-Son Goku! ¿¿A que debo tan agradable compañía??- preguntó el Rey con su calida y amigable sonrisa de siempre…
-Yo… yo necesito hablar con usted…- murmuró Goku sin corresponder la sonrisa…
-Dígame… ¿¿que ocurre??- preguntó el Rey, poniéndose serio de inmediato al ver la seriedad de su interlocutor…
-Yo… vengo a presentarle mi renuncia…- respondió Goku sin vacilar…
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-Que????!- exclamó el Rey, totalmente sorprendido…
-He decidido… que mi labor aquí… ha concluido…- murmuró Goku, bajando la vista…
-Que ha hecho Vegeta ahora??? Por que todos los profesores que se fueron siempre se fueron por algo que hizo ese niño… dígame… que le hizo???- preguntó el Rey comenzando a enfurecerse…
“Me rompió el corazón, solo eso…” pensó Goku…
-Vegeta no ha hecho nada malo… la decisión de irme es mía…- respondió en cambio el profesor…
-Pero… ¿Por qué? Tiene que existir algún motivo…- dijo el Rey, sintiendo como una extraña angustia se apoderaba de él al pensar en que Goku podía marcharse…
-Simplemente deseo irme… mi vocación no es ser profesor particular… además, Vegeta pronto no me necesitara mas… ¿Para que alargar lo inevitable? Su hijo es muy inteligente… y ya sabe todo lo que necesita saber… Mi trabajo termina aquí…- dijo Goku, diciendo tan solo una de las muchas razones que lo asistían para marcharse de aquel lugar…
El Rey asintió con la cabeza, las palabras de Goku eran muy ciertas… pero una duda rondaba por su mente…
-Entonces no es… por el desdichado beso aquel ¿Verdad?- murmuró el Rey, haciendo que Goku se sonrojara al recordarlo…
-No… claro que no…- susurró el profesor Son… -Eso fue agradable…- añadió casi involuntariamente, haciendo que el Rey lo mirara con intensidad…
Pero los pensamientos del monarca estaban muy lejos de aquel beso…
Su mente se hallaba recordando aquella vieja promesa que le había echo a Bardock…
Esa de encontrar a su hijo Kakarotto y decirle la verdad acerca de quien era…
Ahora Kakarotto estaba justo enfrente suyo, a punto de irse de su vida… tal vez para siempre…
Sin embargo el Rey lo miró de arriba abajo…
Goku, no era más que un hombre de traje… un profesor… un terrícola…
Que tan bueno seria para su vida, enterarse de que todo aquello que había creído que era hasta ese momento, era todo una mentira??
Y a pesar del promesa echa a Bardock… el Rey decidió callar… De todos modos Bardock estaba muerto… Goku no… Goku se merecía una vida tranquila… lejos de los monstruos que acechaban allí fuera en el espacio… Lejos de aquel pasado oscuro de su planeta de origen… “Lo siento Bardock… pero se que tu comprenderías esto…” pensó el Rey, él no estaba dispuesto a destruir la vida de Goku… era mejor dejarlo vivir su vida como humano… hacer otra cosa hubiera sido egoísta…
-Entonces… ¿Realmente no hay nada que pueda hacer para convencerte?- dijo el Rey sin esperanza alguna…
Goku negó con la cabeza…-No… pero en verdad me alegro de haberlo conocido… a usted… y a Vegeta…- involuntariamente el nombre del príncipe escapo de los labios del profesor como una especie de suspiro, que por suerte el Rey no advirtió…
-En ese caso… venga a mi oficina… le haré el cheque que le debo por sus servicios…- dijo el Rey comenzando a caminar en dirección a la mansión, seguido de Goku…
Claro. La paga. A Goku había estado a punto de olvidársele aquel detalle menor… pero era algo bueno… de ese modo al menos no debería preocuparse en conseguir empleo por un par de semanas…
Goku entró en la mansión intentando vanamente memorizar todos los detalles que podía a su paso, sabiendo a la perfección que después de ese día jamás volvería a estar allí…
Pasó con el Rey a la oficina, ambos en silencio, sabiendo que se acercaba el momento de la despedida…
El Rey se sentó detrás de su escritorio, pero Goku permaneció de pie frente a él… todo lo que el profesor deseaba ahora, era poder irse de una vez, no quería cruzarse de nuevo con Vegeta… por que si volvía a verlo… su resolución corría peligro de resquebrajarse…
El Rey tomó un talonario de cheques de arriba de su escritorio y comenzó a escribir en uno de ellos rápidamente, hasta que al fin lo arrancó del talonario y se levantó para dárselo a Goku…
-Sé que jamás discutimos la paga pero… creo que esto estará bien…- dijo el monarca, entregándole el papel…
Goku lo miró y casi se cae de espaldas… había cuatro ceros detrás del primer numero… y eran dólares… fácilmente el equivalente a su paga de diez años en su anterior escuela…
-Y-yo no puedo aceptar tanto dinero…- murmuró Goku, empezando a devolverle el cheque…
-Nada de eso… fue usted el profesor de un príncipe… esa es la paga acostumbrada y ni un centavo menos… además podrá poner en su curriculum este lugar como referencia…- dijo el Rey, mientras Goku se quedaba asombrado de tanta generosidad y amabilidad…
-G-gracias…- susurró el profesor…
-No tiene por que dármelas… además, este tiempo con usted… ha sido uno de los mejores desde que llegue a este lugar… Vegeta ha aprendido muchas cosas y yo he encontrado un buen amigo… así que si algún día necesita de mi… ya sabe donde encontrarme…-
Goku asintió, sabiendo que ya había llegado el momento de irse… se guardó el cheque en el bolsillo de su traje, cuando de pronto recordó que aquel ya no era mas su traje…
-Bueno Milord… ahora me cambiare y me iré….- dijo el profesor, pensando en que estado se hallarían sus viejas ropas…
-Eso no es necesario… esa ropa es suya… y déjeme llamar a Sebastian para que lo lleve a donde usted quiere… A donde… ¿A dónde irá?...- preguntó el Rey, mientras Goku por dentro pensaba que con aquella paga podía irse a cualquier hotel de lujo que se le antojara…
-Solo… solo iré a la ciudad…- murmuró el profesor, mientras el Rey sacaba su móvil y le decía Sebastian que tuviera lista la limusina…
Y una vez que colgó el teléfono, ambos hombres se quedaron mirándose…
-La verdad es que lo extrañare…- murmuró el Rey con algo de tristeza –Esta seguro de que quiere irse?? No se arrepintió???-
-Le aseguro que no – respondió Goku con firmeza –Es la elección correcta… el tiempo que pase aquí fue… el mejor en muchos años… pero es momento de terminar esta etapa…-
El Rey asintió y acto seguido estrechó la mano de Goku… pero entonces impulsivamente tiró de él y lo sujetó en un apretado abrazo…
-Cuídese mucho amigo mío…- le susurró el Rey con evidente emoción que el profesor no comprendió… “Cuídate mucho hijo de Bardock” quería decir el realidad el Rey “Serás muy feliz como humano, sin que necesites saber quien eres…”
-U-usted también mi Rey… y… y cuide mucho de Vegeta… por favor…- dijo Goku con los ojos cristalizados…
-¿No se despedirá de él?- preguntó el Rey sorprendido, soltando el abrazo…
-No… es mejor así… dígale que le deseo lo mejor para el día de su boda…- dijo el profesor con la voz algo quebrada…
El Rey asintió y finalmente ambos hombres salieron de la oficina, rumbo al exterior de la mansión…
Goku salió primero, aspirando el aire puro que soplaba en aquel lugar, y volteando para observar el interior de aquella morada por ultima vez, antes de que la puerta se cerrara…
La limusina ya lo estaba esperando, y el Rey mismo lo acompaño hasta allí…
-Entonces… esto es el Adiós…- dijo el Rey con una sonrisa triste, palmeando el mismo vehiculo gracias al cual se había conocido aquel lejano día…
-Eso parece… Adiós mi Rey…- dijo Goku…
-Adiós Goku…- murmuró el Rey… “Adiós Kakarotto…”…
Goku subió a la limusina, y el vehiculo comenzó a andar, alejándolo del Rey y de aquella mansión… alejándolo de Vegeta para siempre…
El Rey se quedó observando en la entrada como se marchaba la limusina con el hijo del gran amor de su vida en silencio, pero sintiendo una profunda tristeza…
-Es mejor así…- susurró el Rey… -Ahora podrá llevar una vida humana y feliz… normal…-
El monarca se volvió hacia la mansión, intentando no pensar en el hijo de Bardock, y justo cuando entro, el suyo propio estaba bajando las escaleras…
El príncipe estaba sorprendido de que a pesar de sus palabras, el molesto insecto de Goku no fuera a llamarlo para continuar con las clases de la tarde, por lo que nada mas ver a su padre pregunto…:
-Y el profesor donde esta??-
-Se ha ido- respondió el Rey con absoluta serenidad, yendo hacia el sofá y sentándose en él…
Vegeta sonrío incrédulo…
-Como que se ha ido?? A donde?- preguntó el príncipe cruzándose de brazos y yendo al lado de su padre…
-.No lo se… renunció… dijo que puesto que pronto te ibas a casar su permanencia en esta casa no tenia ningún sentido…- explicó el Rey…
Vegeta pareció quedarse de piedra…
¿Cómo…?
¿Cómo era posible…?
Ese… ese estúpido de Goku se… se había marchado??
-Y… entonces no volverá???- inquirió el príncipe, intentando contener la desesperación que comenzaba a hacerse patente en su voz de solo pensar que jamás lo volvería a ver…
-Así es… se fue y no volverá… ahora vístete adecuadamente Vegeta, llamare a Bulma y a su padre para que vengan antes a discutir los detalles del compromiso y la boda con nosotros…-
Vegeta no fue capaz de responderle nada…
Su profesor se había marchado…
Al final, sus palabras habían sido más efectivas de la cuenta…
“Era lo que querías… ¿O no?” le preguntó una vocecita burlona en su cabeza…
Ahora que Goku se había ido… ambos estarían a salvo de la tentación… Era… era lo correcto… se repitió el príncipe en su mente, aunque lentamente sintiera como su alma y su corazón se convertían en hielo…
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Ya lejos de la mansión, un distraído Goku, se dio cuenta de que se había olvidado aquel viejo maletín con el que había arribado a la mansión, en su prisa por irse…
-Arghh soy un idiota…- murmuró para si… eso le pasaba por haber estado tan concentrado en huir del príncipe…
Pero de todos modos no importaba…
Esa maleta no valía ni un centavo, y su contenido (puros papeles viejos) mucho menos…
El profesor se fue relajando gradualmente, mientras pensaba en si volvería a su vieja pensión o si iría a un lugar mejor…
“Bueno solo por que ahora tenga dinero no significa que deba despilfarrarlo… lo mejor será volver a mi vieja pensión… no era muy lujosa pero al menos era modesta… así como lo soy yo…” pensó Goku…
Cuando llegó a la ciudad se despidió del chofer amablemente y caminó la media cuadra que lo separaba de la pensión, esa misma cuadra donde aquella desdichada tarde en que se había quedado sin techo y sin empleo conociera a ese señor elegante y misterioso que había terminado siendo su Rey…
Goku contempló la calle con nostalgia al pesar… allí había comenzado todo, no era una mala idea que allí también terminara… de nuevo desde cero… de nuevo desde el principio… Casi, como si nada hubiera pasado… Casi…
El profesor al fin llego a su posada, donde nada mas verlo, su vieja casera comenzó a gritarle todo tipo de cosas, hasta que Goku sacudió el cheque frente a sus narices, momento en la que vieja se convirtió en la persona mas amable del mundo con él, y dándole además el mejor cuarto de toda la pensión…
Goku lo aceptó, pero cuando entró en él, el alma se le fue hasta el suelo…
Se había acostumbrado a la grandeza, al lado de un príncipe y un Rey, por lo que ahora aquel lugar no le parecía mas que un nido de ratas…
Una cama pequeña, una mesa de madera redonda y arañada, un baño minúsculo y dos austeras sillas…
-El lugar justo para alguien como yo…- se dijo Goku, bastante deprimido…
No tenia ganas de nada…
Solo de tirarse en la cama y ponerse a pensar en todos los sucesos que habían alterado su vida de aquel modo y para siempre…
El profesor cerró la puerta a sus espaldas y se adentró en su nueva morada…
No se quitó siquiera el traje, que ahora era lo único que tenia además del dinero, y así se dejó caer sobre la pequeña y dura cama, deseando dormirse y poder olvidar todo lo que le había pasado…
Pero la cama de pronto le resultaba demasiado incomoda como para dormir, así que se acomodó mirando el techo, con los brazos detrás de la cabeza…
Además, se equivocaba… él no quería olvidar…
Deseaba que su mente recordara por siempre cada uno de aquellos segundos vividos en compañía del príncipe y el Rey…
No podía negar que se había llevado consigo un gran dolor que tal vez jamás se fuera… pero también muchas cosas maravillosas…
Cosas que jamás olvidaría, pensó, tocándose de nuevo los labios, que hacia tan solo unos horas estuvieran sobre los de Vegeta…
Aquella aventura había valido la pena después de todo…
La sonrisa de su Vegeta y esos ojos negros y luminosos se habían grabado a fuego en su mente, como una recompensa que hacia que valiera la pena todo el dolor vivido y todo el que aun quedaba por vivir…
Goku se dio vuelta en la cama… pensando en todo esto… pero pensando también en algo mucho más importante…
-¿Y ahora como se supone que viviré sin ti Vegeta…?- murmuró el profesor en el silencio de aquella habitación...