Después de la forma en que ambos se conocieron por primera vez. En vez de que Yunho le diera las gracias a Jaejoong por salvarlo, decide silenciarlo ya que a ninguno de los dos les convenía que nadie sepa sobre su encuentro en aquel callejón. Tenía la fama de ser un lugar al que solo frecuentan los consumidores de sexo y no solo heterosexual. Pero este silencio no será el fin de todo, sino el inicio de todo.
- Acepto – dijo Jaejoong dando media vuelta – No vuelvas a cruzarte en mi camino.
¿Camino o destino? Yunho no pudo evitar que el director le encargase el curso de segundo año, curso en el que estaba Jaejoong. Inmediatamente Yunho atrajo la mirada de las alumnas y hasta de algunos alumnos, claro ese porte masculino era digno de admiración, pero más su mirada silenciosa y fría. El colegio entero sabia como era conocido YUNHO en las otras escuelas… era el demonio de ojos grises, por su brutalidad con sus alumnos, cosa que no le importaba pues los odiaba. Jaejoong no lo miro, sólo se quedo recostado en su escritorio mirando hacia un costado. Ese día Yunho había permitido tal desagravio por parte de su alumno, no tenia ánimos de mirarle la cara y menos después de lo sucedido en la biblioteca.
Durante un tour de YUNHO por la escuela con su hermana, quien lo había recomendado para trabajar en el instituto. Ambos pasearon por el campo de futbol donde Jaejoong y su equipo estaban practicando.
Uno de los miembros del equipo patea un balón desviado hacia YUNHO, desafiándolo para ver si podía devolverlo con fuerza o solo sabía enseñar matemática. Ante el desafío YUNHO devuelve el balón con mucha fuerza pero este se desvía hacia un Jaejoong que estaba calmadamente hablando con su ayudanta de campo y lo golpea con tal fuerza que lo deja tumbado.
Al no reaccionar es llevado a la enfermería. Estaba recostado sobre una camilla y Yunho estaba a su lado, esperando a que despertara, pero su alumno no reaccionaba. Yunho lo observaba en silencio, bastante angustiado… casi sin darse cuenta se acerco a Jaejoong para descubrirle el pelo (que prácticamente le cubría todo el rostro) recién en ese momento pudo ver el enorme chichón que su pelotazo le había provocado en la frente de Jaejoong.
Ese pequeño roce sobre el pelo de Jaejoong hizo que abriera lentamente los ojos, si bien YUNHO se sintió más aliviado nunca espero que Jaejoong le diese un golpe que casi le sacara de lugar la mandíbula mandándolo al piso. Cuando se incorpora para regañarlo nuevamente Jaejoong se había desmayado. Solo fue un acto reflejo de Jaejoong frente a un peligro, pero lo que Yunho ignoraba era que ese pelotazo le había abierto una herida que estaba cerrando y dejando atrás. Las dolorosas cicatrices de Jaejoong, su doloroso pasado.
Desde ese día Jaejoong no parecía recordar el golpe que le dio a su profesor y busca una manera para vengarse por haber sido desmayado, ya que nadie había conseguido derribarlo de esa manera tan vergonzosa.
Era sabido el repudio de YUNHO hacia los alumnos de secundaria y que deseaba trabajar en la universidad, debilidad que Jaejoong aprovecharía a su favor. Decidido a fastidiarlo, empezó a comportarse de manera muy amable con YUNHO, casi burlonamente como si el mayor fuera él y no su profesor, haciendo algunas veces comentario de cómo lo había conocido, solo palabras como Callejón y después se quedaba callado. También alentaba a sus compañeras a que abiertamente coquetearan con el profesor pues no era de piedra y algún día caería a sus pies.
- Profesor – se dirigió a Yunho – No se pierda por algún callejo – sonrió Jaejoong de forma divertida.
Trago saliva y miro con una gélida expresión a Jaejoong – No se meta en problemas alumno de segundo año – se marcho.
- Maldición… - miro enfadado – ya me las pagaras profesor de segunda…
- ¿Qué dijiste? – dijo Junsu – se ve que el profesor no te agrada…
- Eh… Junsu?... vamos a la práctica.
- Je, je… te atrape… ¿Qué estas planeando?
- Vamos o el entrenador se enfadara…
Obviamente YUNHO sabia de los planes de Jaejoong y buscaba no hacerle caso pues solo era un niño, que más podía pedir. Solo esperaba que Jaejoong mantuviera su boca cerrada, solo pedía eso.
Pero poco a poco Jaejoong sin quererlo se acerca al padre de YUNHO a quien conoce en el mercado y decide ayudarlo con sus bolsas, el anciano como recompensa le dice que le enseñara a tocar el piano.
- Gracias abuelo – dijo Jaejoong con una reverencia – no me gusta la música.
- No, no, no a todos no gusta la música. Es lo único que alimenta el alma de una persona… nunca te has preguntado cómo sería un mundo silencioso sin música…
- Nunca – sonrió – pero si usted insiste aceptare. Aunque le advierto que no soy muy talentoso.
- No solo importa el talento sino el alma de la persona… el piano es solo un instrumento pero quien plasma las bellas notas es el alma del concertista… el piano jamás lo haría por su cuenta.
- Entiendo… - sonrió- Nos vemos – volvió a hacer una reverencia y se despidió del abuelo.
Otro día de clases, otro día para fastidiar a Yunho pero es detenido por Junsu. Este era un buen amigo y miembro del equipo de Jaejoong, el cual estaba enamorado desde que ingreso al instituto de la hermana mayor de YUNHO.
- Jae… tienes que hacerlo- dijo Junsu rogando casi de rodillas.
- No… eso es vergonzoso – dijo firme Jae.
- No somos amigos… debes hacerlo – dijo Junsu tomando la mano de Jae.
- Si… pero aun asi es vergonzoso – dijo Jae soltando la mano de Junsu.
- Solo lo tienes que dejarla ahí… no es más que eso. Yo no puedo.
- Quieres que lleve esta rosa para la oficina de la profesora Boa… y si me ven. Además es la sala de profesores, seguro que están todos.
- No… no hay nadie… Hazlo por mi – dijo Junsu haciendo una angelical sonrisa.
- Lo hare… pero me debes una… y grande – dijo Jae tomando la rosa.
Junsu tenía razón no había nadie en la sala de profesores, se acerco al cubículo de Boa para dejarle la rosa con un poema escrito por Junsu. Cuando estaba decidido a irse aparece Yunho y le pregunta que hacía en ese lugar, Jae sin saber que decir se queda petrificado.
- estaba buscando el baño - sale corriendo.
- Mocoso extraño – suspira molesto Yunho
Al dia siguiente Junsu le pide a Jaejoong que vaya al salón de clases donde Boa enseñaba y dejara sobre su escritorio otra rosa con un poema.
- ¡es lo último que hago!
Era la hora del recreo así que Jaejoong aprovecho tal oportunidad para cumplir con el pedido de su amigo. Sigilosamente se introdujo en el salón de clases, dejo la nota con la rosa y volvió a salir. Pensando que nadie lo había visto se aleja. Pero no fue así desde una esquina cercana al salón Yunho había notado la extraña actitud de su alumno lo que le llevo a preguntarse ¿Qué hacía en un salón que no era suyo? Sin darle mucha importancia siguió caminando pues pensó que era alguna estupidez de su alumno.
En la sala de profesores había una pequeña reunión, hablaban todos a la vez. Entre los gritos Yunho se entera que su hermana estaba recibiendo regalos de un admirador anónimo y suponían que un alumno.
- Si en su salón de clases alguien secretamente le dejo una rosa y un poema… - dijo uno de los profesores.
- Si esas cosas son propias de niños – dijo otra profesora cruzándose de brazos molesta, ya que de alguna manera sentía envidia por Boa.
- Es solo cosa de niños ya se le pasara – dijo Boa con una sonrisa.
- Eso quiere decir que alguien entro a tu salón cuando era hora del receso – dijo Yunho mientras recordaba haber visto de manera muy sospechosa a Jaejoong salir de un salón – Ese era el salón de mi hermana…
- ¿de qué hablas hermano? – pregunto Boa.
- No nada…
El solo recordar esa escena lo hacía enfurecer pues creía que Jaejoong era el pretendiente secreto de su hermana. Repetía una y otra vez en su cabeza “un mocoso pretende a mi hermana, un mocoso”, esperaba descubrirlo en sus famosas entregas y regañarlo para así se alejarlo de su hermana.
Debido a las bajas calificaciones de Jaejoong en matemática, nombraron a Yunho como su asesor ya que como jugador estrella del futbol debía mantener un buen promedio. Entonces cada día después de clases Jae no solo asistía a sus prácticas de futbol sino a las clases particulares de Yunho.
Pero como parte de su venganza le hacia el trabajo difícil a Yunho, haciéndose el desentendido o jugando con él.
- ¿Eres estúpido? – Dijo Yunho colmando su paciencia.
- No lo soy, profesor… solo que me aburro – dijo Jae tirando su libros sobre la mesa.
- Mira… más te vale que no me hagas perder mi tiempo o…
- ¿O qué? – dijo Jae de manera desafínate mientras se dirigía a la ventana – Lo único que me interesa es el futbol…
- Si tanto te interesa… esfuérzate en levantar tus notas… o es que no tienes un propósito?
- ¿Un propósito? – dijo Jae mirando el vacío desde la ventana – Si me lanzara de esta altura… No sobreviviría…
- Eres estúpido- dijo Yunho – estamos en el quinto piso… son como mas de 10 metros.
- Una muerte segura – dijo Jea apoyando su manos sobre el vidrio – Creo que a nadie le importaría si no estuviera – dijo Jae mirando fijamente el vacio.
- Eh? … eres estúpido – dijo Yunho acercándose a Jae – No crees que tu familia te extrañaría.
- ¿Mi familia? – dijo Jae bajando la mirada – A esas personas les da lo mismo si estoy o no estoy.
Antes de que Yunho dijera algo toca la campana de la tarde lo que significaba el fin de las tutorías. Jaejoong tomo sus cosas y se despidió de su profesor con una sonrisa descarada pues había logrado hacer tiempo y nuevamente no hacer nada. En vez de enfurecerse Yunho quedo pensativo de las palabras de su alumno, lentamente empezaba a descubrir que Jaejoong no era el chico alegre y descarado que aparentaba. En su mente retumbaba la pregunta que Jaejoong le había hecho hace algunos minutos “Si me lanzara de esta altura… No sobreviviría…” Por extraño que le pareciese, estaba preocupado por esas palabras; se estaba empezando a preocupar por su alumno más problemático.
Desde lo alto del salón de clases veía como Jaejoong se reunía con su grupo de amigos, sonreía de manera amistosa y hasta hacia bromas. Miraba atentamente cada movimiento corporal de Jaejoong como si intentara ver más allá del cuerpo, poder ver su alma.
- Papa… ¿aun sigues mirando por la ventana? – pregunto Boa mientras acomodaba los platos para la cena.
- ¿Qué está haciendo? – pregunto Yunho a su hermana.
- Aun no vino – dijo el padre de Yunho.
- ¿de quién habla? – replico Yunho tomando asiento.
- Hace unos días papa conoció un muchacho que lo ayudo con las bolsas del mercado…
- ¿Y?
- Como recompensa papá se ofreció a darle clases de piano… - sonrió dulcemente mirando a su padre – Espera que el muchacho venga… pero no ha venido.
- Solo espero que no sea un idiota – dijo Yunho cruzándose de brazos.
El padre de Yunho voltea rápidamente y mira con enojo a su hijo – No lo llames así…
- ¿Qué? ¿dije algo malo?
- Ese muchacho podría ser el nieto varon que no tuve…
- ¿nieto varón? – dijo Mei triste por los dichos de su abuelo.
- No mi niña… estoy muy feliz contigo pero…
- El abuelo trata de decir – sonríe Boa – que le ha tomado aprecio a ese muchacho como un nieto…
- Entonces yo también puedo quererlo como un hermano – sonrió Mei.
- Si – dijo el padre de Yunho – Y tu hija serias como la madre…
- ¡están todos locos! – se levanto de la mesa enfadado - ¡aun no lo conozco y ya me desagrada! … me quito el apetito.
Yunho se recostó en su habitación bastante molesto ya que no lo le bastaba con tener un mocosos como Jaejoong en su clase que su padre traería a otro para tratarlo como a su nieto. Era evidente que su padre estaba enloqueciendo por su loca idea de llenar la casa con sus nietos.
- Maldicion tengo hambre…