POV (draco)
Abría las puertas, algo temeroso de su reacción, con anterioridad había mandado reacomodar las habitaciones y traer las cosas de los que serían ahora, mi nueva familia.
- Es enorme- dijo Lili, sorprendida por los pisos de mármol y las altas paredes que terminaban al tocar el techo decorado con candelabros.
- Se siente… raro- apunto Albus.
- Lo sé- trató de reconfortarlo su padre, pero podía ver la incomodidad en sus ojos también. Mordí mis labios con inseguridad. Harry me rodeo con sus brazos- pero haremos de este nuestro hogar, sin importar lo que haya pasado aquí ¿de acuerdo?
Yo asentí… pero podía ver sus recuerdos tortuosos dentro de estas paredes.
- Bueno niños, el cuarto de Lili está subiendo la escalera justo al lado del nuestro, Albus tu compartirás cuarto con Scorp en su antiguo dormitorio y Markus, tu dormirás en cuarto del final.
- James, tu duermes en el cuarto del segundo piso- sentencio Harry. Bastante autoritario para mí gusto.
Mi hijo tomo la mano de su pequeño novio y salió corriendo escaleras arriba con Lili pisándole los tobillos. Me preguntaba si realmente era buena idea dejar a esos dos en la misma habitación.
- ¿Estás bien?- me susurro Harry al oído.
- Rayos. No hagas eso sabes que el cuello no tolero que lo toquen.
- Así - dijo juguetón mi futuro esposo, paseando sus dedos por mi cuello haciéndome estremecer.
-Harry ¿estás seguro de que es buena idea que vivamos aquí? ¿No es mejor mudarnos a casa de tu padrino?
-tú mismo lo dijiste amor no cabríamos es demasiado pequeña.
-pero bueno. Tú sabes, el sótano, la sala, el comedor ¿estarás bien?
-lo que haya pasado ya no importa, esta casa tiene un patio grande para los niños y estoy seguro de que podremos hacer de esto –dijo señalando toda la casa- un hogar acogedor.
-además la bestia que trajo mi hijo, podrá estar aquí, aunque me aterre la idea – eso hizo que una risotada encantadora y sensual saliera de los labios de mi prometido – no es gracioso Potter.
Me encarame sobre sus hombros dispuesto a llevarlo a rastras hasta la cama, después de todo los niños estarían ocupados en sus cosas, mi cuerpo estaba ansioso y mis labios no se separaban de los de mi amado.
“Tock… tock”, la puerta –déjala sonar- pensé, “Tock… Tock” otra vez.
-señor Malfoy- quien rayos osaba molestarme en este momento. Con pesar deshice mi amarre.
-solo un segundo- le espete a mi novio, levantando un dedo en lo alto- ¿Qué quieres? – dije con la voz más fría que pude al pequeño hombrecillo parado frente a mi umbral.
-le traigo noticias.
-ya te lo dije idiota, mi padre ya no está aquí y yo no quiero tener que ver con los bajos mundos ahora largo de mi propiedad.
-lo siento señor, pero le prometí a su padre que le protegería de cualquier amenaza.
-bueno ya estoy bastante grandecito y no necesito a nadie.
-¿aun cuando tenga que ver con su nuevo esposo?- pregunto con malicia esa persona que parecía gnomo de jardín.
-¿Cómo lo sabes?
-oh… usted sabe, las partes más sucias de la cloaca nos enteramos primero de todo- el hombrecillo hizo un hincapié que se antojaba espeluznante, Cerré la puerta tras mío, para evitar que Harry escuchara- pero aun cuando se lo prometí a su padre mis servicios no son gratis- dijo extendiendo la pequeña y asquerosa mano en mi dirección, busque unos cuantos galeones dorados y se los entregue- muy bien. Se rumorea que en el bosque oscuro hay una serie de criaturas… no. No ruede los ojos, no son centauros, ni hadas. Son más bien vampiros. La directora del colegio no tiene conocimiento, pero todos los que traficamos con hierbas nos mantenemos alejados de ellos. Algo no anda bien señor, se cuenta que le dan caza a uno de los suyos, pero ya se han dado desapariciones cerca del pueblo, todas de mujeres jóvenes. Algunos padres de magos comienzan a asustarse. Pero el rumor más insólito ha salido del Pub cabeza de cerdo. Algunos cuchichean que se ofrece una recompensa por el hijo mayor de los Potter, John –James, corregí en mi mente- no se sabe para qué.
-¿es todo?- pregunte con indiferencia.
El homúnculo dio las gracias y desapareció de mi jardín. Ahora estaba preocupado ¿debería decirle a Harry?
-¿Quién era amor?- pregunto mis ojos verdes.
-nadie… unos amigos de mi padre, los eche…. Bueno tu y yo deberíamos ir al comedor. Quiero escoger los colores de cortinas y manteles para la boda- mi futuro marido refunfuño- quiero que la ceremonia sea en el jardín y la recepción aquí en la mansión, montaremos la tienda y…
POV (James)
No puedo creer que mandaran fuera del alcance de Markus ¿Qué se creían que saldría embarazado?
-buu- me asusto mi novio por la espalda- ¿Qué te parece amor? Nos han separado como a niños de preparatoria –hice un mohín con los labios- no te alteres, esta noche vendré a visitarte y nos divertiremos mucho…- susurro a mi oído, moviendo su varita para cerrar la puerta con llave.
Me tendió sobre la cama y acaricio con la punta de su nariz la extensión de mi cuello, haciéndome estremecer.
-por alguna razón hoy me hueles delicioso- las puntas de lo que yo sentía como colmillos jugueteaban al ritmo de mi pulso, deslizando su cara por las vías de mis arterias, recorriendo mi cuerpo hasta el corazón, deteniéndose ahí donde el pulso era más notorio, mi cuello, mis muñecas y mis sienes. Comenzaba yo a sentir ese cosquilleo eléctrico que da antes de que el calor comience a subir, mis labios se secaron y la saliva no alcanzaba a calmar mis ansias, lentamente su mano recorrió mi pierna acercándose peligrosamente a mi…
-bajen a cenar- grito mi padre desde el comedor- y tú ¿Qué crees que no se me los viejos trucos? Quiero a Markus fuera de tu habitación.
Los colores se me subieron al rostro, acomode mi ropa y me dirigí con la mirada baja al comedor.
Todo era de un mórbido color blanco y la mesa de imponente tamaño me daba una mala espina, casi como si alguien hubiese muerto ahí.
-hora de comer- dijo Malf… mi… mi… ¿padrastro?
-gracias- musite, tras una cucharada de sopa.
Comimos en bastante tranquilidad, pero mi garganta seguía áspera, reseca, debí haber tomado como medio litro de jugo de calabaza y una botella de cerveza de mantequilla, pero algo no andaba bien.
-¿estás bien?- pregunto mi padre.
-si…- carraspee un poco- garganta inflamada, creo que pesque un resfriado.
Era algo más que un resfriado estaba seguro. Esa noche después de una sesión de historias junto a la chimenea me fui a dormir. La habitación no estaba tan mal, no era mi ideal pero había más espacio. Me recosté temprano pero el dolor de garganta no me dejo conciliar el sueño. Aun veía la luna cuando la noche dejaba su nombre y comenzaba la madrugada.
-¿aún estás despierto?- pregunto una voz desde la puerta, la reconocí de inmediato.
-Markus- exclame con alegría.
-shh, no deben saber que estoy aquí, pero por los ruidos que salen de la habitación de tu padre diría que están “ocupados”… desde hace horas.
-iugh- dije con cara de asco- no me provoques esas imágenes mentales.
-¿te sientes bien amor? Te ves algo… pálido.
-estoy bien… pero ahora… quiero ver si… le hacemos competencia a mi padre- dije con voz seductora, tratando engatusar a mi novio. Él sonrió con pícara imagen.
-a tu padre no le gustara esto- dijo, deslizándose por mi abdomen hasta el zíper de mis pantalones, el solo hecho de su tacto me causaba calosfríos. Musite por lo bajo un leve gemido- calla, no nos pueden escuchar.
Coloque mis manos sobre mi boca para callar el ruido, pero esa noche algo era diferente, bastaba un leve roce de sus dedos para provocarme un erección y su aliento para hacerme terminar. Entre besos y caricias llevo sus manos hasta mi miembro, tocándolo con suavidad y lentitud. Sin previo aviso me vine en su mano.
-hoy estas… rápido- no conteste, solo me ruborice, algo andaba mal con mi cuerpo ese día.
Con rudeza Markus levanto mis piernas por sobre sus hombros, la punta de él recién tocaba mi entrada, pero no me pude contener, haciendo un candado con mis piernas alrededor de su cuello le invite a entrar de prisa, Markus me dio una mirada extrañada pero acepto mis exigencias, sus embestidas eran rápidas y duras, no podía contener mis gemidos, recién habíamos comenzado pero yo ya me sentía acabar, trate de mitigar el sonido con mis manos, pero era inútil, él entendiendo mi preocupación me beso para aminorar el ruido, aunque no creo que sirviera de mucho con los rechinidos de la cama retumbando. Sentí esa presión en el abdomen hundí mi cara en el hombro de mi novio y le mordí para evitar gritar.
Al morderlo, sentí como todos mis sentidos se agudizaban, todo lo que había ahí era más lento, escuchaba todo más fuerte, y sentía todo, con mucha claridad, lo sentía entrar y salir y sentía que él lo sentía pues todo él se erizo.
Un olor ferroso se esparció cerca de mi nariz, la sensación de picor de la garganta se disparó como insoportable, sentía un hierro al rojo vivo en mi cuello, mareado por la mezcla de sensaciones aparte mi cara de su hombro, fue entonces que lo vi, mi mordida provoco una leve hemorragia. La boca se me convirtió en agua y con el incentivo de sus embestidas me deje llevar.
Después de eso mi memoria esta ofuscada, solo puedo recordar el grito despavorido de Markus que clamaba el nombre de mi padre, en un intento desesperado de pedir auxilio