ALGUNOS AÑOS DESPUES…..
Solo se escuchaba el silencio de un bolígrafo rascando contra un papel…
La habitación era oscura, y en un pequeño escritorio, un hombre de cabellos negros y alborotados, intentaba volcar en el papel, palabras que su corazón guardaba desde hacia mucho tiempo…
Pero por el momento era inútil…
Y cuando el hombre sentía que estaba a punto de lograrlo siempre sucedía algo…esta vez no fue diferente y la puerta de la cabaña donde vivía se abrió violentamente, cortando el hilo de todos sus pensamientos…
-Papá!! Ya vamos!! Nos espera el abuelito!!!- exclamó una voz infantil desde el umbral de la puerta…
Goku giró el rostro hacia el niño de unos ocho años, dedicándole una sonrisa triste…
Desde aquel día en que todo había terminado la expresión de Goku se había tornado siempre melancólica y pensativa… Casi como si alma estuviera en otro lugar…
-Ya voy…- respondió Goku al niño de cabellos negros y en punta como una llama…
-Bien…- dijo el niño, saliendo al exterior…
Goku soltó el bolígrafo… Aquello debería esperar hasta más tarde…
Goku salió de la cabaña, hacia un impresionante día soleado que hacia fuera…
En el mundo se respiraba una paz absoluta…
Las montañas se veían cercanas y el aire era puro… Justo al lado de la casa, un río de lento caudal se escurría mucho mas abajo de donde llegaba la vista…
Unas lilas crecían en sus márgenes, y los árboles como enormes custodios, rodeaban la simple cabaña de la cual había salido Goku…
Dos niños se asomaban ahora en el margen del río, mirando sus reflejos…
-Bardock… Vegeta… ¿No que estaban tan desesperados por ir a ver al abuelo? Entonces vengan ya…- dijo Goku con una tierna sonrisa brillando en su rostro…
Los dos niños se dieron la vuelta para mirarlo…
Uno de ellos era idéntico a Vegeta… aquel padre que no habían podido conocer, y el otro era la viva imagen de Goku…
-Ya vamos papá!- respondieron los niños al mismo tiempo, dando largos saltos hacia donde su padre los esperaba…
Goku tomó a ambos de las manos y levantó el vuelo, rumbo a un lugar que quedaba a pocos kilómetros de allí…
La mansión del Rey seguía viéndose como siempre… Y Goku aterrizó allí con los niños…
-Se puede saber que le encuentran de lindo a quedarse con su abuelo?- preguntó Goku, intentando que no se le notaran los celos…
-Bueno…- respondió el pequeño Bardock, mirando a su hermano… -Él nos enseña a luchar… aunque no pueda moverse muy bien… y además nos habla de nuestro papá Vegeta…-
Los labios de Goku temblaron un poco, pero aun así su mirada siguió serena…
Era momento de que dejara de sentir como si su alma se rompiera en mil pedazos cada vez que hablaban de su príncipe… Pero el antiguo profesor bien sabía que esos sentimientos estarían en su corazón hasta el último día…
Los dos niños tocaron a la puerta…
La puerta se abrió de inmediato, y allí adelante apareció el rostro de una hermosa peliverde, que tenia entre sus brazos a un niño de ojos azules y cabello lila…
-Oh chicos! Que alegría que hayan venido! Necesito un par de niñeras para cuidar de Trunks!- bromeó la peliverde a modo de saludo, mientras los dos niños se abalanzaban hacia sus rodillas para abrazarla…
-Abuelita Bulma!!! Te extrañábamos!!!- exclamaron los dos pequeños, mirándola con sus ojos negros e inocentes, mientras a Bulma comenzaba a darle un tic en el ojo mientras miraba a Goku…
-De nuevo les has dicho que me digan abuela???! Soy demasiado joven para ser abuela!!!!- protestó Bulma, mientras Goku se sonreía un poco…
-Estás casada con su abuelo… así que técnicamente eres la abuela…- respondió Goku, esquivando por los pelos un golpe que le tiró la peliverde…
-Bueno bueno… vamos, pasen, pero nada de decirme abuela… el Rey está en el sofá, así que vayan y moléstenlo a él…-
Los niños pasaron a toda velocidad al interior de la mansión, casi como si fueran los dueños, y allí en el sofá se lanzaron sobre el abuelo, que parecía haber estado durmiendo una placida siesta hasta ese momento…
Goku pasó con más prudencia al interior de esa casa llena de recuerdos…
-¿Como has estado?- preguntó Bulma, al ver la mirada vacía de Goku…
Pero el profesor estaba recordando…Aun podía acordarse a la perfección del miedo y los nervios que había sentido al pisar esa casa por primera vez… Y luego todo lo que había sentido cuando su mirada se había tropezado, casi por accidente, con unos ojos negros que no olvidaría jamás… Todavía la parecía verlo, recostado contra esa pared y cruzado de brazos… dejándole a las claras que lo despreciaba y que no lo quería de profesor… Y pensar que después daría la vida por él… el destino era siempre tan impredecible…
-Goku??- preguntó de nuevo la peliverde, al ver que Goku parecía haberse quedado totalmente abstraído dentro de su mente, observando una de las paredes de la mansión…
-Bien…- mintió Goku finalmente… - He estado muy bien…solo algo cansado…-
-Si… los niños avecen pueden agotar mucho…- replicó Bulma, luchando contra un pequeño Trunks que se retorcía entre sus brazos…
-Y por aquí? Como ha estado todo?- preguntó Goku, para desviar la atención de si mismo…
-Bien… A veces tiene sus días… pero podemos sobrellevarlos… mejor ve y salúdalo… estuvo esperándote todo este tiempo…- respondió Bulma, refiriéndose al Rey…
Goku pasó a la sala de estar, y allí en el sofá estaba el Rey, jugando con sus dos pequeños nietos…
Pero al ver allí a Goku, se puso en pie de inmediato…
-Como has estado??- preguntó el Rey, avanzando hacia Goku lentamente y con un bastón, secuela de aquella batalla que habían librado hacia tantos años…
-Bien…- respondió Goku saludándolo… -Solo vine a dejar a los niños… y me vuelvo a casa… de todos modos vendré mañana…-
-Te iras tan pronto?- preguntó el Rey…
-Si… aunque antes… me gustaría pasear un rato por el jardín…-
El Rey hizo un movimiento afirmativo con la cabeza y Goku salió al exterior…
Hacia tanto tiempo que no paseaba por ese jardín…
Los árboles de Sakura seguían igual a como él los recordaba… y arriba, la ventana ahora cerrada, de aquel lugar que había sido el cuarto de estudios donde alguna vez fuera el profesor de ese príncipe que le había robado el corazón…
Como podría olvidar ese día en que había salido al jardín y se lo había encontrado allí, de espaldas a él, mirando la puesta de sol… ese día en que los sentimientos de los dos al fin habían desbordado sus corazones…
Pero ahora allí ya no había nadie… ni siquiera el fantasma de un recuerdo…
-Te extraño tanto…- susurró Goku con la voz rota, incapaz de contener las lagrimas que caían de sus ojos…
No supo bien cuanto tiempo estuvo así, pero pronto una mano se apoyó sobre su hombro… Era el Rey…
-Ya no debes sufrir mas Goku… acaso piensas que a Vegeta le gustaría verte así??- reprochó el rey amablemente, conduciendo a Goku a un banquito que había colocado allí recientemente por culpa de lo reducida que había quedado su movilidad…
-Tu no entiendes… tu ahora tienes a Bulma…- sollozó Goku, sintiendo una vez mas como se partía por dentro…
-Bulma es una buena compañera, es cierto… Me ayudo mucho para volver a caminar luego de que Zarbon me rompió las piernas ese día…soporta mis silencios y mis melancolías y no se enoja cuando le doy mas atención a mis nietos que a nuestro hijo Trunks… pero mi alma se quedó por siempre con Bardock… y tengo fe en que lo volveré a ver algún día… Pero mientras tanto no quiero pasar esta vida sufriendo…- respondió el Rey serenamente…
-Pero yo no puedo… siento que caigo en la nada… No es justo… Ojalá hubiera muerto yo…-
-Y ahora tus hijos no estarían aquí… debes pensar en eso…- le reprendió el Rey…
-Lo se… ellos son lo mas importante para mi… pero a veces… oh! Como quisiera que esto terminara de una vez…- respondió Goku, principiando a enjugarse las lagrimas…
-Yo también extraño a mi hijo… Pero su muerte no fue en vano… él nos salvó a todos… a ti de la muerte, y a mi de mi mismo… Hoy puedo aceptar vivir como un terrícola más… Como él mismo lo dijo… solo soy un terrícola con orgullo saiyajin… Así que… ya debes dejarlo descansar en paz…- la voz del Rey también se escuchaba quebrada…
-Si… además supongo que ya no importa… ayer mi corazón estuvo doliendo de nuevo… Así que presiento que el fin está cerca… Una parte de mi desea mas que nada descansar a su lado… pero la otra no quiere dejar a los niños… tú los cuidarás por mi verdad? Si yo llego a faltar…?- dijo Goku, colocándose una mano sobre el pecho y mirando al Rey con los ojos colmados de lagrimas…
-Te prometo que lo haré…- respondió el Rey…
-Quien lo diría… que algún día… tú y yo hablaríamos de esta manera, sentados aquí…Quien diría que serias tu mismo quien haría nacer a mis hijos… Sin tu ayuda… probablemente los tres hubiéramos muerto- dijo Goku, pensativo, mirando hacia las montañas… el sol se pondría muy pronto, y él ya quería estar en su casa para ese momento…
-Si… el destino es así… nos lleva y nos trae hacia donde a él se le antoja…-
Goku se miró las palmas de las manos en silencio…
-El destino…- repitió…-Me pregunto si es verdad que está escrito en las estrellas o en las palmas de mis manos…-
-O si somos nosotros mismos quienes lo forjamos…- concluyó el Rey, también pensativo… -Vegeta eligió sacrificarse así mismo por nosotros… por ti… por que te amaba… No piensas que ese fue el acto de amor mas grande que pudo haber hecho por ti?...-
-Si…- murmuró Goku… -Yo siempre me quejaba por que nunca me decía que me amaba… por que siempre me parecía que su orgullo era mas grande que su amor hacia mi… pero ese día me di cuenta de lo mucho que me amaba… y todo para perderlo al final…-
-Lo mismo me pasó a mi con tu padre Goku… y aun así… si pudiera dar marcha atrás en el tiempo y evitar conocerlo… no lo haría… En mi caso ganó el orgullo… pero me llena de dicha darme cuenta de que no fue así en el caso de Vegeta… él se rebeló contra todo y contra todos… solo para estar contigo… y lo admiro por eso…- dijo quedamente el Rey, aun pensando en ese hijo que tan poco había apreciado…
-Tienes razón… y no…Incluso al día de hoy… no me arrepiento de nada…No… todo lo que paso… todas las cosas que viví a su lado… al final todo valió la pena… El dolor que ahora siento es atroz… pero si me dieran la posibilidad de eliminarlo, eliminando el tiempo que estuvimos juntos… jamás aceptaría… Incluso aunque doliera mil veces más…- susurró Goku…
El frío en su alma parecía haber llegado para quedarse… Siempre que pensaba en el príncipe era como si todo su interior se congelara… como si se volviera de hielo…
-Ya es hora de partir… Adiós… Volveré mañana a buscar a los niños…- murmuró Goku, levantándose de al lado del Rey…
-Adiós…- respondió el monarca, observando marchar a Goku, sintiendo en su interior que aquella seria la última vez que lo vería…
El antiguo profesor levantó vuelo, alejándose de aquella mansión para siempre…
De nuevo a ese lugar mágico… de nuevo a ese lugar lleno de recuerdos…
La cabaña que había levantando en ese sitio que alguna vez fuera solo suyo y de Vegeta…
La puerta de la cabaña dio un suave rechinido al ser abierta, y Goku la cerró a sus espaldas…
Ahora sentía que podría expresar todo lo que necesitaba expresar sobre aquel papel en blanco…
Se sentó en su escritorio y se colocó los lentes… su mano temblaba un poco, pero al final consiguió ponerla firme… y en ese papel, el antiguo profesor, escribió lo siguiente:….
“CARTA DE UN HOMBRE A SU AMOR QUE YA NO ESTÁ…”
“Cuanto tiempo ha pasado ya… Parece una eternidad completa desde que te fuiste de mi lado… Hubiera querido decirte tantas cosas… Pero no tendré una segunda oportunidad… Solo puedo decirte que te extraño… que te extraño demasiado… No quiero volver a romper a llorar, por que casi puedo escuchar tus palabras en mi oído, diciéndome con tu acento burlón de siempre: “Vaya piltrafa estas hecho… te pareces a mi antes de conocerte…” Pero hay días en que no puedo dejar de llorar… esos días en los que soy conciente de que ya no volveré a verte… y es como si se partiera mi corazón en mil pedazos… ¿Tu puedes respirar allí donde estas?... Por que yo aquí apenas si puedo… Parece como si tuviera una piedra enorme e inamovible aplastando mis pulmones y mi corazón todo el tiempo… dejándome sin aire… dejándome frío… ¿Aun sonríes como sonreías para mi? Espero que si… Nunca vi un muchacho mas serio que tu… Cuando te conocí me di cuenta de que ni siquiera eras capaz de esbozar una sonrisa… Pero jure que te haría reír y al final lo logré… Aunque no fue mucho el tiempo que pude disfrutar de esa victoria…
Ojala pudiera tenerte aquí a mi lado… Para volver a abrazarte y decirte que nunca dejaré que te marches de nuevo… Si tan solo te hubiera tomado de la mano con fuerza aquel día, sin tan solo no te hubiera dejado marchar, pero solté tu mano y te fuiste de mi lado para siempre… y ahora ya no hay vuelta atrás… Podría haber sido nuestro destino el estar juntos para siempre, sin embargo, si eres el único que no esta aquí, entonces viajaré através del tiempo para encontrarte… Y si te sacrificaste a ti mismo para salvarme, entonces yo te protegeré la próxima vez, así que por favor confía en mí… Me reiré por ti, ahora que tu risa ya no puede sonar mas, no importa cuantas veces rompa a llorar…O lo confundido que me sienta, aunque el mundo fuera a acabarse mañana, tomaré tu mano… No volveré a dejarte marchar… Y es que cuando amas a alguien es como si te uniera un hilo invisible de plata a esa persona, que a pesar del tiempo y la distancia siempre te mantiene unido… hoy toco ese hilo, pero del otro lado ya no hay nadie… y siento que caigo en el vacío… Ojala pudiera abrazarte por diez segundos mas, por un segundo mas… Pero se que jamás podré volver a hacerlo… Mi corazón a veces duele… no solo por ti… si no por la enfermedad que vengo arrastrando conmigo hace un par de años… Así que casi puedo sentir que volveré a verte muy pronto, aunque tal vez no sea mas que una ilusión… Sin embargo… casi puedo escuchar tu risa desde aquí… estos últimos días te siento tan cerca… que hasta creo que te veré de un momento a otro… ¿Estas esperándome? Por que yo a ti si… Si supieras cuanto te amo… Y cuanto anhelo esta vez ser yo quien se duerma entre tus brazos… Creo que no demoraríamos ni un segundo más este reencuentro y esta despedida… Ahora solo escucha… es el sonido del mundo… cantando por nuestro amor… ese que jamás será vencido por nada ni nadie… ese que se retraso un poquito, pero que es eterno… He escuchado mil veces aquella frase, de que la ausencia causa olvido… pero como podría olvidar a quien siempre he querido? Tu ausencia aquí se siente más que nunca… y no pasa un día en que no me acuerde de ti… ¿Qué fue lo que te impulsó a darlo todo por mi? Yo lo hubiera hecho por ti, así que ¿Tanto me amabas aun sin decir ni una palabra? Sabes, creo que siempre lo supe… ¿Me crees? Desde el momento en que te vi, supe que nuestros destinos estaban unidos… Incluso hoy, incluso ahora, aun lo creo… Incluso a pesar de tu ausencia… Estaremos unidos siempre… Pero ahora ya no puedo escribirte mas… el corazón me duele demasiado y quisiera salir al exterior a ver la puesta de sol… Aquí… en este lugar que será siempre tuyo y mío…”
Goku dejó el bolígrafo sobre la mesa… Observando todo ese espontáneo montón de palabras que habían surgido desde el fondo de su alma…No había expresado del todo sus sentimientos, por que eran imposibles de explicar con palabras… todo ese amor… todo ese amor aun estaba dentro de su corazón… aguardando al único hombre que había amado…
El antiguo profesor dobló la carta y se la guardó en el bolsillo, saliendo luego al exterior de la cabaña…
Allí fuera el sol ya se ponía, ocultándose detrás de las montañas que parecían cubiertas de fuego color rosa…
El brillo se reflejaba de un modo casi mágico sobre el agua del río… Una alondra cantaba en un árbol cercano y un ruiseñor también se escuchó…
Goku observó su cabaña una vez mas… esa en la que le había prometido a Vegeta que vivirían… esa que al final había tenido que habitar sin él…
El profesor quitó la carta de su bolsillo, y comenzó a plegarla cuidadosamente, con una sonrisa en su rostro cansado…
Ahora la carta era un barco de papel…
Con todos sus sentimientos en ella…
El profesor se inclinó sobre el río y depositó allí aquellas últimas palabras hacia su amado, y pronto la lenta corriente lo fue alejando más y más de él…
Goku se enderezó, observando con nostalgia como el barquito de papel se alejaba hasta perderse de vista… Pero mientras observaba su reflejo algo lo sorprendió…
Un rostro… un rostro que no era suyo pero que estaba a su lado, reflejándose sobre el agua cristalina…
El profesor miró a su lado, pero allí no había nadie… sin embargo, cuando volvió a mirar su reflejo en el río, ese mismo rostro amado allí seguía…
Su príncipe… con una hermosa sonrisa…
En el reflejo, la mano del príncipe pareció posarse sobre su hombro, y Goku casi pudo sentir la tibieza de su contacto allí…
Vegeta estaba allí… a su lado… siempre lo había estado… Jamás había roto aquella promesa que se habían echo en ese mismísimo sitio… Jamás lo había abandonado… había estado junto a él incluso cuando no podía verlo…
Los ojos del profesor se llenaron de lágrimas…
-Te amo…- susurró mientras un viento suave lo acariciaba…
Y el viento pareció responderle “Yo también…”
El sol ya había desaparecido entre las montañas, y el cielo se había vuelto de ese color violeta intenso que antecede a la noche… todo el lugar estaba casi a oscuras, pero para Goku jamás había sido tan luminoso… En el cielo, la primera estrella de la noche despuntó, como un único diamante sobre ese fondo de color violeta cada vez mas intenso, mientras la brisa suave del anochecer primaveral envolvía a aquellas dos almas que estarían unidas para siempre…
Y allí se quedaron, solos los dos… En ese lugar que siempre sería de ambos… Esperando ansiosamente el momento de volver a verse…
FIN…