Museo de arte de Seúl 8 años después…
-Cuéntame Channie ¿Te mataste tantos años en la universidad para venir a observar pinturas todo el día?- Bang estaba recargado en una columna viendo a su amigo ir y venir por toda la sala con libreta en mano.
-No solo las observo, las valoro-
-Pues se que todas que me has hecho comprar me han costado mucho, no sé ni porque siempre accedo- puso los ojos en blanco.
-Porque estoy pensando en tu futuro, después podrás venderlas y generar más dinero-
-Tonterías, anda vámonos ya o llegaremos tarde a la boda- el rubio miro su reloj.
-Dime algo, ¿No puedes llevar alguien más de tus conquistas a las bodas de tu padre? Esta es la número 7- Himchan se quito los lentes y se froto el tabique cansado – ¿Si sabe que puede salir con quien quiera sin necesidad de casarse?
-No lo sé, tu sabes que yo no creo en el matrimonio y pues eres mi mejor amigo y además luces bien en traje-
-Que buen argumento-el pelinegro cerro su cuaderno y lo guardo en su pequeña mochila junto con sus lentes- Anda vámonos ya-
Su padre ya era un hombre mayor pero aun así ya llevaba 7 bodas con chicas mucho más jóvenes que él con las cuales siempre terminaba divorciado al cabo de unos meses.
La ceremonia ya hasta se la sabían de memoria y después de haber ido a 6 fiestas iguales las cosas se ponían aburridas.
-Channie vamos a bailar- Bang lo jalo del brazo y lo arrastro al centro de la pista de baile.
-Desde cuando te gusta bailar en las bodas de tu padre- el pelinegro lo conocía muy bien.
-Desde que su asistente me acosa- pego más al menor hacia su cuerpo.
-¿Qué?, ¿De qué hablas?-
-Esa chica está loca, tiene un blog sobre mi ¡Ahí viene! - acomodo su cabeza sobre su hombro para ocultar su rostro.
-No creo que sea tan obsesiva- Himchan intento separase un poco.
-¡Yong Guk!- la voz chillona de la chica los hizo voltear y separarse inmediatamente -¿¡Quien es el!?- volteo a mirarlo con desdén.
-Es mi novio-contesto rápidamente y busco unir sus manos.
El pelinegro lo miro incrédulo, pero al sentir como apretaba su mano se incorporo.
-Así es, yo soy…-
-Averiguare quien eres- la chica entrecerró los ojos y se dio media vuelta.
-Que susto- murmuro en cuanto se empezó a alejar.
-Te lo dije-Bang la siguió con la mirada sin soltar la mano de su amigo.
Himchan se percato de lo cálidas que eran las manos del rubio y de lo bien que se sentía sostenerlas pero en cuanto iba a decir algo este lo soltó. – Ya se fue- soltó un suspiro y camino de vuelta a la barra dejándolo confundido.
Los domingos era un día que pasaban juntos visitaban la tienda de antigüedades que les fascinaba aunque casi nunca compraban nada pero el olor a viejo los hechizaba, paseaban por el centro comercial buscando ropa el uno para el otro, iban a una pastelería donde compraban una rebana de pastel de limón y una de chocolate para comerse cada quien la mitad del otro.
-Caminemos por el parque para que nos haga digestión el pastel- sugirió Himchan.
Bang asintió, pago la cuenta y salieron en dirección al parque.
Caminaron en silencio por unos minutos hasta que llegaron a un puente.
-Escucha Bang, tengo algo que decirte- el pelinegro se detuvo justo en medio del puente y se recargo.
-¿Qué sucede?-
-Me tengo, que ir- susurro.
-¿A dónde?, ¿Quieres que te lleve? Volvamos al auto- el rubio empezó a mirar en todas direcciones tratando de recordar donde se había estacionado.
-No ahora en un par de días, me voy a Japón-
-¿Japón?-
-Llegara una colección de arte a la ciudad y el museo me enviara a mí a valorarla y organizarla para que después la traigan aquí-
-¿Cuánto tiempo?-
-6 semanas-
-¿6 semanas?, ¿Me estás diciendo que no te veré durante 6 domingos?-
-El tiempo, pasa rápido-
-No lo podre soportar- el rubio se subió de un salto a la orilla del puente – Me voy a tirar de aquí- apretó los ojos.
-Oh dios Bang baja de ahí, todos nos están mirando- Himchan lo jalo de mano obligándolo a bajarse – ¿Puedes tomarte algo enserio?-
-Lo estaba tomando enserio, ¿Crees que será fácil vivir sin ti?-
-No seas dramático, anda vamos a beber algo-
Se tomaron del brazo y empezaron a caminar alejándose del parque.
La mañana en la que Himchan partió estaba algo fría las nubes no dejaban ver al sol era como si el clima reflejara el sentir de ambos.
Bang paseaba por la sala de espera del aeropuerto caminado de un lado a otro mientras el pelinegro golpeteaba con el pie inquieto.
-Oh vamos para ya, que se siente como si estuvieras ansioso de que me fuera-
-No es así, estoy ideando un plan para que vuelvas pronto ¿Qué tal si trabajas durante todo el día y reduces las semanas a 3?-
-Buena idea, así estaré tan cansado que venderé una obra millonaria en unos cuantos dólares-
//Pasajeros del vuelo 23 favor de pasar a la fila de abordaje//
-Ese es tu vuelo- el rubio tomo las maletas de su amigo y espero a que se pusiera de pie.
-Si, anda vamos- se levanto y caminaron juntos hasta donde Bang lo tenía permitido.
-¡Llámame!- el rubio le grito antes de verlo perderse entre toda la gente que abordaría.