Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Acidentally In Love por Sabaku No Ferchis

[Reviews - 62]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! n.n

Ahh siento este retrsao TToTT he estado muy ocupada u.u Y mas el capítulo que traigo... UNA DISCULPA ENORME SI NO LES GUSTA TTWTT Prometo mejorar para ell siguiente ;)

 

Muchas gracias por sus reviews hermosos que me anima a continuar muehehehehehe. Bueno, ya, las dejo leer a gusto (si es que aun sigen ahí C:)

 

[Sai Pov]



No sé cuánto tiempo más permaneceré así, paralizado. Es una tarea imposible mover siquiera un músculo, aunque me obligue a hacerlo. Pienso en girarme y comienzo a sudar..., en verdad que soy un idiota. Sé el mundo no se detendrá sólo porque yo lo haga, porque me deje llevar por estas sensaciones en el estómago. Los segundos desinteresados siguen su curso y él también. Tengo que hacer algo.

 


Es incómodo. Pareciera que mi cuerpo estuviera bajo los efectos de algún tipo de coma irreversible; sin embargo (y a duras penas), logro doblar la mirada a un costado y con ella mi cuerpo. Es así como a media luz le veo, ahí, parado frente a la puerta con un aura indescifrable bailando a su alrededor. Si le miro mejor, puedo notar su cabello pelirrojo algo cristalino, húmedo por lo que parece ser agua lluviosa.

 


— ¿Qué haces aquí?— pregunto, haciendo pausa entre cada palabra. Es que aún no me termino de creer que él esté aquí.

 


Pestañea un poco, pero su gélida expresión no muta. Terminé de medio incorporarme y ahora estoy sentado al borde de mi cama, esperando alguna reacción por parte del pelirrojo.

 



Algo dentro de mí cosquillea de manera extraña, revoloteando en mi interior; más bien una molesta inquietud que no para de preguntarme qué demonios hace él aquí. Es decir, no hay razones; porque no tiene nada que ver con mis problemas. Él no fue a quién besé ni quien besó a Naruto, y honestamente, él es la última persona del mundo a quien quisiera ver.

 


—Tu abuelo me dejó entrar— dice, dejando resbalar la correa de su mochila por su brazo y atrapándola cuando esta logra llegar a sus manos. Camina hacia adentro, cerrando la puerta tras de sí.

 



—Ahh...

 



Ladeo el rostro, maldiciendo por lo bajo a mi abuelo. Entonces siento como parte de mi colchón se hunde y caigo en cuenta de que Gaara se encuentra sentado a lado mío, con las manos encajadas en las cobijas y la cabeza baja.

 


— ¿Por qué has faltado tanto a clases?— le escucho decir y arqueo una ceja. Por Dios, ¿de dónde viene esa pregunta? O más bien, ¿quién es quién la formula? Gaara nunca mostraría ni el más mínimo interés hacia mí... ¡Que no me haga reír!

 



—He estado enfermo— no, realmente no. Aunque aguarden... La depresión se considera una enfermedad, ¿verdad? En ese caso...

 



—Ya veo...—dice, mientras desprende su mirada de mí y ladea la cabeza a un costado, pensativo. Noto que aprieta los labios y también frunce el ceño; aunque es algo casi imperceptible.

 


Y ahora estamos en un silencio fastidioso, que me pone los nervios de punta y hace que mi piel se haga de "gallina" Pero es que no sé qué decir y al parecer él tampoco se arriesgará a hablar; así es Gaara.

 



En mi interior, doy un suspiro largo, tratando de relajarme y analizar la situación. Parece que al pelirrojo se le pasaron las ganas de quemarme vivo y se dignó a venir a visitarme tranquilamente, así que por lo menos le debo algo de cortesía, creo.

 


— ¿Quieres algo de tomar? ¿Una soda, un vaso de agua?— ofrezco al levantarme de la cama y dirigirme hacia la puerta. Antes de salir, giro el rostro sobre mi hombro y le miro, esperando su respuesta.

 



Él asiente —. La primera.

 


Y de nuevo, vuelvo a parar antes de salir de la habitación.

 



—Por cierto, en la barra del baño hay una toalla, por si quieres secarte.

 



Al cerrar la puerta tras de mí, embozo una sonrisa un tanto irónica. Mi situación en sumamente extraña: Primeramente, ese pelirrojo dentro de mi habitación actuaba como si fuera a exterminarme y yo era un estúpido llorón; ahora, tan tranquilo como se lo puede permitir, está sentado en mi cama (o secándose los cabellos) y yo riéndome de todo esto. Pero no puedo decir que me sienta mejor ahora; claro que no. Sigo igual, o quizá más deprimido que desde aquél día.

 



Mmm, veamos, dos sodas... ¡Ah, ya! Las tomo y cierro la nevera. Me pregunto si deberé llevar una bolsa de frituras o algo.... ¡Qué estupidez!, ¡Esta no es una reunión de amigos! No voy a llevar nada más de lo que le ofrecí.

 

 

Suspiro. Al tragar saliva me doy cuenta que aún me duele, y ese estúpido nudo dentro de mí no desaparece. Seguramente crecerá mucho más si voy a la escuela, porque así veré a Naruto y... No. No puedo...

 


Siento el sabor metálico mezclándose con mi saliva y hasta ahora me percato de que mordí mi lengua hasta hacerla sangrar. No importa, realmente ni siquiera sentí el dolor. En mi interior sólo hay un hoyo negro que come todos mis sentimientos.

 



Es que... Sigo aferrándome a creer que estoy enamorado de Naruto. Es decir, aún me duele a muerte saber que fui yo quien lo lastimé, y he ahí la razón de mi depresión. Pero recuerdo que todos los días que pasé con el rostro hundido en la almohada, comencé a analizar, a pensar, a reflexionar... A dudar. Aquello que me causa tanta polémica, no es nada más que este sentimiento que "pienso" que tengo hacia el rubio.

 



Empujo la puerta y primeramente me encuentro con la espalda del pelirrojo. Él está frotándose la cabeza con la toalla rápidamente y, cuando se da cuenta de mi presencia, se detiene y me mira.

 



—Aquí tienes—extiendo el brazo con la lata de soda en mi mano.

 



Gaara se pone la toalla sobre su hombro y toma la soda.

 



Ambos nos sentamos.

 



Se escucha el sonido de la lata abrirse y liberar un poco de gas. Cada uno, de manera sincronizada y un poco graciosa —tal vez, dejándonos llevar por el nerviosismo— damos un fuerte trago.

 



Y después volvemos a quedarnos en silencio.

 



Ahora sí que no tengo nada qué decirle. Quizá pueda preguntarle cuál es la razón sobre su visita, pero la pregunta puede desencadenar algo verdaderamente incómodo.

 



— Y..., ¿Cómo te sientes... después de lo que pasó?

 


...

 


Muy bien, eso resultó más molesto.

 


¡Mierda! Este maldito nudo vuelve a impedirme la respiración. ¿Que cómo me siento? Es muy obvio que como un pedazo de basura que ni siquiera merece una sola mirada de Naruto. ¡Y que no se haga estúpido! ¡Gaara sabe perfectamente cuales son mis sentimientos! Es decir, lloré frente a él, me desahogué... ¡Me humillé! Y el problema es que esto no es algo que desaparece de la noche a la mañana, sino que marca una vida entera.

 


Pero no. En este momento no quiero empezar a discutir con él. Por eso levanto levemente la curvatura de mis labios, dirigiéndome hacia el pelirrojo.

 



—Estoy bien— miento, como sólo yo sé hacerlo.

 



Puedo notar que Gaara ejerce presión sobre la lata de refresco.

 


—Ya veo...— dice.

 



Hay algo que está pensando, lo sé. Parece mirar a un punto en la nada y hace gestos extraños con los labios. Lleva su mano a la cabeza, rascándose los cabellos mientras mantiene la expresión indecisa.

 



—Y... ¿Qué se sintió besar a Naruto?

 



...

 


¿Qué?

 


— ¿Qué?

 



¡Mierda, estúpido, no te pongas rojo! Es sólo una pregunta...

 



Ahh, ¿Qué le pasa?, ¿de dónde vino eso? Bastante tengo con el remordimiento de lo que hice, ¡y encima él llega y me lo restriega en la cara! Bien, tengo que tranquilizarme. Vamos, Sai, mantén tu sonrisa.

 



—Sus labios son muy suaves—digo improvisado. A ver qué más se me ocurre—. Sabían a limón y temblaban contra los míos tímidamente. Eran sabrosos, deliciosos y...

 


¿¡Pero qué!?

 



¿Co...cómo pasó esto?...

 



Él me tomó por sorpresa, me lanzó a la cama boca arriba y sujetó mis muñecas con fuerza mientras se subía en mí. Ahora me mira con el ceño fruncido, abriendo y cerrando la boca continuamente, como si fiera a decirme algo...

 


—Fuiste tú el que preguntó— advierto en voz baja (no sé por qué) antes de que comience a gritarme. Sus ojos acuosos me fulminan con intensidad y un escalofrío me hela los huesos.

 



— Tú eres un idiota con suerte— susurra, con voz ronca y profunda al momento de acercarse más a mí.

 


No... No sé por qué, pero siento calientes las mejillas, ¡Por Dios, seguramente están ardiendo! Y mis ojos están a punto de saltar de mi rostro...

 


Quiero calmar mi corazón. Está acelerándose demasiado y comienza a asustarme, porque nunca se había comportado de esta manera. Y él está tan cerca de mí, su rostro pálido con una expresión indescifrable y unos misteriosos ojos turquesa que me miran detenidamente...

 


Y es que de pronto, lo siento tan cerca de mí... No puedo hacer nada más que cerrar lentamente los ojos...

 



...

 


El sonido de su risa me trae de nuevo a la realidad. Separo de golpe los ojos y le miro con una ligera sonrisa en los labios; de esa que pones cuando te burlas de ti mismo. Tiene la mirada desviada y aflojó el agarre en mis muñecas.

 


— ¿Sabes? Tu rostro se ve tan... singular al sonrojarse— y seguramente logró que se pusiera más rojo... Un momento, ¿qué mierda acabo de pensar?, ¿por qué él me haría sonrojar?—. No lo hagas, no tienes porqué.

 


¿Y tú crees que quiero hacerlo?

 

 

 



[Naruto Pov]

 

 

 

— ¡Voy a salir, mamá!

 



— ¡Está bien! Pero dormirás afuera si llegas después de las diez, ¿Entendiste?

 



Ruedo los ojos con diversión y me giro para ver a mi mamá asomada desde la cocina, mirándome diabólicamente.

 


— ¡Sí, mamá! ¡Lo que tú digas!— salgo de casa más rápido que la velocidad de la luz.

 



Pero apenas lo hago, y siento el peso de mis labios borrar mi sonrisa nerviosa. Y mis ojos, seguramente están volviendo a humedecerse.

 



Comienzo a caminar, despacio. Quizá es porque mis piernas no dan para más. Siento como si tuvieran un peso encima, como todo mi cuerpo, tanto afuera como adentro. Y me molesta un estúpido nudo al momento de tragar saliva, me hace sentir como si por dentro estuviera vacío...

 



No... No es como si estuviera.  Estoy vacío...

 


—"Duele no tenerte cerca, duele no escuchar tu voz"—
suspiro, tomo aire—", duele respirar tu ausencia, pero..., duele más decirte adiós"— paso por el lugar donde tuvimos nuestra primera cita. Mi corazón da un fuerte y doloroso latido—. "Duele como muerte lenta, la memoria de los dos... La sangre ardía por mis venas, pero, hoy se seca sin tu amor..."— me acuerdo, que en este parque nos quedábamos a mirar las estrellas—." Miseria, vivir rodeado de la melancolía..., en espera, de ti, de ti, de ti, nadie más..."

 



...

 



Me quito los auriculares. No quiero que nadie me vea llorar como un idiota en medio de la calle. Intento superar a Sasuke, ¡juro que lo hago! Pero cada vez que cierro los ojos lo veo a él, cuando estoy en la escuela, en mi casa... ¡En todas partes!

 


¡Mierda!... ¿¡Cómo fue que todo esto pasó!?

 



Ya no importa, no puedo volver al pasado y arreglar las cosas. Tengo que seguir adelante y olvidarlo. Aunque eso sea imposible, tengo que hacer el intento.

 


Llego. Es una mansión lujosa también. Toco el timbre.

 


Me encanta pasar tiempo con Gaara, él es alguien a quien no cambiaría por nada. Cuando estoy con él, puedo hundirme en mi mente y pensar bien las cosas, sin sentirme solo porque sé que él está ahí, a mi lado, en silencio. Esta tarde, mientras estábamos mojándonos en la azotea de la escuela, comencé a pensar en todos mis problemas (que realmente, sólo es uno —muy grande—: Sasuke) y se me ocurrió una manera de olvidarlo, quizá.

 


La puerta se abre, y la miro detenidamente. Tiene un vestido azul claro muy bonito y su cabello recogido con un prendedor hermoso. Ella nota mi mirada y rápidamente ladea la cabeza, con un potente sonrojo en sus mejillas.

 



— ¡Na-Naruto-kun!— chilla con timidez—. Hola...

 


Sonrío un poco.

 



—Hola.

 


Y he aquí, mi manera de olvidar a Sasuke. Ella es Hinata Hyuuga, una chica que siempre ha estado "locamente enamorada de mí" (según Kiba) Siempre está mirándome de lejos y cuando le hablo termina por ponerse más roja que la cabeza de Gaara; como esta tarde por ejemplo, cuando la invité a salir, su cara parecía un volcán a punto de estallar y terminó desmayándose en el suelo. Luego le dije que no, que mi invitación no era una broma. Pero debo admitir que es una chica muy hermosa. Quizá, pueda llegar a quererla...

 


—Na... Naruto-kun, ¿ya nos vamos?

 


— ¿Ehh? ¡Ahh, sí! Tengo hambre.

 


Ella toma mi brazo y nos vamos. En el camino, yo le hablo que cosas triviales; ella simplemente me mira, con sus mejillas aún pulidas de un color rosa pastel.

 


Ahh, me gruñe el estómago, ¡qué bueno que ya llegamos a la pizzería!

 


Le abro la puerta para que pase y ella agradece instantáneamente, del color de un tomate maduro.

 



El lugar se ve bien, es bastante grande y aparte también es un antro. Hay una gran pista de baile en el centro y todo tipo de música suena a todo volumen. Elegimos una mesa hasta el fondo para poder conversar sin tanto ruido. Nos sentamos y yo de desesperado comienzo a leer la carta.

 


—Mmmm, veamos, una pizza de peperoni familiar... o quizá una hawaiana, con tocino, jamón, trocitos de carne de puerco, ¡con doble queso sólo por diez pesos más!— ¡Santo Dios, soy un tragón!—. ¿Qué dices tú Hinata?

 


— ¡Hinata-chan!

 



¿Qué? ¿Hay acaso alguna pizza con su nombre? Alzo la mirada, confundido, ¿quién es esa chica?

 


— Oh, buenas noches, Karin-san— saluda la peliazul a la pelirroja que está parada junto a ella.

 



— ¡Ohh, estás en una cita!— señala acomodándose los lentes de manera peculiar, mirándome. Yo sonrío torpemente. Karin se lleva una mano a la barbilla, pensativa—. ¡Genial!— grita de pronto —. Yo también estoy en una cita, ¿qué les parece hacer una cita doble?

 



—No... No creo que sea buena~

 



—Suena muy bien, Karin-san

 



... ¡Mierda! No me interrumpas, Hinata.

 



— ¡Genial! Miren, pásense a la mesa de allá; son cuatro sillas. Yo iré por mi novio— y la excéntrica chica sale corriendo, desapareciendo entre la multitud.

 


Suspiro, cerrando la carta. Me levanto y espero a que Hinata lo haga para pasarnos a la otra mesa.

 



—Oye, Hinata, ¿quién demonios ella?— pregunto mientras me siento.

 


—Karin-san es una amiga, va en mi clase— contesta sonriendo.

 


—Ahh... ¿Y quién es su... —ruedo los ojos, y vuelvo a tomar la carta—. Bueno, no importa. Mejor dime qué pizza quieres pedir.

 



Y vuelvo a meter la nariz entre los tipos de pizza que hay.

 



—Había dicho una hawaiana, ¿no? Creo que cambiaré de opinión. No me gusta mucho la piña, así que será mejor la de peperoni, ¿no crees, Hinata? ¿Crees que les guste a tu amiga y a su novio?

 


—Por mí, la de peperoni está bien— escucho la voz de la pelirroja. ¡Bien, entonces será una de peperoni! —. Vamos, Sasuke, siéntate.

 


...

 


Con las manos temblando, retiro la carta de mi rostro. Es... es él.

 



Todo mi cuerpo comienza a entumirse y la garganta se me cierra...

 



Creo que ya no tengo ganas de pizza.




Notas finales:

Este la canción que cantaba Naru es la de Adiós de Jesse y Joy xDD

Bueno, espero que no me maten por este capi y muvhas gracias por leer xD

Ahhh espero actualizar pronto, si es que Levi abandona mi cabeza dde una vez por todas xOx

Sayo...!!!!

PD: Hoy es el cumpleaños de Eren :3 kyyahhh Felicidades titán hermoso :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).