POV Albus.
Las vacaciones se estaban pasando más rápido de lo previsto, y con todo lo que había en la mansión para hacer, las rabietas de mi padre por James y su novio, nuestros juegos de Quidditch, cuidar de Buckbeak y demás, no me di cuenta de que estábamos a un mes de estar de nuevo a 1 de septiembre y de que ya teníamos que prepararnos para ir a Hogwarts.
Había sido descubierto por Scorp hojeando el libro que nos había dado Rose, y aunque las explicaciones del libro eran muy muggles y simplonas, me dejaban muchas dudas, pero no podía preguntarle a nadie, sería muy vergonzoso, además ¿A quién podría recurrir, sin que amenazaran a Scorp o qué el señor Malfoy, me moliera a crucios? Por lo tanto que simplemente seguía leyendo, solo que intentaba hacerlo cuando él no me viera, ya que cuando lo hacía, se ponía más rojo que una cabellera Weasley. Y como no, ver a tu novio, leyendo de sexo, es algo insinuante ¿no? Además, solo teníamos 14 años, recién cumplidos. No podíamos ver el sexo, como algo que no fuese algo embarazoso, en ambos sentidos.
El día en que habíamos decidido ir al Callejón Diagon por nuestras cosas para ese año, McGonagall había mandado a papá a entregar personalmente unas cartas a magos hijos de muggle, y como el de nuevo profesor Malfoy habia sido elegido jefe de nuestra casa, habia tenido que ir al castillo a dar los últimos preparativos para nuestras habitaciones y casas, así que mamá, la tía Hermione y la abuela, fueron las que llevaron a toda la comuna Weasley, Scorp y Markus a comprar las cosas. Y si bien controlarnos en la Madriguera con nuestros padres ahí era un gran reto. Imagínense lo que sería controlar a una bola de adolescentes y pubertos, en un lugar diseñado para adolescentes y pubertos, lleno de adolescentes y pubertos. Así es un total caos, y me di cuenta de eso cuando mama, había gritado el más largo e inapropiado improperio a James y Markus, que era la octava vez que se habían “perdido” en la tienda de túnicas.
- JAMES SIRIUS POTTER – mama estaba tan roja como su cabello, tanto que ni se le veían las pecas – SI NO DEJAS DE FAJONEAR CON MARKUS, NO PASAREMOS POR LA TIENDA DE ESCOBAS.
- Mamá – dijo James avergonzado – acaso es necesario que todo Londres, se entere.
- Pues aunque se pusieran todos los hechizos protectores del mundo, te seguirían escuchando – dijo Rose.
- ¡Oh ahí Mark! – fingí con la voz que ponía cada vez que lo tocaban ahí.
Todos se rieron, y terminamos con una gran cantidad de ropa, justo cuando nos íbamos, la abuela dijo que se le había olvidado algo, por lo que todos fuimos a tomar algo a la heladería. Cuando todos estábamos disfrutando de nuestros helados, una figura bajita, y rubia apareció en la calle y antes de que nos diéramos cuenta de que sucedía, Scorp soltó mi mano y salió corriendo.
POV Scorp.
Estaba disfrutando de mi helado favorito, vainilla con chocolate escoces y cereza, cuando esa cabellera, rubia, con la que había soñado por estos 3 años, apareció en la ventana de Florean Fortescue. Solté la mano de Al y corrí hacia el atestado Callejón, no lo podía creer.
- Mamá – la llame, y la mujer volteo, y me vio con una sonrisa y lágrimas en los ojos – mami.
- ¿Scorp? – dijo la mujer y unas pequeñas lágrimas se le escaparon de sus ojos – mi niño ¿eres tú? –y me abrazo, como tenía mucho que no sentía un abrazo.
- Si, mami, soy yo – y me soltó.
- Scorpius, eres un Malfoy, no me sigas diciendo mami – dijo con aun más lágrimas en los ojos - ¿Cómo está tu padre?
- Muy bien – dije limpiándome las lágrimas y recobrando la compostura.
- ¿Dónde está?
- En Hogwarts, el año pasado entro como profesor de pociones y este año lo nombraron jefe de Slytherin, así que esta haya.
- Vaya ¿y con quién viniste? – dijo un poco preocupada – no me dirás que solo ¿cierto?
- No, vine, con… - pero antes de que dijera.
- Scorp, ya nos vamos – apareció la madre de mi Al.
- ¿Weasley? – dijo mi madre con un gran tono de desprecio.
- Greengrass – respondió como una aristócrata la mujer pelirroja.
- ¿qué haces tú con ella, Scorp? – mi madre estaba fúrica y por si fuera poco…
- Madre, amor, la abuela nos está esperando –
- ¿Amor? – dijo mi madre aun mas confundida viéndonos como una hoja de papel.
- Verás madre, en estos años que te desapareciste, ha pasado mucho – dije intentando recomponerme, y relajando los músculos.
- Dime – vacile un poco pero la mirada de mi madre me dejo petrificado.
- Verás Greengrass – se adelantó mi suegra adorada – esto no es fácil. Nuestros ex - esposos se van a casar.
- Claro, yo estoy de acuerdo en que Potter y Draco se casen con cualquier mujer que quieran, pero… - me despetrifique y logre interrumpirla.
- Pero hay más, yo soy novio de Albus – mi madre me vio con una cara de que es una broma hasta que nos tomamos la mano y se puso como un pergamino nuevo.
- Ok, eso lo puedo entender, por eso estas con la madre de tu noviecito – con una voz de víbora que tenía cuando hablaba con las mujeres que tenía que soportar.
- Y mi padre y el suyo se casaran.
- Ya me lo dijeron – dijo confundida o ilusa.
- Vaya, que para ser una Slytherin, eres poco intuitiva madre – y me fulmino con la mirada – ¿Cómo lo explico? El señor Potter, desposara a mi padre – y entonces mi madre, la gran Astoria Greengrass, cayo desmayada.