Capítulo 4: Uñas de gato
Después de todo lo que me había gritado ese cejillas me había quedado solo en aquella casa, era mejor salir un rato, el regresaría y a pesar de que estaba enojado seguro que se daría cuenta que era lo mejor; tal vez debía dejar en orden el baño ya que era un caos, entonces vi la ventana abierta, un poco de aire fresco me vendría bien. Me las arregle para salir por la ventana, la noche estaba bien; digo, las luces de la calle alumbraban y no era tan oscuro, además era un gato y mi visón gatuna me ayudaba.
Di unos pasos estirando las patas, cuando me di la vuelta para regresar y quedarme en la puerta a esperar al cocinero, me di cuenta que no tenía idea de donde estaba bueno no me había perdido, solo tenía que regresarme. Había ya pasado una hora al parecer y no aparecía su casa ¿Qué mierda? No me podía perder, yo era un gato no… Joder aun siendo un gato mi esencia seguía siendo la misma, bueno que más daba caminar y ver si me ubicaba o que se yo.
Llegue a un callejón sin salida, me di la vuelta entonces distinguí a una mujer conocida, no, no era aquella geóloga bruja; la seguí de cercas entrando a aquel lugar… Un letrero enorme decía Magia Mysticum, conocía este lugar, pero parecía un recuerdo tan lejano.
Entonces la vi una mujer que parecía tener unos 20 años a lo mucho, era muy joven, su cabello era chino color negro largo hasta la cadera, su ojo derecho era anaranjado y su ojo izquierdo tenía el mismo color junto a un verde claro; una mascada azul cubría su cabeza anudado bajo su barbilla, unas orejas de perro color verde resaltaban saliendo de aquella mascada, un vestido verde escotado largo y una capa morada tras ella, zapatos de tacón altos descubiertos.
Le gruñí al ver cerrado el lugar, era ya más de las 12 de la noche mis ojos se toparon con los de ella, me miro con una sonrisa en el rostro.
-Zoro, estas vivo. Realmente deseaba que murieras ¿a qué vienes a verme? –
-Pasaba por aquí, ya sabes. Regrésame mi forma humana – Un segundo… ¿Estaba sorprendido yo le había hablado? Si, ¿o eran mis pensamientos?
-Yo puedo entenderte eso es todo, ¿Para qué querrías ser humano otra vez? Mi castigo lo tienes bien merecido –Me parecía que su nombre era Shirley la médium, yo no creía en esas cosas del tarot y demás, pero recordaba como yo había quedado siendo solo un gato y era por culpa de esa mujer.
Yo caminaba tranquilamente con mi ropa usual, un abrigo largo, abierto de color verde oscuro, cerrado en su cintura por una faja roja, donde meto mis espadas, y un pañuelo negro atado alrededor de mi manga izquierda; ninguna camisa debajo, y claro mi haramaki verde. Entonces llegue a aquel lugar “Magia Mysticum”, había muchas cosas inservibles, bueno cosas que no ves a diario.
-¿Qué buscaba joven? ¿Una predicción del futuro? Su destino… o tal vez ¿el amor?-
-Ja… esas son tonterías, yo no creo en eso –
-Bueno, solo por esta vez dejare pasar ese comentario, será gratis- Me miraba con una sonrisa, mis ojos se posaron en ella era un tanto extraña y esas orejas…
-No me interesa, tiene suerte que solo haya venido a ver –
-¿Pensabas cometer vandalismo? Tu solo eres un mocoso problema, un brabucón que abusa de los demás. ¿Piensas asustarme a mí una mujer? – Me estaba cabreando, me acerque y tire varios frascos de aquel estante, ella solo me miro con una seriedad profunda.
-No me intimida. El hecho de que seas mujer no significa que te pasare por alto – Está bien, sí era un brabucón, sí me gustaba ocasionar problemas y era verdad que me aprovechaba de otros.
-Tu solo haces lo que te viene en gana, eres un egoísta. Te daré una lección, solo espero que mueras en la lluvia- Su sonrisa junto a su extraña mirada fue lo último que vi; después de aquello me vi vagando por las calles siendo empapado por la lluvia. Mi reflejo en el agua era diferente yo ya no era Roronoa Zoro.
Y eso había pasado, sin embargo no esperaba verla nuevamente; pero allí estaba frente a mí aquella mujer.
-Lo siento… Siempre había sido así, nunca había intentado hacer algo bueno y ya. No es algo que tenga que andar explicando–
-Zori se ve que has cambiado un poco, tal vez tengas esperanza. ¿Encontraste esperanza? –
-Ja, vieja que estupideces dice… -Sonreí aun que esa expresión era nula en un gato, por lo que mi cola se movía de un lado a otro. –Tal vez encontré a alguien – Si, esa persona me había cambiado un poco, realmente apreciaba a ese cejas de sushi. Shirley miro su calendario, y sonrió.
-Zori-chan, hoy es martes, por eso te toca… Amor –
-¿Amor?-
-Sí, si logras encontrar a alguien que se enamore de ti, lograras volver a tu forma humana-Soltó una pequeña risita, para luego quedar seria, era una burla, ella sabía que nadie en su sano juicio se enamoraría de algún gato, y no tendría una novia gatuna.
-Te odio –
-Qué lindo, bishito bishito –
-Pero, no puedo quedarme de esta forma, podrías… -
-No hare nada, si hubieras llegado ayer lunes hubiera sido tu salvación, los lunes revierto hechizos gratis, pero es martes y toca el amor.- Vieja bruja, lo hacía a propósito; su misteriosa mirada me decía que ella sabía que llegaría este día, que estaba feliz de cumplir su objetivo.
-Pero, podrías tener tu forma humana, solo cuando la luz del sol no te toque, claro hay un pago que debes hacer. –
-¿Cuál pago?-
-Primero que nada, solo serás humano cuando los rayos del sol no te toquen y si quieres ser de nuevo tú todo el tiempo solo el amor lo sabrá. El pago… -Me miro acercándose a mí, esta mujer era demasiado seria, solo la había visto sonreír una vez desde que le había conocido. –Tus garras, las de las patas delanteras, ese será mi pago –Mire mis patas, bueno, si con aquello podía volver a ser yo por lómenos un poco aunque fuera entre las sombras, lo haría.
-Está bien, tómalas- Pronto seria el día de la competencia y había faltado a varios entrenamientos, yo desea obtener el título del mejor espadachín, a ese evento no podía faltar había soñado estar allí desde que era un niño. Sí que era una bruja aun que Nami era peor, mis patas sangraban, ya me vendaría, Shirley me coloco un collar hecho de un grueso hilo negro con una piedra azul con forma de plumilla de guitarra, una luna transparente en el centro.
-Recuerda, nada de sol, ve por la sombra. Espero aprendas tu lección Zori –
-Claro, solo no me llames Zori- ¡Por fin era humano! Y una gran suerte que era madrugada, primero tenía que ir en unas horas al entrenamiento, no podía darme el lujo de faltar, con un poco de mi ropa vende mis manos ya que estaban heridas.
Lo sentía por él cejillas pero no le vería por un tiempo, luego le pagaría lo que había hecho por mí, Sanji solo fue uno de tantos dueños de un gato, solo eso.
To Be Continued...