Mi pecado eres tú.
Capítulo II
Acidia.
A veces sentía que nada iba a ir bien, que nada haría que su amado se fijara en él, que dejase de admirar a ese personaje que tanto odiaba. Era tan frustrante y a la vez tan desesperante que aquel al que le profesaba tanto amor sólo le viese como a un hermano que a veces…
…sentía desfallecer, sentía que no quería plantarle cara al mundo y sólo quería tumbarse en la cama y no hacer nada durante todo el día.
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Cierto rubio estaba siendo observado por un adolescente de su edad con el cabello peinado en forma de fruta y una divertida sonrisa estampada en su rostro aristocrático.
—¿Qué sucede, Giotto? —preguntó sin dejar de sonreír.
—Empiezo a estar cansado de todo, Daemon —murmuró sin apartar la mirada de su gemelo y su acompañante.
—Nufufu… y yo que pensaba que tú vitalidad era inagotable.
Giotto le mandó una mirada furibunda optando por ignorar a su compañía y seguir observando a la persona de sus afectos.
Y pensar que momentos antes había estado extasiado por poder almorzar con su hermano… pero no, su querido hermano debía de traer a ese personaje y echarlo todo a perder. Lo tenía todo preparado, sus amigos habían colaborado para que tuvieran una "cita" a la hora del almuerzo, para que pudiese pasar más tiempo a solas con su hermano—ya que en casa siempre estaba su madre o padre de por medio.
—Giotto no deberías dejar que algo como eso te desanime —intentó alentarle Daemon pero sin tener éxito—. Muy bien, haz lo que quieras, ¿sabes una cosa?
Giotto le miró para darle a entender que le escuchaba.
—Estas siendo un aburrido, y yo que pensaba que tú no te rendías por nada…
Giotto gruñó suavemente ante ese comentario.
—Ni siquiera por alguien como Reborn…
Giotto levantó su cabeza ocultando sus ojos bajo su rubio flequillo.
—Y pensar que Reborn ha vuelto a ganarte por el afecto de tú hermano… —sonrió Daemon al observar nuevamente ese brillo maligno en los ojos de Giotto—… y pensar que has sido golpeado por Reborn nuevamente…
—¡Eso nunca! —vociferó Giotto levantándose y acercándose al lugar que había reservado para él y su amado hermano, aguantaría la presencia de ese sujeto pero sólo para poder estar con Tsuna.
—Nufufu… es tan fácil de manipular —rió oscuramente Daemon observando una unilateral pelea verbal por parte de Giotto hacia Reborn.
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Aunque a veces se sintiera abatido, sin ganas de luchar, con una tristeza que parecía querer poseerle, él sabía que podía contar con la ayuda de sus amigos para que ese personaje no le quitase a su hermano.
Porque incluso los días que parecían oscuros podría salir el sol… aunque estuviese escondido por la niebla…
Normalmente esto va en el apartado de Notas finales pero... no llego al mínimo de palabras TT_TT Así que con perdón pero os la dejo aquí. Como el fic ya lo tengo terminado y bien guardado seguramente las actualizaciones sean rápidas.
Sin más, nos leemos.