Llegamos al límite del bosque prohibido, no dejábamos de besarnos y tocarnos, y sus besos estaban poniendo cada vez más intenso el ambiente, la pasión se podía cortar e inhalar y cada vez que inhalaba sentía más la pasión y me dejaba guiar por ella.
Nuestras lenguas se batían en un duelo a muerte para ver quien conocía mejor a la otra y una excitación abrumadora comenzó a llenarme, su pierna separo las mías y se colocó entre ellas, sus manos subieron mi camisa y se colaron entre mi piel cálida y su tacto fue frio.
- Markus – suspire y mi mano se fue a su espalda y otra a su pecho.
Comenzó a quitarme la corbata y caímos en la poca nieve que había, sin dejar de besarnos, se quitó la coraza de Quidditch y las botas, mientras yo me quite los zapatos y abrí mi camisa. Rodamos en el piso y quede sobre él entonces le puse la mano en la entrepierna, le desanude el pantaloncillo de su equipo y se lo quite con todo y la ropa interior.
Al ver su enorme miembro esperándome, tuve un poco de miedo, pero cuando me miro sentí un deseo de lujuria, que hizo que me agachara sin pensarlo y metérmelo en la boca, estaba como ido, tal vez bajo la maldición imperius, pero no, no era eso, ya había estado bajo esa maldición y no era nada parecido, era como si sacara mis instintos más bajos y los de Markus también, pues gemía como loco y cada que lo oía decir mi nombre, yo me excitaba aún más.
Saque ruidosamente su miembro de mi boca y lo mire con un rostro de excitación que hizo que se encendiera más la llama, me despojo de toda mi ropa y comenzó a tocar mi entrada y sin más, introdujo un dedo, besándome y diciendo mi nombre muy muy fuerte.
Yo gemía y me retorcía, de placer, no sabía que me pasaba, pero amaba eso, amaba a Markus y sería mío siempre, y mordí su hombro, y le deje un enorme chupetón, este respondió con un gruñido de placer y me introdujo su miembro de golpe. Varias lágrimas, se me escaparon, pero él me las limpio con besos, me puso contra un tronco mientras con el vaivén salvaje que me encantaba, hacía que gritara de placer.
Llevamos, mucho tiempo o muy poco, no lo sé, yo lo mordía, le enterraba las uñas y cuando estábamos a punto de terminar, el me mordió.
Primero sentí su labios en mi piel, luego sus dientes y como me perforaban la piel y un dolor indescriptible me desgarro, pero cuando terminaron de perforar, explote como nunca antes, sentía como su amor me inundaba, me llenaba y desbordaba por cada uno de mis poros, cuando dio una succión, sentí que ese amor era más grande, y succiono de nuevo y me sentí en la nubes, el hombre más bello del universo, en la tercer succión, la vida era maravillosa, estando con él, pero entonces comencé a perderla.
Desperté como a los 15 minutos, ya vestido, con mi Markus viéndome muy preocupado.
- ¿Qué pasa amor? – dije con una voz medio perezosa.
- Oh, gracias a Merlín estas bien – dijo calmándose un poco y llenándome el rostro de besos – se me paso lo mano un poco y pensé que te perdía.
- ¿Cómo que se te pasó la mano? – pregunte incorporándome un poco – fue el mejor momento de mi vida, y en vez de decir que me amas, me dices que casi me pierdes, estoy bien, solo me quede dormido.
- Sí, pero fue por la falta de sangre – dijo y yo fruncí el ceño – hay algo que debo de contarte, pero no aquí, vamos a la sala de menesteres.
No tardamos mucho tiempo en llegar y entramos, Mark había pensado en un lugar pequeño cómodo y acogedor, con una pequeña salita, una mesita de centro, que tenía un platito con galletas de nuez y chispas de chocolate, siempre sabía lo que me encantaba y una botella de cerveza de mantequilla, no muy cargada, para mí.
- Toma asiento James – dijo y puso sus manos sobre las mías cuando ya lo había hecho – esto que te voy a cantar, lo sabe muy poca gente, quiero que me escuches antes de decir nada – dio un largo suspiro y comenzó en su viaje al pasado.
REGRESO AL PASADO.
Era el año 2005, el mundo mágico estaba realmente entusiasmado por el nacimiento del heredero Potter, todos estaban perdidos en esa gran noticia, todos en Inglaterra, menos una parte de esta nación.
En la zona más norte de Inglaterra, una gran guerra entre criaturas mágicas se estaba llevando acabo, las criaturas eran los hombres lobo y los vampiros, esta guerra había aterrado a otras criaturas mágicas, por lo cual la directora McGonagall, del colegio Hogwarts, había sido encomendada para una gran misión.
En las enormes colinas del monte había pequeña cabaña donde un pequeño niño de aproximadamente un año de nacido lloraba a grito de pulmón, los padres del niño, intentaban callarlo, ya que sabía que ellos eran el objetivo principal de la guerra y más que ellos, el niño.
El padre del pequeño, era un hombre alto, que en sus años de juventud había sido atractivo, era un hombre excepcionalmente bueno en la magia, y miraba desde su metro ochenta de altura a todos los puntos de la pequeña cabaña para mantener protegido a su hijo, la madre del niño una mujer un tanto más joven, de aspecto, pero nada que ver con su edad, mecía al pequeño niño, para que se callara con una mano, mientras sostenía una varita con la otra, ella era también una bruja, pero había algo más, algo que los convertía en el blanco de los ejércitos, había sido mordida por un vampiro, cuando estaba embarazada, y el niño, había concluido en una especie de hibrido entre humano y vampiro, capaza de realizar, magia, una muy poderosa, y tener las habilidades telepáticas especificas (no era capaz de leer la mente de cualquiera) de un vampiro.
La puerta sonó y ambos padres se alteraron.
- ¿Quién es? – dijo el hombre apuntando a la puerta con la varita, para que en el momento necesario, no dudaría en lanzar una asesina al que apareciera.
- Soy la directora, Minerva McGonagall, he sido enviada por el Ministerio, para ayudarlos.
- Minerva – dijo la mujer abriéndole la puerta – que bueno que está aquí – y le dio un abrazo.
Pero la quietud duro lo que un parpadeo, o lo que un abrazo, pues cuando termino el abrazo, los dos grupos que se enfrascaban en la guerra, se encontraron, justo en la entrada de la casa y eran 3 bandos ahora peleando entre ellos.
Los hombres lobo, los vampiros y los 3 magos o más bien 2 y medio, pues la mujer estaba cuidando a su hijo y no se podía defender muy bien. Los hombres lobo y los vampiros iban cayendo, pero no tardo en caer el mago, a manos de 2 vampiros, y después de que cediera todo el grupo de hombres lobos cayo la bruja joven, Minerva al ver eso, tomo al bebe entre sus brazos y huyo.
REGRESANDO AL PRESENTE.
- Profesora ¿Qué fue eso? – pregunto Harry confundido, mucho más que yo, pues creo que mi moreno no era tan analítico como yo.
- Creo que sé a qué se refiere, Harry – dije – pero prefiero que me lo confirme ¿Quién era el chico? ¿Era quien me estoy imaginando?
- Así es, Señor Malfoy – dijo la profesora con esa voz tan severa – el punto de todo esto es que el chico que rescate es Markus Grandy, yo lo cuide y cuando tuvo edad suficiente, le mostré el recuerdo, ese tiempo fue cuando comenzó a tener necesidades de sangre, según he estudiado este tipo de vampiros, son peores que una veela cuando eligen a su pareja, no requieren de mucha sangre más que la de su pareja, pero comienzan a necesitar de ella, cuando lo convierten en un vampiro.
- ¿Qué carajo acaba de decir? – dijo Harry golpeando fuertemente la mesa.
- Markus Grandy, ha escogido ya a su pareja, para la eternidad, y esa persona es James Potter – dijo la directora de manera seca, mientras yo abrazaba a mi león, que estaba peor que uno.
- ¿Hay algún modo de evitarlo? – pregunte, mientras veía como mi novio casi se arrancaba el cabello.
- Si, que James aún no se haya entregado a Markus – su tono estaba muy serio – pero, eso ya es muy tarde, y si los separamos ambos morirán de tristeza – La cara de Harry se contrajo, no pensaría matar a su hijo y menos de tristeza, mucho menos cuando el casi muere por eso en muchas ocasiones, lo abrace y lo bese en la mejilla.
- Tranquilo amor, eso no pasara, mira Markus es como el hijo de la directora, cuando las demos la noticia a todos de lo que haremos, el también ira a la mansión – lo contente – todo estará bien.
- Tienes razón, a final de cuentas, es amor verdadero – me beso pero volvió a poner una cara de enojo – como carajos James se fue a entregar a ese mal nacido – algunas cosas nunca cambian, además no sabía que los leones escupieran fuego por la boca.
POV.
- Entonces, eres un… - iba a decir.
- Así es – dijo Markus sosteniéndome las manos.
- Y, por que no… - iba a preguntar.
- Porque solo hay una manera, que tu bebas mi sangre, es el único método en que un semi-vampiro convierte a alguien – contesto.
- Oh entiendo – dije aliviado un poco – pero tu cara expresa otro miedo, dime ¿Qué es?
- Bueno, esto es algo un poco difícil – trago saliva – recuerdas como son las veelas.
- Si, cuando eligen a su pareja, no pueden desistir de ella, jamás, sin ellos, mueren de tristeza.
- Algo así, pasa con cualquier hibrido de vampiro – suspiro – una vez que elige a su pareja, no puede vivir sin ella, sin que muerda a su pareja, y este a su vez, sin ser mordido, no puede vivir – dijo mirándome directamente a los ojos - ¿entiendes lo que eso significa?
Me había elegido como su pareja, ahora estaría atado por siempre a él, y algún día me haría un vampiro, aun usaría magia, pero viviría eternamente, con él, me sentía lleno, pero al mismo tiempo un poco vacío, enamorado y nostálgico por todo lo que iba a dejar ir. Pero no me importaba estaba enamorado y lo estaría siempre, el resto de la eternidad.