La puerta de la habitación de Jaejoong sea abre y sale la enfermera.
-El pide que su hermano pase a verlo – dice la enfermera saliendo de la habitación de Jaejoong.
Hyun Joong voltea hacia Yunho, quien era el más afectado al no ser reconocido por Jaejoong.
-No te preocupes – dice mientras palmea amigablemente el hombro de Yunho – Pronto recordara todo y veras que podrán aclarar los malos entendidos.
Las palabras de Hyun Joong animan a Yunho, quien aún no creía que Jaejoong lo olvido. Resignado Yunho camina hasta la sala de espera.
La puerta se cierra y Jaejoong levanta la vista. Ve como su hermano mayor se queda en una esquina como si le tuviese miedo o algo peor.
-Quiero volver a Seúl – dijo Jaejoong con una determinada expresión en su rostro. Hyun Joong se sorprende al escuchar a su hermano pedir volver a Seúl, lugar del que prácticamente Jaejoong había huido.
-Pero estas estudiando en esta ciudad, pronto terminaras y…
-No quiero estar en este lugar – tamborileo sus dedos sobre el yeso de su pierna. No aguantaba verse en ese deplorable estado.
-No lo hare – dijo Huy Joong con determinación, nada lo haría cambiar – El doctor dijo que si querías recordar debes quedarte aquí y así será.
-No tengo que recordar nada – calmó el movimiento de su mano y hablo con claridad – Hermano, no puedo permanecer en este lugar. Por favor sácame de aquí
-Jaejoong…- quedó asombrado cuando Jaejoong lo llamó hermano – Tu no perdiste la memoria.
-Listo y guapo, ya veo porque mi hermano te amo – susurro bajando la voz como si dijese un secreto – No quiero ser un estorbo en su vida, al menos no en este estado. Necesito irme, por el amor que le tuviste a mi hermano… ayúdame.
-No te entiendo – dice Hyun Joong casi perdiendo la capacidad de asombro – has perdido la razón.
-No, quiero protegerlo de mi amor – susurro Jaejoong bajando la mirada con melancolía – Tiene suficiente dolor a ser rechazado por su propio padre – suspiro más triste y con pesadez – No quiero hacerle más daño.
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Esa tarde Yunho trae en sus manos el retrato que Jaejoong le había pintado para su cumpleaños. Suponiendo que con eso recordaría al menos algo.
<<-Como extraño esos tiempos>> suspiro Yunho anhelando ese pasado junto a Jaejoong. Regañándose a sí mismo por haber tardado tanto en darse cuenta de sus sentimientos por el más joven. Mucho tiempo, pero estaba dispuesto a recuperar aquellos días o construir nuevos días. Su amor había enfrentado varios obstáculos, el amor de Jaejoong lo había hecho más fuerte y lo quería en su vida para siempre.
Si Jaejoong no recordaba aquel pasado, Yunho tenía la esperanza de volver a enamorarlo, era algo que estaba dispuesto a hacer. Volver a enamorar a Jaejoong.
Caminó por el pasillo del hospital rumbo a la habitación. Miro su reloj, ya era hora de visitas. Después de anunciarse, la recepcionista lo miro como si dijese alguna rareza.
-Kim Jaejoong – repitió la mujer tecleando en su ordenador – El joven se marcho hace algunas horas con su hermano.
-Está equivocada – dijo sin creer lo que escuchaba – El tenia una pierna enyesada…
-No hay ningún error – enseño la pantalla de su monitor a Yunho – Kim Jaejoong fue trasladado a la clínica de Seúl hace algunas horas.
Jaejoong sostiene las muletas con las que algún día podría caminar, su pierna parecía no responder. Se recostó en el respaldo del asiento de avión mientras a su lado tenía a su hermano. Quien había accedido a ayudarlo. El más joven cogió el móvil y marco un número. Cuando escucho la voz del otro lado su corazón dio brincos súbitos y acelerados. Aquella voz seguía siendo tan masculina y atrayente, pero era hora de decir adiós.
-Yunho – dijo Jaejoong esperando una respuesta.
-¡Jaejoong! – exclamó Yunho al oír la voz del más joven - ¿Dónde estás? ¿Por qué te fuiste? – después calmo su ímpetu - ¿Cómo conseguiste mi numero?
-Hyun Joong me pidió que hablase con usted – dice a medida que sus ojos se empeñaban mientras recordaba la forma en la que Yunho lloraba en su habitación al despertar. Durante su farsa de perder la memoria, había planeado marcharse. Él no quería que Yunho se apartara de su familia. Pero más que nada lo hacía para que Yunho pudiese cumplir su sueño de ser padre, algo que él no podía darle y eso lo sabía.
-¿Por qué…?
-Él dijo que teníamos una relación…
- Jaejoong tu y yo…
-Bueno, ahora no importa. Adiós.
-Jaejoong… no cuelgues…. Escúchame – suplico Yunho quebrando su voz y echándose a llorar – No me dejes porque yo… porque yo… - Yunho intentaba modular sus labios para confesar sus verdaderos sentimientos, tan difícil le era decir un simple “Te amo”.
-Es tarde – dijo Jaejoong mientras las lagrimas caían de su rostro, pero era tarde para retroceder – Usted debe olvidarme porque yo lo olvide – dijo las últimas palabras con tristeza y colgó.
Yunho sintió un vacio en su corazón peor que la muerte, Jaejoong se había marchado, peor lo había olvidado. Las lagrimas no tardaron en aumentar, quería grita, pero su voz se había ido, su cuerpo temblaba, ahora solo era un cascaron vacio. Su dolor aumento al imaginar su vida lejos de Jaejoong, su corazón temblaba.
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La empleada volvió a llamarlo, él abrió los ojos. Miro su alrededor, nuevamente se había quedado dormido, no estaba cansado solo algo triste al recordar su pasado. Había luchado por un imposible, pero su lucha termino y él era el perdedor.
-Lo están esperando para desayunar – dice la mujer haciendo una reverencia
-Bajo en unos minutos – dice mientras acomodaba su desordenado pelo. No podía verse desalineado ni ante la servidumbre.
Como cada mañana se dirigió al cuarto de baño. Se posiciono bajo la regadera dejando que el agua cayera sobre su pálida piel. El agua parecía limpiar su penas, mientras frota su cabello intenta no pensar en lo motivos que le llevaron a recordar su pasado en un sueño. Cuatro años desde ese día, cuatro años olvidando todo y de un día para otro los recuerdos volvían tan nítidamente como si ese tiempo no hubiese pasado.
Salió apenas cubriendo su parte baja, se miro en el enorme espejo que descansaba en la pared de su habitación. Su rostro no parecía haber cambiado, continuaba viéndose como el joven de 17 años, pero ahora tenía 21. Restregó una crema en su pelo, en esos años lo había mantenido corto.
Camino como si desfilara en una pasarela, de un lado a otro. Sonrió de manera satisfactoria, ya que desde el accidente tardo un año en recuperarse. Terapias fisiológicas y mucho esfuerzo, pero había vuelto a caminar correctamente. Quien lo viese en el presente dudaría que tuvo algún accidente a sus 17 años, un accidente que casi lo dejo paralitico de una pierna.
Antes de bajar a desayunar hizo una última inspección a su atuendo, solo hallo una palabra para describirse: perfecto.
Cuando llego hasta el comedor, encontró la amable sonrisa de su padre.
-Jaejoong, se ve que te cánsate en el concierto de ayer – dijo su padre con un suave tono de voz. El hombre con dinero había logrado aumentar su tiempo de vida.
-Si – afirmo Jaejoong tomando lugar junto a Hyun Joong. El hermano mayor ocupaba la derecha de la mesa junto a su padre y su madre ocupaba el lado izquierdo. Aquella mujer no le gustaba a Jaejoong, no la quería como una madre simplemente la veía como la esposa de su padre. Esa persona le había dado la vida, pero nunca fue una buena madre ni intento serlo.
Jaejoong saludo con cordialidad a su madre y ella devolvió el gesto. Su padre con el corazón operado, lucia más amable y comprensivo, él tampoco había interferido en las decisiones de Jaejoong. Aún así Jaejoong no había huido de su destino, ser parte de la compañía de su padre, se le soltó la cuerda que lo aprisionaba, pero nunca Jaejoong busco romperla.
Al perder sus capacidades para el futbol, Jaejoong decidió intentar hacer otra cosa mientras se rehabilitaba. Concentro todo su tiempo en tocar el piano, su potencial fue admirado llamándolo joven prodigio. Con consentimiento de su padre fue al extranjero a estudiar y logro convertirse un pianista de fama nacional.
Su vida no era como la imaginaba, pero estaba cumpliendo con los deseos de su débil padre, así que paso a hacer propio ese sueño. No solo era un afamado pianista, sino que era el vicepresidente del emporio Kim. Él era la cara visible de la compañía, un hermoso joven pianista y empresario, todas las miradas se centraba en su persona, revistas, televisión… todo el país hablaba de él. El soltero más codiciado. Debido a su ascenso como pianista y vicepresidente atrajo muchos contratos a la compañía de su padre. Jaejoong no buscaba fama o dinero, solo quería ocupar su tiempo con muchas actividades así no pensar, no quería tener tiempo de lamentarse por el pasado. No quería flaquear y correr a buscarlo.
<<-Tome una buena decisión hace 4 años. No hubiera soportado que me vieras hace cuatro años sin poder caminar… siendo tan miserable como estaba tu sentirías lastima y no quería tu lastima. Solo pedía tu amor, pero nunca lo tuve. Ahora ya no soy un crio >>
-Esta tarde tenemos una cena de negocios – dice Hyun Joong viendo a su hermano. Le molestaba ver que aquel alegre Jaejoong del pasado sonreía con tanta falsedad. Tal vez era el único que veía que el ama de Jaejoong lloraba, era el único que veía la máscara de Jaejoong.
Jaejoong no dudo en aceptar.
-Pero… hoy tienes una cita con la hija del embajador – hablo con una voz chillona, la cual desagradaba a Jaejoong. Tan diferente de su otra madre, con frecuencia recordaba a Boa y su angelical voz.
-Cámbiala para otro día – dice Jaejoong mientras deja la servilleta sobre la mesa, señal de retirarse – Ella es bonita?
-Mucho – dijo su madre con una sonrisa – No te entiendo, dijiste que querías casarte y aún no acudiste a ninguna cita con las candidatas que he seleccionado.
-Tal vez Jaejoong, encuentre a la candidata adecuada – dijo su padre bebiendo agua – No me importa si es una joven pobre o rica, lo importante es que Jaejoong la ame y sea feliz.
Jaejoong no emitió comentario alguno, se retito haciendo una reverencia junto a Hyun Joong. Hace tiempo Jaejoong había comentado su deseo de casarse, pero no tan pronto. Su padre no parecía presionarlo, pero su madre parecía muy entusiasmada buscando a las mejores jovencitas del país para ser su esposa. Esa mujer quería que su único hijo se casase con la hija del dueño de alguna multinacional, de algún embajador o del primer ministro. Sueño que Jaejoong no compartía, pero desde hace dos años se había propuesto a rehacer su vida y formar la familia que se le negó en su infancia. Una hermosa esposa y un hijo, Jaejoong al ver al hijo de Kyu Jong, su sobrino le nacieron las ganas de ser padre. Tal vez ese también era el sentimiento de Yunho cuando soñó con un hijo, ahora Jaejoong también soñaba con un hijo, algo que fuera suyo y llevase su sangre.
-Hoy estaremos en una importante reunión – dice Hyun Joong subiéndose al auto de la compañía.
-Lo entiendo – dijo Jaejoong viendo por el cristal de la ventana.
-¿Eh? ¿Qué es lo que entiendes? – preguntó su hermano con cierta curiosidad.
-No, nada – ladeo la cabeza – debemos ir a la compañía – su hermano no hizo ningún otro comentario y ambos marcharon rumbo a la empresa familiar.
Jaejoong volvió su atención al cristal del auto, pero su mirada se perdió en el horizonte. Recordar como Kyu Jong cargaba a su hijo creo en Jaejoong una sensación de envidia, su detestable hermano tenía una hermosa mujer que lo amaba y un hermoso niño que le decía “padre”. <<Yunho, ¿ahora tienes un niño que te llama padre? Hice bien en dejarte, ¿verdad?>>
Jaejoong estaba junto a Hyun Joong en una de los restaurantes. El más joven vestía acorde al lugar, un traje pulcro y novedoso. Tamborileaba los dedos pues estaban esperando al supuesto inversionista que su hermano le menciono. Torció el gesto en una desagradable mueca, ya que estaba cansado que las mujeres los mirasen con esos ojos deseosos.
-Parece que no va a venir – bufo Jaejoong molesto.
-Solo se retraso diez minutos – dice Hyun Joong como si fuera divertido ver a Jaejoong así de molesto. Jaejoong inflo las mejillas y clavo una devastado mirada en su hermano – Ahí viene – señalo Hyun Joong a la entrada.
El más joven estiro el cuello para ver a quien señalaba su hermano. Una hermosa jovencita atravesó el lugar robando las miradas de los presentes. Su vestimenta era sencilla, pero su rostro era precioso. La muchachita no lucia mayor de 18, por lo que Jaejoong dedujo que no era un inversionista. Miro con detenimiento el rostro de la joven. Cuando finalmente la vio, sus ojos casi escapan de sus cuencas. No tenia duda alguna, Jaejoong había visto ese rostro en otro lugar.
La muchacha hizo una reverencia disculpándose por la tardanza. Con una sonrisa se dirigió a Jaejoong, quien parecía asustado al verla.
Jaejoong palideció cuando l tuvo tan cerca, su rostro, ese precioso rostro angelical hizo que en su garganta se formase un nudo. Su cuerpo quedo tieso al verla. Sus labios intentaban moverse para hablar y lo único que alcanzo a susurrar fueron unas débiles palabras.
-Eres idéntica a ella…- dejo escapar las palabras con asombro. La jovencita sonreía y hasta eso daba escalofríos al cuerpo de Jaejoong <<-Idénticas, ambas son tan parecidas>>
**********continuara…