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Tocando en las puertas del cielo. por InuKidGakupo

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Notas del capitulo:

Hola, que tal? Espero y anden muy bien. Bueno, en este capítulo y en el anterior la narrativa en primera persona será de Trunks, pero cuando no lo sea será indicado con paréntesis antes de comenzar. Decidí aclarar esto ahorita (aunque es cosa de intuir) por que no indiqué que es Trunks el que narra.

se que dije que hasta el viernes y hoy es lunes, pero es mi ultima semana de vacaciones y pues me dio tiempo escribir!

Otra cosa, cuando sea así, […] significa que cambio de escena, adelanto el tiempo o algo, pero sin cambiar de narrativa (primera o tercera persona)

Sin más les dejo en el capítulo, ojala les guste.

-¿súper saiyajin?-

-si Trunks… es una transformación que nos vuelve más fuertes…-

-¿y crees que yo pueda transfórmame?-

-supongo que si… algún día…-

            …algún día…

-----------

En medio del bosque una pelea controlada llegaba a su límite, con un intercambio de patadas y piruetas surcaban los aires evitando algunos ataques por parte de sus contrincantes. Gohan llevaba la ventaja, pero esta vez las cosas se le veían más difíciles que al principio, esquivar a Trunks, e incluso atacarlo se le volvía más pesado cada día, no había duda que el chico llevaba sangre guerrea y un potencial innato. El pelinegro recibió un golpe de lleno en el rostro, llevándolo a retroceder unos pasos, Trunks se lanzó nuevamente sobre él, pero Gohan no se dejó burlar nuevamente y giró en aire para esquivar el impacto y sin perder más tiempo se impulsó del suelo con la mano y golpeó a su alumno directo en la barbilla, mandándolo a volar metros atrás.

-vale, por ahora terminamos…- dijo limpiándose el sudor con su antebrazo y dejándose caer sobre el suelo.

Trunks ni siquiera se molestó el levantarse, jadeando y cerrando los ojos abrumado por el entrenamiento. Su cabello lila se pegaba a su rostro por la humedad, dejándole sentir la fresca brisa estamparse contra su piel. Una gota de sudor viajó hasta entremeterse en sus parpados y llevó su mano a su rostro en un intento de limpiarse. Abrió los ojos quitándose el cabello de la frente y extendió su mano a la altura de su cara. La silueta de sus dedos se remarcaba con el fondo azul del cielo, era fuerte, y lo sabía, Gohan lo sabía… pero no era suficiente.

Soltó un suspiro antes de empuñar su mano con furia y bajar nuevamente su brazo, su entrecejo se frunció lanzando una mirada fulminante a la nada, él no lo sabía, pero lucia justo como su padre. Llevaban cinco meses de entrenamiento, días y días entregados al duro trabajo, pero aun nada, estaba lejos de convertirse en un súper saiyajin y hasta entonces no serviría como ayuda, no contra los androides. Se concentró en su ahora poder recorriendo todo su cuerpo, le dolía, estaba exhausto, pero ya no como antes, el entrenamiento estaba dando frutos, pero más que nada, el apoyo incondicional de su mentor, de esa persona que de algún modo, lo hacía sentirse bien, le hacía sentirse especial, importante.

Gohan resopló y se puso de pie mirando al frente con determinación, avanzó unos pasos hasta quedar frente a su alumno y mirarle desde arriba. Trunks viajó sus ojos azules hasta posicionarse sobre los negros de su amigo, quien sonreía satisfecho.

-¿Qué sucede?- preguntó el menor con seriedad, aun con la respiración un poco agitada por el ejercicio.

-nada… es solo que…- detuvo sus palabras para soltar una risita chistosa. –No, olvídalo…- se retractó y Trunks se sentó sobre el césped.

-¡Gohan! ¿Dime que sucede?- exigió el chico un tanto molesto, retando a su mentor con una mirada fulminante.

-bueno, es que… eres solo un niño Trunks…- contestó y el adolecente arqueó una ceja sin entender a qué venia eso.

-¿a qué te refieres?- preguntó intrigado y por alguna razón, su corazón daba remolinos dentro de su pecho… lleno de preocupación.

-el destino de la Tierra está en tus manos…- musitó, pero el de cabellos lavanda escuchó claramente cada palabra.

-¿a qué viene eso?- cuestionó y Gohan se giró dándole la espalda, acto seguido Trunks se levantó dispuesto a encararle en busca de una respuesta.

-hoy cocinaré jabalí… ronda uno muy cerca de la casa…- comentó Gohan girándose a su alumno y con una sonrisa poco más que fingida en sus labios. Trunks frunció el ceño molesto pero no dijo nada al respecto. – Tendré que buscar unas verduras… y aunque no quieras deberás comer todas las brócolis…- amenazó a modo de broma pero a Trunks no le hizo nada de gracia, escuchando con total seriedad una sarta de estupideces sin sentido que su mentor comenzó a soltar como un tonto. Gohan sonrió nuevamente y se volteó para comenzar el vuelo, seguido de cerca por el más joven.

“-otra vez con eso…-” pensó Trunks mirando al frente con indiferencia, no entendía por qué Gohan se empeñaba en recalcar una y otra vez algo que definitivamente no pasaría, el no moriría, él no lo dejaría, no se iría de su lado, de ninguna manera, simplemente… no lo permitiría.

[…]

Se perdió en el umbral del techo con los brazos cruzados sobre su pecho, la noche sonaba tranquila y silenciosa, pero a pesar de ello, no podía dormir, no lograba entender como su mentor estaba tan entrado en el mundo de los sueños, él no podía, la simple idea de los androides merodeando por todas partes lo tensaba. Pero además de eso, las palabras de su maestro esos últimos días lo traían bastante irritado, o más bien, preocupado, ¿Por qué tenía que decirle todo eso? Trunks no soportaba la idea de que Gohan pudiese irse, sin embargo, existía la posibilidad. Soltó un suspiro ahogado en la noche, era claro que la razón por la que temía tanto que eso sucediera era por que Gohan era su amigo, su maestro, pero fuera de eso, su corazón se estremecía con ello, había algo más y lo sabía. Viajó sus ojos azules hasta mirar el cuerpo tranquilo de su compañero, dormía con tanta calma, el vaivén de su pecho al respirar lo dejó embelecado unos momentos, pero luego citó su mirada sobre el rostro del joven. Mantenía los ojos cerrados, apenas entreabriendo ligeramente los labios para dejar salir su aliento silenciosamente, clavando su dura mirada en sus labios. Sin darse cuenta sus mejillas subieron de temperatura y su corazón saltó emocionado, era claro, más que claro, Gohan le gustaba, pero más que eso, lo amaba.

Retrocedió sus ojos ante la idea y cubrió su rostro abochornado con sus manos extendidas, la idea se tornaba un tanto absurda con eso, pero no era más que la verdad. Y aunque su moral y su propio pensamiento desecharan la idea, no podía arremeter con las cosas que su alma y corazón exigían, le quería más que a  nadie, le quería más allá de un amigo. Se aferró a la sabana y hundió su cabeza en la almohada, dispuesto a descansar finalmente, pero su ansiedad y su curiosidad lo llevaron a abrir los ojos nuevamente, y ya aclarado su pensamiento se vio decidido, tenía que decírselo, debía contárselo… después de todo, Gohan prometió estar siempre a su lado.

[…]

-¡vamos Trunks! ¡Concéntrate!- exigió Gohan plantándole un golpe en el rostro el cual fácilmente pudo haber evitado. El adolecente retrocedió tomándose el puente de la nariz con dos dedos y dando un brinco hacía atrás. –venga, ¿Qué pasa? Hace días que estás muy raro…- comentó el mayor bajando la guardia y cruzando sus pies en el aire. Trunks bajó la mirada evitando sus profundos ojos, y a pesar de que tenía sangre saliendo de su nariz, se ruborizó suavemente.

-no pasa nada…- respondió negándose a sí mismo con la cabeza. En realidad si le pasaba, de todo, había tomado la decisión de decirle a Gohan lo que sentía, para así hacerlo entrar en razón que no podía irse, no podía seguir arriesgándose, que juntos liberarían la Tierra. Pero las manos le temblaban y el corazón parecía querer escaparle por la boca cada vez que intentaba articular palabra alguna para expresar sus sentimientos, simplemente no podía. Preguntas como “¿y si me termina odiando?”, “¿él sentirá lo mismo?”, “¿y si termino por cagarla más?”, simplemente no podía decidirse, estaba confundido y cada vez veía más estúpida la idea de hacerlo, ¿a qué venia después de todo? Gohan tenía suficientes problemas con los androides como para cargarle uno más, una agobiante confesión innecesaria. No era tiempo ni momento.

Sacudió la cabeza deseando no pensar más en eso, regresando a su posición de combate y clavando sus ojos azules en los azabaches de Gohan, su ceño se fruncía con intensidad, estaba furioso, furioso con el mismo, por todo, por ser débil y por ser un estorbo, y además de eso, por ser un completo idiota. Gohan sonrió levemente antes de posicionarse listo para otra sesión. Trunks elevó su poder y se fue contra Gohan, quien le costó evitarle saltando al cielo y lanzando una patada que apuntaba a su mejilla, pero el menor la frenó con su antebrazo levitando también para seguir atacando. Era tarde, y el cielo estaba parcialmente nublado y oscurecido, dejando sentir un viento ligero sobre sus cuerpos.

Una brisa fría y diferente a las demás recorrió el cuerpo de Gohan a través de toda su columna hasta llegar a su cuello, logrando que todo el vello se le erizara. Se frenó en seco concentrándose y restándole atención a todo lo de su alrededor, clavando una mirada profunda al césped verde bajo sus pies. Trunks no notó ese detalle y lo tomó como una abertura a su guardia, atacándolo por lo bajo y plantando un rodillazo en el abdomen de su joven maestro. Gohan se dobló, pero aun así su expresión de suma preocupación no se vio alterada. El joven Brief estaba a punto de atinar otro golpe, totalmente ajeno a los pensamientos de su compañero, pero Gohan le tomó fuertemente de la muñeca sorprendiéndolo y frenándolo de momento. Trunks forcejeó intentando liberarse, pensando en que era alguna clase de táctica de su mentor, pero Gohan no quitaba sus ojos cargados de miedo del piso, sacudiendo levemente a Trunks para indicarle calma.

-¿Qué suce…?- no pudo terminar la frase cuando Gohan lo tomó fuertemente contra su pecho y en un movimiento muy veloz se adentró entre la maleza volando a una altura donde rozaban el suelo. Frenó el secó detrás de unos matorrales y recostó a Trunks contra el suelo delicadamente, permaneciendo sobre él y con los ojos concentrados en la nada.

Trunks abrió los ojos a su punto máximo, mirando al rostro de la persona que amaba a centímetros de él, casi se podría decir que nariz con nariz. Cayó en cuenta que Gohan lo tenía aprisionado contra el suelo, recargándose a penas con las rodillas en el piso, cubriéndolo totalmente con su cuerpo, estaba sobre él. Se ruborizó evitando la mirada de su mentor, girando su cabeza levemente a un lado, ¿Por qué rayos lo había llevado ahí tan repentinamente? Su cerebro divagó por unos segundos en una idea loca y absurda, pero su instinto apareció de pronto indicándole peligro. Miró al cielo, el cual veía impedido por el rostro de su mentor, el cual se veía endurecido y sudaba frío derramando gotas desde su frente. Solo fue cuestión de viajar sus ojos a un lado para observar entre las hojas verdes y bailantes de los árboles la figura de dos seres voladores, unos que reconocería a Kilómetros. Se estremeció ante la dura imagen de A-17 y A-18 sobrevolando el lugar, viajando sus miradas de un lado a otro, como si los estuvieran buscando, ahora entendía la actitud de Gohan.

-son…- susurró Trunks pero Gohan posicionó un dedo de su, ahora, única mano sobre los labios del menor. El adolecente reparó en el gesto y se limitó a guardar silencio y seguir esas figuras malignas con suma ira y coraje. Finalmente se alejaron lentamente y como si Gohan fuese capaz de sentir su Ki, supo que se habían marchado, dándose la vuelta y descubriendo a Trunks.

-malditos…- musitó el mayor con los dientes apretados fuertemente, dejando notar en su rostro pasivo, una clara muestra de rabia descomunal.

-¿Cómo has logrado detectarlos?- preguntó Trunks a un tendido en la misma posición, estaba petrificado, por más de un motivo.

-no lo sé… a veces puedo sentirlos… -admitió sin dejar de ver al cielo. – Sentir cosas…- agregó poniéndose de pie lentamente.

-¿nos estaban buscando a nosotros?- indagó el joven y fue cuando las facciones de Gohan se vieron más afectadas, frunciendo el ceño hasta un punto donde nunca le había visto llegar.

-es probable…- respondió en un susurro dándose la vuelta. Trunks estaba a nada de parase cuando un sonido rugió haciendo temblar la tierra e iluminar el cielo.

-¿Qué… que ha sido eso?- preguntó el menor posicionándose a un lado de su mentor y con los ojos desorbitados mirando al cielo con preocupación. -…están atacando…- concluyó cayendo en cuenta, pues una nube de polvo y humo anunciaban una explosión a lo lejos, justo por donde los androides acaban de marcharse.

Trunks sintió el Ki de Gohan subir y azotarse sin control, cargado de una extraña aura de violencia y furia. Sus ojos azules miraron el rostro del chico, si bien, a él y a Gohan les molestaba bastante que destruyeran ciudades, pero preferían mantenerse al margen hasta que ascendieran al nivel necesario para enfrentarlos. Pero los labios del mayor se entreabrían dejando notar sus caninos y su mandíbula apretada con fuerza, como si se estuviera conteniendo de gritar, mientras acumulaba cada vez más energía.

-…están… están muy cerca…- murmuró con dificultad y Trunks frunció el entrecejo sin saber a qué se refería exactamente con cerca. ¿Cerca de ellos? ¿Cerca de la ciudad? ¿Cerca de…? Sus pensamientos se frenaron en seco cuando supo a qué cerca se refería, podía sentirlo, la pequeña y débil presencia de Chi-Chi, estaban en la ciudad cercana a la montaña Paoz, y su madre estaba ahí, sola, desprotegida, entonces reparó en preocupación.

-Gohan… ¿crees que ellos…?- no le dejó terminar cuando un sonido parecido a un rugido emergió desde la garganta del mayor. Las venas comenzaron a marcársele en el cuello y frente, controlando a penas en no convertirse en súper saiyajin.

-¡NO LO PERMITIRÉ!- exclamó y sin más salió volando a toda marcha, la vista de Trunks apenas pudo notarlo partir, dudó solo por unos instantes antes de alzar el vuelo tras su mentor, quien se movía a una velocidad increíble. Estaba a punto de alcanzarle cuando Gohan frenó en seco y casi ocasiona que se estampe con él.

Pudo sentir la presencia de Chi-Chi calmada y a lo lejos, frente a ellos la escena de la ciudad en llamas y humeante ocupaba toda su atención, mientras más luces de explosiones cegadoras se hacían presentes, resaltando entre las nubes oscuras del cielo. Estaban muy lejos como para escuchar algo, pero el olor a humo cargado de muerte inundaba sus narices. Trunks se estremeció comprimiendo sus puños, sin entender el repentino freno del mayor, quien comenzó a descender suavemente sobre una colina. El de cabellos lavanda titubeó, pero cayó con más brusquedad sobre el suelo.

-¡malditos! ¡Vamos de una vez! ¿Qué estam…?- no terminó de hablar cuando la fría e indiferente voz de Gohan sonó, en un tono serio y autoritario que pocas veces escuchaba.

-¡no quiero que vayas!- ordenó fijo en el horizonte, empuñando la mano y sintiendo escalofríos recorrerle la espina dorsal.

-¿Qué? Pero yo quiero ayudar…- insistió buscando la mirada de su mentor, pero este se mantenía firme, como si no estuviera ahí.

-he dicho que no Trunks, vete…- reiteró con una voz que habría dado miedo a cualquiera, pero claro, no en Trunks, si algo que tenía de su madre era su insistencia y determinación.

-¡no Gohan! ¡Yo peleare contigo porque…!- se detuvo al darse cuenta de lo que estaba a punto de decir, bajó la mirada repitiéndose a él mismo que no era el momento ni el lugar, nunca parecía serlo. -… por que no dejaré que te lastimen…- compuso en un tono asemejado a un susurro. –no otra vez…-

Sintió la mirada dura e inmutable de Gohan sobre su persona, decidiéndose a alzar levemente la cabeza hasta topar con sus ojos. El mayor sintió su corazón dar un bote al escuchar las palabras del chico, su valor era digno de admiración, pero no le serviría de nada, no contra esos monstruos.

-Trunks debes irte… eres la última esperanza para la Tierra…- dijo y colocó su mano sobre la cabellera lila del menor. Trunks sintió la rabia y frustración ante esas palabras nuevamente, agitó el brazo con brusquedad y golpeó la mano de Gohan para quitársela de encima, acto que el mayor no se esperaba y le dejó impactado, abriendo los ojos un poco sorprendido y recogiendo su brazo con discreción.

-¡NO LO PERMITIRÉ! ¡TÚ NO MORIRÁS!- gritó alzando la mirada al mismo tiempo, mostrando sus ojos y cara enrojecidos por las lágrimas y la furia. -¡me lo has prometido! ¡Dijiste que siempre estaríamos juntos!- afirmó y Gohan apartó la mirada encogiendo los ojos y presionando con fuerza los dientes.

-eso es algo que yo no puedo decidir… mi deber es proteger la Tierra…- contestó en un tono indiferente.

-¡A LA MIERDA LA TIERRA, GOHAN! ¡NO ME INTERESAN LOS ANDROIDES! ¡NO DEJARÉ QUE TE VAYAS DE MI LADO!- gritó Trunks dejando más que perplejo a Gohan, quien se volteó a él con la expresión de sorpresa más grande nunca antes vista. Trunks tampoco sabía de donde había sacado el valor y las agallas para decir esas cosas, que si bien, eran por demás absurdas. Le importaba la Tierra, si, al igual que esas jodidas maquinas, pero le importaba más Gohan, le importaba más que cualquier otra cosa.

-¿de qué rayos estás hablando, Trunks?- preguntó una vez salió de su asombro, mirando incrédulo y extrañado a su alumno, quien mantenía el rostro endurecido y los puños encajados con fuerza a los lados.

-hablo de que no quiero que mueras…- contestó y Gohan negó con la cabeza.

-No, ¿Cómo que no te importa eso? ¿Qué demonios pasa con tu cabeza? Si es necesario entonces yo…- esta vez fue el quien se calló la boca, apretando los labios ante las palabras de Trunks.

-¡No dejaré que te vayas porque te amo!- Pasó saliva después de pronunciar esas palabras, bajando la mirada y sin poder ocultar su evidente vergüenza y rubor en las mejillas. Gohan se impactó elevando las cejas más allá del contorno de sus ojos, entreabriendo los labios y repitiendo las palabras en su mente para encontrarles sentido.

-No, no, no, no, debes estar mal Trunks, tú no puedes amarme… es decir quizá lo que sientes…- intentó explicar pero Trunks dio un paso brusco y escandaloso en su dirección, y por alguna razón, Gohan retrocedió ante eso.

-¡SI TE LO ESTOY DICIENDO ES PORQUE LO SIENTO! ¡NO INTENTES HACERME PENSAR OTRA COSA! ¡TE AMO GOHAN! ¡TE AMO!- Gohan palideció encogiéndose de hombros y son saber cómo actuar ante esas palabras, simplemente era increíble, no lo entendía, y menos entendía por qué su corazón se agitaba con una mezcla de curiosidad y felicidad. Agitó la cabeza negándose a la idea y volvió a encarar a Trunks, quien seguía firme a pesar de su evidente vergüenza.

-eso no puede ser Trunks…- musitó intentando calmarse e intentando calmar a su alumno. Trunks bajó la cabeza y remarcó sus facciones dolido con su respuesta.

-solo…no quiero que me dejes…- susurró y el corazón de Gohan se sacudió achicándose y estremeciéndose ante sus suplicas, mirándolo con ternura y cariño. –por favor…-

-mira Trunks… este planeta, y toda esta gente está desprotegida y necesita que alguien le salve… no puedo dejar de pelear…- contestó sutilmente acercándose hasta su compañero, quien se tensó y miró al suelo tristemente.

-pero yo te amo…- musitó y el mayor sintió un cosquilleo en su pecho ante eso. Colocó su mano sobre el hombro del menor y buscó su mirada bajando un poco la cabeza. Trunks levantó la vista hasta encararlo, totalmente enrojecido por la pena y las lágrimas.

-escúchame… yo… yo te quiero mucho… y por eso mismo peleo, para protegerte a ti y a todos los demás…- explicó y ese “yo te quiero mucho” picó profundo en el corazón del adolecente. –Por eso no quiero que vayas… porque no me perdonaría que te pase algo…- Trunks quiso protestar pero Gohan llevó su mano a la boca del menor indicándole silencio. Trunks se sonrojó y asintió bajando la mirada al suelo. –Por eso debo ir… y por eso debes quedarte aquí…- por un momento pensó haber conseguido convencerlo, pero Trunks negó con la cabeza fuertemente.

-¡Quiero pelear a tu lado! ¡Quiero que juntos acabemos con ellos! ¡Quiero estar contigo!- Gohan tomó nuevamente el hombro de Trunks y se acercó dejando tieso a su compañero.

-volveré… lo prometo…- susurró y se inclinó hasta que su rostro quedó a la altura de su alumno, posando su mejilla sobre la del menor, quien se encogió tímidamente al contacto. Gohan rozó sus labios sobre la mejilla de Trunks, sintiendo el calor de sus mejillas, para acto seguido, golpearlo en la nuca tan fuerte que lo noqueó tirándolo al suelo.

-lo siento Trunks…- dijo mirando al chico sobre el piso, sabía que le seguiría, no tenía otra opción, se enfrentaría a los androides para finalizar de una buena vez todo, debía mantener a salvo a su alumno. –Y lamento que sientas eso…- agregó escuchando en su mente repetir de la boca del menor que lo amaba.

Se giró al frente y agrietó el suelo al momento que salió disparado en el aire, volando a toda velocidad en dirección a la ciudad. Los edificios estaban hechos añicos, y conforme más se adentraba más parecía que un desastre natural había sucedido ahí, una especie de terrible catástrofe, nadie se hubiera imaginado que todos esos destrozos eran hechos por dos sujetos. Vislumbró dos figuras humanoides a lo lejos, a penas resaltantes entre el cielo oscurecido y los relámpagos iluminando el fondo.

-¿interrumpo algo?- preguntó en un tono casual aterrizando con gracia sobre un pie, justo a un lado de esas máquinas destructivas, de quienes llamó la atención de inmediato.

-así que sigues con vida…- dijo 17 con falsa sorpresa, cruzándose de brazos y mirando con desde y burla a Gohan.

-más de lo que crees maldito…- contestó el joven retador, sin una pizca de miedo o duda.

-ya me canse de esto, acaba con el de una vez 17…- ordenó A-18 sentándose sobre los escombros de un edificio y cruzando sus brazos a la altura de su pecho.

-está bien… yo también me he fastidiado de él…- aceptó y sin nada de miedo se aproximó a su oponente, sin esperar que este se adelantara y de un golpe y una patada lo enviara a estrellarse contra un edificio que aún se mantenía en pie.

La vista de Gohan bailó levemente a A-18, pero ella no se inmuto, parecía estar realmente al margen de la pelea, pero aun así, no bajó la guardia. Se posicionó otra vez donde el cuerpo de su actual oponente se había impactado, manteniendo una altura prudente del suelo atento a cualquier sorpresa. Los escombros comenzaron a moverse y el tipo salió con facilidad de entre las rocas. Se sacudió un poco y viajó su mirada sobre sí mismo.

-mira lo que le has hecho a mi ropa… la has estropeado totalmente…- se quejó y Gohan se sintió hasta cierto punto ofendido con el comentario. –Solo me quedan cuatro trajes como este… - apretó los labios y se giró al mitad saiyan sobre el cielo, con unos ojos cargados de diversión y furia. –pagaras por esto…-

[…]

Trunks abrió los ojos y parpadeó repetidas veces para aclararse la vista. Recordó entonces lo ocurrido y buscó con desesperación a su alrededor, como si esperara encontrase a su mentor en algún lado. Su cabeza dio vueltas y fue cuando se percató de dos cosas, sentía un dolor muy fuerte en la nuca, cayendo en cuenta que fue su maestro quien lo dejó dormido a propósito, y segunda, el Ki de Gohan había desaparecido. Se alarmó y viajó su vista hasta la ciudad que se pintaba a lo lejos, entonces su cerebro dio en que ya estaba oscureciendo y en que el suelo estaba mojado y la lluvia cubría la ciudad y le mantenía húmedos los cabellos, no estaba seguro de cuánto tiempo había estado inconsciente, pero fuera cual fuera, parecían haber sido solo un par de horas.

Apretó los puños y sin pensarlo más voló a toda velocidad en dirección a la ciudad, sintiendo las gotas de lluvia estamparse en su rostro, frías y alarmantes, agitando su corazón con desesperación mientras se concentraba en sentir su energía. La ciudad estaba hecha polvo, ni rastro de algún sobreviviente, ni de los androides. Por alguna razón su instinto sabía a donde ir, y solo se dejó guiar mirando entre unos edificios un pequeño claro, como si fuese un campo de batalla. Siguió en esa dirección hasta que su mirada reparó en un cuerpo tendido en el suelo, “no” se repetía con insistencia el mismo mientras volaba más a prisa hasta esa silueta alumbrada intermitentemente por los truenos de la tormenta.

Entonces lo vio, ese Gi naranja oscurecido por la lluvia, era él, no había duda. La fuerza se le fue y calló de rodillas desde el aire agrietando el pavimento, justo al lado de su compañero. Sus ojos sin vida miraban en su dirección, marcando su ausencia. Se sintió desesperado, acabado, agobiado, culpable, quería estar muerto, quería ser él y no Gohan. Quería llorar, gritar, hacer algo, pero su mente estaba en trance, temblando por la simple impresión. No lo podía creer, debía ser una mentira, jamás perdonaría a los androides por haber hecho algo así, jamás, acababan de matar a su maestro, amigo, la persona que más amaba en la vida.

Se llevó las manos al cabello tomándolo con fuerza mientras la desesperación lo invadía, al igual que la tristeza e impotencia. Finalmente el nudo en la garganta se liberó, convirtiendo toda la tristeza en furia y odio, se puso de pie y soltó un gritó cargado de profunda ira. El cielo relampagueó al mismo tiempo que un aura dorada recubría su cuerpo, llevando su poder a una fuerza increíble, levantando su cabello y cambiando el color de sus ojos mientras potentes rayos dorados de energía viajaban por su cuerpo elevándose en un aura resplandeciente. Finalmente el día llegó…

…ese día…

*****

-¿del futuro?-

-así es… Gohan…-

------------

Coloqué mi mano en la orilla de la nave, paseando mis dedos y recorriendo el frío metal del que estaba hecha. Alcé la vista y miré a mamá moviendo algunas cosas en el mando de control, se veía realmente cansada, su cabello estaba alborotado y unas ojeras bien marcadas bajo sus ojos, no estaba seguro de cuánto tiempo llevaba trabajando en ese proyecto, pero bien valía la pena. Bajó de un saltó y comenzó a inspeccionar la nave de un lado para otro, verificando por enésima vez que todo estuviera en orden.

-bien… ¿estás listo, cariño?- me preguntó captando mi atención de inmediato. Si bien la idea de mandar a su hijo al pasado para arreglar las cosas, no le venía nada bien, pero a decir verdad, yo quería hacerlo. Tanto ella como Gohan me hablaron de Goku, el hombre más fuerte del universo, uno que seguramente pudo haber acabado con esos malditos androides de una sola vez, pero ese hombre murió, y no a manos de un enemigo, murió abatido por una enfermedad desconocida, la cual no tenía cura, hasta hoy. Según relatos de mamá él arreglaría todo, si yo le daba la medicina y les advertía todos sobre esa amenaza, entonces al menos podría salvar el pasado.

Por supuesto me emocionaba la idea de ir ahí, ver un planeta el cual no estuviera cayéndose a pedazos, uno en donde reinaba la paz, ese que tanto añoraba la gente, uno que en realidad nunca fui testigo. También me venía a la mente conocer a mi papá, mamá no hablaba mucho de él, pero cuando lo hacía los ojos se le iluminaban, prefería no hacerlo porque siempre se ponía triste y melancólica. Pero lo que más me entusiasmaba era ver a Gohan nuevamente, de él si tenía recuerdos, toda una vida, mi maestro, la persona que sin un gramo de vergüenza podía afirmar que amaba, lo seguía haciendo, incluso a tres años de su muerte, por eso quiero ir a ahí y salvarle, salvarlo a él y a la Tierra.

-claro que si mamá… tranquila…- aseguré viajando mi mirada por la nave donde había espacio solo para uno.

-Trunks… deberíamos hacer más pruebas… aun no estoy muy convencida…- dijo mirándome preocupada.

-sé que está bien, eres una genio…- pude leer en sus ojos preocupación, preocupación que la hacía dudar, pero la comprendía perfectamente, me marcharía a un lugar diferente en tiempo y espacio, además de ser su hijo, era claro que debía estar preocupada.

-bueno… entonces andando…- Suspiró forzándose a sonreír. Levanté mi espada del suelo y me la coloqué sobre el hombro, dejándola caer sobre mi chaqueta morada de la Corporación. Mamá se acercó a mí explicándome nuevamente el lugar donde llegaría, la hora exacta, los controladores, los comandos, el contenido de cada capsula y no sé qué tantas cosas más, las cuales llevaba repitiéndome hace más de tres días. Estaba nerviosa, igual que yo.

-si mamá, estaré bien…- aseguré y me tomó por los hombros mirándome desde abajo, frunciendo el entrecejo para luego abrazarme cariñosamente. Me sentía mal por dejarla sola con esos sujetos amenazando la zona, pero debía hacerlo, por el bien de todos.

Me soltó y trepé a la nave de un brinco, la capota se cerró y rectifiqué la fecha, solo por si acaso. La nave se elevó por los aires y levanté la mano para decirle adiós a mamá, quien me sonreía y agitaba el brazo desde abajo. Un gran destello me cegó unos momentos y para cuando volvía abrir los ojos, el lugar había cambiado completamente.

Bajé de mi nave y la encapsule a través de un comando rápido. De principio no vi nada, solo suelo y tierra, temiendo por un momento que hubiera llegado tarde, pero no fue así. Un poder insignificante a comparación con los androides llegó a mi cabeza, debía ser esa lagartija de Freezer, en compañía de su padre y hombres. Recuerdo a Gohan haberme hablado de él, era un tirano, y al parecer lo fue también con mi padre, eso me hacía deberla dos veces. Miré la hora, había llegado tres horas antes de la llegada de Goku, pero sabía de sobra que pasaría a continuación, Gohan estuvo ahí, sabía el lugar exacto de las peleas, y el número de gente inocente que murió en esa batalla. No lo pensé mucho antes de decidirme, si estaba ahí para mejorar el pasado, entonces comenzaría con ahorrarles una batalla innecesaria.

[…]

-cómo has visto… no es el arma quien la hace poderosa, si no el que la lleva…- dije seriamente y apuesto a que soné espectacular, pues la cara del tonto de Cold se asustó al verme frenar su burdo ataque, esos dos inútiles eran unos torpes. Golpeé el estómago del tipo con algo de arrogancia, a sabiendas que Gohan me observaba, por alguna razón deseaba lucirme, quería mostrarle que me había vuelto fuerte, que ahora era un súper saiyajin y que todo era gracias a él, pero aunque claro, él no tenía ni idea de quien era yo.

El tipo pidió compasión por su vida, ¿Por qué pensó que se la daría? A mí, lo que a él y a su ejército le pasara me tenía sin absoluto cuidado, no me importaba molerlo a palos, ni quien era, ni sus posesiones que me ofreció, ¿Cómo porque creyó que me interesaban sus planetas? ¿De que me ha visto cara? ¿Qué podría hacer yo con una galaxia entera? Simplemente, patético. Mi mano comenzó a brillar en un poder lo suficiente como para pulverizarlo, hasta donde yo sabía él era un tirano, al igual que su hijo, así que no deseaba perder más tiempo con cosas mundanas como ellos.

Su cuerpo salió volando totalmente frío, no me sirvieron ni para el calentamiento. Sonreí para mis adentros, guardé mi espada de nuevo en su funda y me giré a donde ahora había un grupo de espectadores, los tan mencionados Guerreros Z, y entre todos, ahí estaba él.

[…]

-Adelante… pueden tomar algo…- ofrecí sonando lo más gentil y amable posible, mi madre en su versión joven y radiante, como nunca antes la había visto, me dedicaba una mirada entre desconfiada y confusa, pero tolerable. Por su parte mi padre, Vegeta, parecía que ese hombre me odiaba, ¿Qué le había hecho yo? Aunque claro, acababa de matar al enemigo de toda su vida, era un súper saiyajin, y no había dicho ni mi nombre, era claro que desconfiara de mí. Deseaba decir que no, pero eso me traía sin cuidado, mis ojos no dejaban de atinar en la versión joven de Gohan, podría medir menos que yo, ser mucho más débil, pero seguía siendo él, con esos mismos ojos negros que tanto me hacían perder el aliento en las noches, si es que su recuerdo me dejaba dormir.

-pues yo tomaré una…- dijo mi madre entusiasmada, no había duda que seguía siendo la misma, a pesar de los años, su actitud aventurada sobresalía. Me aparté un poco y fue cuando los ojos de Gohan me miraron, pensé en bajar la mirada atormentado por tantos recuerdos y sentimientos que ahora se entremezclaban en mi pecho, pero decidí mantenerme firme, después de tantos años esos ojos azabache volvían a aparecer frente a mí, tan brillantes, tan llenos de vida, muy distintos a los que aparecían en mis pesadillas, esos de la última vez que le vi.

-sí, creo que yo también…- dijo mi mentor dedicándome un último vistazo algo inseguro, nunca me había visto de esa manera, y aunque su voz fuera diferente, su rostro incambiable me hacía querer abrazarlo y desahogarme un poco, soltar esas incontables ganas de volver a tocarlo.

Bajé la vista y me sentí estúpido de pensar en ello, aquí era solo un niño y yo pensando tantos disparates. Mis ojos se posicionaron nuevamente contra él, siempre fue valiente, no me sorprendía que hubiera sido lo suficientemente confiado como para acceder a mi ofrecimiento, era Gohan, mi Gohan.

[…]

No sé cuánto tiempo tuvo que pasar hasta que finalmente veía la oportunidad de volver a casa, y no solo eso, la oportunidad de vengar finalmente el destino de la Tierra en mi época. Pasaron muchas cosas, volví a mi casa después de que le entregué la medicina a Goku, pero luego volví otra vez para ayudarles. Las cosas no me salieron como lo pensé, terminamos por encontrar otros androides, entrenar, dios, conocía a mi padre y pasé tiempo con él en la habitación del tiempo y el espíritu. También nos enfrentamos a Cell y pues, incluso enfrenté la muerte. No sé cómo demonios acabaron las cosas bien, pero algo me quedó bien en claro, Gohan era igual de valiente, siempre lo fue, y lo demostró después de derrotar el solo a ese maldito. También hice varios amigos, y admito que pasé buenos momentos aquí. Me llevé una sorpresa al descubrir que no todos pueden ser iguales en esta línea del tiempo, aquí A-18 parece buena persona, entonces… entonces podría haber algo diferente con Gohan… algo que podría cambiarlo todo… no para mi claro, yo debía volver y salvar mi propio mundo, pero… podrían cambiar las cosas para alguien más… quizá, para mi contraparte del pasado, y entonces, solo entonces…

-oye Gohan… ven un momento…- le pedí antes de marcharme, ya con mi nave dispuesta a partir. El chico me sonrió amablemente y se acercó a mí con toda calma y tranquilidad, alejándose del grupo de personas que esperaban a despedirme. Suspiré profundo tomando valor para dejarlo nuevamente, en mi época Gohan ya no estaba, y ahora que este chico se había familiarizado conmigo también lo hacía difícil, quizá nunca le volvería a ver.

-¿Qué sucede Trunks?- me preguntó y mi corazón se estremeció al escucharlo, pues en mi cabeza la imagen del Gohan que ame repitiendo esas palabras se apareció de pronto. Dejé salir un resoplido mientras la mirada inocente del chico se calvaba en mí.

Coloqué mi mano sobre su hombro y posé mis ojos con seguridad sobre los de él, se veía tan feliz, que solo logró hacerme sonreír levemente. Metí mi otra mano en mi chaqueta, topándome de inmediato con el objeto en mi bolsillo. Cerré la mano cubriéndolo totalmente, indeciso aun de entregárselo o no. Gohan me miró esperando algo por mi parte, hasta que extendí mi mano fuera de mi ropa y la abrí mostrándole un corazón de ámbar que él mismo había hecho para mí. Formó una sonrisa y amplió los ojos ante la figura.

-es hermosa…- comentó y otra ola de sentimientos me azotaron por dentro.

-yo dije lo mismo…- susurré diciéndolo en realidad para mí mismo. Gohan le observó unos momentos y luego volví su mirada a mí. –Es para ti…- dije y sus ojos parecieron brillar de inmediato. Por supuesto él no sabía que yo amaba a su contraparte del futuro, ni lo sabría, pero para mí la expresión de su rostro me inundaba de felicidad.

-¿en serio?- preguntó ansioso y yo coloqué una rodilla en el piso, mirándole esta vez desde abajo ligeramente. Gohan me siguió con la mirada, ladeando la cabeza algo extrañado. Tomé la cadena y la viajé por su cabeza hasta que colgó en su cuello. El pequeño la tomó entre sus manos y la observó a detalle bastante sorprendido. Mi corazón saltó y tomé sus manos envolviéndolas en las mías, quizá estaba loco, pero pude notar un rubor en sus mejillas.

-¿Por qué me la has dado? Se ve que la quieres mucho…- soltó y con eso un piquete en mi corazón apareció. Era el último recuerdo que me quedaba de mi mentor, pero algo dentro de mí me decía que debía hacerlo.

-sí, la quiero mucho… y es precisamente por eso que te la doy…- admití y por un momento recordé las palabras que me dijo Gohan antes de morir. Agité la cabeza ante ese recuero y me puse de pie nuevamente colocando una mano sobre su hombro y otra aun envolviendo su mano y esa pieza de ámbar. –Este… es el lazo que nos conecta…- repetí las mismas palabras que mi maestro, con la misma profundidad y precisión.

La idea de dejar ese preciado regalo cargado de sentimientos que había llevado por más de seis años conmigo no era algo muy agradable, pero la idea de que ese detalle pudiera cambiar algo aquí me tranquilizaba, llevara o no llevar el corazón de ámbar, Gohan estaría conmigo para siempre, ahora, el Gohan de los dos tiempos.

-¿el lazo que nos conecta?- preguntó mirándome con esa mirada inocente y pacifica que iluminaba sus azabaches ojos, haciéndome sonreír.

Le solté y me di la vuelta dejando ir un suspiro, listo para irme de regreso a mi lugar, pero su mano me frenó en seco haciéndome voltear.

-Trunks… ¿de verdad tienes que irte? ¿No podrías…?- bajó la mirada y pasé saliva ante su suplica, me recordaba tanto a mí, a aquel día en que era yo quien le rogaba a él que no se fuera. Eso me orillo a decir las mismas palabras.

-volveré… lo prometo…- susurré la misma mentira que Gohan me dijo, nunca volvió, y quizá yo ya nunca volvería tampoco. Me acerqué hasta agacharme a su altura, su mejilla rozó con la mía y se sentía especialmente cálida, e imitando mis recuerdos, besé su piel, besé suavemente su mejilla para luego separarme de su lado. A diferencia de Gohan, yo no lo noqueé, soló me di la vuelta y levité hasta entrar a mi nave. Mamá me saludaba y gritaba cosas, al igual que el resto que sacudían los brazos indicándome adiós. Yo solo podía mirar a mi joven mentor con la mano sobre su mejilla, tocando el beso que acababa de dejarle, mirándome con los ojos al tope y sosteniendo con fuerza el corazón con una mano. Le sonreí y noté en su rostro miedo al caer en cuenta que mis palabras podían ser mentira, pero aun así, me contestó la sonrisa con algo de dificultad, dejándome ver su alegría antes de que mi nave alzara el vuelo. Esa sonrisa sustituyó los ojos vacíos y fríos de aquel día, ahora, teníamos un lazo, y el bebé que mamá cargaba en brazos me tranquilizaba… ahora todo dependía de él.

Continuará…

Notas finales:

Bueno, ahora sí, en el siguiente capítulo comienza lo bueno, nos vamos al futuro del presente! Jajaja sonó raro pero así es.

La historia empieza desde ese momento, comenzando por la narrativa de Gohan, uff, el conlleva a la mejor historia. (Son dos, pero van entrelazadas, demasiado) pero empezamos por él.

Esperó sus comentarios, críticas (constructivas), opiniones y demás. Y ya saben, si tiene alguna duda o pregunta, háganmelo saber.

Gracias por leer! Hasta la próxima.


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