Íbamos caminando tranquilamente, bueno realmente yo no caminaba, ya que iba sobre mí Al, vagamos por la escuela en la víspera de noche buena, los pasillos estaban totalmente desiertos, y debes en cuando veíamos uno que otro copo de nieve cae y convertirse en agua antes de caer por completo al suelo, era muy acogedor, pero en un momento algo golpeo a Al y ambos salimos volando, Albus estaba como piedra bajo de mí.
Me levante para ver que el profesor Longbottom había sido quien nos había atacado.
- Profesor ¿Por qué nos atacó? – le dije un poco aterrado, además de confundido, pues el profesor era muy amable y pacífico.
- Petrificus totalum – disparo el profesor y apenas logre esquivar el hechizo.
- ¡PROFESOR! ¡¿Qué le sucede?!
- Incendio – logre sacar justo a tiempo mi varita y desviar el hechizo.
- ¡DETENGASE! –
- Desmaio – Demonios me tendría que defender.
- Protego – y di otro movimiento a la varita – Reducto.
Mientras tanto en otra parte del castillo, unos profesores, a su edad y siendo profesores seguían actuando como adolescentes, besándose apasionadamente y tocándose morbosamente, haciéndolos sacar leves gemidos de placer.
- Profesor Potter… no deberías de hacer esto – dijo en un leve susurro al oído del niño que salvo al mundo mágico que ya había dejado de ser un niño, era todo un hombre.
POV
Estábamos en un momento muy apasionado, mi asombroso novio y yo, cuando la puerta se abrió y el estúpido de Longbottom entro a la sala, nos separamos y como pudimos nos acomodamos la ropa que teníamos, pero algo fue mal.
- CRUCIO – grito, la estúpida mariposita y el hechizo tomo desprevenido a Harry y lo tiro al piso retorciéndolo de dolor.
- ¿Qué te pasa estúpido? – le dije sacando mi varita.
- Eso no es de tu incumbencia – dijo – CRUCIO
Me metí entre el hechizo y mi amado y sentí como todas las células de mi cuerpo se contraían y me hacían sentir una gran cantidad de dolor, pero cedió rápidamente.
- Te dije que no era de tu incumbencia, maldito traidor – jamás, me había hablado así, ese estúpido Gryffindor parecía una inofenciaba mariposita, regando sus plantitas todos los día, no sabía que le pasaba.
- Neville, él no es ningún traidor, recuerda que nos ayudó en la guerra…AHHH – otro crucio lo había golpeado y echo callar. Ya era suficiente.
- SECTUM…
- Detente – me dijo Harry.
- Pe-pero…
- Neville ¿Qué te pasa? – dijo Harry – somos tus amigos. Bueno Draco no tanto – corrigió al ver mi expresión – pero tú jamás harías esto.
- ¡Que te calles! Depulso – y salió volando contra el techo, ya era suficiente.
- Desmaio – y el hechizo lo mando lejos, pero se había protegido y no le había pasado mucho.
- Maldito – y el verdadero duelo comenzó. Una larga serie de hechizos salieron permitiéndome apenas defenderme y contraatacar.
POV
Se hechizos eran muy rápidos y yo apenas podía mover mi varita para protegerme ¡¿Qué querían soy de tercero y él es un profesor?! Mariposita como mi padre decía, pero profesor a final de cuentas.
- Expelliarmus – dije con un último esfuerzo, pero lo regreso con un hechizo y mi varita salió volando, mierda estaba acabado.
- Depulso – dijo la voz más tranquilizadora de mi vida.
- Desmaio – se le unió otra voz. Gracias a Merlín, ellas tampoco se habían ido.
- Scorp ¿Estas bien? – me pregunto Rose.
- Si pero a Al, lo golpeo un petrificus totalum.
- Finite incantatem – Arit lo había ayudado, su ojos se relajaron y respiro con mayor fluidez.
- ¡SCORP! – se paró de golpe y me tomo de la cara - ¡¿Estás bien amor?! – su cara se tensó al escuchar cómo me había dicho, pero sin evitarlo me jalo y me beso.
Fue un beso tierno y rápido, nuestro primer beso, no sé cómo describirlo, pero fue maravilloso, cuando abrí, los ojos, vi a Albus, sonriéndome, al saber que estaba bien y a Arit, con su mirada soñadora, pero Rose, estaba volteada como dándonos intimidad.
- Si estoy bien…- dije y entonces sonreí, aún tenía un lado Malfoy – y ¿Cómo que amor, cuando me pediste que fuera tu novio?
Antes de que me pudiera contestar escuchamos un fuerte golpe en uno de los salones cercanos, y un quejido de mi padre, por lo cual Al y yo echamos a correr, seguidos de Arit y Rose, pero las detuvimos y le dijimos a Rose que detuviera antes al Profesor Longbottom.
- Osh! Esta desmayado, pero está bien, incarcerous – y unas cuerdas salieron y amarraron al profesor Longbottom y Albus tomo su varita y corrimos.
Demonios, Longbottom era muy bueno, pero no tanto como yo o eso creí, porque su ultimo hechizo hizo que mi varita saliera volando y después yo salí volando contra una de las mesas.
- Vaya, vaya, pensé que eras mejor, pero ya veo que estos asquerosos mestizos te han hecho débil – un crucio – JAJAJAJAJA – esa risa, me recordaba a alguien y no podía recordar a quien... otro crucio – ¡Maldito traidor! AVADA…
- Expelliarmus – dijo una voz que no podía ser otra más que la de mi hijo.
- Depulso – dijo el Pottercito.
- Desmaio – esta vez fue la comadreja mayor.
- Petrificum totalum – esa última voz me recordaba mucho a la de Luna pero no sabía de quien era y con todos esos hechizos, Longbottom cayó.
Mi hijo corrió hacia mí y me ayudo a levantarme, mientras Potter iba con mi Harry.
- Esto no puede ser posible – dijo la comadrejita – nosotros dejamos atado afuera al profesor Longbottom.
- ¿Cómo? – dije con una voz confusa.
- Si, padre, lo que dice es cierto, iba caminando con Al y nos atacó el profesor Longbottom – dijo mi hijo – como Al estaba paralizado, nos tuve que defender, pero gracias a Rose y a Arit, logramos vencerlo y lo atamos, es más, Al tiene su varita.
- Eso es cierto, Draco – nuestros hijos se vieron con una cara extraña de que me llamara así y las niñas solo soltaron una risita, y yo me sonroje.
- ¿Ah sí? – pregunte - ¿entonces quién es este?
- Padre, ¿Esta no es la varita de James?
- ¿Qué? Eso es im… - mi león iba a empezar a abogar a favor de su hijo pero… - así es, es la varita de James. Draco – otra vez mi sonrojo - ¿Tienes solución de poción multijugos?
- Claro, Harry – esta vez yo la había cagado, pero no me importaba, del almacén saque un frasquito – despiértenlo.
- Finite incantatem – dijo la viva imagen de Luna.
- Sujétenlo – y así hicieron. Le abrí la boca y le di un trago.
Cuando el antídoto, comenzó a hacer efecto, mi cara y la de Scorp, se pusieron más pálidas de lo que ya eran, el cabello se iba haciendo rubio, no pelirrojo como todos esperábamos, las arrugas no se hicieron esperar y el rostro que más me temía, apareció frente a mí.
- Padre – dije con un hilo de voz.
- NO TE ATREVAS A LLAMARME ASÍ, MALDITO TRAIDOR – y me escupió en la cara.