Mi pequeño problema por Ilian M

Mi pequeño problema 
                                                                               cap. 2   "El hombre que da vida al papel"
 
 
Eran al rededor de las 6 de la mañana, Tori estaba aun dormida ya que a las 7 esta se levantaba para ir a preparar el desayuno, Harry por su parte era un tronco roncante, estaba profundamente dormido olvidando todo lo pasado, recordaba su entrenamiento para ser  Auror donde había conocido a un chico muy particular, pero que se retiro luego de unos meses claro estaba que Harry y ese chico aun se veían, eran muy amigos, el chico era muy simpático aunque muy misterioso y hablaba de una manera muy filosófica, muchas veces hacia que Harry se confundiera. El pequeño Draco en la nueva habitación dada también dormida profundamente, pero con un extraño sueño, en donde se veía a el mismo pero de mas mayor, siendo atacado por un extraño animal con rostro de águila y con grandes alas del mismo animal, pero su cuerpo cubierto de plumas era el de un caballo por donde lo miraras, también veía mas atrás a un hombre enorme muy barbudo y peludo y también a su actual tutor  Harry, con el cabello mas largo y mucho mas joven, se veían de la misma edad. Este sueño por supuesto no despertó al cansadísimo Draco, el peque siguió durmiendo, soñando con cosas que le parecían raras, se veía a si mismo, esta vez con sus padres, consintiendolo, unas lagrimas cayeron de sus ojos sin saber... 
 
 
- .... RRY!!! -se escucho un grito a lo lejos-
 
 
Harry, al escuchar lo que pareció su nombre, con pereza despertó, se quedo callado muy atento agudizando su oído para ver si lo volvía a escuchar. Así fue. Se puso las zapatillas lo mas rápido posible y un abrigo, seguramente hacia frió afuera, ¿Quien le llamaría a esta hora? , tomo las llaves y abrió la puerta, al salir pudo ver una figura cerca de la reja de su casa, fue hacia a el, la figura ahora se veía clara, era un chico delgado, con mirada amable 
 
 
-Hola -saludó este como si nada, sonriendo  
 
 
-¿Como que "hola"? Ven entra y me explicas que haces por acá a estas horas -ambos jóvenes entraron a la casa, no sin antes claro volver a cerrar con llave, Harry se quito su abrigo y lo dejo en uno de los sofá, prendió la luz y miro fijamente al chico el cual estaba sentado en el sofá el cual daba exacto a un lugar donde claramente faltaba una pintura  
 
 
-¿Donde esta? -pregunto observando que la pintura faltante no estaba en la sala  
 
 
-Luego te digo, ahora dime tu ¿Que hacías a las 6 y algo de la madrugada acá, en pleno otoño y vestido como si fuera un cálido día de verano? -su tono de voz era serio y preocupado, pero tenia razón, el joven estaba de una polera completamente blanca manga corta y un pantalón de buso. El chico suspiro 
 
 
-Mi esposa me hecho de la casa Harry, dijo que no le servia que un inútil fuera su esposo -agacho su mirada -No tengo a donde mas ir... Mi padre me obligo a casarme sabiendo que soy gay... no me puedo excitar ni darle un hijo... soy una decepción para la familia... ninguno de ellos me aceptaría... y pues... vine donde mi mejor amigo -suspiro nuevamente- Si te molesto me puedo marchar...  
 
 
-Tranquilo Alexey, no pasa nada, sabes que siempre puedes contar con migo -sonrió y le paso  su abrigo al chico, el joven era de piel tan pálida como Draco pero su cabello era lo que mas llamaba la atención, era negro azabache, pero tenia varios mechones de color verde y sus ojos eran de un rojo profundo, un rojo tinto  
 
 
-Ahora tu responde Harry... ¿Donde esta el cuadro que pinte de Severus Snape para ti? - Miró a Harry y este le sonrió nuevamente, le confeso lo que había pasado y que ahora el cuadro estaba en la habitación de su nuevo huésped -Harry...  -el de ojos esmeralda le miró - ¿Puedo quedarme en tu casa? Pagare el hospedaje... te ayudaré con las cuentas...  
 
 
-Haber Alexey, te dije que podías contar con migo, claro que te puedes quedar! pero no te dejare pagar hospedaje, ¡eres mi amigo por Merlín! -el de ojos tinto le sonrió - ¿No te importa quedarte en la habitación de huéspedes verdad? -el chico negó, aun con esa sonrisa, según Harry, seguía siendo el mismo de siempre, tan misterioso, pero a la vez tan legible -Por  cierto... ¿Y tus cosas? -preguntó mirando al joven el cual revisaba en su bolsillo del buso, de donde sacó un pequeño bolsito   
 
 
-Acá tengo un poco de ropa y mis materiales de trabajo -afirmo, Harry lo miro nuevamente, como de costumbre la ropa del chico estaba con manchas de oleo de diferentes colores 
 
 
-Me alegra saber que te dedicaste a tu verdadera pasión Alexey, eres un excelente pintor, aun no entiendo por que tu familia te rechaza por eso...  
 
 
-Harry, ellos son todos profesionales en algo, Aurores o Profesores de magia, nadie querría a      un vago pintor como descendencia -en su tono de voz se podía notar la clara depresión  
 
 
-No sabes que tienes un gran talento, tus pinturas toman vida propia, tan solo les falta salir fuera del cuadro, y poder tocarles en estado material. Tu pintura del Profesor Snape es mejor aun que la que hay en Hogwart  
 
 
-Exageras Harry -se sonrojó - Solo soy bueno, nada mas  
 
 
-No seas modesto -soltó una risa la cual se contagió al otro azabache, ambos empezaron a preparar el desayuno, hablando sobre la vida que llevaba el otro, contando anécdotas  divertidas ocurridas en la vida de ambos. Panqueques con manjar y mermelada de mora, pastelillos con glaseado de color verde y carita, la especialidad del de ojos tinto, café con leche para ambos y leche de chocolate para el pequeño el cual ya había despertado y bajaba por la escalera buscando a su nuevo tutor. Harry al verlo frotándose los ojos con una polera de el la cual le quedaba como vestido no pudo resistir el pensamiento de que en ese momento estaba observando a la criatura mas tierna del mundo mágico y muggle completo 
 
 
-Hmmm... seria perfecto pintarle así... -sonrió el otro chico- Hola pequeño -saludó con su   rostro lleno de amabilidad  
 
 
-¿Que pasa Draco? -pregunto Harry saliendo de si al ver como su amigo le miraba como queriéndole decir "No seas pedofilo, es un niño" 
 
 
-Este... ¿donde esta el baño Sr. Potter? -pregunto el menor de la casa apretando un poquito las piernas aguantándose las ganas de orinar. Harry lo guió hasta el baño y lo espero ahí para   luego llevarlo a la cocina y presentarle al nuevo miembro de la familia 
 
 
-Draco, es el Alexey Ilian Dankworth, es un muy amigo mio y ahora también vivirá con nosotros -le explico al menor, el cual examinaba con la miraba al delgado hombre frente al el, el cual le tendió la mano, el peque acepto y se dieron el típico apretón de manos -Espero se lleven bien  
 
 
-Yo creo que si, se ve que Draco es un buen niño - Sonrió Alexey y se fue a la mesa a colocar los nuevos pastelitos, estos también tenían carita pero también cuernos, como si fueran unos pequeños dragones con forma de pastelito -Vengan a sentarse 
 
 
Draco quedo sorprendido al ver todos los postres que estaban en la mesa ¿eso era un desayuno normal para ellos? era afortunado de estar ahí, miro los panquesitos con forma de Dragón, si o si iba a comer uno de esos  
 
 
-Anda, come, son verdes pero no tienen veneno -sonrió Alexey mientras le daba un pequeño golpe a Harry por sacar el pastelito mas grande para el - Ese era para el pequeño  
 
 
-Es tu culpa, nunca me preparaste de estos pasteles -y se lo llevo a la boca, para degustar el delicioso dulce sabor del pastelito, ni la comida de Hogwart era tan deliciosa como los pastelillos que sabia preparar su amigo pintor -Por cierto Alexey ¿En que proyecto estas ocupado ahora? -pregunto dando otro mordisco al pastel  
 
 
-Estoy pintando a Minerva Mc Gonagall, como actualmente es directora del colegio se me   pidió y claro, me ofrecieron mucho, no lo rechace, necesito comprar pinturas y lienzos nuevos -respondió dándole uno de los pasteles a Draco, el mismo pastel que el chico miraba desde que se sentaron en la mesa -¿Por que lo preguntas Harry? ¿Quieres que pinte algo en particular? Si es así te puedo hacer un precio para ti solo -sonríe 
 
 
-Si, quería pedirte algo, pero te lo digo cuando estemos solos 
 
 
-Entiendo -mira al pequeño Draco el cual estaba algo molesto por no poder unirse a la conversación - Dime peque ¿Que edad tienes?  
 
 
-Tengo 6 años -Respondió terminando de tomar su leche achocolatada  - Señor... erhm... -  Diablos su apellido es tan raro que lo olvide  
 
 
-Tan solo dime Alexey, peque  
 
 
-Si usted me lo permite, supongo que esta bien... -se acomodo en la silla- Alexey... 
 
 
-¿Si? -prestó atención mientras comida uno de los panqueques 
 
 
-Por que su polera esta toda manchada?  
 
 
-Ohh... -se miro a si mismo- Es algo complicado... Pues, yo soy pintor peque, y aveces sin darme cuenta mancho mi ropa, si podría comprar montones de ropa mas ya que me pagan bien por mis pinturas, pero mi esposa me quitaba todo el dinero.. y bueno no me quedaba otra que  quedarme con la misma ropa siempre  
 
 
-Vieja muggle para su esposa, ojala se encuentre con un basilisco -soltó el menor, Harry estaba muy avergonzado ¿Como Draco podía decir eso? pero antes de regañar al pequeño escucho la risa de su amigo 
 
 
-Si, siempre le quise decir eso, gracias por liberarme la carga peque, hehe -se levanto de la mesa, tomo la loza sucia y empezó a lavar sin decir ni una palabra, dejándose llevar por el ruido del agua que caía a chorro  
 
 
-Bien, vamos a bañarte Draco -soltó Harry y se levanto de la mesa -Cierto... no tenemos mas ropa para ti... Hmm... Tori -llamo a su elfo domestico, esta acudió enseguida - Ve a la cuidad y compra ropa para Draco por favor -La elfo asintió con una sonrisa, fue donde el chico y empezó a medirlo para poder calcular tu talla de ropa, al volver donde Harry este le paso suficiente dinero como para llenar el closet de la habitación donde se encontraba Draco. La elfo desapareció con un simple PLAF! - Ahora si, a bañarte Draco  
 
 
-Pu-puedo bañarme solito... -agacho la cabeza ocultando su rubor, nadie nunca lo había   bañado aparte de su mami   
 
 
-No, quiero que quedes bien limpio, no quiero que cuando la profesora te vea piense que te cuide mal, ahora, en 10 minutos te quiero en el baño -y se fue del lugar subiendo las escaleras para buscar las toallas y esperar a Draco en el baño 
 
 
-Quien se cree que es... No pienso dejar que el me bañe... -gruño por lo bajito Draco  
 
 
-Yo que tu en menos de diez minutos estoy ahí, Harry enojado es mas peligroso que 10 Dragones sin comida frente a ti sin salida alguna -sugirió el de ojos rojo tinto mientras se  secaba las manos con un paño, el menor tan solo al imaginar como deveria ser el Sr. Potter enojado subió la escalera enseguida en dirección al baño  
 
 
-Veo que no tardaste tanto como espere -Harry se paro y fue a cerrar la puerta - vamos, quítate la ropa mientras yo regulo el agua 
 
 
El pequeño le obedeció enseguida, se quito la polera y la dejo en el canasto en donde ya había otra polera sucia ahí, se quito los calcetines y el calzoncillo, cuando Harry ya tenia la tina lista para que el peque entrara lo cargo con cuidado y lo metió en esta, el agua estaba perfecta para Draco, aunque antes de acomodarse bien alguien le había empezado a mojar, sabia quien era claro, el hombre el cual ahora era su tutor, le estaba mojando ya para empezar a bañarlo, empezando por su cabello, el moreno tomo el champo y lo vertió en su mano, para luego untarlo en la rubia cabellera -Cierra los ojos- Le dijo a Draco en cuanto empezó a hacer la espuma, con cuidado de no jalarlo empezó a limpiar bien el cabello del chico, le enjuago tranquilamente, se sorprendió que Draco se portara tan bien cuando en un principio no quería dejar que el le bañara -Ya puedes abrir los ojos Dragón- El peque obedecía cada orden dada por el mayor, aunque le costo un poco cuando te tuvo que parar para que Harry pudiera limpiarle el cuerpo, por parte del mayor no hubo problema alguno, aunque no pudo evitar el sonrojo al ver el delicado cuerpo del chico al cual en 6to año le dedico varias pajas- no, no, no, no- se repetía una y otra vez en su mente, este no era ese chico, este era un inocente bebé de 6 años, seguramente ni siquiera sabia lo que era "masturbarse"  
 
 
-Listo, ya terminamos Draco -sonrió Harry al peque que aun estaba en la tina todo mojadito, el peque solo asintió con la cabeza y el moreno lo saco de la tina cubriéndolo con una toalla, secándolo bien, le puso una bata y le empezó a secar el pelo, preocupándose de que quedara bien seco para que el peque no pescara ningún resfriado, llevo al peque a su habitación en donde Alexey y Tori acomodaban la ropa del peque en el closet -Chicos, necesito que Draco se cambie de ropa -ambos entendieron y dejando tan solos unas cuantas prendas sin guardar se retiraron del lugar - Bien Draco, escoge que quieres usar y yo te ayudare a cambiarte la ropa -el pequeño Dragón, escogió una chaqueta formal y unos pantalones de vestir negros junto con una camisa roja la cual hacia combinar muy bien la ropa, Harry solo le ayudo a abotonar los primeros botones de la camisa y a atar los cordones de los zapatos, no importaba que edad tuviera Draco, siempre vestía formal -Vamos que te voy a peinar -llamo el mayor y ambos salieron de la habitación nuevamente en dirección al baño , Harry peino a Draco como en el tercer año, en donde realmente se babeaba por el rubio, se veía mucho mejor sin que su cabello estuviera apresado por gomina -Listo, ya terminamos Draco  
 
 
Se escucho un suave silbido -Quedaste muy guapo peque -era Alexey el cual estaba   apoyado en la puerta sonriente de brazos cruzados  
 
 
Ya en la tarde, luego del almuerzo, Draco y Harry estaban jugando en el patio, aveces detenían sus escobas -Draco no olvido como volar- para observar como Alexey muy calmada-mente daba suaves pinceladas dándole cada vez mas vida a la pintura de la directora Mc. Gonagall, se veía tan concentrado en la pintura que probablemente ni el mismo Dark Lord hubiera podido lograr que el joven dejara la pintura, estuvieron así hasta como las siete de la tarde, el sol ya se había puesto y Alexey había por fin terminado la pintura, claramente se podía ver a la profesora radiante, con su rostro severo pero a la vez amable -Buenas tardes, Directora Minerva Mc. Gonagall -la profesora del cuadro respondió, Harry estaba sorprendido al igual que el pequeño Draco 
 
 
-Es simplemente perfecto Alexey -decía Harry desde su escoba  
 
 
-Nada de eso Harry... Solo hice mi trabajo -sonrió - Con su permiso Directora- Quito el lienzo y con un movimiento de su varita hechizo un marco para el lienzo, de madera de Caoba, con detalles muy finos -Listo, solo me queda entregarlo... -se estiro un poco para relajarse - Es agradable terminar un trabajo con tiempo de sobra -sonríe- Vuelvo en cuanto entregue la pintura chicos   
 
 
Desapareció acompañado de Tori la cual lo llevo hasta Hogwart, mientras Harry y Draco guardaban sus escobas y salían a caminar un poco por el barrio para que Draco conociera mejor el lugar, lo llevo a jugar con otros niños pero simplemente el rubito no se llevaba muy bien con los demás niños, excepto con una chica de cabello rizado negro hasta los hombros la cual le hablo de manera muy amistosa. Tras jugar un buen rato Draco y Harry se fueron nuevamente a casa, esperando que Alexey y Tori le tuvieran una deliciosa cena, pero no fue así, aun estaban solos, esto preocupo a Harry ya que no pensaba que el azabache y su elfo tardaran tanto. Un "lamento la demora" se escucho desde la puerta luego de 2 horas, Ilian estaba vestido de manera mas decente, tenia unas bolsas con ropa y también traía un paquete aparte mientras que Tori venia comiendo un pastel   
 
 
-Ahora que puedo aproveche de comprar algo de ropa -solo una leve risa- también les traje Brazo de reina chicos -alzo el paquete, en la cena Tori y Alexey les prepararon Arroz con Curry de Calabaza (*Q*) comieron tranquilamente, con algunas risas y comentarios de variedad de temas, al terminar Tori les sirvió Brazo de Reina a los tres, el postre era delicioso, pero no eterno, eran ya las diez de la noche y el pequeño Draco debía irse a dormir -Bien,  peque debes irte a dormir  
 
 
-No quiero -hizo un puchero- No tengo sueño  
 
 
-Vamos Draco... mañana nos levantaremos temprano e iremos a jugar Quidditch ¿vale? -el peque se bajo de la silla y fue corriendo hacia su habitación, Alexey y Harry fueron a la habitación del chico y esperaron a que este se colorara la pijama verde que le compraron, entraron y le vieron entrando a la cama 
 
 
-Pero no podre dormirme luego... no tengo sueño -hizo otro puchero  
 
 
-Hmm... Alexey... ayúdame... -susurro a su ex compañero- No se que hacer -volvió a susurrarle  
 
 
-Hmm... Ya se! -al de mechones verdes se le prendió la ampolleta- Que tal si te cuento un cuento, peque? -el menor asintió, Harry y el oji-tinto se sentaron en la cama del menor, y Alexey empezó a recordar- ¿Has escuchado alguna de las fabulas de "Bleede el Bardo"? -preguntó y el menor negó con la cabeza - Bien, hoy te contaré mi fabula favorita "La Fuente de la Justa Fortuna" -y empezó a narrar 
 
Existe un jardín encantado, cerrado y protegido por "magia poderosa". Una vez al año, un "desafortunado" tiene la oportunidad de entrar y bañarse en la Fuente para conseguir "la justa fortuna para siempre". 
 
Conscientes de lo mucho que puede ayudarles, gente desgraciada (con y sin poderes) se agolpa a los alrededores del jardín en el día más largo del año. Tres brujas se conocen y se cuentan sus lamentables historias. La primera, Asha, tiene "una enfermedad que ningún Sanador puede curar". Confía en que la Fuente pueda devolverle la salud. 
 
La segunda es Altheda, quien fue saqueada y humillada por un hechicero. Espera de la Fuente que le quite sus sentimientos de impotencia y la pobreza. 
 
La tercera bruja es Amata, que fue abandonada por su amado y desea que la Fuente le cure su "dolor y soledad". ¿Quién de las tres debe ganar? Lejos de querer competir, las tres deciden unir sus esfuerzos para entrar todas al jardín y bañarse en la Fuente. Entonces, unas enredaderas emergen del jardín y cubren a Asha, la primera bruja. Ella agarra a Altheda, quien también se sujeta a Amata. Pero Amata abraza la armadura de un caballero, y los cuatro entran al jardín. 
 
Como sólo uno de ellos podrá bañarse en la Fuente, las dos primeras brujas reprochan a Amata el haber incluido un cuarto competidor, el caballero. Él es un muggle y se hace llamar Sir Sinsuerte. Cuando decide abandonar el jardín, Amata le pide que se quede y se sume al grupo. 
 
En el camino hasta la Fuente se enfrentan a tres retos: el primero es un monstruoso gusano blanco, hinchado y ciego. Les exige una "prueba de su dolor". Después de intentar atacarlo con magia inutilmente, las lágrimas de frustración de Asha finalmente satisfacen a la criatura, y los cuatro pueden seguir con su camino. 
 
A continuación se topan con una inclinada ladera que les exige pagar el "fruto de sus labores". Después de emplear horas y horas intentando escalarla, los ánimos de Altheda a sus amigos -precisamente el sudor de su frente-  les permite seguir el paso. Finalmente, se encuentran con un riachuelo para el que necesitan "el tesoro de su pasado". Es inútil intentar flotar o nadar a través, hasta que Amata usa su varita para extraer los recuerdos del amor que le abandonó y los arroja al agua. Unas piedras para pasar emergen del río y los cuatro pueden cruzar hasta la Fuente, donde deben decidir quién se bañará. 
 
Asha se viene abajo, dolida por su enfermedad. Está cerca de la muerte. Está tan mal que no puede ni llegar a la Fuente, y pide a sus tres amigos que vayan sin ella. Altheda hace rápidamente una poción para revivirla, curándola de su enfermedad de inmediato, por lo que ya no necesita bañarse en la Fuente. 
 
Al curar a Asha, Altheda descubre sus habilidades para la curación y que puede ganar dinero curando a otros, por lo que ya no necesita la Fuente. La tercera, Amata, después de arrojar sus malos recuerdos al río ya no siente nada por su antiguo amor y le ofrece a Sir Sinsuerte la Fuente como recompensa por su valentía. El caballero se sorprende de su propia suerte y se mete en la Fuente con su armadura oxidada. Se arrodilla ante Amata y le pide su mano y corazón. 
 
Cada bruja ha cumplido su sueño. La primera bruja ha curado su enfermedad. La segunda, ha encontrado la forma de resolver su pobreza. Amata por fin encuentra un hombre suficientemente bueno para ella, el caballero. Todos están felices.
 
Lo que los cuatro no saben es que la Fuente no tenía ningún poder. Fueron ellos mismos quienes lograron curarse y salvarse. En eso consiste la Fuente de la Justa Fortuna. 
 
-Ya se quedo dormido -sonrió Harry al ver como el pequeño Dragón dormía tranquilamente -¿Como puedes recordarlo tan exactamente? 
 
-Elemental mi querido Watson -soltó una risita- Tengo memoria fotográfica -y ambos salieron de la habitación del menor, el cual soñaba que los tres eran una hermosa familia feliz, rara, pero feliz...