Yoochun se recostó en el asiento del avión, esperando a que el vuelo despegase. Una parte suya quería marcharse rápidamente, pero su otra parte humana quería, deseaba cambiar su presente. Pero eso era imposible, el avión despegaría llevándolo lejos de ese presente. Huir. Eso era lo que él estaba haciendo, Hyun Joong tenía razón. Los recuerdos de Yoochun se perdieron hace tres días atrás.
- Mi más sentido pésame. Lamento todo el daño que le cause a su hermana – dijo Changmin haciendo una reverencia – Créame que no le guardo ningún rencor y deseo que su alma encuentre redención.
Yoochun vio al cantante, tras aquellas palabras no había mentiras, aquel tipo alto era sincero.
- No fue tu culpa, no tienes que pedirme disculpas – dijo Yoochun intentando sonar tranquilo – Eres una buena persona, por favor borra en él todo el daño que le cause en el pasado.
- Teniente Park – dijo Changmin mirando con comprensión hacia Yoochun. Casi lamentaba decir aquellas palabras, pero debía hacerlo por el bien de Junsu – Es verdad que usted lastimo a Junsu cuando se marcho, fui testigo de cómo él sufrió por usted. Las noches y días que lloro suplicándome que fuera a buscarlo – sus palabras temblaban en su boca, Yoochun parecía triste ante cada una de ellas – Desee con todas mis fuerzas encontrarlo y asesinarlo con mis propias manos.
- No te culpo yo hubiera hecho lo mismo en tu lugar, ahora mismo quiero morir.
- ¡No puede morir! – reaccionó intempestivamente Changmin cogiéndolo por el cuello del saco a Yoochun y pegándolo contra la pared. Frente a frente ambos se observaron, la sorpresa fue llevada por Yoochun – ¡Si usted muere Junsu también! ¡él no soportaría perderlo otra vez! ¡no lo soportaría!
- De… ¿De qué estás hablando?
- Dice que soy bueno, no? Bueno hoy seré muy bueno y le diré algo que no debería, pero aún así lo hare – cogió valor para lo que vendría – Junsu nunca va a poder olvidarlo y junto a ningún otro hombre va a poder ser feliz. Por más que usted hayas roto su alma, su cuerpo, su corazón… él… él nunca ha dejado de amarlo. Capturó su corazón y eso es algo que nadie podrá borrar – Yoochun parecía no creer en sus palabras – Dejé de ser un maldito cobarde una vez en su vida.
- Por… ¿Por qué me dices esto?
- Porque Junsu lo ama, para mi desgracia él nunca dejo de amarlo y nunca lo hará. En su mente, en su corazón sólo existe Park Yoochun.
- No es fácil, puedo volver a lastimarlo. No me perdonaría si él vuelve a sufrir por mi culpa – agacha la mirada incrédulo de todas las palabras de Changmin.
- Estoy siendo el mayor estúpido del mundo que está hablando con otro estúpido – se regañó a sí mismo el más alto despeinándose el cabello – Te amo, eso es lo que tiene que decir.
<<Te amo>> repitió Yoochun en sus pensamientos. No. Definitivamente era tarde. La azafata le indico la puerta de embarque deseándole un “buen viaje”
[Romantic-Shinee]
Soy un idiota…
Tu inolvidable amor, estas últimas lágrimas
Están desgarrando mi corazón entero
Se desgarra (Lo siento)
Camino sin pensamiento alguno,
dirigiéndome a donde mi corazón me guie
Buscando a alguien que sea igual a ti,
pero siento que sigo en el mismo lugar
Parece que viniste y tocaste mis caídos hombros,
solo para irte cuando voltee
¿Por qué no estás aquí?
¿Por qué no me dejas verte?
Es que mis ojos no ven más allá
Creí que sería capaz de encontrar
otro amor como el tuyo otra vez…
Pero mi corazón no me deja olvidarte
¿Qué debo hacer?
Ahora que no estás, no puedo seguir adelante
Me siento tan miserable sin ti a mi lado
Estas viejas fotos me hacen creer
Que aún soy tu amor
Aún puedo sentir (el calor) de tu cuerpo y tu cara
Cuando recuerdo haberte tenido entre mis brazos
Aún tengo nuestro romance en mi corazón
Solo quiero regresar atrás.
- No pretenderás huir de nuevo
Esa voz sacó a Yoochun de sus pensamientos obligando a levantar la vista. Como si fuera en cámara lenta Junsu atravesaba el pasillo del interior del avión para llegar hasta su asiento.
- ¿Qué… qué haces aquí? – preguntó casi perdiendo el aliento al ver frente de sus ojos a Junsu, tan cerca. El más joven tenía una mirada tan diferente, su mirada tierna ahora era fiera y decidida.
Yoochun contemplo el rostro de Junsu esperando una explicación.
Junsu no podía creer estar haciendo aquella aparición en pleno vuelo por Yoochun. Usando su placa de teniente en jefe, abusando de su poder policial para irrumpir el interior del avión e impedir que despegara. Muerde sus labios para borrar el nerviosismo, debía responder inteligentemente ante Yoochun. No podía dejarlo que se fuera, no otra vez.
- A-c-e-r-t-i-j-o – logro decir Junsu con un hilo fino de voz.
- ¿Acertijo? – pregunta el más alto inclinado la cabeza a un costado.
Junsu asiente.
- ¿Pudiste resolverlo? – pregunta y Junsu vuelve a asentir de forma tan tierna que en los ojos de Yoochun se podía ver un extraño brillo de alegría.
- Que puede iluminar al mundo entero en un segundo y envolver todo de oscuridad rápidamente – repitió Junsu sin apartar la vista de Yoochun enseñando la nota escrita por puño y letra de Yoochun – ¿Cumplirás tu palabra si respondo correctamente?
- Si – respondió Yoochun sin siquiera pensarlo, si escuchaba a su lado pensante saldría huyendo, pero su corazón ganó ante la razón de su cerebro – Y bien dime la respuesta.
Junsu tomó aire antes de continuar.
- El parpado, porque al abrir los ojos todo se ilumina y al cerrarlos todo se oscurece… se apaga – terminó de hablar y espero ver alguna respuesta en el rostro de Yoochun. Pero el pelinegro se mantenía neutro.
- ¿Qué es lo que quieres? – preguntó con media sonrisa en su rostro.
- Volver el tiempo atrás – respondió con total decisión.
¨**¨*¨*¨*¨*¨*¨*
Hablar con Junsu casi lo había destrozado. Nunca nada había sido tan doloroso como potencial explosivo. El paisaje del jardín de la mansión de Yunho era tan sereno, arboles a lo lejos, el césped verde y los arboles desnudos. Un invierno nocturno pintoresco. A cada momento que pasaba, la duda de saber si había hecho bien o no al hablar con Junsu era más fuerte. Quizás porque sabía que su amor llego al fin, Junsu jamás lo amaría <<Nunca sabrás lo que significas para mi, ni lo que has hecho en mi>>. Ocultar un corazón que ama, que está muriendo ya.
– Es muy difícil la decisión que tomaste – dijo él acercándose hasta donde Changmin estaba de espaldas. El más alto volteo hacia él. Changmin no lloraba con lágrimas, pero él podía ver el llanto en el alma del más alto.
– Por primera vez quiero proteger a alguien, quiero que él sea feliz, pero me duele. No puedo evitar que me duela – cuestionó el cantante con la mirada muerta.
– Sé que ha sido muy difícil, pero puedes apoyarte en mi – miró frente a frente al más alto.
– Minho – susurro el más alto al joven – Duele – Changmin apoyó la cabeza en el hombro de Minho, rodeo con sus brazos y estrecho la cintura de éste.
– El amor cambia muchas cosas, yo también me enamore de alguien que no me ama – dijo Minho estrechando a Changmin en sus brazos. Aún el más alto no se daba cuenta de sus sentimientos, pero había dejado ir a Junsu. Eso era un buen comienzo. Tal vez si podría haber esperanzas para que su amor dejara de ser unilateral – Pero me repetía a mi mismo: No me importa estar así de herido cada día, está bien que me duela, está bien que mi corazón este herido. Duele porque aún siento, porque aún amo y por eso podre vivir.
<<No importa lo que pase, no puedo sacarte de mi corazón>
¨*¨*¨*¨*¨*¨*
Tiempo, Yoochun sabía que el tiempo era relativo al espacio. Nadie podía controlar el tiempo, escapaba a las manos de cualquier mortal. La naturaleza maldita del hombre se había hecho para seguir y no detenerse, pero Yoochun sentía que el reloj de su corazón se había congelado. Perderla tan pronto y de aquella forma lo habían hecho entrar en un invierno aterrador. El frio rodeaba a su corazón y había detenido el latido. El último aliento de vida se fue detrás de su hermana, que vida le quedaba llenó de culpa y remordimiento.
Ahora Yoochun estaba frente a Junsu, ambos solos en el angosto pasillo de embarque. El vuelo seguía detenido.
- Es algo imposible retroceder en el tiempo – respondió Yoochun – No existen las máquinas del tiempo.
- Tienes razón – dijo Junsu sin trastabillar con sus palabras – No se puede volver el tiempo atrás y borrar las heridas.
Yoochun supo al escucharlo que todo había terminado, que aquella pisca de amor que Changmin le dijo eran mentiras. Junsu ya no lo amaba.
- A veces me preguntaba a mi mismo qué haría si tuviera otra oportunidad, pero nunca la tuve – miró a los ojos de Yoochun, Dios, como amaba a ese hombre – ¿Qué harías tú si tuvieras otra oportunidad?
- Una nueva oportunidad es volver a iniciar algo, empezar desde cero – respondió Yoochun viendo los ojos de Junsu – Pero tampoco tendré otra oportunidad.
- Entonces creemos una máquina del tiempo – dijo Junsu cogiendo la mano de Yoochun. Aún estaban heladas.
Por mucho tiempo no me di cuenta,
que tú eras todo para mí
Entonces porque…
¿Baby, por qué?
Es que ahora
¿Dime porque?
No puedo encontrarte en ninguna parte
Tengo miedo de buscarte en los lugares
donde yacen los recuerdos de nosotros
Porque podría… (Lo sé)
Encontrarte con alguien más… que no sea yo
Creí que sería capaz de encontrar
otro amor como el tuyo otra vez…
Pero el dolor que me dejaste está destruyendo
mi débil corazón… ¿Qué debo hacer?
Ahora que no estás, no puedo seguir adelante
Me siento tan miserable sin ti a mi lado
Estas viejas fotos me hacen creer…
Que aún soy tu único amor
Aún puedo sentir (el calor) de tu cuerpo y tu cara
Cuando recuerdo haberte tenido entre mis brazos
Aún tengo nuestro romance en mi corazón
Solo quiero regresar atrás
- Sé que no puedo volver el tiempo atrás – dijo Yoochun intentando contener sus lagrimas mientras estrechaba con fuerza la mano de Junsu – Pero en verdad, en verdad… lamento haberte lastimado. Lamento los años de dolor que te cause. Si pudiera cambiarlo juro que lo haría – su vos sonó triste al recordar las lagrimas que derramó Junsu ese día – Pero no puedo, no puedo volver el tiempo atrás.
Junsu sabía que no existía una máquina del tiempo para volver el tiempo atrás, nada podía cambiar la forma en que se rompió ese día cuando Yoochun le dijo aquellas hirientes palabras abandonándolo. Dejándolo solo.
- Hola – saludo risueño. Yoochun lo quedo viendo con sorpresa y desconcierto – me llamó Junsu.
- ¿Eh?
- Veo que se te cayó esto – señaló la identificación. Yoochun reviso su cartera y descubrió que había perdido la identificación. Seguro al ingresar al avión.
- ¿Qué estás haciendo?
- Deberías responder “ah, gracias” y sonreír – dijo Junsu entregándole la identificación a Yoochun.
- ¿Uh?
- Es nuestra segunda oportunidad, nuestra máquina del tiempo – dice a medida que se acerca hasta Yoochun que abruptamente se puso de pie – No quiero pensar en el pasado, no debemos pensar en el pasado – acuna la mejilla de Yoochun en su mano. No podía seguir mintiéndose, su cuerpo lanzo miles de impulsos eléctricos de su mano ante el sólo débil roce contra la mejilla del más alto – No podría soportar perderte de nuevo. No lo soportaría. Te amo demasiado para importarme el pasado y las viejas heridas.
Supongo que ya estoy cansado
de andar sin rumbo por amor
Tratando desesperadamente de encontrarte otra vez
Te lo ruego que me mires
Y que me digas que es lo que quieres
Esto es demasiado difícil de soportar
Se siente peor que una simple espera,
hasta he copiado tus hábitos sin darme cuenta
¿A caso no ves que hay más de ti que de mí en mi interior?
Quiero, quiero ser tu hombre
Volvamos a ser como antes,
quiero volver a ser ese hombre que te ama
Te prometo con mi corazón
que no volveré a lastimarte otra vez
¿Puedo hacerlo? (déjame hacerlo)
Quiero ser tu hombre
Al tener sobre su piel las manos de Junsu fue lo que Yoochun necesito para dejar de lado su estúpida cobardía. Sus labios se superpusieron con los de Junsu. Un beso, un delicado y suave beso en aquellos labios. Junsu tardó en reaccionar, pero correspondió al beso de Yoochun enredando sus brazos alrededor del cuello del más alto y así intensificar el beso. Al haber respuesta de Junsu, Yoochun siguió con el movimiento de sus labios sin importarle la presencia de los clientes en la cafetería. Nada importaba mientras Junsu estuviera a su lado.
- Todavía no me has dicho tu nombre – Junsu sonrió con dulzura. Hace tiempo que no era tan feliz.
- Park Yoochun – sonrió mientras entrelazaba sus dedos con lo de Junsu. Sus dedos encajaban a la perfección con los del más joven, tan armoniosa era la unión de ambas manos que parecían uno sólo. Ambos se miraron y por primera vez en años las sombras del dolor y la angustia había desparecido de sus rostros.
Ahora que no estas no puedo seguir adelante
Me siento tan miserable sin ti a mi lado
Estas viejas fotos me hacen creer…
Que aún soy tu único amor
Aún puedo sentir (el calor) de tu cuerpo y tu cara
Cuando recuerdo haberte tenido en mis brazos
Aún tengo nuestro romance en mi corazón
Solo quiero regresar atrás
[Romantic-Shinee]
La noche era fría, pero nada importaba. No ahora con Junsu a su lado, todo había cambiado, el crudo clima invernal estaba en segundo plano. Ambos caminaban uno al lado del otro transitando por esa pequeña parte de Seúl. El silencio entre ambos era algo habitual, que más podrían decirse después del pasional beso que se habían dado. Las palabras sobraban cuando sus cuerpos se encontraban.
Como algo mágico, minúsculos copos de nieve cayeron sobre la ciudad, pequeños copos helados que la tiñeron de blanco. El vuelo se había suspendido. Pero que importaba ahora, que podía congelar el amor de dos corazón que ardían uno por el otro. Nada. Nada en este mundo podía congelarlos ahora que estaban juntos.
- Abusaste de tu poder como policía, pero el clima te ayudo – sonrió Yoochun viendo la sonrisa infantil en el más joven. La extrañaba, en verdad extrañaba a Junsu.
- Eso suena divertido – dijo en tono burlón.
- ¿Quieres…?
- No puedes invitar a desconocidos a conocer a tu familia así de repente – regaño Junsu con una media sonrisa de lado.
- Tú no eres un desconocido y no te estaba invitando a ninguna lugar – dijo en tono juguetón mientras miraba a los costados para inspeccionar que nadie lo vería en su siguiente movimiento – Junsu, no sé que pasara en un futuro, pero lo que ahora siento por ti es único. Ahora puedo decirlo con confianza... yo… tu… tu me gustas – besó tiernamente los labios de Junsu.
El corazón de Junsu se salió de su eje, su mente quedo en blanco. Yoochun le había dicho que le gustaba, no existía mayor felicidad en el mundo que oír esas tres simples palabras de la boca de su amado <<Tu me gustas>>
- Aún así tienes razón – dijo Yoochun rompiendo el beso dejando al más joven con la mente en blanco, incapaz de responderle y eso lo divertía. El tiempo ahora era su aliado. Ahora Junsu estaba a su lado – Es muy pronto para presentarte a mi familia – acunó las sonrojadas mejillas de Junsu con ambas manos así pegar nariz con nariz y ver los hermosos ojos de Junsu – Pero pronto llegara ese día ¿no? – Junsu no podía hablar, estaba mudo de felicidad. Sólo pudo sonreír, sonreír como un hombre enamorado, qué más podía hacer. Ahora él era tan feliz y esperaba que Yoochun viese la felicidad de estar a su lado en todas sus expresiones.
¨*¨*¨*¨*¨*¨*
Él deposito las flores sobre el rectangular con el nombre “Park Soo Young” tallado con letras doradas. Rosas blancas, sus favoritas.
- Oppa – dijo la niña estrechando la mano del su padre – ¿Quién es ella?
- Una conocida – respondió Siwon viendo el lugar donde su prima descansaba.
- No la recuerdo – respondió la niña sintiendo pena al no recordar a tan hermosa mujer - ¿Por qué murió? – cuestionó la curiosa Ye Eun a su padre.
- De tristeza – respondió Donghae a la niña – Mejor dejemos que tu padre se despida de ella – estiro su mano así Ye Eun lo estrechaba para marcharse fuera del cementerio. Ye Eun noto tristeza en los ojos de su padre, ella era muy inteligente y sabia que aquella mujer era más que una conocida de su padre. Sin más preguntas cogió la mano de Donghae. Ambos se marcharon dejando a Siwon.
- Cambiaron tu nombre, pero hasta el final fuiste una Yakuza. Cumpliste los códigos de nuestra familia al llevarte nuestros secretos al más allá – dijo Siwon poniéndose de cuclillas como si deseara que ella lo escuchase – Pero nunca te perdonare por intentar lastimar a Minho. Te advertí que si lo tocabas seria tu sentencia de muerte. Tal vez fui causante de tu caída, pero prometí a mi madre cuidar de Minho. Aunque tu loca obsesión por ese cantante fue tu perdición – se puso de pie – Me enseñaste una lección, la locura del amor es algo que nunca experimentare porque no estoy dispuesto a caer sin antes ser el heredero de Seúl – miró el claro del amanecer. La nieve cubría el césped – Mi única debilidad es Ye Eun, pero mis enemigos desconocen que Minho es mi hermano. Soo Young, ese secreto te lo llevaste a la tumba como el nacimiento de mi hija. Dos secretos que solo tú y yo conocemos.