Con agilidad desenfunde mi varita. Y me puse en guardia, de entre las sombras del castillo un imponente dementor salió. Conjure un patronus pero la experiencia con Malfoy me había dejado debilitado mentalmente. No podía concentrarme en algo feliz. Los ojos de mis hijos, la voz de mi madre, mi primer beso. Esto no estaba funcionando, como un patético estudiante corrí hacia la sala de pociones. En la que el profesor Malfoy aun estaba ordenando el material de trabajo. Con la respiración agitada por la carrera dije.
- Un dementor.
- No seas ridículo, para que rayos un dementor vendría aquí.
- Por tu padre.
El rubio se quedo callado.
- Bueno, tú eres el auror- me sermoneo.
- No puedo pensar en nada feliz. - Con rapidez el profesor de pociones saco su varita. Yo me coloque de espaldas a la puerta. Pero fue una mala idea, contra mi pecho sentí el frio mas helado y como si me arrancasen el corazón, sentí que perdía el conocimiento. Con la vista nublada caí al piso.
Malfoy abrió la puerta, escuche un respingo, pero estaba débil, no podía enfocar la mirada.
- Ridiculus- grito mi compañero.
¿Era un boggart? Como es posible que un profesor de defensa no reconociera un boggart. Un simple y vano monstruo de amas de casa.
- Eres patético- dijo Draco tomándome de la mano, ayudándome a pararme.
La fuerza me había regresado a las piernas, pero aun me sentía débil.
POV.
- Si me enseño eso… y también dijo que no hablara con extraños, pero como ve soy un chico rebelde.
-¿Y qué te trae a mí al ser el primero que corrió como niña asustada al verme?
- No se equivoque conmigo. Yo solo seguí a mi profesor de pociones a donde no me correspondía. Siendo usted su padre es posible que le ayudara a escapar. Y yo como futuro auror no lo permitiría.
- Que auror más valiente- dije con un dejo de ironia.
-¿Por qué le interesa saber quién es mi hermano?- pregunto el niño. Sacando su varita.
-¿De que esta echa tu varita?
-de fibras de corazón de dragón y... no me venga con estupideces. ¿A usted que le importa quién es mi hermano?
-En lo mas mínimo me importa tu hermano, yo lo que quiero es que aleje sus manos de mi nieto- el muchacho me miro intrigado - reconocía esa mirada, era la traición pura que luchaba por salir.
-Me llamo James- dijo secamente.
-Lucius Malfoy- conteste- puedo ayudarte con la de tu hermano y mi nieto.
-No quiero que el apellido Potter se vea empañado con alguien como mi hermanito.
-¿Entonces tenemos un trato?- dije. No me había equivocado este chico tenía en la sangre la casa de Slytherin.
El extendió la mano por entre los barrotes, y yo tome su varita. Con un hechizo silencioso salí de la prisión. Y conjure mi escape de más mazmorras. Solo necesitaba un alumno pequeño y un boggart.
Conseguirlo no fue difícil, y mientras la pequeña estudiante corría despavorido al ver un Troll de la montaña yo escape, ayudado por mi cómplice el pequeño James Potter.
POV
Después del incidente del boggart no hubo mucha acción en el castillo, di mis últimas clases de pociones y salí rumbo a la sala de la directora. En ella ya se encontraba Potter.
- Bueno ya que al fin los dos llegaron- dijo la anciana les mostrare sus habitaciones.
Con paso decidido la mujer se encamino hasta las escaleras. Rápida para su edad, nos condujo a las mazmorras de parte oeste del castillo, las que quedan en el subterráneo debajo del lago. Para ser más exactos, debajo de la sala común de Slytherin.
Abrió la puerta de un gran habitación, dentro había un baño y… ¿dos camas? Una roja y la otra verde.
-a… no- dije sabiendo que tramaba,
-no se queje señor Malfoy solo nos queda una habitación en todo el castillo y es esta. Tendrán que compartir les guste o no. Sus cosas ya fueron instaladas. Y le prohíbo terminantemente que regresen al salón de menesteres. Ese salón siempre ha sido un baño de emergencia para los alumnos en medio de la noche, y ustedes dos son un estorbo ahí. Ahora desempaquen y tengan dulces sueños.
Finiquito la anciana azotando la puerta detrás suyo.
POV
Pasó una larga semana y no conseguía decir dos palabras bien frente a Malfoy, en mis clases estaba mal, me distraía mucho, incluso Lilly que no tenía una pisca de perspicacia lo había notado.
- ¿Estás bien papi? – me pregunto al final de una de las clases - ¿es por el señor que se llevó a mami?
- Si, cariño, estoy bien y tu madre también – pero después note a una Ravenclaw muy perspicaz verme. Era el retrato de su madre, rubia, blanca y aunque parecía perdida en su mundo, siempre prestaba atención en todo.
Había terminado la clase con Ravenclaw y Slytherin, todos comenzaron a salir, menos ella. Rose la llamo, pero dijo que tenía una duda y me quería preguntar.
- ¿Cuál es su duda señorita Lovegood? – le dije intentando cortar esto de tajo.
- ¿Usted está así por el profesor Malfoy, cierto? – dijo mirando a la ventana, cuando noto que no contestaría continuo – yo sé que es buen amigo de mi madre, de echo podría decir que su mejor amigo, y que además de eso hay cosas que no le cuenta a la madre de Rose, que si le cuenta a la mía, ella me conto lo que pasó después de la guerra.
- ¿Qué te dijo? – pregunté con la voz seca.
- Pues le comente que había bajado en el nivel de sus clases, y que el profesor Mafloy también lo había hecho y que no podía mirar a Albus como usted, no puede mirar a Scorpius – trague la poca saliva que pude – usted ama al profesor Malfoy, pero su ex esposa no lo dejaba acercarse a él, que con penas, dejo testificar a su favor, y me dijo que si podía hablar con usted, le dijera que los thestrals lo estaban esperando – y salió de la habitación.
POV
No podía creer que ni una simple poción de primero me saliera y que casi quemara un café, era un pocionista, pero no tenía la cabeza, aquí estaba todo en ese maldito Potter y en ese maldito beso.
Me asome a la ventana y vi que hoy eran las audiciones de quidditch, y que mi hijo iba a estar ahí, que gracias al pottercito había superado su miedo a volar y que haría la prueba para el equipo de Slytherin, y que además quería adoptar a un torpe hipogrifo, y me hizo pensar en el pasado, cuando me fije en Potter más que nunca, tenía justo su edad, y cada que veía un dementor me preocupaba, porque no le pasará nada, tanto que no fue el único en aprender el conjuro patronus y que sorpresa me lleve cuando de mi varita salió un león con astas.
Me aparte de la ventana decidido a ver las pruebas, pero una lechuza entro volado, era bellicima, negra con ojos verdes, me extendió la pata y tome la nota, solo decía, “Los thestrals te esperan”.