Capítulo 3: Problemas
Un poco más de dos semanas habían pasado y el día que en verdad detestaba había llegado, el día en que volvería a ver a esa mujer que realmente odiaba por ser peor que una bruja.
Sanji tenía ya casi todo listo, solo faltaba la cena, la grandiosa cena que prepararía. Incluso había pintado las paredes de un color durazno café con algunas nuevas decoraciones…
La casa lucia increíble, Sanji me miro parecía serio, nos miramos un par de segundos.
-Marimo… ¡Ahora sí, es realmente el día!, Nami-swan, espero con ansias tu llegada, soportando los crueles minutos… - Llevaba varios condimentos recién comprados a la cocina e ingredientes, haría la mejor cena para esa mujer.
-Nami-swan… -Su nariz comenzó a sangrar, solo le vi correr rumbo al baño por papel higiénico, sí que era un pervertido, estúpido cejillas, pero esto no duraría mucho ya tenía mis planes, solo debía esperar la llegada de aquella mujer.
La noche estaba comenzando y la mesa ya estaba hecha, unas velas en el centro adornaban, y el menú era bueno, tomates rellenos de soya, ensalada de quínoa, torta de papas, limonada, manzanas rellenas, un guiso de verduras y al parecer un budín; eso era lo que había alcanzado a notar, olía un poco de vino y sake.
Sake, ¡hace mucho que no bebía sake! Y olía tan bien.
-¡Ya casi es la hora! Quédate aquí, iré a recoger a Nami-swan –Esa sonrisa que tenía en el rostro al hablar de esa tipa, me molestaba. En cuanto cerró la puerta corrí, al baño. Era hora de hacer travesuras.
>>Iría a ver a mi linda Nami-swan, esperaba con ansias verla después de tanto tiempo, fui justo donde ella me había pedido verla, esperaba que llegara en el taxi. Todo sería perfecto este día Nami-swan, yo, la cena.
-Sanji hola – Por fin había llegado, la salude mientras abría la puerta de aquel taxi, ella me sonrió.
-Nami-swan, por aquí. ¿Cómo te ha ido estos días en el extranjero? –
-Bien, no me quejo, la geología es emocionante, Sanji-san, incluso vi a Robín después de tanto tiempo, recuerdas que era nuestra amiga cuando solo tenía unos 12 años, resulto que estaba realizando un trabajo de campo, es arqueóloga –
-Es sorprendente. Espero verla un día de estos, éramos buenos amigos –
-y tú ya eres reconocido… ¿Qué tal te va? –Por fin llegábamos a la casa, abrí la puerta invitándola a pasar, teníamos una charla agradable.
-Me va muy… -Cuando cerré la puerta note el gran desastre, papel higiénico rasgado en el piso, en los sillones y claro en la mesa, ¡ese idiota! Se había atrevido a tocar lo que había preparado.
-¡Marimo! ¿Dónde estás? –Lo vi bajo el sofá mirándome retadoramente, parecía extrañamente animado, no parecía tener miedo por haberse portado mal.
-Sanji… No me contaste que tenías un gato… -
-Pensaba presentártelo hoy, pero Marimo se ha portado mal. –Lo mire enojado acercándome a él intentando agarrarlo con mis manos, un par de arañazos quedaron marcados en mis manos era un marimo refunfuñón y amargado, realmente solía pensar que lo era.
-Bueno, no te preocupes Sanji, solo esta celoso – Estuve a punto de dejarlo encerrado en mi habitación pero Nami me detuvo, ella parecía no importarle. Comencé a servir la comida en la mesa, mis ojos se posaban en el Marimo de vez en cuando.
-Es deliciosa Sanji –
-Claro, pero siento que no puedas probar lo demás, Marimo lo arruino. –Ella solo rio un poco, comenzamos a comer mientras serbia un poco de vino en su copa, hoy era el día.
-Nyaa grrr –Lo único que vi fue como parte de la cena volaba por el aire, el vino cayó sobre Nami junto a parte de la comida que ahora yacía en el piso. Esto estaba mal, todo había salido mal.
-Esto es todo… Soporte a tu gato, soporte su comportamiento, no pienso soportar esto Sanji, esto termino –Tomo su bolso y salió de mi casa azotando la puerta.
-Nami-swan, espera… -Mi mirada se posó en aquel Marimo sobre la mesa –Tu… ¡Marimo idiota! Si eso eres, un idiota con mayúsculas, te odio. Cuando regrese estarás en grabes problemas… No debí haberte traído a casa, estúpido gato – Salí de casa, tenía que disculparme con Nami, se suponía que sería el mejor día pero esa alga con patas lo había arruinado todo.
-Nami-swan, espera –Ella no me hacía caso solo me dirigía algunas palabras molesta.
-No me interesa, creí que con el tiempo me gustarías pero no, el tenerte como novio es una calamidad… y detesto los gatos me dan alergia. No parabas de prestarle más atención a esa cosa que a mí. No me interesa que seas un chef reconocido, esto es todo. –Había llamado a un taxi, lo último que escuche fue el portazo resonando y el acelerar del auto. Este día era un asco, ese Marimo me las pagaría en cuanto llegara; camine lentamente por la calle observando detenidamente lo que me rodeaba, estaba seguro que lo primero que vería al llegar a casa seria esa alga con patas mirándome con una sonrisa inexistente de éxito. ¿En verdad tenía que verlo? Subí aquellos escalones, saque la llave de mi bolsillo y abrí la puerta.
-Marimo, ¡sal de donde quiera que estés!... –No estaba bajo los sillones o la mesa, tampoco en la cocina… Lo seguía buscando, ¡el marimo no estaba por ningún lado!.
-Marimo ¿Dónde estás? –Comencé a desesperarme, era la segunda vuelta que le daba a toda la casa, buscando hasta por el refrigerador, entonces caí en cuenta al ver la ventana del baño abierta.
-Marimo… -Tome mi chaqueta y salí de mi casa, tenía que encontrarlo, ¿no podia haber ido muy lejos, verdad? Pase un par de horas y no aparecía, miraba por los alrededores, preguntaba a todo el que se me cruzaba mostrando su foto en mi celular.
-¡Sanji!… ¿Estas bien? Luces terrible… -Él era un amigo y hace tiempo que no le veía.
-Usopp… -No pude evitarlo mis lágrimas estaba a punto de salir –Se fue… y lo último que le dije fue tan cruel... que lo odiaba… que era un idiota… -
-Sanji, tranquilo –Me tomo de los brazos, mis lágrimas resbalaban por mis mejillas, intente hablar sin ser interrumpido por mis sollozos; le contaba lo que había pasado con el Marimo. Se había perdido, no le vería otra vez, estaba solo y en peligro… Tal vez asustado y arañando extraños.
-Cálmate Sanji, ambos buscaremos a tu gato, solo pásame la foto a mi cel, ambos lo buscaremos –
-Gracias Usopp – Me comentaba que se había tomado un tiempo para visitarme pero había llegado en el momento oportuno, realmente agradecía que me ayudara a buscarlo.
Pasamos toda la noche buscándole sin resultado alguno, me sentía horrible, Usopp se despidió de mí, me dijo que regresaría al otro día a primera hora para seguir con la búsqueda y pegar carteles. Le agradecía mucho el que me hubiera ayudado. Llegue a casa por la madrugada; tal vez el hombre de mis sueños me ayudara, él siempre me ayudaba; para hablarle solo necesitaba dormir y soñarle. Mi sueño esa noche fue vacío, algo lúgubre, yo realmente esperaba que Zoro me ayudara pero esa noche el no apareció, me había dejado completamente solo. <<
To Be Continued...