-------POV AIORIA---
Nunca pensé que estaría entre tus brazos.
Supongo que para mí, tú eras el más inalcanzable de todos.
“Aioria:
Por mi sangre corren tres de los venenos más potentes del mundo, los más mortíferos que haya visto el ojo humano e incluso me atrevería a decir que el divino.”
Sin embargo ahora disfruto de la suavidad de tus labios finos, mientras exploras los míos con una delicadeza que raya en lo extremo.
No soy de cristal, no voy a romperme.
Pero sé, que al igual que todos, tú me temes.
“El primer veneno es el propio de mi signo. Esa constelación regida por Antares, esa fuerza que otorga a los custodios del octavo templo el veneno de los escorpiones.
Quince aguijonazos necesito para vencer a mis enemigos, quince ataques que en una ocasión yo le lancé al que es mi mejor amigo, y al que me ha convertido en un ser de la noche.”
El indomable.
Así es como me llaman.
¿Cómo no ser indomable cuando has nacido bajo el signo de Leo?
Depredadores natos, agiles y raudos por naturaleza, pero sobretodo……
Nobles.
“Kanon.
Ese gemelo que me ha brindado la oportunidad de transformarme en algo invencible, en un ser que con solo una mirada seducirá a aquellos que nos sirvan de alimento.
Si crees que utilizaré ese poder de seducción para otra cosa que no sea amarte……te equivocas.”
Y esa nobleza de todo nacido bajo el signo de Leo es nuestro punto débil, la que nos transforma en ocasiones en temblorosos cachorritos que buscan el amparo de unos brazos más fuertes.
De una protección mayor.
Por eso, no tengo miedo.
Sé que estoy seguro entre tus brazos.
Que estoy protegido.
“El segundo veneno, el de la recién adquirida inmortalidad.
El del poder de la luna poseyendo mi cuerpo, mi alma y mi espíritu. Caminar al amparo de un eterno cielo estrellado mientras época tras época va danzando ante mis ojos. Años de una vida imparable e inexorable, en la que el tiempo se ha detenido y ha dejado de afectarnos.”
Hace tiempo, uno de los maestros me dijo algo de los nacidos bajo el signo de Escorpio.
Son seductores por naturaleza, amantes apasionados dominados por la lujuria y el deseo, más sin embargo llevan una “maldición” a cuestas.
Mientras su corazón sea libre, podrán ir de cama en cama sin decoro alguno y podrán disfrutar a su antojo de unos cuerpos que caerán rendidos ante esa fuerza arrolladora que desprenden los escorpianos.
“Dentro de sesenta años seguiremos teniendo la apariencia con la que contamos ahora, también la tendremos cuando pasen los siglos y los milenios.
Cuando el mundo se extinga y solo quede un espacio inexplorado que tendremos que surcar, nosotros habremos gozado de lo que otros jamás alcanzaran a comprender.
Aunque pagando por ello el precio de tener que alimentarnos de la sangre de otros, o el de renunciar para siempre a la cálida luz del sol.”
Pero todo tiene un precio, y el vuestro……es un corazón prisionero.
Si un nacido bajo el signo de Escorpio se enamora, si entrega su corazón a alguien caerá “prisionero” de esa persona. Convirtiéndose en su más fiel y devoto siervo, si os corresponden……llegareis a conocer la dicha absoluta.
“El tercer veneno……se divide en varios:
El orgullo.
Propio de un hombre que sin ser vanidoso, sabe que cuenta con una belleza incomparable.
El orgullo de saber que cuentas con el poder de derrotar hombres y destruir imperios enteros con un solo movimiento de sus manos.”
Pero si aquel o aquella de quien os enamoráis os rechazan……moriréis de dolor por este mismo rechazo.
Una vez entregáis vuestro corazón a alguien.
Estáis al antojo y deseos de esa persona.
“El valor.
Nacido de un intenso entrenamiento, de nunca haber agachado la cabeza frente a un enemigo, por más poderoso que este fuese.
Ese que me mantuvo en guardia cuando el mundo que conocemos se desmoronaba ante nosotros.
Y ese, que sin vergüenza alguna, me dejo llorar en ocasiones la perdida de hombres tan valiosos como lo sois vosotros.”
Y tú……Milo, el máximo representante del signo de Escorpio……
Te has enamorado de mí.
De este “gato” que lleva enamorado de ti más años de los que puede contar con los dedos de la mano.
“El honor.
Que me proporciona caminar al lado de trece hombres honrados, fuertes, bellos, hermanos de sangre y de batallas, compañeros de pasiones y lealtades.
El que me inculcó mi maestro antes de que me alzase orgulloso contra otros y ganase a pulso la armadura de oro que ahora cubre mi cuerpo.”
-Aioria-me dices con una voz suave, dulce hasta lo empalagosa y profunda por el deseo.
Deseo mezclado con el miedo de que esto tan solo sea un sueño.
-Déjame amarte gatito-me suplicas nuevamente.
“La lealtad.
Hacia aquella que me ordenaron venerar, defender y proteger.
Hacia aquellos que compartieron mi destino.
A los que antes solo eran compañeros y ahora son mis hermanos.
Pero sobretodo……
A mi propio corazón.”
¿Crees que esa sonrisa felina funciona conmigo cuando lo que olvidas es que en estos momentos estas hablando con el mayor “felino” de todos?
Pero no hace falta que me concentre en tus ojos turquesas para saber el amor que sientes por mí, ni siquiera necesito estudiar tu alma para comprobar que ahora mismo……tan solo eres un chiquillo asustado.
Uno que teme que otro chiquillo……tan o más asustado que tú, no quiera jugar a este juego que iniciaste con una carta.
“La pasión.
Esa fuerza desgarradora que ha hecho a más de un dios perder su poder, y a más de un rey perder su reino.
Ese poder que durante épocas, ha logrado que hombres y mujeres hayan caído arrodillados ante el embrujo aplastante de quien se sabe un conquistador nato.”
-¿Quieres amarme “bichito”?-te pregunto con una voz tan seductora que por primera vez, supera la tuya propia.
-Sí-me contestas con voz tan temblorosa como lo son esos ojos que deberían estar prohibidos.
“El deseo.
Ese místico sentimiento que entumece los sentidos y obliga a tensarse a los músculos.
Ese que fuerza a los corazones a trabajar a ritmos frenéticos, y a las mentes a olvidar la fría lógica o el dominio de uno mismo.
Que te priva de toda coherencia al igual que del aire que necesitan tus pulmones.”
-Entonces……-te digo acercándote un poco más a mi cuerpo, y rozando mis labios con los tuyos-Haz que Aioria de Leo le pertenezca a Milo de Escorpio tanto……como cierto “bicho pervertido” ya le pertenece a este “gato amaestrado”.
Te quiero tanto Milo.
Que por una vez, permitiré sin pelea alguna que el signo de Leo sea dominado por un escorpión que le ha entregado indiscutiblemente su corazón.
“La lujuria.
Que como siempre te atrapa, te domina y te conquista cuando aquel que llama tu atención se convierte inconscientemente en la presa de un recién estrenado cazador.
Esa llama que te corroe por dentro cuando consigues dominar de alguna manera al objeto de tu pasión y de tu deseo.
O cuando tienes la gran suerte de que este corresponda al veneno más potente de todos los tiempos.”
No……
Por una vez no.
Te lo permitiré época tras época y cada noche que despertemos, por el resto de nuestras vidas.
La habitación de mi templo se quedó en silencio ante mi declaración y tu claro asombro, solo permitiendo que los pilares y las paredes vacías, se convirtieran en los únicos testigos de lo que iba a ocurrir entre nosotros.
“El amor.
Ese que te convierte en una sombra de aquel o aquella que te persigue en tus noches de insomnio, o te acompaña en tus sueños.
El sentimiento que consigue que cada humano o dios encuentre una razón para despertar por las mañanas y no querer que el sueño le venza por la noche……privándole del recuerdo de la persona amada mientras duerme.
El mayor don que se le puede conceder a un corazón.
Y la mayor desgracia si por las ironías del destino no eres correspondido.
Ese sentimiento que te convierte en una marioneta, manejada al antojo del dueño que tenga tus hilos.
Ese amor que te hace renunciar al orgullo, perder el valor, que olvides el honor, que mandes la lealtad a la basura, pero que inevitable e imparablemente……
Aumenta la pasión, el deseo, y la lujuria.
El amor que te vuelve dependiente de una persona, de cada latido de su corazón, de cada palabra, de cada sonrisa, de cada lágrima.
De su cuerpo, de su piel, de su alma.
Y ahora……”
La pasión, se desató.
Y nos olvidamos de la ternura con la que pretendíamos llevar a cabo nuestro primer encuentro para convertirnos en las dos bestias salvajes que representan nuestros signos.
“Ahora.
Eso no me sirve de nada.
De nada me vale ser Milo y mucho menos ser Milo de Escorpio.
De nada……ser un caballero de oro o custodiar un templo.
Porque incluso un hombre como yo, siempre encuentra en su camino una montaña demasiado difícil de escalar, un horizonte demasiado difícil de conseguir o un objetivo……por el que debes pelear hasta la muerte si deseas lograrlo.
Y yo……
He encontrado el mío.”
Me besas fuerte y rudo. Mordiendo mis gruesos labios con desesperación y metiendo tu lengua a la fuerza en mi boca.
Exploras con gula cada rincón de la misma, mientras nuestras salivas se entremezclaban y yo aguanto la respiración hasta el punto de dolerme.
Nos arrancamos las camisas mutuamente y prácticamente a ciegas, sin importarnos nada donde acaben cada uno de los botones de las mismas.
Unos botones que, junto con los trozos destrozados de ambas telas caen desperdigados por el suelo.
“Y por primera vez en la vida el veneno del escorpión es inútil. La inmortalidad que he conseguido es……nada.
Y la pasión, lujuria y deseo son…… posiblemente, inservibles.”
En cuanto las telas que nos cubren desaparecen de nuestros torsos, atacas sin piedad mi cuello desnudo. Lamiéndolo con fuerza, mordiéndome con saña y degustando con placer unas cuantas gotas de sangre.
Aunque sin profundizar todavía demasiado en la tarea de alimentarte de mí para transformarme.
No puedo evitar clavarte las uñas en las espalda. Tan afiladas como las del león propio de mi signo y hundiéndolas en tu piel cada vez que tocas un punto que me hace estremecer.
“La pared con la que me he ido a tropezar no es otra que un hombre.
Su orgullo supera al mío.
Su valor y su honor superan a los míos.
Incluso su lealtad supera a la mía.
Y ni que decir de su pasión, su deseo, su amor o su lujuria.”
Desabotono el cierre y la cremallera de tus pantalones con una mano. Mientras con la otra te agarro de la nuca fuertemente, para que no te separes de un pecho que hace unos instantes has comenzado a explorar.
Te quiero y te necesito ahora.
Ya habrá tiempo para tomárnoslo con calma, para saborearnos el uno al otro.
Ahora, estoy desesperado por sentirte dentro de mí.
Y tú……
“Y a mí me llaman el seductor.
Si ellos supieran el miedo que tengo en estos momentos.
¿Se puede conquistar a un León?
¿Se le puede dominar?
¿Se le puede amar, sin resultar herido en el proceso?”
Tú……no estás en mejores condiciones.
Mientras mi pecho es atacado con tú fuerza y tú pasión, meto la mano derecha en el interior de tus pantalones.
Cogiendo con fuerza tu miembro erguido y provocando que dejes de atender mi pecho y emitas un ronco gemido seguido de mi nombre.
“Tú eres para mí ese horizonte lejano. Ese que por más que camines o corras, grites o te desesperes, nunca alcanzas.
Yo……soy uno de esos idealistas que cree que utilizando lo que tiene a mano, logrará tocar el punto donde se juntan el cielo y la tierra.
Necio en mi decisión de darte la luna cuando tú te mereces algo más que ella.
Aioria, no puedes hacerte una idea de cuánto te amo.”
Me miras fijamente a los ojos mientras yo, sin dudar ni un solo segundo de lo que quiero que ocurra entre nosotros sigo masturbándote con cierta fuerza y velocidad desmedidas. Es entonces cuando entre ambos rompemos el silencio en el que se había sumido mi templo a base de los gemidos y los jadeos más intensos.
“Más allá de todo honor o lealtad, de todo orgullo o valor, lo cierto es que te amo.
Que tienes a tus pies al guardián del signo de Escorpio.
Y sin embargo……
Ese guardián te tiene miedo.”
La dulzura típica de unos sentimientos recién reconocidos se nos fue al carajo.
Al fin y al cabo……somos dos hombres acostumbrados a utilizar la fuerza.
“Tú eres el indomable, el noble y el rebelde del grupo de caballeros de oro.
Y……aunque te cabree……
Tú eres y seguirás siendo, ese niño pequeño que todos un día decidimos cuidar y proteger cuando por los designios del destino y la crueldad de los dioses……perdimos demasiado pronto a tu hermano Aioros.”
Mis pantalones desaparecen arrancados a pedazos por tus uñas, y admito sin vergüenza alguna que ni tú ni yo recordamos en qué momento nos hemos descalzado.
Y de repente, cuando ya estoy completamente desnudo para ti y por ti, metes el primero de tus dedos en el interior de mi cuerpo. Provocando que me recorra un espasmo por la columna que inunda cada uno de mis sentidos y me hace perder el norte.
“Aioria, mi Aioria.
Soy tan necio, tan estúpido, tan ridículo.
¿De qué me sirve Antares ahora si sólo con la fuerza propia de mi constelación no puedo tenerte entre mis brazos?
¿Para qué me sirve el veneno que recorre mi cuerpo si es muy posible que tú jamás cedas ante este patético hombre que suspira por tus labios?”
No esperas a que me acostumbre y tampoco hace mucha falta.
Aunque no me enorgullezco de con quién ocurrió, hace bastante tiempo que dejé de ser virgen.
Y soy consciente de que en aquel momento, te dolió más de lo que nadie pueda llegar a imaginarse que le eligiera a él y no a ti para introducirme en el mundo del sexo.
“Te quiero tanto gatito, tanto que hasta me duele.
Me tienes a tu servicio, a tu disposición y al antojo de tus deseos.
Te pertenezco.
Pero……”
Pero aunque la elección que hice hace años fuese precipitada y equivocada……creo sinceramente que le debo algo más que mi amistad a ese italiano cabezota custodio del cuarto templo.
Al fin y al cabo, él me enseñó todo lo que hoy en día……y espero que durante muchos, muchos años, puedo practicar contigo.
Puede que tú, sin saberlo y sin ser realmente consciente de ello, me hayas proporcionado ese algo que regalarle a Death Mask de Cáncer.
La inmortalidad al amparo de una eterna noche.
“Tras este rodeo debo ser tan sincero contigo como lo he sido siempre…… y voy a escribir la razón de todo este preámbulo.
La autentica razón que me ha hecho decidirme finalmente a decirte lo que siento.
Y Aioria……antes de comenzar a leer las siguientes y decisivas líneas……yo necesito……
TODOS NECESITAMOS.
Que tengas la mente abierta.”
Sin embargo…..ahora que lo pienso fríamente y un tanto divertido, podría utilizar con Death Mask la ley del ojo por ojo.
Y no me refiero a violar a quien me arrebato la virginidad, al fin y al cabo yo me entregué voluntariamente al italiano y hoy en día ese hombre es mi mejor amigo.
Pero posiblemente, yo sea el único hombre del Santuario que sabe de quién está enamorado nuestro “cangrejo”, y sabiendo que su carácter y su orgullo le van a impedir declararse cómo es debido, soy capaz de tomar la decisión de pedirte a ti que le quites a Death Mask la posibilidad de convertir al hombre del que está enamorado.
Sé que el otro caballero en cuestión, está más que deseoso de poder lanzarse libremente a los brazos del cuarto custodio.
“Los tres jueces del averno a los que nos enfrentamos en la última batalla……volvieron a la vida transformados en vampiros.
Sí, vampiros.
Seres inmortales que viven en la noche y se alimentan de sangre.
Y, aunque parezca algo……ilógico después de lo que les hicimos, no tenían planes malignos ni intenciones oscuras.
Solo querían compañía.
Querían una familia.”
Me sacas de mis pensamientos al coger una complicada postura.
Bajando con tus labios rápidamente por mi cuerpo y……sin sacar tus dedos de mi interior, has comenzado a lamer y succionar mi miembro erguido y necesitado.
Metiendo por medio de las succiones y las lamidas suaves mordiscos que casi consiguen que me corra a los pocos segundos.
Es curioso que en este mismo momento me diga a mi mismo……que la descripción que me hicieron los chicos de bronce de los campos elíseos no puede ni compararse al “cielo” al que me estás haciendo llegar con tú pasión.
“Y ahí es donde entramos nosotros.
Saga de Géminis, en su……(en mi opinión)……increíblemente afán de protagonismo fue el primero en ser transformado.
¿No te extraña que desaparezca tan a menudo o que……de ser uno de los de piel más bronceada se haya transformado repentinamente en la copia perfecta de una sábana blanca lavada con lejía?
Luego le siguió Kanon, Shura y recientemente Ikki del Phoenix.
Y……también……
Aioros.”
Consciente de que mi cuerpo ya no aguanta más y provocando un gruñido de inconformidad de mí parte lo paras todos durante unos segundos.
Pero al menos, antes de que vuelvas a apoderarte de mí y mucho antes de que literalmente me hayas clavado contra el colchón que albergará esta noche nuestros cuerpos……he conseguido quitarte, no sin sentirme orgulloso en el proceso, los pantalones.
“Tu hermano mayor fue transformado por Saga, y ahora……ellos dos son marido y esposo.
Y tú……mi queridísimo gatito……
Eres el cuñado ni más ni menos que de los dos gemelos y de……el ex juez rubito y de ojos dorados.”
Mi cuerpo, deseoso, me “obliga” a rodear con mis piernas tu cintura a pesar de que tus interminables y desesperados preliminares me han dejado completamente exhausto.
Y tú, malicioso y consciente de que mi cuerpo no aguantará ni un minuto más de esta placentera y bestial tortura has penetrado en mi interior hasta el límite y de una sola y certera vez.
Y he sentido cómo nunca antes lo que es, en palabras del cuarto caballero de oro, que te jodan vivo
“Pero el caballero de oro de Sagitario ya no aguanta la espera. Te quiere con él y a nuestro lado.
Y……en opinión de tu impaciente hermano mayor……yo estoy tardando demasiado en coger las fuerzas suficientes para transformarte.
Pero, es que quiero ser yo quien te traiga a esta nueva vida sin ponerte en peligro sólo por las prisas del arquero.
Quiero ser quien te acune entre mis brazos mientras mi sangre te cambia por completo y después de haberme asegurado que no corro el riesgo de perderte por actuar precipitado.
Pero……si deseo todo esto es porque te amo.
No porque las miradas de psicópata asesino de tú hermano me den……bastante miedo.”
Te rodeo el cuello con los brazos haciendo más fáciles los movimientos que has comenzado sin siquiera darle una tregua a mi cuerpo.
Eres rápido, fuerte y conciso. De movimientos rudos y profundos, indicándole a mi cuerpo que estás desesperado y que muy, muy en el fondo, tienes miedo de que esto sea solamente un sueño.
Una burla más de este que es el destino que nos ha tocado vivir a ambos.
“Porque te quiero.
Y lo que más deseo en el mundo……es ser tu marido y que tú seas mi esposo.”
Me llevas a límites insospechables mientras tu larga melena azul oscuro se pega contra mi cuerpo.
Y yo……a mitad de camino entre la agonía y el paroxismo consigo que tu cuerpo se pegué más fuertemente contra el mío. Que nuestras pieles rocen y mi sudor perle esa piel que a pesar de todo no ha perdido su tono bronceado.
Yo, en mi caso, no puedo decir que en mi estomago revoloteen mil mariposas. No, más bien……todo mi ser está siendo atravesado por una mezcla de lo que parecen millones de tus “agujas escarlata” y mi “plasma relámpago”.
“Pero tú eres tan orgulloso y tan rebelde con lo que el resto del mundo exige de ti que……me da miedo que no aceptes lo que este pobre y desesperado bicho te está ofreciendo.
No sé si soy lo suficiente para ti, no sé si soy el adecuado.
No sé si tu, querrás que alguien como yo ose ponerte las manos encima.
Por eso, antes de que a tu querido hermano se le acabe la paciencia, y yo pierda la oportunidad de pasar una inmortalidad a tu lado, necesito suplicarte que……
Me elijas a mí.”
-Milo-gimo desesperado cuando consigues alcanzar ese punto que me hace desbocarme completamente.
Sé que parecemos animales así. Uno haciendo fuerza contra el otro y haciéndonos el amor cada vez más rápido, más salvaje.
Sales unos instantes de mi interior, con la velocidad propia de nuestro rango y una fuerza desmesurada cambias nuestras posturas y me sientas a horcajadas sobre tus muslos.
Y nuevamente haces que me aferre con fuerza a tu cuerpo al mismo tiempo que vuelves a penetrarme y yo suelto un grito desesperado.
Nos volvemos a besar cómo si jamás pudiésemos volver a hacerlo mientras comienzas nuevamente a moverte. Ayudado por los movimientos que realizo con mi cadera, para que esas embestidas que le das a mi cuerpo exhausto, sean más certeras y profundas.
Mi orgasmo está cerca y lo sabes, al igual que yo soy consciente de que el tuyo no demorará mucho.
“Estaré en el templo de Escorpio.
Esperándote.
Si por un segundo eres capaz de olvidarte de todo.
Si eres capaz de abrirte como yo acabo de hacerlo.
Ven……
Y déjame amarte.”
-Aioria……mastúrbate para mí-me pides con la voz plagada de lujuria-Quiero……quiero verlo, sentirlo.
Mientras tú gimes incontrolable y me amas con fuerza, yo llevo mi mano derecha a ese miembro que solo contaba con el roce de la piel de tu vientre con un movimiento destinado a seducirte más todavía.
Las caricias que me doy, se acoplan rápidamente a tus embestidas en mi interior. Gritos desgarradores salen de nuestras gargantas mientras no cesamos de repetir el nombre de uno en los labios del otro.
Mi cuerpo aguanta ese ritmo durante unos minutos que se hacen eternos, pero tras estos y completamente poseído por la pasión y el amor, te ordeno que te corras en mi interior.
Y esa sola frase te transforma en una fiera indomable.
“Si la respuesta es no……si me rechazas……
Solo quiero que sepas, que pase lo que pase, ocurra lo que ocurra……”
Comienzas a utilizar nuevamente esa velocidad que nos ha otorgado años de entrenamiento para saciarme, para acariciar y arañar mi espalda al mismo tiempo que te clavas en lo más hondo de mis entrañas.
Mi nombre resuena en tu garganta segundos después de que tú cuerpo se tense y alcances el orgasmo en el interior de mi cuerpo, llenándome de esa semilla tuya que está mezclada con veneno.
Segundos después, tú contemplas fascinado como mi cuerpo cede a la explosión del deseo, a un estallido que culmina manchando tu vientre y mi mano.
-Te amo Milo-digo preso del momento.
“Yo siempre te seguiré amando.”
Aún seguimos disfrutando de los últimos escalofríos del orgasmo, aún intento que mi corazón vuelva al lugar que le corresponde cuando te abrazas a mi cuerpo con más desesperación de la que ya has mostrado y comienzas a lamer despacio mi cuello.
-Te amo Aioria-me dices mirándome a los ojos.
Segundos después, tus recién estrenados colmillos traspasan la carne y llegan a la vena.
-Milo……amor mío-te digo mientras siento la sangre correr de mi cuerpo al tuyo.
Siento tus labios curvarse en una sonrisa victoriosa mientras me arrebatas la vida.
Y minutos después, mientras realmente exhausto comienzo a beber la sangre que dejas salir de tu propio cuello yo tengo el que será el último pensamiento coherente por un largo rato.
No debo olvidarme de que la noche en la que hace años que perdí mi virginidad con Death Mask de Cáncer……yo le hice la promesa de ayudarle a conquistar al hombre del que está enamorado desde hace años.
Y para eso……voy a necesitar la ayuda del que ya es mi marido.
“Para la eternidad……TÚ Milo de Escorpio”.