Era un nuevo día, me senté en la cama con cansancio ya que las desveladas se me hacían últimamente más pesadas, sentí que mis ojos se iban a cerrar tarde o temprano, prefería que ya, pero recordé que estaba en mi nueva casa y el cansancio se esfumo, sonreí para mí mismo
-buenos días Kal-entro mi mama muy sonriente como siempre
-buenos días-me quite el gorro de dormir y baje los pies de la cama
-apúrate en arreglarte, bajamos a desayunar y vamos a comprar- así como entro salió, a veces era estricta en la puntualidad, me restregué los ojos y me pare directo a la ventana, la abrí completamente recibiendo el fresco de ese día, salí de la habitación y me adentre al baño, era espacioso, con azulejos de peces, el baño era de un color verde claro, el lavamanos, la bañera y el retrete casi del mismo color, un poco más oscuros, daba armonía, abrí la llave del agua caliente, y apenas un poco la de la fría, me encantaba esa sensación del agua caliente en mi espalda, hombros, y no sé por qué pero cuando el agua chocaba en mi frente, me daba cosquillas, me enjabone, me talle la espalda, y deje un poco el shampoo en mis cabellos, ¿Qué lugar conocería hoy?¿encontrare gente amable?, me empecé a preguntar todo eso, me daba miedo, tenía que esforzarme un poco más y tratar de conocer a alguien, si claro como si mi lengua no se trabara en ese momento por los nervios… termine de bañarme y regrese a mi habitación saque ropa interior limpia, me puse pantalones de mezclilla igual que los de ayer, solo que este tenía bolsas, una playera negra con una imagen de The Legend Of Zelda, amo ese juego , y mis muñequeras negras que tanto me gustaban, los mismos Convers de ayer y una sudadera de color roja…y el cabello lo seque con la toalla y como casi nunca lo peinada, solo le pase mis dedos y así lo deje, no se me esponjaba ni se me enredaba, que suerte, baje para desayunar, escuche el sonido de la televisión y de la licuadora, amo esos ruidos de las mañanas, pase por la sala y llegue por fin a la cocina
-hola papa- él estaba sentado tomando un café y comiendo fruta picada, que no sé de dónde sacaron, mama estaba frente a la barra de la cocina, picando más fruta y viendo las noticias en la pequeña televisión que había ahí
-¿qué tal la primera noche?-tomo un sorbo de su café y me miro con sus ligeras sonrisas
-bien, nada de explosiones, nada de aliens, todo tranquilo-me senté al lado de él, mama rio en lo bajo igual que papa, si, una noche en Nueva York se había escuchado una gran explosión, había sido el vecino que teníamos, era un “científico” según el claro, era un gruñón y que solo lo veía de vez en cuando,
-me alegro, espero esta vez no haya locos aquí –terminamos de desayunar y papa se tenía que ir a su trabajo
-nos vemos más al rato cariño- se despidió de mama con un beso y a mí me sonrió, salió y arranco el carro
-bien Kal, terminare de lavar los trastos y nos vamos tu y yo- nos encaminamos a la cocina y tome de mi licuado-podrías por favor sacar esta basura, la pones en los botes que hay afuera, más tarde pasaran a recogerla- me dio una bolsa negra pequeña y salí de casa era una agradable mañana, mientras me dirigía a los botes vi la casa de enfrente, había un señora en la entrada, tenía una vestimenta deportiva, me volteó a ver y me saludo, se fijó de los dos lados de la calle y paso trotando hacia mi ¿Qué hago? ¿Qué hago?, como reflejo baje la vista y la pegue al piso, evitando que me viera
-hola, debes ser el nuevo vecino-yo solo asentí –me llamo Lorena, y vivo ahí en frente, levante la vista y me señalaba esa gran casa-¿Cómo te llamas cariño?-la mire a la cara tenía una gran sonrisa, baje la vista
-Kalil-respondí en un susurro
-¡pero qué lindo nombre!- amplio su sonrisa, y me cohibí aún más- no seas tímido cari…-
-Kalil estas tar…-salió mi mama con su bolsa y nos miró fijamente y después sonrió ampliamente-¿Qué tal? Buenos días- se nos acerco
-hola, buenos días soy Lorena, vivo en frente-extendió su mano hacia mi mama
-hola soy Carolina, y somos los nuevos mucho gusto- estrecharon sus manos y sonrieron, no sé de qué otras cosas platicaron porque me disculpe y fui a tirar la basura a donde me dijeron, cuando levante mi vista hacia la calle me topé con una mirada, era un tipo más alto que yo, tenía unos pantalones vaqueros negros, no tan ajustados, una sudadera negra y estaba despeinado y descalzo, también tenía ojeras, pero no tanto como yo, tal vez solo las de una noche, estaba con las manos en los bolsillos y vi que se acercaba a mí, baje la vista, caminaba un tanto lento, con la vista en frente, y las manos en sus bolsillos, me paso de largo, por instinto voltee y se paró al lado de la señora Lorena, era alto y delgado, pero con musculos, no tan exagerados, pero tenia, estrecho su mano con la de mi mama y al poco tiempo me llamaron, se me había olvidado que me quede al lado de los botes de basura, que tonto, camine hacia ellos con la vista baja y las manos en las bolsas de mi sudadera
-Kalil, te presento a mi hijo, Logan- levante un poco la vista y otra vez con esa mirada en mí, parecía examinándome, me puse nervioso
-hola- solo eso dije pero ya no lo vi otra vez
-es tímido-dijo casi en un susurro mi mama señalándome y con una sonrisa
-no te preocupes-ya se hablaban de toda la vida ambas madres-bueno nosotros nos retiramos, fue un gusto conocerlos-se estrecharon otra vez las manos
-igualmente, que tal si en la tarde nos acompañan a tomar un poco de té- mama no lo hagas más difícil
-por supuesto que sí-acepto de inmediato-pero supongo que tendré que venir sola, ya que Logan debe hacer unas cuantas cosas, y mi esposo llegara un poco más tarde- la mire rápidamente tenía una cara de disculpa
-no hay problema, también mi esposo no estará y supongo que Kalil querrá ver si hay algo que le interese en la ciudad – ya me estaba corriendo de mi casa en la tarde, como siempre, queriendo que salga a lugares, mire de reojo a Logan, observaba fijamente a mi mama, no daba miedo su mirada, pero era como si te absorbieran sus ojos… azules, eran azules, parecían millones de cristales dentro de ellos, su piel era blanca pero de igual manera un poco menos que la mía, tenía su nariz recta, y sus rasgos eran perfectos, se podría decir él era un chico perfecto…no…no era perfecto, él era raro, fruncí mi boca un poco y el me cacho observándolo, baje rápidamente la vista, se me hizo eterno ese momento, hasta que las dos mujeres se despidieron, Logan no se despidió de mi
-se ven buenas personas, ¿no crees Kal?- me tomo de los hombros mi madre, yo veía a nuestros ex acompañantes alejarse,
-si mama-después de esa extraña mañana, subimos a su auto, que habían traído mucho antes, llegamos al centro de la ciudad, compro mucha comida, frutas, verduras, carne, sopas etc… etc… decía que quería nutrirme bien, ya eran más de las 3 de la tarde y regresamos a casa
-hola Samantha-saludo alegre mi mama a la guardia
-que tal señora Kelsen- se saludaron, abrió el portón y entramos, justo cuando salíamos, nos encontramos con otro carro, en él iba Logan conduciéndolo, con la vista en frente, deje de mirarlo temiendo a que me volviera a cachar observándolo, y que incomodo seria, nos pasamos de largo y por fin llegamos a casa
-ayúdame con estas bolsas cariño-cargue con 4 bolsas
-se ven pesadas ¿quieres ayuda?- escuche una voz a mi lado, me gire un poco y vi a una señora no más de 30 años
-no gracias, está bien-baje la vista
-que grosera soy, no me he presentado, me llamo Clara- me extendió su mano y como pretexto para no tomarla levante las bolsas, ella rio un poco
-Buenas tardes-llego mi madre a salvarme, sabe que me cuesta platicar-son Carolina, y él es mi hijo Kalil-ya me cansaban esas presentaciones
-mucho gusto y hola Kalil, espero llevarnos bien-la mire y me sonreía, asentí
-iré a dejar esto mama… un gusto- me aleje lo más rápido y entre a la casa dejando las bolsas sobre la mesa, saque todo su contenido y lo acomode en su respectivo lugar, momentos después llego mi mama
-se ve buena gente- dejo sus bolsas
Si- la ayude a acomodar todo y subí a mi habitación, después llego papa y comimos en calma, me fui a relajar a la sala me quite los Convers me senté y prendí el televisor
-Kalil, ¿te quieres quedar a tomar té conmigo y Lorena? o ¿vas a conocer la ciudad?- era como decirme, “de qué forma prefieres morir… lo prefieres con la guillotina o con la espada?”, decidí la ciudad, mi madre sonrió, apague el televisor me puse nuevamente los Convers y salí de casa
-espera Kalil… toma-me dio dinero-por si te pierdes-claro ya sabía algo así- no llegues tan tarde-
Empecé a caminar, y llegue a la caseta
-hola jovencito-era la guardia
-Hola… mi nombre es Kalil – levante un poco la vista y ella sonrió
-mucho gusto Kalil, soy Samantha aunque ya lo sepas- se rio- ¿vas de salida?- se empezó a abrir el portón
-conoceré un poco la ciudad- metí mis manos a la sudadera
-qué bueno, te va a encantar la ciudad- entro un momento a la caseta y salió con un papel doblado- toma, por si llegas a perderte- me entrego el papel, era un mapa, ¿tan tonto me veo?, si se lo pregunto seguro lo confirmara
-gracias Samantha-creo que nos llevaríamos bien, le sonreí y Salí a conocer la ciudad.
La ciudad era espectacular, grandes edificios, pero que a la vez no te quitaban la vista del cielo como en Nueva York, había bastantes árboles, era magnifico, subí a un cable car, era la primera vez que subía a uno y se sentía maravilloso, baje y seguí caminando, por largas horas que para mí parecían minutos, visite varias tiendas de comics, ya sabía dónde compraría más, también había bastantes tiendas de videojuegos, todo un gran sueño, estaba muy feliz y emocionado, cuando lo note ya estaba anocheciendo, estaba en una gran avenida, pare a un taxi y subí
-a la privada Wardley por favor- el taxista emprendió el camino, no me había animado a platicar con alguien en las tiendas de comics, todos se veían tan… tan… como yo, volví mi vista hacia la ventana y vi que la ciudad a esas horas comenzaba a “iluminarse”, luces por todas partes, era como en nueva york pero un poco más “cómodo” podría decirse, era más acogedor ese ambiente, me encanto esa visita a la ciudad.
Llegue a la privada, pague al taxista y baje, ya estaba oscuro, pero los largos faroles que había iluminaban bien, ahora no era Samantha la que me recibía
-Buenas noches joven-ahora era un señor, bastante viejo, pero que se conservaba
-buenas noches… ¿y Samantha?- quería devolverle su mapa
-la joven Samantha termino su turno, sus horarios son de 6 de la mañana a las 2 de la tarde y regresa de 4 de la tarde a 7 de la noche joven- era amable el señor
-gracias señor…-tenía que saber su nombre
-Edmundo- sonrió, le faltaba uno que otro diente
-si… adiós Edmundo- tal vez mañana le regrese su mapa, me despedí y seguí caminando hacia mi casa, no era difícil llegar a ella, mire de reojo la casa de en frente, todas las luces estaban apagadas, ¿será que la señora Lorena sigue en mi casa?, toque el timbre, ya que aún no tenía llave, mi madre me abrió
-Kal, ya estaba preocupada, creí que te habías perdido, ¿y tu celular?-puso un puño en su cadera
-no, no me perdí, y el celular esta en mi habitación se me olvido agarrarlo, ya que me estabas sacando a patadas de la casa- pase y me quite la sudadera
-bueno ya, está bien, y ¿Qué tal la ciudad?- tomo mi sudadera
-bastante boni…-no lo podía creer, ¡aún seguía aquí la señora Lorena! Y ¡no estaba sola!