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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

02/03/2015

Hola mis lectoras y lectores

Primero, lamento la espera, pero tengo la universidad y ya saben que el tiempo se me dificulta más. También trabajo, así que tengo menos tiempo para escribir.

Segundo, nos estamos acercando a los últimos capítulos de esta segunda temporada de Rescatame.

Tercero, leí y respondí cada uno de vuestros comentarios. Aquí está apareciendo Siwon en la vida de Jaejoong, veremos como actúa Yunho cuando sepa que Siwon está intentando acercarse a Jaejoong.

¡Increíble! Más de 238.000 LECTURAS ---àMil gracias por ser pacientes y seguir apoyando a RESCATAME.

Yunho caminó por los pasillos de mármol del lujoso centro comercial acompañado de So Ae, quien lo seguía a su derecha robando las miradas de todas las empleadas. Los empleados al verlo hacían una reverencia, pero sin perder la curiosidad por la hermosa mujer que acompañaba a Yunho.

 

– Hace tiempo que no viene por aquí, señor Han-Jung – hizo una corta reverencia el director Jang enseñando su raquítico rostro con soltura.

 

Yunho correspondió la amabilidad asintiendo con un gesto austero y rápidamente  ingreso a su oficina.

 

– Necesito los balances de los ingresos de este mes, los detalles de las nuevas tiendas y la nueva presentación de marketing para navidad.

– Por su puesto, ahora mismo yo personalmente le entregare los folios  – el director Jang hizo una reverencia seguido de su secretaria.

 

So Ae tan solo se dedico a observar en silencio a Yunho, por ahora ella no podía hacer mucho. En su mente había algo más que intervenir en los negocios de Yunho. Ella había hecho un trato con la tía de Yunho y sin esperarlo ya tenía en sus manos lo que Yunho buscaba para iniciar con su primer ataque.

 

Yunho alzo la vista rodando los ojos por toda su oficina. Observó el exterior de su oficina por las paredes de cristal, la vista era esplendida, pero su corazón seguía apagado. Ni la belleza del paisaje de la ciudad de Seúl lo animaba. Caminó hasta su escritorio y ocupó su silla. Ondeo la mano invitando a la bellísima  So Ae a sentarse en  la silla frente a su escritorio.

 

– ¿Hoy trabajaras aquí? – preguntó So Ae cruzándose de piernas intrigada por leer los pensamientos del más alto.

– Por ahora tengo que atender este asunto, varios inversionistas se enfadaron por mi ausencia – explicó entrelazando los dedos sobre la mesa, su expresión era tan seria que So Ae no parecía reconocer a éste Yunho frente a sus ojos   – Intentaron destituirme como presidente.

– Pero tu madre te salvo – habló So Ae cruzándose de brazos llevando su mano hacia sus piernas  – Por lo que escuche ella misma hablo con los inversionistas diciéndoles que el nuevo producto seria trasmitido por todas las televisoras de corea.

– Un perfume es fácil de vender – dijo Yunho viendo su escritorio y recordando que hace tiempo no estaba ahí – Pero nosotros debemos vender millones e incluso exportarlo. El perfume al tener la firma de mi madre de por sí ya tiene suficiente marketing, pero los inversionistas quieren exportarlo.

– Tengo entendida que debido a tus contactos en Japón ya solicitaron el producto. Entonces me parece extraño que los inversionistas  querían destituirte tan solo por tu ausencia.

– Ellos querían  un  presidente que fuera responsable de este nuevo lanzamientos para asegurar su éxito de venta  o…  simplemente ascender al director Jang como el nuevo presidente de la compañía – sonrió de costado ante la absurda idea de dejar la presidencia  – Eso no sucederá, esta compañía le ha pertenecido a mi familia por décadas. Así que ahora debo jugar a ser el apuesto y exitoso  multimillonario que todos desean ver.

 

So Ae rió ante  la vanidad en Yunho, pero ella debía admitir que Yunho tenía un don para hacer dinero con facilidad.

 

– Veo que eres muy modesto – sonrió admirada al ver como Yunho intentaba hacer una forzosa sonrisa – Pero admito que eres un hombre que sabe hacer negocios, cerrar tratos y buscar su propio beneficio para aumentar su propia fortuna. Un verdadero hombre de negocios.

– ¿Debería sentirme halagado? – preguntó, pero ella no respondió ya que el director Jang ingreso a la oficina con varias carpetas en mano.

 

Yunho frunció el entrecejo.

 

– ¿Por qué no tocó la puerta? – preguntó Yunho fulminando al director Jang, quien bajó los hombros con temor.

– Lo siento – hizo una reverencia.

– Director Jang, su trabajo es impecable, pero no olvide que esta es mi oficina y  soy el presidente – serenó su expresión intimidante, pero sus ojos aún así parecían penetrar el alma del director Jang y asesinarlo.

– Lo entiendo, disculpe mi falta – hizo otra reverencia mordiéndose el labio, tragándose todo su orgullo.

– Deje los papeles y retírese.

 

El director Jang dejo los folios con los informes  donde Yunho le indicó y se marcho haciendo otra reverencia.

 

– Ese hombre estaba a punto de apuñalarte – dijo So Ae cuando escucho la puerta cerrarse detrás de ella.

– ¿Qué hombre no está a punto de apuñalarme? – preguntó Yunho restándole importancia al comentario de ella – Psy regresara en solo horas, has encontrado lo que buscaba.

– Sí, he encontrado a la Reina que Psy sacrifico en el pasado – afirmó con tal confianza que hasta los ojos le brillaban – Esta en un lugar seguro ahora.

– So Ae-shi, este será el último aniversario desde la muerte de mi padre que el malnacido de Psy fingirá dolor – apretó en su puño la pluma quebrándola en dos partes.

– Park Jae Sang no ha sabido ser un buen hombre y como padre ha fracasado – sonrió So Ae entristeciendo su mirada – Tu padre Yunho-ah era un hombre bueno y justo – dijo y vio como los ojos de Yunho se perdían en algún punto de la habitación. Ella no quiso hablar más, aún no cavia en su cabeza como el padre de Yunho tenía por amigo a un hombre como lo era Psy, su padre. El hombre que le dio la existencia y le arrebato la vida de su madre, no satisfecho también le había arrebatado a su único hijos. ¿Cómo llamarlo padre cuando la había dañado tanto?

– So Ae-shi… aprecio tu ayuda, en verdad – dijo Yunho alzando sus ojos y viendo con ternura a la hermosa mujer.

– Yunho-ah… el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional – dijo ella  al ver a Yunho esperando que éste comprendiera sus palabras, pero Yunho no dijo ni hizo algún gesto  – Tengo que retirarme. Debo arreglarme para la ceremonia de conmemoración.

 

Yunho no dijo nada, guardo silencio por unos minutos. Respiro nuevamente un par de veces y volvió su mirada a los papeles sobre su escritorio.

 

– Yo  terminó con estos balances y luego iré a la Casa Azul.

 

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Jaejoong estaba realmente emocionada ese día, el mediodía no tardaría en llegar. Cogió a su mama en sus brazos, él realmente la extraño y adoraba abrazarla de ese modo, haciéndola girar por los aires.

 

– ¡Hijo! – dijo la señora Kim sonriendo por lo cariñoso que era su hijo – Aún puedes romperme un hueso.

– Omma – inflo las mejillas y luego besó la frente de su madre – Usted se ve tan joven, parece que no tiene más de 30 años. Aún recuerdo que en la secundaria  la confundían con mi hermana mayor  – acunó el rostro de su madre con ternura.

– Mi mujer es tan hermosa – dijo orgulloso al ver a su bellísima esposa – Soy muy afortunado de tenerte a mi lado… te ves tan joven y eso que eres mayor que yo  – estiro la mano cogiendo la de su esposa y besándola.

– También te amo – devolvió el beso a su esposo – Los arreglos quedaron muy bien en la cafetería – dijo orgullosa al ver que las mesas y sillas eran nuevas. La pintura bordo le daba cierto aire de distinción a la cafetería.

–  ¿Cómo pudieron pagarlo? – preguntó Jaejoong.

– Pedí otro préstamo – sonrió despreocupando a su hijo y esposa – Tranquilos, el banco me otorgo el préstamo y lo podremos pagar.

– Eso espero – la señora Kim hizo un mohín con sus labios – No me gustaría que ahora que Jaejoong está por graduarse dejara otra vez sus estudios por pagar nuestras deudas.

– Omma, yo quise ayudarles… ustedes son mis padres – espeto Jaejoong ganándose la admiración y respeto de su padre. Él había dejado de estudiar para pagar las deudas de la cafeteria y ahora estaba por graduarse,  todo parecía marchar sobre ruedas.

– Eres el mejor hijo, ahora como buen hijo  lleva la cuenta al hombre de la mesa doce – dijo su padre guiñándole un ojo para luego besar con ternura a su esposa.

 

Jaejoong no se negó, sus padres no habían cambiado desde que él era un niño. Siempre demostrándose cuanto se amaban. Alguna vez Jaejoong imaginó tener una vida como la de sus padres.  Jaejoong imaginaba una vida como la de sus queridos padres pero  aparecía en su mente la figura de Yunho. Se puso a contar los segundos que Yunho duraba en su mente, odiaba que durara más de diez segundo. Por dentro su corazón había sido pisoteado, pero por fuera intentaba ser el mismo Jaejoong de siempre. Le resultaba difícil, casi incomprensible volver a ser el mismo y menos después de aquel besó que Yunho le dio hace cinco noches atrás en el club nocturno.

 

Al llegar con la cuenta al hombre de la mesa número doce por su espalda  atravesó algo frio y su cuerpo se puso rígido, parecía una estatua de yeso. Su piel palideció y sus ojos se dilataron a ver como el hombre levantaba su rostro para verlo fijamente.

 

– Parece que viste un fantasma – dijo sonriendo – ¿Así que trabajas en este lugar?

 

Jaejoong difícilmente podía responder, como un acto reflejo llevó sus manos tras la espalda. Aún parecía recordar el día que lo azotaron hasta hacer sangrar sus manos. Ese día en que Yunho lo rescato, ahora ese dolor en sus manos parecía tan lejano. Yunho, Yunho… Jaejoong solo podía repetir su nombre como una oración, esperando que el apuesto moreno apareciera por la puerta para rescatarlo otra vez.

 

– No debes estar en alerta como un gato – dijo volviendo a sonreír –  No vengo a hacerte daño – Siwon notó como poco a poco el cuerpo de Jaejoong se destensaba – Todo lo contrario, vine a este lugar porque me recomendaron el pastel llamado madre selva – probo el bocado de aquella porción que minutos atrás había pedido – Ya que nos encontramos  ¿Podríamos hablar?

– Usted y yo no tenemos nada de qué hablar, es solo un desconocido para mí  – dijo muy alarmado, como no temerle a aquel hombre.

– Mi nombre es Choi Siwon un honorable empresario  –sonrió con galantería, pero Jaejoong solo lo observo con odio. Siwon podía leer aquellos ojos, veía resentimiento y temor, algo que le fascinaba ver de algún modo en otros.

– Ustedes se hacen llamar honorables empresarios y son una lacra de mafiosos – escupió con repudio, por alguna razón su miedo se había transformado en resentimiento. Tenía en frente a la única figura similar a Yunho con la que podía desahogarse.

– Tu trabajaste para uno, no me compares con él – dijo por primera vez mostrando su fría expresión carente de sentimiento alguno.

 

Jaejoong retrocedió unos pasos, ¿Cómo supo Siwon que él lo estaba comparando con Yunho? ¿Qué él veía en Siwon a Yunho? Casi se arrepintió, pero se trago ese sentimiento mostrándose firme y altivo.

 

– Tan solo relájate – Siwon probo otro bocado del pastel madre selva y el sabor a chocolate le fascina. Cuando terminó de tragar Jaejoong no parecía bajar su guardia y eso le agradaba, ya veía porque ese chico era el juguete de Yunho.

– ¿Cómo puede usted decir eso? – le amonestó él.

– Debo aprovechar el momento – continuo Siwon con la cabeza fría, sin perder el control ante el altivo jovencito – Sé muy bien que en ese fortuito encuentro  te lastime, me disculpo – su voz casi sonaba realmente arrepentido.

 

Jaejoong sonrió hastiado al escuchar otra vez esas palabras, en su cabeza parecía estar reviviendo una y otra vez aquel momento en que Yunho le pidió disculpas. Él estaba cansado de que jugaran con él como si fuera un títere y después pidieran tal libremente perdón.

 

– Ustedes son increíbles – en sus ojos se veía repudio y asco al ver a Siwon – ¿Creen que con simplemente pedir disculpas las heridas se borran? Sepa que esas heridas dejan cicatrices que no se borran y sirven para recordarnos… para no volver a ser dañarnos.

– Hay algo que me diferencia de Yunho, él es capaz de dañar a sus propios seres queridos con tal de obtener poder. Yo solo busco hacer justicia.

 

El hombre de figura elegante se levantó de la silla  y dejo varios wons sobre la mesa. Frente a Jaejoong él era muy alto, de rostro ligeramente más oscuro que el más joven, de cabellos negros, un aire de inteligencia y hasta distinguido, aunque sus ojos intimidaban.

 

– Tengo asuntos que atender – dijo y Jaejoong no pudo evitar notar que éste no traía corbata. Tal vez aquello era un símbolo de que los asuntos que debía atender no eran tan formales – Nuevamente me disculpo por que habéis  presenciado una batalla entre Yunho y yo – murmuro con voz suave al oído de Jaejoong sin preocuparse por los temores de éste ante su cercanía.

 

Jaejoong tardíamente retrocedió viendo como el hombre sin corbata atravesaba el umbral hacia la calle. Y tras una pausa que inconsciente que revelaba en su rostro preocupación y temor, su madre añadió.

 

 

– ¿Quién era ese apuesto hombre? ¿Qué te murmuró en el oído?

 

Jaejoong trago saliva para responder, si mentía su madre lo sabría. Hasta ahora había tenido suerte de que su madre no descubriera sus mentiras.

 

– Me pidió disculpas – dijo Jaejoong sin revelar toda la verdad.

– ¿Por qué? – preguntó con la tradicional preocupación de una madre.

– Nos conocimos y hubo malos entendido. Ahora él solo paso a proba tarta y al verme me pidió disculpas – explico con tranquilidad limitándose a ver a su padre.

– Ya veo – dijo ella entregando a su hijos el uniforme que ella misma lavo y plancho. Ella con una sonrisa acaricio el pico del uniforme – Hoy debes lucirte al ayudar a un maestro chef en la Casa Azul. Estoy tan orgullosa que  colabores con la conmemoración en honor del difunto primer ministro Jung.

– Mucha gente habla muy bien del ex primer ministro, dicen que era un hombre con verdadero sentido de justicia.

– Era un hombre que estaba destinado a ser el nuevo presidente de Corea – suspiró con tristeza – Era un hombre muy generoso, su ayuda por reducir la pobreza y el hambre aún hoy en día se recuerda – dijo la señor Kim con una media sonrisa llena de melancolía – El día que murió, toda Corea lloro por él y fue noticia mundial. Fue un día realmente triste.

– Su muerte sigue siendo un misterio, ¿verdad? – preguntó y su madre asintió con una cálida sonrisa.

– Tienes que asearte, hoy es un día muy especial y estoy muy orgullosa de que mi pequeño hijo asista a la Casa Azul para la ceremonia de conmemoración – arrastro a su hijos hasta las escaleras detrás del mostrador para que su hijo fuera a tomarse un baño.

 

Jaejoong no se negó y al subir las escaleras su mente viajo hacia las palabras de Siwon. <<¿Hacer justicia? ¿Eso significa que Yunho ha hecho algo malo?>>  subió el último peldaño y no pudo evitar seguir pensando <<Junsu es tan diferente, ¿qué clase de familia tendría un hijo tan bondadoso como Junsu y un demonio como Yunho?>>

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Max Changmin miró su reflejo en el espejo, estando muy concentrado no escucho cuando Sebastián ingreso a su habitación.

 

– El joven Choi lo espera abajo – dijo y el más alto se sobresalto asustado.

– Sebastián deberías ponerte una campañilla así la gente normal siente tu presencia – le amonestó el joven cantante y Sebastián sonrió.

– Ser silencioso es parte de mi trabajo – respondió con una pequeña reverencia.

– Tan diferente a mi trabajo, donde hacer mucho ruido es lo que importa – respondió el cantante saliendo de su habitación para encontrarse con Minho.

 

Minho estaba parado frente a las escaleras, esperanzado en ver a  Max Changmin bajar de la misma. Desde el llamado de la estrella del rock, Minho tan solo pudo estar agradecido y feliz. En su joven vida había asistido a semejante evento social en la casa de gobierno. Para él era nuevo asistir a la casa azul y ser el acompañante del joven cantante.

 

 

 

– Estas… muy elegante – halago Changmin a Minho.

– Gracias, tu estas lindo… digo estas igual de elegante – se mordió el labio para impedir que su corazón hablara por él.

– Soy yo quien debe agradecerte por acompañarme a la conmemoración del padre de mis mejores amigos – hizo una corta reverencia mientras acomodaba su tapado – Bien, ¿Nos vamos? – estiro la mano esperando que Minho aceptara.

– Si – Minho sonrió con la ilusión de coger la mano de su amado sunbae. Y así lo hizo, esa cálida mano fue lo que él esperaba del contacto, cálida y reconfortante.

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Junsu estaba corriendo por enésima vez los alrededores de ese parque que tenía un lago en el centro. Él sabía perfectamente que en horas daría el discurso conmemorativo en honor a la memoria de su padre. Sin embargo su cuerpo sentía que debía seguir corriendo, como si intentara huir y negar la muerte de su padre. Se miró frente al lago cuando dejó de correr y la transpiración corría por su frente y bajaba. Sus lágrimas se mesclaban con su propia transpiración. <<Appa, ten necesito tanto… te extraño>>

 

– Junsu-ah, ¿estás llorando?

 

Junsu observó su reflejo y a su derecha tenia a Yoochun con esos ojos saltones llenos de preocupación. El más bajo volteo con lágrimas en sus ojos. Dudó en acercarse a Yoochun, pero el pelinegro fue quien dio el primer paso estrechándolo en sus brazos al cogerlo por la cintura.

 

– Lo siento, siento mucho que tengas que pasar por esto – abrazo a Junsu transmitiéndole su calor e intentando reconfortarlo, sabiendo que él conocía perfectamente ese sentimiento de pérdida – Cuando mi padre murió, llore mucho… pero mis abuelos me dijeron que si lloraba mi padre no podría descansar y estaría triste. Yo te entiendo, es muy difícil superar esta pérdida… Jaejoong una vez me dijo…

 

Junsu se aparto bruscamente del pelinegro al escuchar el nombre de Jaejoong en boca de su… ¿Novio? ¿Amante? ¿Amigo? Abrió los ojos al descubrir porque su corazón se sentía impaciente. Su relación con Yoochun no había cambiado, si… estaban juntos, pero como lo estaban en la academia. Por más que sus cuerpos se conectaran esa única vez en el asiento trasero del auto de Yoochun, el pelinegro no parecía querer dar el siguiente paso. No parecía querer rotular su relación ¿Si es que  había una relación? Porque si algo temía Junsu era ser el único involucrado en ese amor otra vez, algo que no soportaría. Secó sus lágrimas y volvió a ver a Yoochun con una gélida expresión.

 

– ¿No puedes un minuto dejar de pensar en Jaejoong? – preguntó – Es mi padre quien murió… yo… yo  – las lagrimas volvieron a caer de sus ojos – ¿No puedes aunque sea una  vez pensar en mi?

–   Junsu… yo pienso en ti – curvo sus cejas en clara señal de sentirse dolido por las palabras del más bajo.

– ¡No lo haces! ¡Siempre es Jaejoong! ¡Siempre estas pensando en él!  – ladeo  la cabeza frustrado, cansado de siempre tener que temer perder contra Jaejoong – Mejor vete, necesito estar solo.

 

Junsu no dudo en darle la espalda al más alto y acelerar su paso hasta que subió a una elegante limosina estacionada en un extremo del parque.

 

Yoochun tan solo quedo estático, sintiendo como su corazón se afligía al ver desaparecer a Junsu enfadado con él.

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Him Chan alzó su encantadora voz tarareando una canción mientras preparaba el almuerzo. Él estaba tan feliz por estar viviendo en un lugar tan tranquilo. Siguió cantando mientras revolvía la pasta  en salsa picante.

 

– Tienes una hermosa voz – halago Yoochun dejando las llaves de su departamento sobre la mesada de la cocina.

– Oh, gracias – se sonrojo levemente apagando el fuego de la estufa y servir el almuerzo – Es muy extraño verte a esta hora – cuestionó Him Chan la presencia de Yoochun para almorzar.

– Hoy  fui rechazado – dijo Yoochun sonriendo de costado.

– ¿Rechazado? – preguntó Him Chan sirviendo los fideos con salsa picante en los platos de porcelana – Deja de bromear y ve a lavarte las manos.

 

Yoochun hizo una pequeña mueca aún recordando como Junsu le trato.

 

– Huele muy rico – señalo el plato que emanaba un aroma delicioso.

– Ve a lavarte las manos – ordenó Him Chan alejando el plato del alcance de Yoochun.

 

Yoochun asintió de mala gana y Him Chan rió a carcajadas. Si bien había resuelto su problema con Bang, no tenía ganas de dejar a Yoochun. Him Chan era consciente que tal vez el mayor jamás lo miraría en la forma que él deseaba, que jamás probaría la hombría de Yoochun en su cuerpo… claro que él lo sabía, pero aún así permanecería junto a Yoochun.

 

– ¿En que estas pensando? – preguntó Yoochun tomando lugar en la mesa para almorzar.

– En que debo dejar comida para la noche – dijo Him Chan tomado el lugar frente a Yoochun.

– ¿A dónde vas cada viernes por la tarde? – indago notando ese patrón en el joven pelinegro cada semana.

– Mi madre – respondió tranquilamente mientras cogía  los palillos.

– ¿Tu madre? – Yoochun no parecía comprender.

– Ella no es mi verdadera madre, es la mujer que me crio pero la quiero como si fuera mi verdadera madre.  Hace cuatro años  tuvo un accidente y quedo en coma  – dijo sin rodeos al no poder ocultar más nada a Yoochun.

– ¿Por qué nunca hablaste de eso? – abrió los ojos de par en par.

– Nunca preguntaste – respondió juntando sus manos en agradecimiento a la comida.

– No debería confiar en ti – habló  y Him Chan le devolvió una sonrisa dándose  importancia – Hay mucho misterio sobre ti.

– Yoochun-ah, los secretos íntimos solo se rebelan en la intimidad y sobre una cama – respondió tragado el último pedazo de tallarines intentando seducir al mayor.

– No bromees – respondió Yoochun  cogiendo las pasta con los palillos – ¿Tienes dinero para la internación de tu madre? Si necesitas dinero…

– No hace falta, mi trabajo como modelo me permite pagar el hospital, mi beca universitaria me permite estudiar  y  el amable teniente Park Yoochun me da un techo y comida – sonrió curvando sus ojos como un niño mimado – A pesar de las dificultades, nunca estuve tan feliz como lo soy con usted cuidando de mí.

– ¿Eres feliz a mi lado? – preguntó Yoochun intrigado por la respuesta.

– Si – asintió sin borrar la expresión de felicidad en su rostro – Muy feliz.

 

Yoochun guardo silencio, bebió un sorbo de agua y centro su vista en Him Chan. Por alguna extraña razón aquel joven pelinegro y sus comentarios le recordaban a Junsu, al Junsu joven y tierno de su pasado. Yoochun observo la expresión risueña en el joven pelinegro. ¿Por qué él si era feliz a su lado y Junsu siempre le reclamaba? ¿Por qué Junsu sacaba a flote sus celos por Jaejoong?

 

¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*¨*

 

Mi Ra hizo una rápida escala visitando la clínica donde estaba internada su hermana. La joven enfermera le señaló que Sung Ryung estaba en una silla de ruedas junto al lago artificial dibujando.

 

Ella sin ser escoltada por la joven enfermera caminó hasta su hermana. El día estaba soleado y había varias pacientes caminando por aquel verde jardín. Con pasos suaves Mi Ra llego hasta su hermana que lucía una trenza en su largo pelo. La ropa no cambiaba, un pijama de pantalón largo y un suéter celeste que protegía su cuerpo de algunas brisas heladas a pesar del sol brillando en lo alto.

 

 

– Hola Sung Ryung-ah – saludo ella con amabilidad asomándose por los hombros de Sung Ryung y ver que estaba dibujando.

 

Sung Ryung la miró de reojo y luego volvió a centrar su atención en el dibujo.

 

Mi Ra ve a dos niñas jugando en un jardín frente a un lago. La niña más alta tenía el pelo largo, por debajo de la cintura mientras la niña más pequeña tenía el pelo corto… pero no tenía rostro.

 

– ¿Sabes qué día es hoy? – preguntó cogiendo el rostro de su hermana entre sus manos para que la viera.

 

Sung Ryung tragó saliva y sacudió la cabeza apartando las manos de Mi Ra de su rostro.

 

– Otro año que vivo sin él – hablo con verdadera tristeza – No sabes lo doloroso que es no tenerlo a mi lado.

– El verdadero dolor es el que se sufre sin testigos – dijo Sung Ryung viendo con lastima a Mi Ra.

– ¡¿Qué es lo que dices?! – gruño Mi Ra cogiendo furiosa el cuaderno de dibujos del regazo de Sung Ryung – ¡Que sabe una loca como tu del verdadero dolor!

 

Sung Ryung trago saliva y mordió sus labios  dispuesta a  no responder.

 

– Por favor no estrujes  ese dibujo – dijo ella con voz temblorosa.

– ¡Debería romperlo en tu cara! – cogió el cuaderno dispuesta a romperlo.

– ¡No! ¡Es el único recuerdo que tengo de mi hermana! – suplicó Sung Ryung y Mi Ra se quedo viéndola con los ojos abiertos de par en par.

 

Mi Ra viró el dibujo y noto que la niña de pelo corto era ella cuando pequeña y la otra niña de pelo largo era Sung Ryung. Ambas en su pasado jugaban y sonreían. Siempre juntas y hora todo había cambiado.

 

– Tú no tienes una hermana, no tienes nada  – dijo Mi Ra con verdadero desprecio hacia el dibujo. Lo arrojó contra Sung Ryung –  Estas sola, tu propio hijo te aborrece y tu marido solo te tiene lastima… estas pagando por todo el daño que me hiciste y aun así no es suficiente tu castigo… porque él está muerto y ya no  lo tengo a mi lado.

 

Sung Ryung guardo silencio viendo el dibujo y luego aferrándose a este con las manos temblorosas.

 

– Soy más hermosa y aun así él se atrevió a mirarte… ¡¿Por qué?! – se inclinó muy cerca de la oreja de su hermana y presionó con fuerza su cuello – Tu lo sedujiste, él me amaba… y yo te admiraba como mi hermana…  y aun así no te importo robármelo – Sung Ryung podía sentir todo el odio en esas palabras y no parecía querer responder. Miles de veces había explicado aquella escena de su pasado, pero Mi Ra no parecía querer creerle.

 

Sung Ryung lanzo el cuaderno al lago, este se hundía lentamente y Mi Ra solo podía ver atónita.

 

– Tienes razón, no tengo nada… tenía una hermana que era linda y cálida, su nombre era Mi Sook, pero ella está perdida   – trago saliva para continuar y no llorar – Me resigne a esta vida no porque la mereciera, la sangre fluye en mi y seguiré viva – volteo para irse –  El dolor tiene un gran poder educativo… nos hace mejores, más misericordiosas, nos vuelve hacia nosotros mismos y nos persuade de que esta vida no es un juego, sino un deber.

 

Mi Ra tembló al escuchar su verdadero nombre, aquella mujer llamada Mi Sook era ingenua y bondadosa, pero ahora ella no era esa Mi Sook del pasado, era Mi Ra una mujer fuerte y recalcitrante. Trago esas ganas de llorar y gritarle nuevamente a su hermana.

 

– Tu castigo no es este querida Sung Ryung-ah – hablo viendo al lago donde el dibujo había desaparecido –   Tu castigo es saber que fuiste madre y  tu hijo creció lejos de ti… No pudiste sostenerlo en tus brazos, lo perdiste en el momento mismo que lo concebiste. Ese es tu castigo, vivir sin saber dónde está tu hijo y  sin conocerlo – alzo la mirada y todo rastro de compasión desapareció de ella – ¿Dolor? No sabes cuánto dolor puedo causarte hermana.

Notas finales:

La Casa Azul, en verdad la investigue y es un palacio, las habitaciones, los salones… bah, no es tan diferente a mi casa solo es Azul  jajajaja

Vaya, varias de ustedes han estado pidiendo que Yunho de una vez se decida ir por Jaejoong y confesarle cuanto lo ama, así que ese capítulo vendrá pronto. La verdad no he encontrado una escena creíble para que Yunho al fin declare su amor a Jaejoong, las escenas románticas no son mi fuerte a la hora de escribir, pero estoy intentando encontrar esa escena, quien sabe capaz sea el siguiente capítulo. Pero créanme que Yunho tendrá que suplicar de rodillas por el perdón de Jaejoong.

Leo todos vuestros comentarios y me agrada saber que a pesar de todo el drama el fanfic os sigue gustando. 

Nos leemos pronto, por favor sigan apoyando este fic que está pronto a su fin.

Un abrazo.


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