Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Acidentally In Love por Sabaku No Ferchis

[Reviews - 62]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola!

Después de mil años vengo a presentarme con la noticia de que ya salí de vacaciones y tendré más tiempo para actualizar nwn Espero que sigan leyendo, pues es por ustedes que escribo :3 Así que aquí les dejo el capi, espero que aun me lean y muchas gracias por sus reviews n.n

Capítulo 17

 

Fall to pieces.

 


[Sasori Pov]

 



"Si fuera a mi manera, nunca terminaría contigo"



De pronto, el sonido del timbre interrumpe mi lectura. Levanto un poco la mirada y rápido vuelvo mi atención sobre el libro hasta que vuelve a sonar. Ahora presiono los ojos, fastidiado. ¿Qué no pueden ir Temari o Kankuro a abrir? Maldita sea...



El timbre se hace más insistente y yo a regañadientes cierro el libro y salgo de mi habitación. Paso junto al cuarto de Temari y veo a mi querida prima con el celular pegado a la oreja, riéndose a carcajadas con la persona de la otra línea que, creo, se llama Shikamaru. En cuanto a Kankuro, no está. Supongo que fue a emborracharse con Kiba o algo así.



Ahora que lo pienso, Gaara tampoco ha llegado. Es extraño, normalmente llega a casa a las tres de la tarde; nunca suele retrasarse más de media hora... Bueno, no importa... Quizá por fin se armó de valor y fue a decirle a Sai que le gusta... Quién sabe.



En fin, recorro la sala de estar hasta llegar a la puerta. Y, cuando la abro y mi mirada impacta con aquellos bellísimos ojos sangría, siento que el corazón se me sube a la garganta. Sólo no lo vomito porque, bueno, es imposible, ¿no?



—Itachi...— digo en un hilo de voz. Mi amigo se ve tan hermoso bajo el umbral, con la luz de luna chocando contra él y haciendo un bello contraste con su piel. Me quedo embelesado contemplando su rostro inexpresivo hasta que de pronto él me toma de la muñeca y me saca de casa, llevándome a quien sabe dónde

.

— ¡O-Oye!— llamo tratando de evitar tropezarme en el camino. ¡Mierda, me trae como una madre molesta arrastrando a su hijo travieso! —, ¡Uchiha! ¿Qué rayos te pasa?



No contesta, típico de él. Resignado, ruedo los ojos y me entrego completamente a él (bueno, ya saben, no es literal —ya quisiera yo—)


Pasamos a través de las calles, robándonos una que otra mirada de las personas que pasan a nuestro lado, metiéndose en lo que no les importa. Itachi no soltó ninguna palabra hasta que se detuvo frente al bar donde nos habíamos visto la otra vez; ese donde las bailarinas llevan apenas un trapo roto cubriéndoles los cuerpos y puedes pedir una noche con ellas a un precio que no es nada del otro mundo. ¿¡Por qué demonios de aficionó a arrastrarme siempre ahí!?


—Siento si te tomé desprevenido, pero necesitaba hablar contigo—dice recuperando su respiración normal, mirando hacia el piso.


—No, ¿cómo crees? Si estaba esperando a que llegaras—contesto con gran sarcasmo, cruzándome de brazos y rodando los ojos—. Y créeme que pude acompañarte sin que me trataras como perro con correa.


El traga saliva y mira hacia otro lado. Yo frunzo el ceño, como esperando no se qué. Bien sabe que no soy paciente.



—Lo siento, Sasori—se disculpa y siento un calor intenso cuando vuelve a tomar mi mano, esta vez más tranquilo, y me guía al interior del bar.


Maldición, maldición, ¡maldición! ¿¡Por qué demonios me sonrojo!?



Cuando logramos pasar el mar de cuerpos sudorosos y calientes, nos sentamos en la barra y viene un cantinero a tomar nuestro pedido. Itachi pidió un trago, luego me mira a mí y le lanzo una mirada de que no quiero nada. Él me ignora y me pide también un trago.



Suspiro... Suspiro fuertemente.



— ¿Ahora qué es lo que te pasa?— pregunto mirando cómo el cantinero deja nuestras bebidas sobre la barra—. Pensé que eras muy feliz con Deidara


Él, dando el primer trago, frunce el ceño un poco.


—Deidara está perfecto— deja el vaso sobre la barra y me mira—. Me ha hecho bien conocerlo, gracias. Pero...—hace una pausa. Para ese momento ya siento que algo me aprieta el estómago, sube por mi pecho y estrangula mi garganta—. Creo que mi problema siempre será Sasuke...



Hay un momento de silencio en el que su mirada se pierde en algún punto muerto entra la fila de botellas acomodadas por año que se encuentran en el estante frente a él. No paro de mirarlo, no puedo creer que Itachi siga perdido por su hermano, si lleva más de tres meses con Deidara y... Son muy cariñosos entre ellos, por más que me duela admitirlo.



Entonces él ríe, se lleva una mano a la frente y de pronto sé que está burlándose de sí mismo.



—Es estúpido, ¿no?— dijo jadeando, riéndose como si alguien hubiera dicho el chiste más gracioso del mundo—. Que esté enamorado de mi hermano menor aun teniendo de novio a alguien como Deidara.


Yo no le encuentro lo gracioso...



Itachi se ha acabado todo el trago y llama al cantinero para pedir otro.



— ¿Sólo uno más?—pregunta haciéndose referencia a mí. Estoy a punto de decirle que no cuando el Uchiha bastardo me pide otro trago... Idiota—. Muy bien, entonces son dos tragos más, en un momento se los traigo.



Lanzo un gruñido con mi ceño fruncido, odio que tome decisiones por mí. Siempre lo ha hecho; como aquella vez en la que una tal Sakura me pidió ser mi novia e Itachi asintió por mí, haciéndome pasar la peor semana de mi vida.


Itachi nota mi mirada asesina y luego se traga una risa. Rápido, prosigue a cambiar el tema.



—Pero...—empieza. Su mirada, antes un poco alegre, se derrumba y muestra un vacío afligido—. El problema no gira específicamente a eso, realmente.



Arqueo una ceja.


— ¿Ah, no?



Las bebidas llegan, yo doy un pequeño sorbo mientras Itachi parece querer acabársela de un solo trago.



—No, tu primo seguro te contó lo que pasó en el parque de diversiones, ¿no?


Extiendo la mirada, recordando.


—Claro, el beso de Sai con Naruto— tomé un sorbo más, sonriendo un poco porque desde ese día Gaara se dio cuenta de los sentimientos que obviamente le tiene a Sai. Pero, ¿eso en qué le puede afectar a Itachi?... Sasuke no fue quien besó a alguien más y... Ah, claro... Era novio del zorrito rubio—. ¿Cómo lo tomó Sasuke?



Apretó los labios en una fina línea y me encaró con un rostro dolido.


—Él está destrozado, ¡ese maldito rubio lo destrozó y pagará por eso!— amenazó molesto, dando un golpe sobre la barra—. Mi hermano ya no es como antes, está... Más sensible, más callado, más cerrado conmigo ¡Y todo es culpa de ese mocoso! No sé qué hacer, Sasori.



Trago saliva, no sé qué decirle...



—Bueno, Uchiha, tu hermano está dolido por el rubio, creo que deberías darle tiempo o..., quizá apoyarlo para que lo olvide... ¡Hip!— doy el último trago a mi bebida y... ¡Mierda! No puedo creer me haya puesto borracho, ¡esto nunca me pasa a mí!



Itachi levanta la mirada y me mira curioso. Lo sé, lo sé; él tampoco puede creer que esto me esté pasando a mí.



—Ya lo intenté, le dije que siempre estaría ahí para él, pero al parecer eso no le importa a él— acomoda los brazos en la barra y su cabeza en ellos—. Si tan solo me dejara amarlo bien, no dejaría que nadie lo lastimara así.


Bueno, es obvio que Itachi no dejaría que nadie tocara a Sasuke independientemente de que si le muestra sus sentimientos o no. Creo que este Uchiha necesita... Sacar eso con lo que carga su corazón. Quizá si se lo diga a Sasuke... Pueda sentirse más tranquilo.


—Oye... ¡Hip!, no sé por qué voy a decir esta enorme estupidez, ¡Hip!, pero quizá deberías decirle a Sasuke lo que sientes y... ¡Hip! Sacarte el peso que tienes encima.



Itachi de pronto da un salto y me mira confuso.



—Pero ni siquiera estamos hablando de "eso"—señala poniéndose algo nervioso—. Sasori, creo que no te debí pedir otra bebida.



No, ¡no debiste, idiota!



— ¡No es por eso, Uchiha! ¡Hip!— maldita sea, ¡odio esto!—. Tú has estado así desde que descubriste que estás enamorado de Sasuke; es como un peso que... ¡Hip! Que cargas. Si se lo dices quizá puedas quitarte eso de encima, dejarlo vivir su vida y darte cuenta de que yo te...



Estúpido, estúpido, ¡soy un completo estúpido!



— ¿Que tú me... Qué?


¿Qué digo? ¿¡Qué digo!?



—Que yo te considero un estúpido, ¡Hip! Por no enfocarte en Deidara.


Me siento tan... Idiota...



Bajo la mirada, no puedo creer lo que estaba a punto de decir. Eso seguramente se hubiera significado el fin de nuestra amistad.



—Quizá...— le escucho decir y siento su mano sobre la mía—. Es hora de irnos.



No sé cómo explicar..., cuanto amo que me tome de la mano.




[Itachi Pov]



Me relamo los labios al salir del bar, con Sasori colgando de mi brazo, pensando en lo que hace un momento dijo. Si yo le dijera a Sasuke lo que siento, ¿me sentiría mejor? Es algo difícil, en primer lugar, pero es verdad que me siento impotente cuando contengo mis ganas de correr a abrazarlo y robarle un beso en los labios. Cuando lo veo sufrir, quiero decirle que lo amo y es horrible no poder hacerlo. Duele no poder demostrarle todo lo que significa para mí.


Me siento un poco mareado, no puedo cargar a Sasori hasta su casa en este estado... ¿Quién se pone borracho con solo dos tragos? Camino hasta la esquina de la calle y me quedo esperando a que llegue algún taxi... ¡Ah! Ahí viene uno, ¡bien! Levanto la mano un poco insistente y el auto se detiene.


— Ka... ¿¡KAKASHI-SENSEI!?


¿¡Qué demonios hace mi ex profesor de literatura como taxista!?



—Ay, no...— dice mirándome, con su tono tranquilo, pero como quien no quiere la cosa. Meto a Sasori al taxi y después entro yo—. No digas nada de esto, Itachi.


Me acomodo y evito una risa.



— ¿Qué... Hace usted como taxista?— pregunto divertido, acomodando mis brazos en el respaldo del asiento de adelante.


—Sólo te diré que perdí una apuesta con Gai— suspira con una gotita resbalando por la sien—. ¿A dónde te llevo, Uchiha?



¿Una apuesta? Jeh, bueno, por lo menos no fue tan vergonzoso como cuando Gai-sensei tuvo que correr 100 vueltas alrededor de la escuela con un traje de hawaiana. Le di la dirección y me acomodé en mi asiento.


Kakashi-sensei se quedó callado y Sasori está entredormido. Yo miro por la ventana hacia la calle nocturna, los gatos negros que se esconden entre los callejones y las luminarias que libran de la completa obscuridad a la cuidad. Decirle a Sasuke... O no. Puede ser sólo un paso, quizá me pueda quitar un pedazo del peso que cargo desde que empecé a ser anti natural...


¡Mierda, estoy nervioso! No sé... ¡No sé cómo decirle y tengo miedo como lo pueda tomar!


No quiero asustarlo...



Callo mis ruidosos pensamientos y luego siento un peso caer sobre mi hombro derecho. Me volteo. Sasori se ha acomodado en mí y suelta un ronroneo que me enternece, una sonrisa pequeña sube por mi rostro. Esas mejillas sonrosadas lo hacen ver jodidamente tierno.


—Mmgh, Itachi— susurra entre la delgada línea del sueño y la realidad.


— ¿Mhh?— digo, dejando caer mi cabeza sobre la suya; el sueño me está empezando a ganar.



—Te quiero.



Alcancé a escucharlo, por más bajo que lo dijera y expandí mi sonrisa al cerrar mis ojos.


—Yo también te quiero.

 



[Sasuke Pov]

 



"No quiero hablar de esto, porque estoy enamorado de ti"

 



¡Maldita, maldita, MALDITA SEA! ¿¡Por qué todo el mundo está en contra mía!? ¿Es que los dioses adoran verme sufrir y me han tomado como su payaso, o qué? ¿Es que por qué... De todas las personas con las que Karin pudo encontrarse... ¡Realmente tuvo que ser con él!?



Mierda, mierda, ¡Mierda! Y encima me arrastra aquí con él y su estúpida novia nueva, que seguramente está ciega por meterse con ese kitsune infiel y traicionero.


— ¡Una pizza de peperoni con doble queso!— dice, tan ruidoso como siempre al mesero que está apuntando el pedido.


—Mmhhm, una pizza de peperoni con doble queso—repite el chico castaño terminando de anotar en su libreta y levantando la mirada nuevamente—. ¿Y de beber?


—Yo quiero un té helado—dijo Karin dándole la carta al chico, con un aura superior como solo ella lo sabe hacer.



—Etto... Yo quiero una limonada—dice la noviecita del idiota de Naruto, dándole de una manera más amable la carta al chico.


Sonreí de medio lado y también le entregue la carta con mi estilo "Made in Uchiha"


—Yo quiero una cerveza.


—Y yo una soda, ttebayo— habla por fin el rubio y yo le miro con una ceja encarada, dejando escapar un "Hmph" en tono burlón.


Rápido se voltea hacia mí y me frunce el ceño.


— ¿¡Algún problema, Teme!?—grita y miles de arruguitas se formal entre sus cejas—. ¡Por lo menos no tomo cosas que me pondrán borracho!


Le lancé una mirada filosa.



—Na-Naruto-kun~



— ¿¡Qué mierda me estás queriendo decir, Dobe!?— interrumpo a su... A mi reemplazo y golpeo la mesa.


— ¡Lo que escuchaste, a menos que estés sordo!— contesta imitando mi acción, ganándonos la completa atención de las dos chicas y hasta el mesero.


—Ejeem, ¿es todo?—pregunta el chico con una gotita resbalando por su sien.



—Sí, perdona a este par de idiotas—habla Karin y Hinata despide al chico con una sonrisa nerviosa.



Refunfuño entre diente dientes, me acomodo en mi silla y bufo desviando la mirada. Esta gran doble cita está poniéndome tenso, a todos, más bien. Hinata no sabe qué decir, está jugando con los bordados de su vestido y Karin no despega los dedos de sus lentes. No sé cuánto tiempo más soporte esto...



—Ahhm, Karin-san—la llama Hinata en tono amable—. ¿Cómo conociste a Sasuke-kun?



Me cruzo de brazos y a Karin se le encienden sus peculiares ojos rojos. Una sonrisa enternecedora surca sus labios.



— ¡Fue algo hermoso!— prorrumpe con las mejillas teñidas del mismo color de su cabello—. Sasuke nunca me había hecho caso y de pronto llega a mi salón y  me pide que salga para darme un beso en los labios, una rosa y la petición de ser su novia— se cuelga de mi brazo posesivamente. Yo la miro sin cambiar mi expresión—. ¡De verdad creí que era un sueño, pero aquí está mi perfecto Sasuke junto a mí!


Puede que sea hostigosa y una loca de remate, pero esta chica es divertida.


—Jah, ¿perfecto?—escucho a Naruto—. Si perfecto es tener el orgullo más ajustado que los calzones, entonces sí, es la octava maravilla...


¿¡Pero qué mier~


— ¡Naruto-kun!



Karin abre los ojos como platos y suelta un gruñido parecido al de un perro hambriento.



— ¿Tienes algún problema con mi novio, mocoso?— grazna mi novia como loca señalando a Naruto.


Él niega con la cabeza y yo hago todo lo posible para tragarme el insulto que iba a lanzarle.


— ¿Y tú cómo conociste este perfecto idiota?— le pregunto a Hinata y parece que dos balas de pintura roja chocan contra sus mejillas.


Dejan la pizza y las bebidas sobre la mesa, cada quien agarra una rebanada para liberar tensiones.


—Naruto-kun simplemente me pidió salir con él; dijo que yo era la única que lo haría olvidar malos recuerdos...



Me quedo con la boca abierta... ¿Malos recuerdos? ¡Si bien que le gustaba que dejara chupetones en su cuello!


— ¿Malos recuerdos?— dice Karin dándole un sorbo a su té helado.



—Sí, de una relación pasada al parecer—completa la de pelo azul tomando a mi... A Naruto del brazo.



¡Mierda! ¿Por qué me siento tan impotente?


—Pues quizá su antigua pareja tuvo sus razones para dejarlo—dije tan natural como si hablara del clima, mordiendo mi pizza.


Hay un momento de silencio hasta que el siempre fastidioso Kitsune explota.


— ¡Pues quizá si mi estúpida pareja no fuera tan orgullosa aun estaríamos juntos! Además por su enorme ego me terminó—grita y la pizza se le cae a la mesa. Se pone de pie, furioso.



¿Mi ego? ¿¡MI EGO!?



— Pues seguramente fuiste de zorra con alguien más.



Veo como su mirada se expande y... Sus ojos se cristalizan sin borrar el ceño fruncido. Una fuerte punzada asalta mi corazón y trago saliva fuertemente. Creo que esta vez me pasé...


—Hinata, me disculpas, tengo que ir al baño—dice él y sale disparado, perdiéndose entre la gente que baila en la pista.



Me relamo los labios y apoyo mi codo sobre la mesa para dejar caer mi mentón en la palma de mi mano.


—Ustedes dos, ¿tienen algo que ver?— Karin llama mi atención, ella está jugando con su vaso vacío mientras me dirige una mirada inquisitiva.



Francamente, me siento una mierda... Sé que no engaño a nadie diciendo que ya no lo quiero más. Sólo quiero hacer todo lo posible para olvidarlo.


—Ni de broma.



Me levanto de pronto de la silla y las dejo solas. No... No sé que estoy haciendo realmente. Atravieso la pista y abro la puerta del baño sintiendo como mi corazón golpea mi pecho como un martillo...


Notas finales:

El nombre del capi es de la canción Fall to pieces de Avril Lavigne, al igual que las fraces en cursiva nwn

Espero que les haya gustado aunque sea un poco y... ¡Muchas gracias por leer! nwn


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).