-Donde se abra metido ese chico- murmuro Goku por cuarta vez al ver como la hora avanzaba y Vegeta aun no se presentaba en el cuarto de estudios…
Lo había visto aquella mañana durante el desayuno y le había dicho que lo esperara aquí mientras el ordenaba sus papeles y el plan de estudios que se había puesto a diseñar para el joven príncipe y que lo había echo levantarse dos horas mas temprano, pero el ingrato joven no se había dignado a aparecer aun y ya eran mas de las 10 de la mañana, por otro lado Goku no se atrevía a molestar al Rey en su oficina donde el hombre se ocupaba seguramente de sus propios negocios, y además Goku no tenia ni idea de cómo llegar hasta la oficina del Rey sin una guía…
El profesor se apoyo sobre su escritorio, agobiado, no se había esperado que el muchacho no se dignara siquiera a asistir…
Seguramente cuando el Rey se enterara de eso se enojaría muchísimo, tal vez incluso lo despediría… Angustiado el profesor se acerco hacia la ventana del cuarto de estudios que daba al jardín y la abrió, deseando respirar un poco de aire puro, seria su imaginación o en aquel lugar el aire que se respiraba era mas denso? Más pesado acaso, como si se respirara una tensión constante que el no tenia ni idea de donde provenía, como si allí se ocultara algún gran secreto del que solo estaban enterados el Rey y su hijo…
“bahh solo es mi imaginación, debo dejar de pensar en la vida como si fuera una novela de misterio” pensó Goku mirando hacia el exterior, allí en la lejanía todo se veía tranquilo y en paz, hacia día magnifico y calido de primavera, una suave brisa entro por la ventana, revolviéndole los cabellos y haciéndolo suspirar, debería sentirse contento de estar en aquel hermoso lugar, pero su mente no dejaba de pensar en aquel mocoso malcriado de Vegeta, y en lo mucho que le molestaba que el joven nisiquiera se dignara a venir a su clase, sin duda lo debía considerar muy poca cosa como para ser su profesor…
Goku siguió mirando la nada acodado en la ventana, respirando el suave olor que llegaba hasta su nariz proveniente de las flores de los árboles de Sakura que llenaban el jardín del Rey, quien por lo visto tenía predilección por esos árboles…
“Y curiosamente también son mis favoritos” pensó Goku con una sonrisa dulce, pensar en el Rey le hacia olvidar de la amargura que le provocaba el joven hijo de este, de echo ya se moría por que fuera la hora de la cena y poder volver a verlo…
Goku no supo cuanto tiempo permaneció así, pero fue un buen rato, hasta que decidió que era momento de salir de aquella estancia e ir a buscar al Rey para informarle de la ausencia de su hijo… Sin embargo cuando se volvió se llevo una enorme sorpresa al ver allí al príncipe en persona…
El jovencito estaba sentando en su banco con los codos apoyados sobre su mesa de roble, un cuaderno y un bolígrafo yacían al lado suyo, en tanto el príncipe ocupaba sus manos con un teléfono celular que Goku no había visto jamás pero que debía de ser lo mas alto en tecnología…
-V-Vegeta- balbuceo Goku sorprendidísimo, pensando en si su mente no le estaría jugando una mala pasada…
Vegeta nisiquiera lo miro, seguía concentrado con su teléfono celular…
-Por que no me aviso que ya estaba aquí?- susurro Goku sintiéndose como un tonto, quien sabia cuanto rato se había pasado allí el joven príncipe mientras el miraba hacia fuera suspirando y pensando en el Rey…
-No tenia por que- respondió Vegeta aun sin mirarlo, con su ceño fruncido como de costumbre –tu eres el profesor no? Entonces tú eres quien debe empezar la clase-
-así es, pero un pequeño aviso no me abría venido nada mal- replico Goku un tanto irritado por esa manera de contestarle del príncipe…
Vegeta alzo sus ojos negros llenos de ira que por un segundo se entrelazaron con los de Goku, también de color negro, y las chispas parecieron saltar en la habitación, aquel profesor de cuarta acaso se había atrevido a replicarle a el? A el?? Al príncipe!!?
Vegeta no se lo podía creer, todos sus profesores siempre habían sido callados y obedientes, de echo algunos nisiquiera se atrevían a dirigirle la palabra, por eso los que no se iban por su propia cuenta había terminado por ser despedidos por el mismísimo Rey…
-La verdad es que no te quería interrumpir- dijo Vegeta sarcástico, desligando su mirada de la de aquel sujeto tan ridículo y que tanto le molestaba.
-A que se refiere?- pregunto Goku algo confundido…
-Me refiero a los suspiros que se te escapaban mientras mirabas hacia fuera- dijo Vegeta con mas burla aun –Seguro pensabas en tu novia… que tal si te vas con ella y me dejas a mi empaz insecto??-
“argh! Que es esa costumbre de decir “insecto” a cada rato de este mocoso” pensó Goku deseando poder responderle con otro insulto, pero sabia bien que no podía faltarle el respeto al insolente chiquillo…
-No tengo novia Vegeta, y por cierto debería cuidar sus modales, no se le olvide que yo soy su profesor y estoy encargado de su educación- respondió Goku con bastante severidad provocando otra mirada cargada de odio por parte de Vegeta…
-Los insectos no merecen respeto- susurro el príncipe, pero Goku fingió no haberlo escuchado y se volvió hacia la pizarra verde, tomando una tiza y escribiendo con ella en la superficie de la pizarra su nombre, “Profesor Son Goku”…
-jajaja- Vegeta se rió con su risa sarcástica de siempre y Goku se dio vuelta para mirarlo…
-Algo en mi nombre le resulta gracioso alumno?- pregunto Goku con frialdad.
-Si- respondió Vegeta – es bastante ridículo-
“Pfff como si “Vegeta” no lo fuera” pensó Goku algo enojado, pero decidió ignorar aquellas faltas de respeto, dispuesto a tan solo cumplir con su cometido de educar al mocoso aunque fuera a ser todo un desafío…
-Bien Vegeta, dígame, ¿cuales fueron las lecturas que estudio con su otro profesor?-
-Y yo que se… el viejo ese no me enseñaba nada, solo se sentaba en su lugar y se dedicaba a mirarme usando mi celular- respondió Vegeta con indiferencia, eso le recordó algo a Goku, que se levanto de su asiento y se acerco al joven con confianza…
Vegeta no lo vio venir, y de pronto el profesor le arranco el teléfono celular de las manos, guardándoselo en un bolsillo…
-Ehhh que haces??- grito Vegeta enfadado –Ahora además de profesor me quieres robar insecto?!!-
-En mi clase estas cosas no están permitidas- retruco Goku – te lo devolveré cuando terminemos-
-Sabes una cosa?, eres el insecto profesor mas odioso que me ha tocado- murmuro Vegeta cruzándose de brazos como el chiquillo que aun era.
jamás había conocido a alguien que le pusiera limites a excepción de su padre y la verdad era que el Rey era bastante blando con su hijo, y sin embargo ahora llegaba aquel profesor, aquel “don nadie” y se atrevía a tratarlo como si fuera un niño cualquiera…
-Me alegro- respondió Goku sonriendo, y a Vegeta estuvo a punto de escapársele una sonrisa también… Aquel terrícola estaba loco… Pero… en cierto modo… una admiración extraña parecía formarse en el corazón de Vegeta hacia aquel que no le demostraba miedo alguno… Sin embargo el príncipe ignoro ese extraño sentimiento, enterrándolo en lo profundo de su pecho y olvidándolo para siempre…
La clase continuo sin mas percances, aunque por supuesta Vegeta hacia todo lo posible por ponerle trabas a Goku, fingiendo que había cosas que no entendía y molestando a su profesor apropósito…
-Es imposible que no sepas leer!!!- exclamo Goku bastante desesperado cuando Vegeta leyó con gran dificultad una oración de un libro de poemas que el profesor había elegido como material de lectura… Vegeta por otro lado se retorcía de risa por dentro, por supuesto que sabia leer, y con mucha fluidez, de echo a el le encantaba aunque eso era un secreto, pero mas le encantaba ver la cara de desesperación de su maestro…
-¡Ah!... Triste… el… des… destino… que… cu- cupo a las flo… a las flores…- intento leer el príncipe, evitando reírse de la cara de horror de su profesor mientras el fingía no ser capaz de leer siquiera aquella simple oración de aquel poema…
Goku enojado le arranco el libro de las manos y se apoyo en el escritorio del príncipe comenzando a leer por su propia cuenta…
-¡Ah! triste el destino que cupo a las flores
Felices las piedras,
felices las rocas que ignoran la vida
que sienten apenas.
También cual vosotras ufanas un día
pasamos las horas forjando quimeras;
mas ahora... ¿qué somos? despojos humildes
que abonan el surco que el germen sustenta.
Brotar de la nada, sentirse inmortales,
soñar unas horas... volver a la tierra...
¡Oh ley misteriosa! continua mudanza,
¿cuál es tu grandeza?
Si el íntimo anhelo, perfume del alma
que sube a la esfera,
no alcanza otra vida; si sólo es engaño,
si sólo es quimera,
¡maldita mil veces! ¡oh madre! ¡oh Natura!
¡maldita mil veces tú vana tarea! –
Vegeta miro a su profesor boquiabierto, jamás había escuchado tal intensidad en unos simples versos…
No lo pudo evitar y la sangre afluyo a sus mejillas, sonrojándolo por completo, por un instante había sentido que Goku le decía esas palabras a el, hablándole con la voz de su corazón…
Pero… que estupidez… por que demonios le dedicaría su profesor unos versos tan estupidos e insignificantes…
Goku lo miraba como si leyera esos pensamientos en el fondo de su alma…
-Prométame ahora mismo que no volvera a fingir que no sabe leer- dijo el profesor con seriedad, mirando a su alumno…
Un indefenso Vegeta asintió con la cabeza, perdiéndose en esos ojos negros profundos y expresivos de aquel que le enseñaba…
Se miraron por un rato largo, hasta que finalmente tuvo que ser Goku quien cortara la extraña comunicación muda que se daba entre ellos…
-Bien de momento dejaremos la literatura… y nos concentraremos en las matemáticas…- dijo el profesor…
-matemática???!! Odio matemática!!!- exclamo el príncipe cruzándose de brazos y haciendo un puchero a Goku le resulto por completo encantador…
-Eso no importa, es indispensable que las aprenda, tome su cuaderno y copie el problema que colocare en el pizarrón- y dicho esto el profesor comenzó a copiar un largo y complicado problema en la pizarra, ignorando las quejas de su alumno, que no tuvo más opción que copiarlas…
Su plan estaba resultando inútil, no había manera de espantar a aquel hombre tan molesto y perseverante, además, lo había calado en el acto, intuyendo que Vegeta solo fingía no saber leer…
“Tal vez al fin halla encontrado la horma de mi zapato” pensó el joven con desanimo…
La clase solo fue interrumpida en el momento del almuerzo, cuando llego una sirvienta cargada de bandejas de comidas…
-El Rey dice que hoy no podrá acompañarlos durante el almuerzo y por eso dispuso que almorzaran aquí, para no causarles la molestia de trasladarse al salón- explico la sirvienta mientras disponía todo…
-Pues dígale a mi padre que es una grosería hacernos comer aquí- dijo el príncipe bastante molesto, mirando a su profesor de reojo, esperando que este dijera algo…
-No diga eso Vegeta, su padre lo hizo para que estuviéramos ambos mas cómodos, deberíamos agradecerle- dijo Goku sonriéndole cordialmente a la sirvienta, que enseguida se retiro…
-Bahhh como sea- murmuro Vegeta…
Ambos comieron en silencio mortal hasta finalizar con el almuerzo, y no habían pasado ni cinco minutos de que había terminado cuando Goku le advirtió a Vegeta que ya recomenzarían con los estudios…
-Que??? Tan pronto??? Aun tengo la comida en la garganta!!!- exclamo Vegeta furioso…
-Ya son las 13:15hs, la media hora que tenemos de tiempo para almorzar ya termino, debemos seguir con los estudios…
Vegeta gruño algo incomprensible pero no pudo hacer nada para evitar que su molesto profesor siguiera con aquella estupida clase que comenzaba a crear mas conflictos en el alma del príncipe de los que ya tenia…
Y sin embargo la clase se paso volando para ambos, detrás de toda aquella molestia e irritación que se provocaban, no podían esconder que había una cierta especie de extraño vinculo que los había unido desde el momento mismo en que se vieran…
A ambos se les paso el horario en que se tomaba el té y prosiguieron con la clase hasta que el sol se puso, llenando el cuarto de estudios de sombras…
-Vaya! Que tarde se nos hizo!- exclamo Goku de pronto, mirando por la ventana…
Vegeta también se levanto de su asiento, para mirar incrédulo como el sol se escondía entre los árboles de Sakura…
En un rato mas seria la hora de la cena, y ellos nisiquiera lo habían notado, Vegeta no lo podía creer, jamás un día se le había pasado así de rápido…
El paisaje del otro lado de la ventana era magnifico, el cielo se veía de un hermoso color rosado y naranja mientras el sol se escondía entre unas montañas que apenas se divisaban a lo lejos.
De entre los árboles un pájaro levanto el vuelo, trinando y ascendiendo hacia el firmamento del ocaso, un viento suave despeinaba a los dos hombres que miraban por la ventana embelesados por la belleza del paisaje y la paz que se respiraba en el…
-Es hermoso- susurro Goku…
-Si- afirmo Vegeta – mi padre eligió este lugar como cuarto de estudios para mi por que creyó que la visión del paisaje me ayudaría a relajarme-
Goku escucho esto sorprendido, era la primera vez que el príncipe no le hablaba con su desprecio de siempre y que le comentaba algo como eso…
Las manos de ambos estaban apoyadas sobre el alfeizar de la ventana, casi rozándose, pero ninguno de los dos parecía darse cuenta…
Entonces Goku vio algo que le llamo la atención…
-Vegeta en su propiedad ustedes tienen pavos reales???- pregunto el profesor mirando hacia abajo…
-A ver!!- Vegeta se inclino hacia fuera para mirar, ya que el no tenia ni idea de que animales mantenía su padre dentro de las tierras de la mansión, de echo no tenia ni idea de cómo era un pavo real…
Al ser bastante mas bajito que su acompañante, Vegeta tuvo que casi encaramarse al alfeizar de la ventana para poder mirar, colocando su mano sobre la de Goku casi sin darse cuenta…
-Vaya! Parece que si- dijo Vegeta, viendo al animal emplumado y de magnifica que cola al que se refería su profesor, era como un pavo de echo solo que su cola era de colores tornasolados azules y verdes, el príncipe jamás había imaginado que una simple ave pudiera ser tan bella…
Pero Goku ya no pensaba en el ave, si no en como la mano de Vegeta se apoyaba sobre la suya, cosa que el príncipe solo noto cuando termino de apreciar el ave que Goku le había señalado…
Vegeta levanto su vista hacia la de su profesor, totalmente ruborizado pero sin quitar la mano, Goku también se había sonrojado y sus ojos brillaban, se sentía extraño, de un modo que jamás había sentido…
Se quedaron mirando por un rato muy largo, hasta que el sol termino de esconderse detrás de aquellas lejanas montañas, y al cielo llego la oscuridad de la noche…
Las estrellas ya comenzaban a despuntar, llenando el cielo como si fueran diamantes, pero ellos dos aun seguían perdidos en los ojos del otro…
-Vegeta…- susurro Goku nervioso, pero entonces el joven príncipe aparto su mano de la de el rápidamente y salio del cuarto de estudios corriendo, sin explicarle nada…
Goku lo observo marcharse y sostuvo la mano que el príncipe le había tocado…
¿Qué era ese sentimiento tan extraño que de pronto lo invadía?