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La gran estanción se esta quedando atrás... por erioldrrarys

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Notas del capitulo:

Bueno aqui el nuevo capitulo, espero que lo disfruten y asi

POV Rose.

Mark y James llevaron a mi primo hasta el pasaje de la bruja tuerta, nadie usaba y los antiguos pasadizos que alguna vez se usaron para escapar, nadie excepto los que conocían su ubicación, o sea nosotros y el mapa del merodeador. El plan era sencillo mantener cautivo a mi primo hasta la llegada de los forasteros. No sabía si podía confiar en ellos. Pero era la única salida que teníamos si queríamos recuperara Scorp.

- Déjenlo aquí- le dijo a james- estaremos bien, solo necesitamos tres días y esto- Dije, mostrando una pequeña botella con un líquido espeso y pastoso dentro.

- ¿Poción multijugos?- pregunto Mark.

- Así es –respondí- tres días, eso debemos fingir, haremos creer que Al pesco un resfriado y nos haremos pasar por el en la enfermería, nos turnaremos, no será difícil, y si pregunta Baz, Albus se quedó a dormir en alguna de nuestras habitaciones.

Por la cara de mis cómplices este plan no convencía a todos, pero era lo mejor que teníamos. Todos decían que tenía el carácter de mi madre y por ende nadie se atrevía a cuestionar mis planes.

Esa misma noche pusimos manos a la obra, james fue el primero en hacerse pasar por Albus, a media noche llego a la enfermería después de haberse tragado una caja entera de bombones vomitivos cortesía del tío Fred.

-          Madame Pomfrey –actuó mi primo- me siento mal, creo que algo no me cayó bien en el gran comedor.

Lo demás es historia. Internado y turnándonos nadie había sospechado del rapto de Albus. Nadie excepto.

POV Baz.

Esto me estaba volviendo loco, algo no andaba bien, una noche cualquiera la pasa en la enfermería, pero por dios solo era vómito y Albus iba para su segunda noche. Ya no podía resistirlo, mis manos temblaban, cortaba mis labios con mis propios colmillos, ni siquiera podía concentrarme en hacer las tareas. Necesitaba a ese moreno y lo necesitaba rápido.

Espere junto a la puerta durante horas, pero no aprecio. Finalmente a las 3 de la mañana sucumbí. Necesitaba a Simon y lo necesitaba ahora. Tome el poco polvo de hada que me quedaba lo mezcle con agua, lo puse en mi boca, mordí mi muñeca y deje que el líquido frio se esparciera por mis venas.  ¡Por Drácula! Que bien se sentía. La habitación se volvía borrosa, ya no estaba más en esa inmunda escuela, ya no. Veía… podía verlo. un conejo, un conejo blanco y esponjoso, brincaba de un lado a otro por aquella habitación redonda y ahí estaba, como siempre, como todos mis sueños, Simon, aun lado mío, riendo, yo reí y el me miro, tomo mi cara entre sus manos y tiernamente me beso.

-          Vamos- dijo parándose de un brinco- vamos a ese lugar especial en las catacumbas, entre las balsas.

Corrí un largo y oscuro pasillo tomado de su mano, como lo habíamos hecho durante años, eso hacíamos, llegar a las balsas, montar una justo en medio de la noche y hacer el amor  acompañados del bamboleo del agua.

-          Aaah- termine entre mis manos, con la cara llena de lágrimas.

Por eso necesitaba a Albus, era tan parecido a Simon, a mi Simon.

Recordarlo dolía, él y yo habíamos compartido cuarto, como yo con Albus, nos enamoramos y salimos juntos, todo fue feliz hasta la llegada de los vampiros, por disputas territoriales nuestra escuela quedo en fuego cruzado y yo fui mordido. Al principio no ocurrió nada, pero con el paso del tiempo la sed de sangre se hacía cada vez mas fuerte, el director me dio sustitutos pero no fueron suficientes, yo no quería cualquier sangre yo quería la sangre de Simon.

Al consejo de magia se enteró de mi transformación cuando mordí a una niña de primer año. se acordó que yo era demasiado peligroso, fui transfiero a Londres donde otro caso de niño hibrido se había presentado.

Me alejaron de él…. Esos estúpidos magos me alejaron de mi Simon. Malditos, jodidos dementes, creen… creen que por tener el control de la magia en sus estúpidas varitas pueden controlar a los demás seres mágicos como en las épocas oscuras. Aislarnos de la sociedad y meternos en jaulas o exiliarnos en bosques.

Pues no más, yo no estaba dispuesto a esto más, ni yo ni mis amigos vampiros.

-          Dígale al Lord, que es hora- anuncie a un insignificante vampiro recién convertido- dígale que es el momento de atacar Hogwarts.

Ellos nos habían quitado la libertad y ahora el reinado de los magos caería, esto no era una disputa territorial, esto era el inicio de un nuevo reinado.

POV Scorpius.

Albus, Albus, Albus, eso era todo en lo que podía pensar la incipiente jaqueca no me dejaba concentrarme en nada más.

- Llegamos- dijo Simon tomándome de la mano, llegamos a Londres.

- Bien- dije- levantándome del asiento del tren. Ahora solo debíamos encontrarnos con Rose en el pasaje de la casa de los gritos hacia el castillo.

Llegar ahí no fue sencillo.

- ¿Esto es Hogsmade?- pregunto Simon.

- No- conteste, aquel pueblo desolado no era el lugar que yo recordaba, todos los locales tenían las puertas y ventanas tapiadas, incluso las tres escobas estaban cerradas. Cruzamos aquel lugar fantasmal lo más rápido que pudimos.

-¿Qué es eso?- Pregunto Simon antes de entrar a la casa.

- Humo… y viene, ¡del Bosque Prohibido!- dije alarmado- hay que darnos prisa- tome a Simon y lo guie por los serpenteantes caminos hasta llegar al sauce boxeador- debemos correr, Rose nos espera en los….

Todo se volvió borroso, mi cabeza punzaba, olvidaba los caminos que debía seguir, los nombres. Volvían como flashazos pero no  podía concentrarme.

-Scorp… ¡Scorp! –escuche la voz de Simon, no de Al… ¿Quién es Al? … era… era…- Scorpius, ¿por dónde ahora?

- Yo... No sé, la cabeza me da vueltas.

-Pues no puede darte ahora, no conozco este lugar y debemos encontrar a Baz.

-¿Quién es Baz?

-¡Concéntrate!

Cerré los ojos y me concentre. Rose, concéntrate, Rose ¿dónde estaba?

- ¡Scorp!- escuche el grito de una muchacha a lo lejos- tanto tiempo, ¿ya viste a Rose? Oh y Albus, tienes que ver a Albus, gano la copa de Quidditch.

-¿a… Ariadna?

-así es… ¡oh!. Es cierto, ¡el plan!- Ariadna me tomo de la mano y corrió hacia el pasaje de la bruja… con Simon, Agatha y Penelope pisándonos los talones.

-Rose – grito mi amiga- lo encontré, estaba en la escalera principal.

-Bueno… ¡es hora! –Dijo la chica de pelo castaño- debemos encontrarlos. Scorp, es hora de que veas a Albus –abrió la trampilla debajo de la estatua- entra.

Mis pies trastabillaron, mi cuerpo estaba rígido. Sabía que mi destino y mi corazón estaban bajando esas escaleras, sabia el nombre de mi amado, Albus, pero mi memoria aun no podía recordar su rostro, solamente dos hermosos ojos verdes. Aun así todo mi ser, toda mi alma y todo mi cuerpo me hacían sentir que él estaba ahí abajo.

-¿y estos quiénes son? – pregunto James.

-Simon, Agatha y Pen - conteste seco.

Trague saliva y baje las escaleras hasta el descanso. Había una pequeña cama improvisada y un chico de mirada perdida y pelo desacomodado me miraba fijamente, como si hubiese visto un fantasma, no, un fantasma no. Un espejismo.

-¿Scorp?- pregunto aquel extraño muchacho.

- Sí.

-¿Eres tú?... por Merlín ¡Eres tú! ¡En verdad eres tú!- el chico se acercó con una mano extendida en dirección a mi cara,  di un paso hacia atrás. La punta de sus dedos toco mi mejilla y su calor se extendió por todo mí ser. Ahí lo supe, no sabía quién era este joven pero sabía que pasaría hasta el último de mis alientos con él, con esos hermosos ojos verdes. Con mi Albus.

-Al- susurre, el asintió efusivamente con la cabeza y me besó, un beso tierno, largo y cálido. Sus brazos me rodearon, mis lágrimas y sus lágrimas recorrían nuestras mejillas. Se tendió conmigo en la cama y con delicadeza puso sobre mí su cuerpo tibio. Solo queríamos estar lo más unidos que pudiéramos.

-Albus- dije una y otra vez mientras jugueteaba con mis dedos en su cabello- amor.

-Te extrañe tanto- me dijo al oído, su mano se deslizaba por mi vientre y se trataba de colar debajo de mi camisa, Al beso mi cuello y yo me retorcí por la sensación.

-Al… ¿Qué haces?

- Lo que fantasee con hacerte todo este año.

-Al, no aquí Rose está afuera y así no es como…

-¿Cómo lo imaginamos? Lo sé. Pero si no es ahora, no será nunca, ¿qué es más perfecto que este lugar? ¿En que otro momento si no es cuando me reencuentro contigo?  Te quiero ahora Scorpius, te necesito ahora.

Fue entonces cuando lo mire por primera vez, con todos mis recuerdos completos, con mis ilusiones y nuestros sueños dando vueltas en mi memoria. Mi Al se veía  acabado, en sus ojos se leía la desesperación y el cansancio surcados como unas ojeras violetas, profundas. Su piel demacrada y su cabello anómalamente más enredado. Y fue así  como lo supe, él tenía razón, ¿qué momento más perfecto que este? Cuando nuestras almas mostraban lo mucho que necesitábamos.

Tome mi varita y lace dos hechizos uno para silenciar y otro para atrancar la tramilla. Me desate el suéter y me saque la camisa.

-Soy para ti- dije con las mejillas encendidas. Albus me siguió, desabotono su camisa y me beso, por primera vez sentía esa piel ardiente contra la mía y no quería que eso fuera lo único. Albus me murmuro palabras me amor mientras repartía besos por todo mi pecho, mis brazos y mis caderas, con agilidad desabrocho mis pantalones, yo temblé pero él dijo que todo estaría bien, sentía miedo pero confiaba plenamente en Al, como siempre lo había hecho y como siempre lo aria. Envolvió mi miembro entre sus manos, subió y bajo con delicadeza. Yo me sentía a explotar el contacto caliente de su piel contra la mía provocaba oleadas de placer por todo mi cuerpo. Entonces lo sentí, una cavidad húmeda y ardiente me rodea y yo no pude más, tome el cabello de mi Al e hice que aquel cálido lugar me rodeara por completo, sentí como me venía en su boca.

-Al, lo… lo siento.

-No, está bien- dijo. Limpiándose la comisura de la boca- ¿Estás listo? –pregunto. Y yo asentí con timidez, habíamos visto esto en los libros que nos había dado Rose, sabia como debía hacerlo Al, pero estaba nervioso.

-Relájate- dijo mi amor, con varita en mano se posiciono entre mis piernas susurro una palabras a su varita de la cual salió un líquido espeso, transparente y frio, que toco mi entrada. Con delicadeza introdujo un dedo, esto no es tan malo, pensé, era una sensación incomoda pero no más, fue el segundo dedo el que me hizo retractarme de mi decisión, solté un gemidito de dolor.

-¿Estás bien?- pregunto- ¿quieres seguir con esto?

Yo asentí, y le pedí que se diera prisa, con cuidado de no lastimarme introdujo el tercer dedo, masajeando lentamente mi interior.

-Ah- grite, arqueando la espalda- ahí… amor, ese punto.

Toco algo, no sé qué fue, bueno si sabía pero era vergonzoso decirlo. No supe mucho más los dedos de mi novio me hicieron retorcerme y gemir.

-Más… Al más- cuando caí en conciencia de mi suplicas, la cara se me enrojeció y aparte la mirada.

Creo haber escuchado una risita a lo lejos pero no me importo. Al se bajó el pantalón.

Por dios santo, ¿Qué le habían dado? Ese ya no era el niño tímido de mi habitación, ese ya no era un niño. Mi mirada fija a su “varita” lo hizo sonrojarse, así que aparte la mirada.

Tomo mis caderas y me acerco a él, yo lo rodee con mis piernas y sentí como lenta agonizantemente entraba en mí, esta era nuestra primera vez y era gloriosa, gloriosamente dolorosa pero soportable. Con la maestría de un primerizo Al se movió brusco y acompasado dentro y fuera mío. El dolor se convirtió en incomodidad y la incomodidad dio paso al placer. No pude contener mis gemidos, mis gritos, ni mis suplicabas.

Rogaba a Al por mas y rezaba a Merlín porque este momento no terminara, la realidad se distorsionaba  cuando sin más aviso que un gemido ronco me desperdigue sobre mi abdomen.

Al no tardo mucho más, lo sentía palpitar dentro de mí y bastaron dos profundos embates para sentirlo por completo dentro de mí.

Nos dejamos caer en la cama, mirándonos y sonriendo.

-Ahora entiendo porque Markus hacia tanto escándalo con mi hermano- dijo a tono de broma.

-Jajaja...- me abrace más a Albus y quede dormido al instante.

POV Markus.

¡Merlín! Podrían esos dos no gritar tanto, quizá lanzaron un hechizo de silencio pero aun puedo escuchar sus mentes.

-Amor ¿te sientes bien? – preguntó mi Jamie- tu cara esta roja.

-aah… sí, yo solo… Oye Leoncito deje unas cosas en mi recamara, ¿me acompañas por ellas?

- Claro – Jamie ya sabía a qué me refería.

- Bueno- escuche decir a Rose- creo que ya les dimos suficiente tiempo para estar juntos voy a…

-¡No!- grite- quizá sea mejor darles un par de horas para, ya sabes reencontrarse y platicar… -claro que platicar era justo lo menos iban a hacer- no querrás incomodarlos.

-Pero Scorp también es mi amigo.

-Sí, pero no le puedes dar lo que le está dando Albus.

Todos comprendieron en un click, la cara de todos se pintó como tomate.

- Bueno quizá tienes razón- dijo  Rose- les daremos amm más tiempo.

- Yo voy al gran comedor- grito Ariadna.

- Te sigo - la secundo Rose.

- Ag, Pen, vayan con ellas, pídanles que les muestre el lugar y cuídense – dijo el tal Simon – yo tengo otros asuntos que resolver – y también se fue apretando su varita.

Notas finales:

Con esto termina el capitulo de hoy, espero les haya gustado, dejen sus reviews y sus comentarios.


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