A la mañana siguiente, más bien dicho, pocas horas después, Minho tuvo el placer de ver a su pequeño dolor de cabeza aún en la casa. Estaba apurado por salir, casi tanto, que no notó la presencia de Minho. Minho suspiró, necesitaba hablar con alguien.
A las cinco de la tarde ya estaba con su amiga Suzy. Minho la adoraba, era como su hermana, su confidente, su conciencia.
“Oppa, te ves preocupado.“ Suzy cruzó una pierna sobre la otra en plan de psicóloga.
“Lo estoy... A decir verdad estoy algo asustado.“ Minho murmuró lo último mirando hacia el suelo por el lado izquierdo.
“Cuentame que pasa.“ Su perfecta sonrisa le invitaba a hablar. Lleva los rizos de su castaño cabello por sobre los hombros, cubriendo la parte de arriba de su vestido.
“Siento...siento que he traicionado un recuerdo.“ Minho se echó hacia adelante para murmurar sus palabras.
“Por qué lo dices?“ Suzy alzó una ceja.
“Hay un chico...No lo soporto...pero.“ Minho paró. Trató de pasar saliva, se había quedado seco.
“Oppa, termina de hablar.“ Suzy solía ser dulce, pero cuando estaba en su papel de psicóloga nadie la sacaba de éste.
“A veces no lo odio... Siento mucha curiosidad respecto a él.“ Cubrió su rostro.
“Cuál es el problema?“ Desdobló sus piernas y pasó las volvió a cruzar, pero invertidas.
“Me ha hecho sentir algo que no he sentido por alguien en mucho tiempo...“ Minho se confesó.
“Oppa...“ Suzy abrió sus ojos. Ella sabía del único amor de Minho y de cómo lo tenía rinconado en un lugar de su corazón. “Creo que es el momento correcto.“
“No. Me siento culpable, como un tonto...Ni siquiera se su nombre...“ Minho se frustró.
“Minho...por qué no has amado a nadie después de ese niño?“ Suzy preguntó retóricamente. “Ese chico te lo recuerda y tú te quieres negar.“ Suzy lo señaló con el dedo retóricamente. “En tu mente sólo queda un vago recuerdo. Debes dejar ir ese recuerdo.“
“No puedo.“ Minho se negó. “Él, su inocencia, su forma de ver el mundo, son cosas que me cambiaron. Las puedo ignora, pero no olvidar.“ Su corazón dolía.
“Entonces busca a tu muchacho! Búscalo y dile, que aunque no lo recuerdas, sigues tan enamorado de él como cuando vivían en el orfanatorio.“ Suzy gritaba de pie.
“Sabes bien que no sé nada de él.“ Minho se tranquilizó y bajó el tono de su voz aún más.
“Oppa...“ Suzy reía. Se sentó a lado de Minho y tomó sus manos en señal de apoyo. Aunque su juguetona mente la hiciera reir. “Imagínate que ese chico y el chico de ahora son el mismo.“ Minho volteó a verla con cara de ‘perdiste la cabeza‘. “Oh, no me mires así. Tú no sabes nada de ese niño, después llega éste chico que te vuelve loco, pero te gusta. Sería romántico si fueran el mismo. El destino se encargó de juntarlos después de todo.“ Suzy canturreó la última frase.
“Aigoo, pero que imaginación la tuya.“ Minho le reclamó entre risas, sabiendo lo romántica que podía ser Suzy.
Pero se quedó pensando. Y si eran el mismo chico? En ese caso, Minho no sabía cómo reaccionar, pero su estómago sé volvía miles de mariposas de tan sólo contemplar esa idea.
Tenía que verlo. Así que cuando volvió a casa esperó al menor, tenía que confirmar esa hipótesis. Pero el chico no llegaba.
Minho subió a su recámara y cambió su ropa, después escuchó ruidos en el recibidor. Era bastante tarde, pero aún así el miedo y la emoción no lo dejaban sentirse cansado. Desde las escaleras vio que el menor se encontraba en la sala común. El teléfono del chico sonó.
“Yuh-ba-sae-yo?“ Se veía cansado, su voz era un manojo de nervios. “Sulli, deja de gritar!“ También se notaba fastidiado. “No tengo ni la menor idea de como llegaron esas tijeras a su habitación. Llegué a tiempo...Youngmin me ayudo.“ Fuera lo que fuera el tema de discusión, el joven se veía afectado por eso. “Mañana irá Sohee...Buenas Noches Sul.“
Taemin suspiró ondamente. Había tenido un dia largo, pero aun una más larga tarde. Sólo quería descansar.
Minho seguía escondido en la parte alta de las escaleras. Quería observar al muchacho.
“Casa, ayudame, déjame dormir ocho horas y juro que saco mi mala suerte de aquí.“ Escuchó cómo el pequeño se arreglaba con la casa. Entonces decidió dejarlo dormir, le agobiaría con sus preguntas otro día.
Minho despertó y bajó cautelosamente; se quedó a la mitad de las escaleras. Se sentó en ellas y observó al bello durmiente. Pero su sueño fue interrumpido. Minho suspiró, si seguía así nunca iba poder averiguar algo más del menor.
Taemin se había quedado dormido en el sofá, el cansancio le pudo y terminó en el sofá. No se hubiera despertado, pero la vibración que causaba su celular era incomoda.
“Yuh-ba-sae-yo?“ Taemin preguntó con la voz adormilada.
Minho observaba como el menor se movía torpemente para contestar su celular.
“Hyung?...Avíon...Qué?No para nada, llevo despierto tres horas....Sí, a las once; iré a cambiarme de ropa.“ Las respuestas del chico estaban llenas de felicidad. Algo que Minho no soportó.
“Hyung, se te olvidó decirme en que hotel.“ Taemin rio por la torpeza de su hyung, claro que no lo podía culpar, él sabía lo cansado que se está después de viajar ocho horas.“Uh-huh.“ Taemin colgó y sonrió como tonto. “Gracias casa, ahora me llevo mi suerte a otro lado.“ Cojió sus cosas, sin percatarse del par de ojos que le miraban con recelo.