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Orfandad por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Yey! Segundo capítulo! :D

“Key!“ Taemin a primera hora había llegado a la casa de su hyung. “Ya quiero que se acabe la semana.“ Admitió.

“Aún no llevas un día entero y ya quieres morir.“ Key se burló en lo que llevaba una taza de café a su hoobae.

“No es divertido.“ Tae se sobó las sienes. “Además está ese otro contendiente, que no soporto. Es tan prepotente.“

“A quién me recuerda?“ Key rodeó los ojos. “Y bueno, cómo se llama?“

“Se apellida Choi.“ Taemin notó que no sabía su nombre, pero no le interesaba.

“Uy, con la larga lista de problemas que tienes con los llamados ‘Choi‘, excepto por tu tío.“ Key recogió la taza vacía y la dejó en la mesa.

“Seung Hyun es diferente, él me entiende, me alegro que sea de la familia.“ Taemin habló amargamente.

“Tae...“ Key no supo que hacer, sabía lo solo que Taemin se sentía.

 

Cuando Minho despertó, y tras haber confirmado que se encontraba solo, se puso a recorrer el lugar. Todo era tan igual; Minho había colocado su mano sobre un gravado en la pared.

“Sigue siendo tan hermoso.“ Habló en voz alta y después sonrió al notar que su manía de hablar solo había vuelto. De inmediato se fue a trabajar, tenía papeleo que hacer y después visitaría a los niños; adoraba a los niños.

“Yah, Minho, qué haces aquí?“ Onew le dedicó una mirada desaprobatoria a Minho. “Ve a casa, a descansar.“ Ordenó.

“Sabes bien que no descansaría sabiendo que es tan tarde.“ Minho fijó su mirada en los papeles. “Sabes, hyung, es hora de ir a comer.“

“Genial, no descansas, pero si comes...“ Onew se jactó. “Yah, esperame!“ le gritó al príncipe rana -cómo le decían los niños a Minho.

 

Taemin volvió a la vieja casona muy temprano y se propuso limpiarla. Una vez acabado se dirigió al jardín. Al verlo, Taemin recordó el mucho tiempo que pasó allí, entre las plantas y árboles rosas y violetas. Ahora había mucha maleza crecida y el verde se había perdido, pero eso no le importó a Tae, se dispuso a arreglarlo. Una vez que terminó se tumbó en el sofá, las manos le dolían, ya que no estaba acostumbrado y tenía mucho sueño.

 

Cuando Minho llegó a la casona, vio todo limpio, aunque claro, lo primero que pensó fue que su adversario había contratado a alguien, después le vio domir. Minho sintió una molesta curiosidad y se acercó, después recalcó en las heridad que coronaban sus dedos.

“Idiota, ha de ser tú primer trabajo manual.“ Lo dijo molestó, después se fue a la habitación que había tomado como aposento.

Al ver limpio el lugar sintió repulsión hacia el menor, se quitó la chaqueta y se sentó en el regazo de la cama, ese había sido un lunes bastante raro.

 

A la mañana siguiente Minho se despertó algo tarde, curiosamente no tuvo el impulso de salir corriendo como siempre. Miró a su alrededor, estar ahí le hacía sentir paz. Recogió su chaqueta y se fue a trabajar.

Minho nunca tuvo inconveniente con trabajar todo el día, nunca encontró alguien afín a él. Una vez hubo alguien, pero eso estaba perdido en su pasado.

 

Taemin había estado dando vueltas toda la tarde, recorriendo la ciudad, pero sobretodo, huyendo. Ahora estaba sentado frente a Sulli, su mejor amiga.

“Oppa, no has dormido.“ Sulli notó el estado de Tae.

“Claro que sí... Sólo no lo suficiente.“ Taemin bajo la mirada.

“Oppa, no le haces ningún bien a tu salud.“ Sulli le regañó.

“Sul... Cómo está Krystal?“ Taemin fue directo al problema.

“Loca...“ Sulli dijo con un dejo de amargura. “Amber y Victoria la han estado visitando seguido.“

“Dios, perdoname.“ Tae pegó su frente a la mesa.

“Oppa, no es tu culpa. Krystal sabía, perfectamente, que no la amabas de esa manera...luego pasó lo de Jessica unnie.“ Sulli gesticuló una sonrisa triste.

“Aun así me siento culpable.“ Taemin alzó la vista algo cansado.

“Sabes, lo que ocupas es divertirte.“ Se levantó sonriente y tomó la mano de Taemin. “Oppa, hoy te divertirás, conmigo, como antes.“

 

Minho iba caminando a su departamento. Había optado por no usar el auto, ya que de la oficina a su departamento eran ocho cuadras. Fue por algo de ropa, ya que estar viviendo en la casona le quitaba tiempo. Al entrar a su departamento lo vio desordenado, así que le puso orden, tomó ropa para una semana y redireccionó su camino.

Caminó trece cuadras hacía la casona, mientras veía como en el cielo se acumularon las nubes. Entró al tan familiar lugar y encontró a su rival sentado en la sala. Estaba sentado, con la mirada perdida en la nada, acto que molestó a Minho. En las manos del menor había una caja pequeña de color marron; Minho sintió tanta curiosida por saber que había ahí, que le dio asco.

“Yah, quita esa cara de idiota.“ Minho le gritó al chico apellidado Lee.

“Le molesta en algo?“ Su voz estaba ronca, algo quebrada, pero no despegó su mirada de la nada.

Minho detalló al menor, tenía ojeras marcadas, pero aún así el toque de rico y apretado. Su ropa era bastante prepotente, deseguro toda la de la maleta era así, y por último su cabello. Traía otro corte de cabello y sus rizos habían pasado de ser café dorado a café rojizo. Minho no resistió la escena, así que se retiró a la recámara que había tomado.

Después de acomodar sus cosas, Minho sé sentó. Se puso a pensar, había algo en él chico de abajo que le molestaba. Antes, Minho, había tratado con ricos, pero ninguno le molestaba tanto como ése tal Lee.

Inesperadamente la luz sé cortó. Minho se levantó, lo qué le hacía odiar a Lee, también le daba curiosidad por él menor. Minho sé preocupó y bajó a tientas.

“E-estás bien?“ Preguntó a la oscuridad.

“Sí, acompañame a la cocina por velas.“ Una mano lo jaló por él brazo.

“Cómo sabes que en la cocina hay velas?“ Preguntó curioso.

“Siempre hay en la cocina, además las vi ayer.“ Minho sé asombro por la tenacidad del menor.

Al llegar a la cocina, Minho vio como Lee encendía una vela y la colocó al centro de la mesa, después encendió otra, que le ofreció.

Minho se iba a retirar, pero al ver que el pelirojo colocó otra vela en la mesa, volvió a sentir curiosidad.

“Puedo saber qué te hace querer ésta casa?“ Minho se sentó enfrente del menor...


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