastante largo – sopeso.
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So Ae camina por el largo pasillo acompañada de Shin Ae.
– ¿Cómo ha estado Sung Ryung-shi? – pregunta So Ae.
– Con el tratamiento que recomendó ha estado bien, pero recayó otra vez – explico Shin Ae a su colega. Mujer que conocía hace años desde la universidad y a la cual respetaba.
– La pérdida de un hijo es algo que nadie puede superar – dijo So Ae mirando fijamente el comedor de la clínica donde Sung Ryung estaba desayunando – Ahora la veo mejor – sonrió aliviada – ¿El señor Kim vino a visitarla el día de hoy?
– Vendrá más tarde – respondió Shin Ae – Él sigue con la idea de que su mujer sigue alucinando con un hijo que jamás nació, pero Sung Ryung-shi esta tan convencida de que su hijo nacio.Me parece extraño que haya perdido la razón solo por perder a su hijo por aborto espontaneo.
– Una madre no pierde la razón facialmente al perder a su hijo – murmuro So Ae mientras hacía más lento cada uno de sus pasos – Y Sung Ryung-shi no está loca porque ese niño nació – continua con su pasos – Vine a este lugar a poner fin a este encierro para Sung Ryung-shi y a buscar algo de información.
Shin Ae la observó sorprendida, y más cuando So Ae se adelanto a saludar a Sung Ryung. Desde aquella vez que Shin Ae consultó el caso de Sung Ryung con Park So Ae, su colega se había mostrado sumamente interesada. La joven Shin Ae pensó que tal vez So Ae entendía aquel sentimiento de pérdida de un hijo, pues So Ae había perdido a uno hace años.
–
Hola, Sung Ryung-shi – saludo So Ae con amabilidad a la hermosa mujer que parecía haber terminado su desayuno.
– Doctora ha vuelto – Sung Ryung hizo una pequeña reverencia mientras So Ae tomaba lugar frente a su mesa – Es bueno volver a verla.
– Hoy luce muy hermosa – elogio So Ae a la hermosa mujer frente a sus ojos.
– Gracias – respondió Sung Ryung – Pero los años empiezan a notarse – señaló la zona inferior a los ojos con una pequeña sonrisa.
– Por favor, usted es muy hermosa. No debe temer envejecer – alzo el vértice de la ceja con una pequeña sonrisa en sus labios.
– No le te a envejecer… temo seguir en este lugar, temo seguir encerrada – dijo ella con tristeza en sus palabras.
– Le diré algo – dijo mientras estiraba su cuello para acortar la distancia con Sung Ryung – Usted no está loca, ambas lo sabemos – murmuro como si fuera un secreto entre las dos – Pronto saldrá de este lugar, para eso necesite que coopere conmigo.
– ¿Qué debo hacer? – preguntó ella con la ilusión de dejar ese lugar y poder buscar a su otro hijo. Aquel hijo que todos negaban su nacimiento, pero que ella sabía que nació y vivía. Su corazón de madre le gritaba que lo buscara y lo protegiera.
– No se ponga impaciente, solo necesito que hagamos un trato y usted lo cumpla al pie de la letra – enarco una ceja So Ae – Usted busca algo y yo buscó algo de este lugar. Como ha pasado años en este lugar me imagino que conoce cada rincón como la palma de su mano – Sung Ryung asintió – Perfecto, por ahora debe permanecer en este lugar hasta que encuentre lo que quiero y después usted saldrá de este lugar. ¿Tenemos un trato?
Sung Ryung quedo en silencio analizando cada palabra de la doctora Park So Ae. Esa mujer no le generaba desconfianza, Sung Ryung podía leer las expresiones de la gente cuando mentía y So Ae decía la verdad.
– So Ae-shi, si mi ayuda le es útil tenga por seguro que no me negare – dijo Sung Ryung suavizando las expresiones de su rostro – Así que tenemos un trato. Yo la ayudo y usted me ayuda a salir de este lugar.
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– Ese es mi diagnostico – dijo el doctor Kim con una mirada muy seria.
– ¿Está seguro? – preguntó Hyun Joong viendo como Jaejoong dormía plácidamente en la cama de aquella habitación de hospital.
– Si, no tiene de que preocuparse. Tu amigo estará bien – aclaro el doctor Kim con amabilidad en sus expresiones.
– Entonces… ¿Por qué no despierta? – pregunto preocupado.
– Seguro no durmió muy bien en estos días y está recuperando el sueño atrasado. Salvo de su ligera anemia, todo está bien – dijo para calmara la preocupación de Hyun Joong – Unos días de descanso y volverá a estar bien.
Una enfermera ingreso a la habitación informado al doctor Kim que otra urgencia solicitaba su presencia. El doctor Kim hizo una reverencia a Hyun Joong disculpándose por su partida. Hyun Joong igualo la reverencia dando las gracias por haber acudido a su llamada e internar a Jaejoong en su clínica privada. Si bien el doctor Kim no creía necesario la internación, Hyun Joong prefirió que su amigo fuera hospitalizado y que le hicieran todos los análisis necesarios para dar un diagnostico preciso.
Mientras esperaba a que Jaejoong despertara, Hyun Joong intento llamar a los padres de su amigo, pero fallo ya que no sabía dónde estaban. Luego marcó el número de Yoochun, quien había sido como un hermano y padre para Jaejoong.
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Con una reverencia Sebastián recibía en la entrada principal de la mansión a su joven amo Yunho. Éste no lucia con un buen semblante y Sebastián lo sabía.
– Si me permite un consejo – dijo Sebastián y Yunho lo miró atento como si autorizara el consejo – Es imposible tapar el sol como un dedo y menos intentar enterrar una montaña bajo arena.
– Sebastián – hablo pausadamente – Sé que es tonto de mi parte tapar el sol con un dedo, pero ahora es lo mejor que puedo hacer – sonrió con amabilidad, pero Sebastián vio tristeza en los ojos de Yunho.
– No es tonto quien comprende sus errores, solo es tonto aquel que dice no poder hacer nada más. Con su permiso – Sebastián hizo una reverencia para al menos dejar que su amo pensara en sus propias palabras.
Las palabras pronunciadas por Sebastián dan en Yunho una reacción cálida. Yunho extrañaba a su padre y algo en Sebastián le recordaba las conversaciones con su padre.
– ¡Ommo!
Yunho escucho la voz de su hermano en la sala. Sin pensarlo dos veces fue hacia la sala, esperando que aquella exclamación no fuera una nueva pelea con su madre.
– ¡Jaejoong-shi está en el hospital! – agita la mano sorprendido por la noticia sin notar la cara de Yunho al escucharlo.
<<¿Jaejoong está en el hospital?>> se pregunta sintiendo una punzada en su pecho. Parpadea como si no creyera lo que había escuchado <<No, Jaejoong no puede estar hospitalizado… No, tal vez escuche mal>>
– ¡Iré para allá! – cuelga su celular y se pone a buscar las llaves de su auto.
Yunho se dirige a Junsu, sinceramente desconcertado.
– ¡Maldición, olvide que mi auto esta en reparación! – golpeo su frente dándose cuenta de aquel detalle que casi olvida – Si pido un taxi tendré que esperar y no quiero. ¿Qué hare?
– Yo puedo llevarte – interrumpe Yunho, que no aguantaba más estar en silencio sabiendo que Jaejoong estaba en el hospital.
– Hyung – confuso, Junsu se vuelve hacia su hermano <<¿Desde cuándo esta aquí?>>¨- No quiero molestarte – dice Junsu aunque está a punto de decir <<No quiero que vayas porque te toparas con Yoochun>>
– Deje mi auto en la entrada – dice Yunho intentando no sonar desesperado por ir a ver a Jaejoong – ¿Vamos?
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A los minutos de recibir la llamada de Yoochun, Junsu y Yunho ya estaban en la clínica privada del doctor Kim. Después de llagar al estacionamiento y en todo el trayecto hasta la recepción, Yunho se preguntaba porque Jaejoong estaba internado en una clínica tan costosa como la del doctor Kim.
<<¿Estará bien?>> se pregunta Yunho siguiendo por inercia a Junsu hasta la recepción de la clínica. Las enfermeras recibieron amablemente a Junsu indicándole el piso y habitación donde Jaejoong estaba internado.
Junsu dudo en subir al elevador. En su mente durante todo el trayecto hasta la clínica solo pensaba en lo que sucedería si Yoochun se cruzaba con Yunho, porque de algo estaba seguro, su hermano reconocería perfectamente a Yoochun como el tipo que lo estaba besando ese día en el hotel de Pusan (Busan) hace años atrás.
– Es mejor que subas – Yunho habló fingiendo no preocuparle Jaejoong – Espero que tu amigo se mejore.
– ¿No estás molesto? – preguntó cohibido por la situación.
– Jaejoong es tu amigo, es normal que te preocupes por él – Yunho cogió su celular como su fuera a hacer una llamada – Tengo muchos asuntos que atender. No vemos para cenar – tomo rumbo hacia la salida despidiéndose de las amables enfermeras que desde su llegada no había dejado de verlo con admiración.
Junsu respiró aliviado y destenso todos sus músculos al ver salir a Yunho por la puerta. Agradecía infinitamente a su suerte por impedir que su hermano subiera con él hasta la habitación de Jaejoong.
Al llegar al piso donde estaba la habitación de Jaejoong, Junsu vio a Yoochun sentado en una silla del pasillo con un vaso descartable de café entre manos. Junsu no sabía porque a pesar del mal momento que Jaejoong debía estar pasando le era inevitable sonreír al ver al mayor.
Yoochun rápidamente vio la hermosa sonrisa de Junsu y algo reconfortante golpeo su corazón. En un rápido movimiento fue al encuentro con Junsu. Ahora una minima distancia los separaba. Con profundo cuidado estrecho a Junsu en sus brazos y el menor devolvió el gesto. Ambos estaban siendo tan unidos que las palabras sobran entre ellos.
– ¿Cómo está Jaejoong-shi? – preguntó Junsu temiendo la respuesta al sentir que Yoochun lo estrujaba con más ahincó.
– El doctor dice que no es nada grave – rompe débilmente el abrazo para ver a Junsu a los ojos. En tan solo unos días Junsu se había vuelto tan indispensable para él, que Yoochun tenía miedo. Él temía que su preciosos ángel algún día desapareciera dejándolo – Acabo de verlo, está profundamente dormido. El doctor dijo que es normal porque su cuerpo está agotado y debemos dejarlo dormir.
– Es una buena noticia que Jaejoong-shi este bien – hizo un pequeño mohín con sus labios que Yoochun no percibió – Si puedo ayudar en algo no duces en pedírmelo.
– Si te refieres a los gastos de la clínica, no te preocupes ya están cubiertos. Un amigo mío y de Jaejoong – aclaró para no generar celos en el menor, pues Yoochun sabia lo celosos que podía ser su ángel – Pagó los gastos – dijo mientras llevaba a Junsu hasta tomar lugar en una de las cómodas sillas del pasillo. Cuando ambos tomaron lugar Yoochun dejo caer su cabeza en el hombro de Junsu. En un respiro espontaneo Yoochun aspiro el dulce aroma del cuerpo de Junsu y sintió algo de culpa – Estas tan hermoso y hueles delicioso. Lamento cancelar nuestra cita.
– Está bien – inclino su cabeza para al menos sentir el suave cabello del pelinegro rozar la parte baja de su rostro – Jaejoong-shi es una buena persona y también me preocupo por él. No olvides que sin quererlo él y yo hemos forjado una buena amistad. También somos amigos.
Yoochun no respondió a ese “también somos amigos” porque juraba que Junsu al decirlo estaba mordiéndose la lengua.
– ¿Puedo pasar a ver a Jaejoong? – preguntó mientras miraba el pasillo e imaginaba la habitación de Jaejoong. Por alguna razón él quería ver a Jaejoong desesperadamente. Tal vez era un poco del afecto que sentía por Jaejoong lo que lo impulsaba o tal vez los celos y ver como Yoochun reaccionaba al estar cerca de Jaejoong.
– El doctor dijo que solo uno podía pasar y Hyun Joong está con Jaejoong – al ver la expresión de incertidumbre en Junsu, Yoochun paso a explicarse – Es el amigo del que te hable, con Jaejoong lo conocemos desde niños. Él se ofreció a pasar la noche cuidando de Jaejoong, por ahora yo debo volver a casa… pero no quiero… siento que estoy dejando a Jaejoong sólo.
– Estando sin dormir tampoco ayudaras mucho. Tu amigo parece razonar, si Jaejoong no corre ningún peligro tú debes ir a descansar y a la mañana volver.
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Hyun Joong estaba jugando con los botones del control remoto, pasando de un programa de variedades a otro. Nada perecía llamar la atención, salvo un programa de cocina. Él se quedo viendo ese programa, y por alguna extraña razón recordó a su madre y los viejos tiempos cuando vivía en su viejo barrio.
– Tu madre preparaba un excelente pastel de arroz – Hyun Joong volteo a verlo con esos ojos posados en él.
– ¡Jaejoong! – sonrió aliviado al verlo despierto y sin pensarlo corrió hasta la camilla.
– ¿Qué hago en este lugar? – pregunta Jaejoong viendo el suero inyectado en su brazo derecho.
– Son unas agradables vacaciones en Hawái – respondió rodando los ojos esperando sacar una sonrisa en Jaejoong que no había sido difícil de conseguir – El doctor Kim dijo que debías descansar y más en tu estado.
– ¿Mi estado? – pregunto espantado y buscando una rápida respuesta de su amigo.
– Tuviste mareos, vómitos y hasta te desmayaste – Jaejoong aún no parecía comprender sus palabras – Los síntomas son típicos en tu estado – asintió Hyun Joong al ver el desconcierto en todo el rostro de su amigo – El doctor dijo que es un caso único…
– ¡¿Que es lo que tengo?! – se mostro más impaciente.
– Felicidades – mostro una amplia sonrisa – Estas embarazado – Jaejoong palideció al escucharlo y sus ojos no podían ponerse más redondos, casi saltaban de sus cuencas.
– ¿Estás de broma? – ladeo los ojos de un lado a otro descreyendo las palabras de Hyun Joong.
– Llamare al doctor Kim para que te lo explique, ¿si es que quieres? – suspiró como si estuviera cansado.
– Es imposible… un hombre no puede estar emba… – a Jaejoong le costaba decir esas palabras. ¿Era un sueño? O ¿Hyun Joong se estaba burlando?
– Estas en una de las mejores clínicas de Seúl, tu caso es único – Hyun Joong trato de sonar los más serio posible.
– No… no – Jaejoong estaba conmocionado. Giro los ojos intentando asimilar las palabras de Hyun Joong ¿Embarazado? Eso en su lógica era imposible… pero si lo dicho por su amigo era cierto estaba perdido.
– Jaejoong – llamó a su amigo, pero este parecía en otro mundo. Metido en sus propios pensamientos ajenos a su presencia.
Jaejoong sintió que las manos le temblaban y el corazón se aceleraba <<No, no es imposible>> se repetía una y otra vez mientras agitaba la cabeza <<Los hombres no… solo las mujeres se embarazan, ellas son madres… yo no puedo>>
– ¿Jaejoong estas bien?
<<Si eso sucedió… entonces fue… por… entonces Yunho>> Jaejoong empezaba a rechinar los dientes imaginando que aquello no era real, no podía estar esperando un hijo de Yunho. Trago saliva horrorizado ante la idea. Como un reflejo involuntario sus manos se posaron en su vientre, acariciándolo una y otra vez. <<Yunho… Yunho>>
– ¡Jaejoong abre los ojos! – grito Hyun Joong alarmado mientras tocaba el botón para llamar a las enfermeras.
Las enfermeras de turno llegaron a la habitación encontrando a Jaejoong abrazando a Hyun Joong.
– ¿Qué sucedió? – preguntó la enfermar mayor algo confundida por la escena vista.
– No lo sé – logro decir Hyun Joong alejándose lentamente de un desconcertado Jaejoong – Mi amigo parecía tener una pesadilla, intente despertarlo… pero no quiso hacerlo y en un momento sus manos empezaron a temblar… temblaban mientras acariciaba su estomago… yo…
– Por favor salga así lo revisaremos – ordeno la enfermara más vieja señalando la puerta.
– ¿Está bien? – Hyun Joong no podía ocultar su desesperación y menos cuando se trataba del bienestar de su amigo.
– Lo sabremos cuando lo revisemos – aseguro otra de las enfermeras de pelo corto.
– Volveré – dijo viendo a Jaejoong, quien parecía no entender nada – No tienes de que preocuparte, yo estaré a tu lado.
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Al terminar de besar la frente de su pequeña hija, la cual dormía como un ángel, Choi Siwon se quedo contemplándola. En su mente repasaba una y otra vez su encuentro con Minho. Ye Eun estaba más que contenta de conocer a uno de sus ídolos de la música, pero la alegría de Siwon era as inmensa al saber que su hermano era un joven muy amable y bondadoso. Podría decirse que para Siwon, Minho era su mayor orgullo. En su hermano veía parte de su madre, eso le agradaba pero al mismo tiempo lo hería.
Con pasos de plumas salió de la habitación de su mayor tesoro, la única mujer que tenía su amor, su hija.
– ¿Aún no me has contado cómo te fue con Minho-shi? – pregunto Donghae siguiendo a Siwon hasta su escritorio. Otra noche más que se desvelaban.
– Es un muchacho muy alegre, le obsequio un CD autografiado a Ye Eun – afirmó admirado – Es alguien con valores, educación, respeto y mucho orgullo.
– Es parecido a ti – sonrió Donghae al notar que esas cualidades también iban con su amigo.
– No – negó sopesando aquella comparación que su amigo había hecho – No somos iguales, el es puro y bondadoso… yo soy alguien que destruye la bondad y la pureza.
– No digas esas cosas – detuvo a su amigo de seguir diciendo sandeces – Tu no elegiste ser un Yakuza.
– Nunca tuve elección, desde que nací ya tenía marcado mi destino – sopeso esa verdad – No reniego lo que soy, porque gracias a lo que soy estoy en un lugar que muchos desearían llegar – Siwon bajo la vista y junto al retrato de Ye Eun estaba un dibujo – ¿Cuándo hizo esto? – enseño el dibujo a Donghae.
– Como no tenia fotos de su madre – la mirada de Siwon parecía atravesarlo y Donghae dudaba de seguir hablando – Ye Eun dibujo un retrato de su madre imaginándola.
– ¡Maldición! – Siwon arrugo el papel lanzado por los aires.
– Siwon, tranquilízate – intento calmar la ira de Siwon, pero este lo fulmino con la mirada – A su edad es normal que quiera saber de su madre.
– Esa mujer no es su madre – rechino los dientes frunciendo el ceño – Mi hija no tiene porque conocer a esa mujer.
– No te alteres, ella no quiere conocerla solo quiere saber cómo era… es propia de la curiosidad de cualquier chico – intento explicar hacia donde iba Ye Eun con esos dibujos – De todos modos Ye Eun cree que su madre está en el cielo y no pregunta porque no quiere herirte.
– Es mejor que esa mujer permanezca muerta, porque viva fue una arpía – presiono sus puños, el solo recordarla lo sacaba de sus casillas.
– Aquí tienes lo que me pediste buscar – Donghae deposito un sobre de papel madera frente al escritorio de Siwon para intentar cambiar el tema ya que solo lograba alterara a Siwon hablar de aquella mujer.
Siwon cogió el sobre leyendo el informe y una sádica sonrisa se dibujo en sus labios.
– Así que esta es la nueva mascota de Han-Jung – afirmó con satisfacción, fraguando su próximo movimiento – Después de todo no fue un rotundo fracaso cuando no logramos secuestrar al hermano de Han-Jung. Ahora tengo en la mira a la querida mascota de él, eso significa que puedo jugar libremente sin las represarías de PSY – Siwon no puede evitar sonreír con tenacidad – PSY nos prohibió lastimar a nuestras familias, pero nada me niega el derecho de lastimar a la nueva mascota de Yunho y así lastimarlo a él. Todo parece que juega a mi favor.