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Vinculo de Fuego por Kiky_Usui

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.::Encuentros::.

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“La noche lloró, por una canción, que aún nos recuerda aquel tiempo juntos”

Mayonaka no Orchesta – Versión Omar Cabán (Yui)

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                - ¿Estás seguro? – Tsunade miraba con preocupación al hombre que tenía frente a sí. Jiraiya solo asintió, tampoco era feliz de tener que comunicar lo que sus contactos les habían informado.

                - Tendremos que obligarle a escoger – Tsunade posó su cabeza en su mano mientras fruncía el seño.

                - Quiero ver que lo intentes.

                - ¿Qué más podremos hacer? Si todo es cierto, Sasuke e Itachi están en peligro, así como toda Konoha. Pero al menos el mayor ya está enlazado.

                - A pesar de todo eso, no lo hará. No podemos simplemente dar el juramento por él y abrir sus canales de Chakra a la fuerza…

                - Le prometimos que lo cuidaríamos – trató de razonar Jiraiya.

                - ¡Ese moco es el culpable de todo! – Bramó enojada la mujer - ¡Lo único que tiene que hacer es regresar! Pero es un idiota – el hombre sólo le miró con calma. Sabía que Tsunade simplemente estaba enferma de preocupación – necesito una copa.

                - ¿Puedes culparlo Tsunade?... Realmente tampoco querría volver a un lugar que me trató como un monstruo toda mi vida…

                - ¿Dejando atrás a su Hoshi no Tama?

                - Quizás piensa que Sasuke se unió a alguien más…

                - Tan sólo tendría que recibir los mensajes. No lo defiendas Jiraiya, sabes perfectamente que se está comportando como un tonto.

                - Lo sé…

                - Prepararé todas las defensas necesarias y dejaré activas las misiones cercanas.

                - Podrías mandar a Sasuke junto a su grupo de Gennin a una misión lejana. De al menos una semana, hasta ver que las cosas se calmen.

                - ¿Desde cuándo priorizamos la seguridad de una sola persona?

                - Desde que un tonto que consideramos nuestro hijo lo solicitó.

                - Realmente, realmente necesito una copa.

                - Somos dos.

 

                “- ¿Puedes prometerlo?

                - Naruto… - Tsunade le miró con dolor, el tener que supervisar que aquel niño que consideraba su hijo dejara la villa.

                - Tienes que prometerlo… ambos tienen que hacerlo – dijo esta vez mirando a las dos personas que le acompañaban.

                - Lo prometo… - Jiraiya dijo las palabras con facilidad, porque era un pedido de aquel chico que consideraba su hijo.

                - ¿Obaa-chan?

                - Cuidaré al molesto Uchiha por ti – dijo con una sonrisa, pero que el brillo no llegaba a sus ojos.

                - Gracias.”

 

                Dos días después de dicha discusión Tsunade comenzó a preparar un plan de contingencia. Era sólo un rumor de un ataque contra Konoha, liderado por el Clan Uchiha. Desde hace años que no sabían nada de esos cretinos. No desde que uno de sus miembros se había infiltrado a Konoha en busca de los dos Uchihas que estaban en la aldea para tratar matarles. Había estado cerca, Sasuke aún era un niño que hace pocos meses había activado su habilidad de sangre. Itachi había llegado apenas con tiempo para salvarle, pero el intruso había sumergido al menor en un mar de ilusiones. Fue por eso y por el accidente de Lee que le habían ido a buscar y claro está, porque Jiraiya había sido un idiota cobarde que no quería responsabilidades.

 

                Ahora la amenaza volvía a cernirse, quizás más que antes. Un conflicto no era bueno para ellos, principalmente porque las otras naciones quizás quisieran aprovecharse de tal desventaja, y debía pensar que pudiera no ser únicamente los Uchihas los dispuesto a atacarle.

 

                Sin otra solución había solicitado la ayuda de Suna para esto. Tuvo que sonreír con amargura. Las buenas relaciones que se tenían esa nación se debía exclusivamente a Naruto. El niño había cambiado totalmente la mentalidad del contenedor del “Un colas”, el cual después se volvió Kazekage, uno que era amado por su pueblo, a pesar de que antes había sido odiado al igual que Naruto. Aunque dicho pacto de paz casi se vio perdido cuando Gaara se había enterado del exilio de Naruto, fue él uno de los propulsores de la abolición y restructuración del consejo, de él y de todos los amigos que Naruto había dejado atrás.

 

                - Tsunade-sama, el equipo 7 acaba de llegar para solicitar una misión – la voz de Shisune le sacó de sus pensamientos. Todo hubiera sido más fácil si Naruto hubiera regresado hace un año y medio, cuando por fin se pudo retirar su condición de exiliado.

                - Hazlos pasar – pronto, Sasuke emergió con su pequeño grupo hiperactivo. El miembro del Clan de los Nara saltaba de un lado a otro, demasiado emocionado para su gusto.

                - Hokage-sama – le saludo el mayor.

                - Bueno mocosos, tengo un horrible dolor de cabeza… así que por ahora les quiero muy lejos – dijo cansada – irán a dejar un paquete hasta la aldea de Mitani.

                - ¿Mitani? – consultó Ren.

                - Es una aldea perteneciente al país del fuego, pero está ubicada casi a las fronteras, colindando con el país del Agua – respondió Setsuna.

                - Oh… ¡Oh! ¡¿Saldremos de la aldea?! ¡¡Genial!!

                - Mi cabeza, necesito un trago – rabió – lárguense que quiero dormir.

                - Tsunade-sama – la amonestó Shisune. El equipo 7 se retiró en silencio.

 

                Una hora después el equipo 7 se encontraba saliendo de Konoha. Ren estaba demasiado feliz saltando de un lugar a otro, mientras que Setsuna le miraba indiferente. Kai por otro lado reía divertido de la energía de su compañero de equipo. Sasuke, por otro lado, seguía en silencio a sus pupilos, no tomando mucha importancia a la energía excesiva que mostraba uno de ellos. No quería que más recuerdos le acosaran. El pueblo de Mitani estaba a 6 días caminando a paso lento. Si alternaban sus incursiones tanto a paso lento como un avance con ayuda de su Chakra estarían en el pueblo en tres días. Sería mejor darse prisa.

 

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                Dos zorritos de dos colas corrían entre los árboles, ambos reían divertidos entre sus juegos. Hace casi dos horas que habían dejado atrás a su maestro, era una suerte que su habilidad de Hengen sea tan buena a pesar de su corta edad.

 

                Llevaban casi cuatro semanas en las fronteras del país del fuego y el agua, reactivando los distintos santuarios elevados a Kyuuby-sama. Muchos habían sido totalmente abandonados, mientras que otros aún eran cuidados. Los espíritus poco a poco habían comenzado a despertar de su prolongado letargo, aunque el espíritu del bosque aún no quería despertar. Hace dos días que habían vuelto a ver al espíritu del viento, trayendo noticias desde Suna, al parecer Shukaku estaba muy feliz por el despertar de sus espíritus, tal parecía que él y su contenedor habían comenzado a recordar, así como había sucedido con Naruto y Kyuuby-sama.

 

                - ¿Puedes sentir el olor de Naruto-sama? – preguntó el zorrito de las orejas manchadas.

                - Se siente levemente, al parecer nos está alcanzando – rió divertido. Su hermano rió también con alegría. Le habían realizado una pequeña broma a su protector y por la cual tuvieron que huir desviándose un poco de los caminos. Sin embargo, el mismo zorrito que había iniciado la conversación se detuvo de improviso. Elevó su nariz hacia el cielo, como queriendo captar alguna clase de aroma - ¿Shin?

                - Shun… huelo… huelo un Chakra cálido – dijo al tiempo que cerraba los ojos – Es un Chakra que tuvo relación con el de Naruto-sama – el otro zorrito también elevó la nariz; tratando de detectar el aroma de aquel Chakra que su hermano decía.

 

                Shin y Shun eran dos zorritos gemelos que por muchos años se habían mantenido ocultos entre las montañas del país de los rayos. Desde que los dioses habían entrado al letargo posterior a la gran guerra, muchos de los demonios y espíritus que habitaban la tierra del sol naciente habían caído en un profundo sueño. Sin embargo ellos, por alguna razón, habían nacido en aquel mundo sumergido en silencio. Estuvieron muchos años sobreviviendo engañando a los viajeros y robando de los agricultores. Los humanos sólo les veían como zorros normales, así que intentaban de darles caza, pero ellos tenían una habilidad única, podían oler a los humanos desde varios kilómetros antes, podían oler su Chraka.

 

                Hace dos años, Shun había detectado un olor de Chakra especial; era cálido y parecía que transmitía luz. Curiosos habían ido a su encuentro de manera silenciosa. Fue así como conocieron a Naruto, y se extrañaron que un viajero que se apreciaba algo torpe tuviera un chraka como ese, así que decidieron seguirle. La travesía había durado meses, y por alguna razón; desde que habían comenzado a seguir al extranjero, encontrar comida había sido más fácil. Después entendieron que era el mismo humano quien se las proporcionaba, ya sabía que le habían estado siguiendo.

 

                Su primera reacción había sido huir, pero de la nada sintieron el Chakra rojo, cálido y dominante de Kyuuby. Era su deidad, por la que habían estado esperando. Naruto les había invitado a ir con él, ellos no dudaron en seguirlo.

 

                Un año después de viajar juntos descubrieron que Shun se había enlazado con el Chakra de Naruto. Ellos habían nacido para ser compañeros y protectores de quien lo mereciese. Así que Shin sería enlazado con el Chakra del Hoshi no Tama de Naruto. Aquello le emocionó, ya que Shun desde que se había enlazado a la corriente de Chakra de Naruto se había mostrado más fuerte e inteligente, y había adquirido la habilidad de disfrazarse en humano por una mayor cantidad de tiempo. Shin, por otro lado, había detectado la fluctuación en el Chakra de Naruto, lo que quería decir que; a pesar de no estar enlazado, su corriente de Chakra ya había elegido con quien lo haría. Quiso conocerlo inmediatamente, pero Naruto le dijo que era imposible por el momento. Así que ha estado esperando por casi un año.

 

                Cuando habían pasado cerca del país del viento, había sentido un olor que se relacionaba con el de Naruto, pensó que ahí estaba su Hoshi no Tama, pero el rubio sólo dijo que ahí vivía uno de sus mejores amigos, una persona importante para él, pero no tanto como la persona que le hubiera gustado unirse. Después fue en las fronteras del país de la tierra, cuando habían pasado cerca de un grupo de Ninjas que tenían el emblema de Konoha en sus frentes. Tampoco era el enlazado de Naruto, sólo alguien llamado Neji y Shikamaru, según distinguió su maestro desde la distancia.

 

                Y ahora éste nuevo aroma, podía sentir el aroma distintivo de aquellos que habían tenido alguna clase de contacto importante con Naruto. Sin embargo, había algo más en él. Podía detectar poder y tristeza; una gran soledad, la misma que acompañaba a Naruto.

 

                - Es él… - dijo casi en un susurró emocionado - ¡Es él, Shun!

                - ¿Quién? – su hermano parecía un poco perdido, pero luego abrió los ojos sorprendido al entenderlo - ¿El Hoshi no Tama de Naruto-sama?

                - ¡Sí! – saltó su hermano feliz.

                - ¿Qué hacemos Shin? – preguntó un poco confundido. Conocían los motivos por los que su maestro no quería volver al lugar donde estaba su Hoshi no Tama, porque a pesar de no estar enlazados, ellos ya los consideraban unidos. No ir a Konoha era entendible, pero ahora él estaba en un territorio neutral.

                - Quiero conocerlo – rogó su hermano.

                - No creo que sea pertinente Shin. Naruto-sama se enojará.

                - Pero no estamos en Konoha, está aquí. Quizás Naruto-sama puedo unirse a él ahora – aquello les alegría mucho, quizás así la soledad que emanaba del Chakra de su maestro desaparecería.

                - Cálmate Shin. Piénsalo, si se unieran, uno de los dos tendrá que abandonar lo que estaba haciendo para seguir al otro. Naruto-sama tiene una misión muy importante, casi terminada. Y su Hoshi no Tama no había sido reclamado porque también tiene sus propias acciones.

                - Pero… - dijo triste, sólo quería conocerlo, conocer a su enlazado, a la persona que tendría que guardar.

                - El destino le ha traído hasta aquí. Eso quiere decir que su destino es reunirse en las fronteras. Inari Kami-sama sabe porque hace las cosas – dijo con una sonrisa su hermano – además, nosotros también podemos acelerar este encuentro – su hermano sonrió cuando entendió todo.

                - ¡Eres el mejor Shun! – rió al tiempo que se tiraba sobre él para poder morderle una de sus orejas.

                - ¡Hey! ¡Déjame! ¡Soy tu hermano mayor, respétame!

                - Es mentira, nacimos al mismo tiempo – respondió divertido su hermano.

                - Venga, vamos por Naruto-sama. Si no recuerdo mal hay un puesto de Dangos a 3 horas de aquí. Quizás podamos hacer que se reúnan ahí.

                - ¡Sí! – ambos zorritos desaparecieron bajo un espiral de hojas.

               

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                - ¡Lo juro! ¡Era un Kappa! – lloriqueo Ren a sus compañeros de equipo. Hace poco habían pasado un río y entre sus aguas había vislumbrado la cabeza de este peculiar ser. Al principio no lo había creído, pero después casi se cayó de espaldas cuando el ser le movió la mano en forma de saludo. Cuando se lo había señalado a sus compañeros, no habían visto nada.

                - Tu mente es demasiado imaginativa – respondió Setsuna indiferente.

                - Quien sabe, quizás sea cierto – respondió Kai.

                - ¡Tú sí que eres mi amigo! – el mencionado rió divertido.

 

                Sasuke solo negó ante la conversación, también había creído ver algo extraño en el río que su pupilo había señalado, pero le había restado importancia, porque el evento en si era imposible. Después de todo, aquella criatura era solo parte de historias del folklore. Sin embargo no había sido el único incidente en los últimos días que llevaban viajando. Sasuke había estado seguro de haber escuchado dos risitas infantiles entre los árboles.

 

                Estaban en una de la fase de caminata de su trayecto, Sasuke no mostraba signos de fatiga, pero sus tres alumnos, poco acostumbrados a realizar turnos en las noches, se mostraban cansados y algo desconcentrados. Por eso mismo era que le restaban importancia a lo dicho por Ren, ninguno de ellos tres estaba lo suficientemente atento a las cosas. Pero poco a poco habían comenzado a habituarse, después de todo, Sasuke les había entrenado muy bien en el tiempo que llevaban bajo su mando.

 

                - ¡Un puesto de Dangos! – la exclamación de Ren les sorprendió y pronto una mueca de alivio invadió las facciones de sus alumnos. Negó divertido.

                - ¿Podemos descansar ahí, Sensei? – Setsuna le miró interrogante, mientras que Kai y Ren esperanzados.

                - Está bien.

                - Siii – celebraron los dos jóvenes.

 

                El lugar en el interior era bastante espacioso y fresco, se evidenciaba que estaban cerca de un poblado debido a la cantidad de gente que concurría el local. En una de las mesas cercanas a la puerta estaba un hombre con una capucha color arena en compañía de dos niños de 5 años los cuales mostraban una gran sonrisa mientras comían. En otra mesa se encontraban dos ninjas, al parecer del país de la tierra. Una mesa más al centro un grupo de muchachas. Y en la mesa más alejada estaba un grupo de 5 personas con capuchas, pero a diferencia del hombre con los niños, estas eran negras. No podía detectar Charkas hostiles, pero eso no quitaba que bajaría la guardia, un ninja con el suficiente nivel podía hacerse pasar por un ciudadano común sin ningún problema.

 

                Sasuke se ubicó en una de las mesas centrales junto a sus alumnos. Sin embargo el sonido de algo cayendo llamó su atención. El hombre con los dos niños había dejado caer su plato de dangos, ambos niños se reían del descuido, le restó importancia al asunto.

 

                - ¡Tengo mucha hambre! ¿Qué deberé pedir? – Ren hablaba para sí por la felicidad, Sasuke negó divertido.

                - Sensei ¿Cuánto tiempo falta para llegar a nuestro destino? – preguntó Kai mientras observaba el menú que había en la mesa.

                - Un día a lo mucho, hemos realizado un buen tiempo.

                - Genial… normalmente se demora 6 días en llegar, ¿verdad?

                - Correcto.

                - Ha sido un viaje divertido – se integró Ren – además, Sasuke-sensei nos ha enseñado muchas cosas.

                - Cierto – le apoyó Kai, mientras que Setsuna asintió.

 

                Pronto una niña vino por su pedido, a pesar de ser una tienda de Dangos, también ofrecías almuerzo y otras clases de dulces. Los tres Gennin habían optado por las cosas dulces, Sasuke por otro lado solo pidió un té y algo salado para comer, no era muy inclinado por los dulces. Mientras los más jóvenes disfrutaban de su comida, el moreno decidió poner un poco más de atención a los que le rodeaban. Las únicas personas que parecían hostiles, eran los 5 individuos en la mesa más lejana. Los ninjas del país de la tierra solo trataban de ignorarles. Por otro lado el sujeto con los niños lucia inofensivo, aunque aquel manto hacia que desconfiara de él.

 

                El descanso duró el tiempo en el que demoraron en comerse sus alimentos. Preferían no perder más tiempo, por lo que partieron enseguida. Al salir vio como uno de los niños le quedaba mirando fijamente. Era de cabellos claros, de un dorado cálido, como las arenas del desierto, a excepción de las puntas las cuales era de un rojo cobrizo, tenía los ojos azules, que se le hacían terriblemente conocidos. El otro niño de lejos se podía ver que era su gemelo, sus cabellos eran de los mismos colores, sólo que no tenía las puntas de un color diferente como su hermano. Pero sus ojos también eran azules. Decidió restarle importancia.  

 

                - Bien, ese fue un buen descanso – comentó Kai. Sus compañeros asintieron contentos.

 

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                Su tiempo de caminata se había extendido una hora más, Sasuke quería darles el tiempo para que los alimentos no les cayeran mal. El grupo de Gennin caminaban en silencio observando a su alrededor, había sido uno de los consejos que Sasuke les había entregado durante su pequeña comida en aquel local. Se alegraba que le hicieran caso. Sin duda un grupo desobediente habría sido la muerte para él.

 

                Sin embargo, a pesar de todas las precauciones, igual fueron tomados por sorpresa por el grupo de ninjas que les había rodea en apenas un parpadeo. Ren había sido golpeado siendo enviado contra un árbol. Sasuke había sido lo suficientemente rápido para poner a sus otros dos alumnos a cubierta junto al tercero que había quedado un poco desorientado producto del golpe. Cuando estuvieron resguardados tras él, posó su mirada indiferente frente al grupo atacantes. Eran los mismos sujetos de la tienda de Dangos. Maldijo dentro de él.

 

                - Pero mira nada más lo que hemos encontrado… - la voz emergió del sujeto del centro. Su vos se escuchaba divertida – un Uchiha.

                - Un Uchiha traidor – completó otro. Sasuke se tensó, los únicos que hablaban de traición refiriéndose a su apellido eran los miembros del Clan que estaban en el exterior. Aquella no era una buena situación; 5 Sharingan contra uno era una contundente desventaja.

                - Nosotros no tenemos problemas con ustedes – habló de manera seria.

                - Pero nosotros lo tenemos contigo – dijo un tercero. Sasuke trató de buscar alguna salida rápida, pero veía sus opciones limitadas. Ren, Setsuna y Kai no tenían ninguna posibilidad contra un grupo de ninjas que parecía tener nivel Chunnin o más, aun peor que contaban con una técnica de línea sucesoria.

                - Kai, llévatelos de regreso a la tienda de Dangos… ese era un terreno más neutral.

                - Pero sensei – trató de rebatir su alumno.

                - Es una orden.

                - Oh no – lo interrumpió uno de los sujetos – cualquiera que esté bajo la tutela de un traidor es escoria, debemos librar al mundo ninja de gente como ellos.

                - Es divertido pensar que le temas a un grupo de niños – se burló Sasuke. En un rápido movimiento el sujeto desapareció. Ren y los demás se sorprendieron cuando vieron un Kunai a escasos centímetros de la cara de Setsuna, Sasuke había agarrado la muñeca del Ninja que había aparecido de la nada frente a ellos, pero se sorprendieron aún más al ver su técnica de sangre activada. Después de ese segundo de quietud, Sasuke envió al sujeto al otro extremo con un golpe en su estomago. Luego se ganó frente a sus alumnos cubriéndolos completamente con su cuerpo.

 

                Lo siguiente fue una serie de movimientos que dejaron al grupo 7 totalmente confundido y temeroso. Los 5 ninjas no había entrado a la pelea, pero dos parecían mantener bajo raya a su sensei. Supusieron que eran una pareja unida ya que la sincronía en sus movimientos era increíble. Sin embargo su sensei no se quedaba atrás, evadía ambos intentos de ataque y él mismo tiempo lograba insertar golpes potentes. Pronto le vieron dar dos saltos hacia atrás y hacer una serie de sellos para luego ver una gran esfera de fuego. Uno de ellos alcanzó a verlo y esquivarlo, pero el otro terminó un poco lastimado.

 

                Sasuke canceló la técnica y al segundo siguiente había aparecido tras el sujeto lastimado para tratar de hacerle caer en una ilusión,  a pesar de ser dos usuarios del Sharingan, Sasuke se había entrado con Itachi en peleas a base de ilusiones, por lo que sabía que era más competente que el otro. Con la misma rapidez con la que apareció desapareció. Regresando a proteger a sus pupilos, en ese tiempo el otro hombre cayó al suelo, al parecer inconsciente.

 

                - ¡Maldito! – el compañero del ninja inconsciente se lanzó a un ataque, pero debido a la rabia no había pensado plenamente, por lo que Sasuke le recibió con una nueva técnica de fuego, haciendo que el hombre retrocediera seriamente lastimado. Sin embargo Sasuke no obtuvo el tiempo suficiente para prepararse para un nuevo ataque, los otros tres sujetos se unieron a la pelea. Logró esquivar los dos primeros ataques, pero el tercero le hizo impactar contra un árbol.

 

                Sasuke estaba cansado, el pelear contra 5 usuarios del Sharingan le estaban consumiendo todas sus reservas, porque además de pelear y evitar los ataques, también tenía que prevenir que le hicieran caer en alguna clase de ilusión, sabía que los otros tres lo habían intentado en más de una ocasión. Tampoco quería usar sus técnicas especiales, no quería que 5 personas más supieran e imitaran artes que solo debían permanecer en Konoha.

 

                - Bien… creo que es hora de terminar esto… - los tres ninjas comenzaron a acercarse. Sasuke con la respiración agitada trató ponerse de pie, sin embargo se detuvo por la impresión cuando vio frente a si a sus tres alumnos. Cada uno con un kunai en sus manos, los tres temblando levemente, pero con miradas de determinación en sus facciones.

                - ¡No-No dejaremos que se acerquen! – gritó Ren algo asustado. Los tres sabían que no tenían oportunidad frente a esos sujetos, pero no podían quedarse quietos solo esperando a que su maestro les defendiera.

                - ¡Muévanse! – les amonestó Sasuke enojado. No iba a ser protegido nuevamente, no iba a perder a personas preciadas por su incompetencia.

                - Tal parece que los niños quieren morir primero… les daremos ese honor – los tres ninjas comenzaron a acercase. Sasuke se puso de pie, aunque su cuerpo estaba débil por la pérdida de Chakra. Pero antes de que cualquiera de los bandos pudiera hacer algo más, una figura apareció entre ambos grupos. Bloqueando el paso de los tres ninja hacia el grupo de Sasuke.

 

                Los tres niño vieron impresionados la aparición del sujeto, de la nada se había ganado frente a ellos, solo una leve brisa había sido evidencia del movimiento. Con poco esfuerzo pudieron distinguir la figura del hombre que había estado en la tienda de Dangos con los dos gemelos, pero ahora estaba solo.

 

                - Muévete si no quieres tener problemas - el hombre no hizo caso a la advertencia y se lanzó al ataque. En un parpadeo uno de los atacantes fue lanzado lejos, la velocidad y el sorpresivo ataque habían tomado factura.

                - Quédense atrás – la voz de Sasuke sobresaltó a los tres Gennin. Aunque un poco mareado por la falta de Chakra se acercó al sujeto que le estaba ayudando - Quédate con el de la derecha – el encapuchado simplemente asintió.

 

                Kai y los demás se quedaron asombrados ante el semejante cambio en el escenario. Era como si su sensei hubiera obtenido de regreso todo su chakra, sus movimientos eran más fluidos y coordinados. Y de alguna forma inexplicable se podía sentir como si supieran lo que el otro iba a hacer antes de que lo hicieran.

               

                - Debe ser el Hoshi no Tama del Sensei – concluyó Setsuna al ver el espectáculo. Justo en esos instantes uno de los agresores sacó su Kunai y trató de lastimar al ninja que les estaba ayudando, éste logró esquivar el ataque sin problemas, pero rompió la unión de su capa, haciendo que esta se deslizara por el suelo debido a los fuertes movimientos que realizaba. Sasuke por un segundo perdió totalmente su concentración.

               

                Un impresionante y desordenado cabello rubio se dejó ver bajo los rayos del sol, éste iba en todas direcciones, pero había algunos mechones que caían a los costados de la cara los cuales hacían destacar sus impresionantes ojos azules y que tenían cierta función de encubrir parcialmente, como al mismo tiempo resaltar las tres marcas a cada lado de su rostro. Usaba una chaqueta larga hasta los tobillos, manga corta de color rojo la cual tenía el adorno de llamas en el borde inferior de color negro. Usaba lo que parecía ser una camiseta negra y sobre esta una de malla del mismo color, y unos pantalones del mismo tono de la polera, desde las pantorrillas hasta los tobillos usaba unas vendas blancas para terminar en las típicas sandalias ninja de color negro. Sus manos eran cubiertas por unos guantes sin dedos con el típico metal de protección en el dorso, para luego terminar en unas muñequeras largas.

 

                - ¿El cuarto Hokage? – preguntó extrañado Ren.

                - Eso es imposible… - respondió Setsuna inseguro.        

                - ¡Es Naruto-onii-san! – exclamó Kai feliz. Sus dos compañeros le miraron con duda, pero regresaron su atención a la pelea de manera inmediata.

                - ¿Dobe? – El ninja rubio después de alejar a uno de los adversarios de una patada se giró hacia el pelinegro, sus ojos chispeaban en alegría y su sonrisa demostraba lo mismo.

                - Hola Teme.


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