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The Only True Exception por CerezoHimeChan

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Notas del capitulo:

Lamento el retraso de este capítulo pero estoy enferma y bueno decidí descansar un poco pero ya es justo que lean el capítulo 10 del fanfic. Espero que sea de su agrado y bueno, no olviden dejar sus lindos comentarios saben que los aprecio mucho <3 Y eso es todo por hoy

 

Aviso: Para los lectores de EDMA, el capítulo puede que lo ponga por la noche o mañana por la noche. Este será el único retraso. Gracias.

CAPÍTULO 10: ¿Él es mi Omma?


 


 


Cuando Yong Guk pensó que Him Chan, un perfecto desconocido podría asumir el papel de madre de su hijo no estaba pensando claro, estaba arreglando su habitación, volver a compartir esa habitación no le agradaba ni un poquito.


— Si voy a ser la “madre” de tu hijo —Him Chan hizo el gesto de comillas con los dedos—. Al menos dame un buen lugar para dormir, si es el sofá ya empezamos mal.


Eso había dicho Him Chan hace unos momentos y tenía razón, al menos tendría que ser amable con ese hombre, no quería que por una estupidez suya, se marchara y arruinara todo aunque no sabía si esto en verdad funcionaría


— Tengo condiciones, necesito una mensualidad para mi casa  y una vez al mes tendré mi día libre —exigió el menor al salir del baño, Yong Guk se giró hacía él y no pudo evitar soltar una carcajada. A Him Chan no le gustó para nada la actitud de su nuevo jefe y recordó que lo tenía en sus manos—. Bueno, si quieres puedo marcharme, me pagas los daños por casi matarme, me voy y te quedas sin mamá. No creo que vayas por calle pidiéndole a todo mundo eso.


El rostro de Yong Guk se ensombreció, tenía razón, el extraño tenía toda la razón del mundo y se sintió avergonzado por lo que estaba haciendo pero su mente le jugó sucio y la sonrisa de su hijo al ir conversando con Him Chan apareció en su mente.


—De acuerdo, mañana arreglamos el contrato ni creas que no podré condiciones.


Him Chan se echó del lado izquierdo de la cama y a Yong Guk casi se va encima de él para quitarlo de ahí ese era su lado favorito de la cama y no lo pensaba perder tan fácil.


— Emm, disculpa pero ese es mi lado de la cama.


— ¿Tiene tu nombre en la cama? —Him Chan se sentó y buscó una seña que delatara ese lado como propiedad de Yong Guk.


—No pero…


—Sí, eso pensé. Buenas noches —tomó la sábana que le había dado el mayor y se cubrió con ella, Yong Guk contuvo su respiración por unos segundos, se metió al baño para hacer su rutina antes de dormir, lavarse los dientes, revisar su agenda y celular, en este tenía un mensaje.


—Debe ser el que sonó en la carretera —murmuró y vio el remitente, Yong Nam, había olvidado que iba a golpear  a su hermano, salió del baño y se encontró a Him Chan roncando—. Lo que me faltaba —intentó moverlo para despertarle pero no reaccionó, regresó su atención al celular—. Yong Nam, ¿cómo le voy a explicar? —pensó en voz alta y su mente respondió: “No tiene por qué enterarse”


 


Su mente empezó a trabajar si Him Chan quería un día libre una vez al mes bueno en ese caso podía decirle que sería el día que las familias Bang se reunían aunque aquí venía otro problema, ¿cómo le explicaría a Jun Hong que su “Omma” no podría ir? O  peor aún como evitaría que el menor hablara de él, esto era más difícil de lo que él pensaba, se recostó en la cama y justo cuando se estaba acomodando Him Chan se giró y lo pateó.


— ¡OYE! —regresó la pierna ajena a su lugar y le dio un golpe con la almohada—. Roncas, pateas, ¿qué sigue?


— No mamá, hoy no —dijo Him Chan mientras se daba la vuelta dándole la espalda a Yong Guk.


— ¡Perfecto! Hablas dormido —tomó la almohada que le había aventado a su inquilino y se cubrió los oídos, apagó la luz y se dijo que intentaría dormir, conciliar el sueño fue difícil y mantenerse dormido aún más, durante toda la noche Him Chan se movió, le daba patadas, manotazos e incluso casi lo abrazaba. Era el comienzo de una pesadilla para él.


 


 


El hecho de no dormir le afectaba al grado de estar quedándose dormido durante desayuno.


—Appa —la voz del menor le llegó lejana, sostenía su taza de café con la mano derecha y con la izquierda se supone que estaba llevando un pedazo de su desayuno a la boca. El menor vio como la taza estaba por caerse y llamar a su padre por su nombre había sido su solución—. BANG YONG GUK —gritó el menor haciendo que su padre reaccionara—. Appa tu café —el café se había regado sobre la mesa empezando a manchar su pantalón y el piso al menos la taza seguía en sus manos.


—Bueno, tendré que cambiarme de nuevo.


—Si Appa se siente mal no debe ir al trabajo, Jun Hong se queda con él —dijo el menor con afán de salirse con la suya de faltar a clases, Yong Guk río a carcajadas.


—Buen intento pequeño Bang pero no, usted va a clases, me espera aquí en lo que me cambio —Yong Guk sonrío cuando el pequeño hizo un puchero y siguió comiendo.


 


El empresario se maldecía por pasar mal la noche por culpa de Kim Him Chan quién seguía dormido seguramente, y así era, cuando entró a la habitación lo encontró desparramado en toda la cama, el dueño de la casa sintió como su rostro cambia de color debido al enojo.


—Cuenta hasta 10, cuenta hasta 10 —se dijo antes tirarle una patada o algo a la madre sustituta. Tomó un nuevo pantalón y salió de nueva cuenta para encontrarse a Him Chan dormido pero en posición diferente, al parecer el hombre no dormía antes o algo debía justificar su sueño de Bella Durmiente.


— Appa- escuchó que el menor le llamaba y antes que pudiera responder la puerta fue empujada, no, su hijo no podía ver a Him Chan aún, tenía que inventarse algo verdaderamente convincente para que su hijo entendiera que ese hombre desconocido, porque lo era, tomaría el rol de mamá.


Yong Guk tomó su sábana y lo más rápido que pudo lo cubrió por completo, y luego se recostó encima de él, la escena era algo grotesca sin duda. El menor entró y se le quedó mirando de forma extraña.


— ¿Te sientes bien Appa? Creo que no, no vayamos a ningún lado, yo cuido a Appa —el menor traía en sus manos la taza de café de su padre.


 


 


Cuando Jun Hong terminó de desayunar pensó que debía mostrarle a su Appa que era niño grande y muy inteligente para que trajera pronto a su madre, y aunque no se lo hubiera dicho él estaba seguro que lo estaba poniendo a prueba, tomó una manta de la cocina y la pasó por la mesa, la llevó a la tarja para luego tomar una nueva manta y la pasó por el piso limpiando lo mejor que pudo el resto del café, subiría por el pantalón de su papá y ponerlo en la lavadora.


— Soy niño listo,  he visto como Appa lava —se repetía a si mismo ensayando lo que le respondería a su progenitor cuando este se negara.


Necesitaba un pretexto además de que no quería ir a clases, no le gustaba estar en ese salón menos si estaba cerca de los niños malos aunque también se ponía triste de pensar que no vería a ver su nuevo amigo, Jong Up, tanto tiempo llevaba en esa guardería pero no recordaba haber cruzado palabras con él más que el primer día de clase de Jong Up, estaba escondido detrás de su madre. Él quería una madre, ella sabría qué hacer para ayudar a su padre y su pantalón.


Un destello de luz pasó en sus ojos cuando vio la taza de café, su padre se había quedado sin café debido a un descuido, si le llevaba más seguro se ponía feliz y le daba su pantalón para lavarlo. Haló una de las sillas hasta la cafetera, puso la taza de café y espero que se llenara lo suficiente no para derramar. Tomó un muffin de zarzamora que eran los favoritos de su padre.


 


 


—Appa, ¿por qué estás ahí?


—Tenías razón, Appa no se siente bien, descansaré un rato y luego iremos a la empresa.


— ¡Yupi! —gritó el menor y sin darse cuenta tiró la taza de café y el muffin manchando el alfombrado de la habitación—. Oops —se llevo las manos a su boca al ver lo que acababa de hacer, un pucherito se formó en sus labios y empezó a sollozar, no sólo había manchado la sala sino que sus esfuerzos para hacer sentir mejor a su padre se habían arruinado.


Yong Guk quiso pararse de un golpe y rescatar al menos el muffin, era imposible evitar que el café se derramara pero si se levantaba dejaría expuesto a Him Chan en su cama, y no, no podía hacer eso, para su mala suerte Him Chan empezó a roncar y a respirar raro ya que estaba casi sentado sobre su pecho. Su corazón se rompió cuando el menor empezó a sollozar, quería pararse y decirle que no pasaba nada. ¡Qué difícil!, pensó. Estaba entre la espada y la pared, revelar a Him Chan como la madre le causaría un shock tremendo al pequeño y dejarlo llorar lo estaba destrozando.


—Ven con Papi —le llamó pero el menor seguía llorando por ver arruinado su trabajo con gran esfuerzo logrado encima de que había roto la taza favorita de su papá.


 


 


Him Chan se había levantado de madrugada gracias a  Yong Guk, miró el reloj y le dieron ganas de patearle la puerta del baño para decirle que eran las 6 AM y que había gente que quería dormir todavía, cómo pudo se las arregló para volver a dormir y así fue hasta hace un momento que le había escuchado subir las escaleras, se tapó lo mejor que pudo y fingió estar dormido, escuchó como entraba al baño y pensó que luego se iría a trabajar, estaría sólo, sin duda el pequeño iría a la guardería. Y entre tantos pensamientos, volvió a quedarse dormido, por alguna extraña razón se sentía seguro en la casa de Bang Yong Guk y su pequeño hijo.


Era una casa enorme, de lo que pudo apreciar en el día anterior era que la planta baja tenía un vestíbulo y una enorme sala, sin duda la cocina estaba en algún rincón y al parecer había un pequeño bar para alguna reunión que se tuviera en casa y cuando subió al menor a su cuarto, madre santa, tenía el tamaño de su casa (que en realidad era un apartamento que rentaba y el cual no pensaba perder, sería su lugar secreto) y que decir de la alcoba del empresario era el doble de grande que la del pequeño Bang, con un closet tan amplio que no imaginaba que pudiera llenarlo, tenía una enorme pantalla, y en una esquina estaba el escritorio no era como los pequeños escritorios que había en Sunshine o como su mesa de plástico que fungía como aquel instrumento, no era un experto en maderas pero estaba seguro que ese mueble estaba hecho de caoba o cedro, o alguna otra madera que fuera exportada o algo parecido, y no es que fuera interesado, sólo le causaba una gran impresión, sin duda tenía mucho dinero y sólo lo gastaba en él y su hijo.


 


Him Chan  empezó a sentir que el aire le empezaba a faltar, se encontraba nadando en un inmenso mar quizá era el océano Pacífico o alguno de los otros océanos que existían, empezó a hiperventilar y a bracear más, tenía que alcanzar una superficie pero no había nada, en ningún lado, todo era agua y más agua, todo a su alrededor era azul, empezó a patalear más y a dar manotazos cuando sintió que su cuerpo se hundía poco a poco, no él no iba morir ahogado, no hasta que el Señor Bang No Puedo Matar Personas le pagará por fingir ser la madre de su hijo, ¿qué le diría al pequeño cuando preguntara sobre el origen de los bebés? Ya se le ocurriría algo pero para eso debía vivir. Sacando fuerzas se impulsó y salió a la superficie.


— ¡ME ESTOY AHOGANDO, IDIOTA! —gritó al levantarse de golpe, mientras iba despertando se dio cuenta que no estaba en un océano y que tenía encima a Bang Yong Guk, ¿qué demonios hacía arriba de él? Pront0 sabría por qué.


 


 


Jun Hong lloraba con más intensidad escuchó como su padre le llamaba pero no, él no quería ir, su padre tenía que ir por él como lo hacía siempre, primero lo regañaba  delante de la chica que se había besado con la otra chica, Chae Rin recordó su cerebro y Dara. Y ahora no venía por él, se le quedó mirando fijamente aún con sus ojos llenos de agua, ahora que lo observaba, su padre tenía una posición… ¿rara? Parecía estar encima de algo, ¿pero qué?


— ¡UN MONSTRUO! —gritó al pequeño al creer que su papá había atrapado a un monstruo y lo tenía aprisionado, y al instante escuchó la voz ronca y enfadada de un hombre y encima había usado una mala palabra—. ¡Appa! Dijo una mala palabra, el monstruo dijo una mala palabra, dale nalgadas como a mí —dijo completamente desesperado el menor, su tristeza por la taza había desaparecido aunque sus ojos seguían escurriendo agua.


El golpe causado por la fuerza de Him Chan le había dejado algo aturdido porque cuando el menor mencionó al monstruo y luego nalgadas, no entendía de qué hablaba su pequeño. Y de pronto, su cerebro volvió a conectarse a la realidad. Jun Hong miraba a Him Chan y este a su hijo, y de pronto el menor empezó a alternar miradas entre él y Him Chan.


“¡No!”, pensó Bang Yong Guk, ¿qué le diría ahora? No tenía nada planeado (ni una mentira programa).


 


Jun Hong analizó la situación y aunque lo quisiera, no podía dejar de ver a ambos hombres, ese extraño se le hacía conocido de algún lugar, su cerebrito empezó a trabajar intentando recordar en dónde lo había visto. ¿Dónde? ¿Y qué hacía en la cama de su papá?


— ¡HIM CHAN! —gritó al recordarlo, anoche estaba adormilado pero claro que lo recordaba, esos ojos eran difíciles de olvidar y menos esa voz—. Appa, ¿por qué Him Chan está aquí?


—Jun Hong, habla con propiedad —recriminó el empresario al joven Bang al estar de nueva cuenta hablándole de manera informal a un adulto.


—Y tú que hacías encima de mí, ¿eh? —interrumpió Him Chan a los Bang—. Qué crees que soy de peluche, qué no respiro, anda confiesa cobarde —una risa se escuchó por todo el cuarto, Him Chan volvió su vista y descubrió al menor, le miro un poco extrañado y Bang aprovechó el momento de distracción.


—Jun Hong hoy no irás a la escuela, le llamaré a la directora o a tu maestra, anda ve a ver caricaturas abajo.


El pequeño al escuchar la orden de su padre se emocionó pero la mente curiosa de un niño no se engaña tan fácilmente.


—No —respondió mientras se cruzaba de brazos. Yong Guk arrugó el entrecejo, ¿qué le pasaba a su hijo? Últimamente estaba rebelde, muy rebelde según él.


—Jun Hong, no me desobedezcas —dijo con firmeza el mayor, se levantó del suelo y cruzó los brazos, su mirada se clavó en el menor quién avergonzado bajó la cabeza más no se retiró de la habitación—. Jun Hong, no voy a repetirlo.


— ¿Qué hace Him Chan aquí? —preguntó en un susurro, su papá le asustaba cuando se molestaba.


 


Yong Guk le dirigió a Him Chan una mirada de odio, si se hubiera quedado a dormir en la sala nada de eso habría pasado, él hubiera descansado bien, Him Chan hubiera a dormido luego al cuarto, Jun Hong habría ido a la escuela y más tarde le explicaría todo pero el señor Kim Madre Sustituta no aceptó.


— ¿Le dices o le digo? —Him Chan miraba serio a Yong Guk no quería decirle al menor lo que pasaba porque la mente maestra era él, Bang Yong Guk y este parecía no entenderlo porque vivía en su propio mundo.


— ¡NO! —atajó el mayor—. Voy a hacerlo yo.


El silencio reinó en la habitación, Him Chan agradecía estar sentado en la cama y honestamente, no quería el papel de Bang Yong Guk por lo que estuvo feliz de no ser quién diera tal noticia. Jun Hong miraba preocupado a su papá y luego a Him Chan.


—Jun Hong —el mayor se acercó hasta su hijo y se hincó para quedar a su altura, no sabía cómo decirlo y mucho menos sabía cuál iba a reaccionar el menor. ¿Abrazaría a Him Chan? ¿Le gritaría a ambos? Su mente daba vueltas con tantas interrogantes que se formulaba, respiró hondo y asintió para sí, estaba listo o eso creía—. ¿Recuerdas que dije que tu mamá… vendría? —el pequeño abrió su boquita por la sorpresa y asintió varias veces, en su mirada empezaba a notarse un brillo causado por la felicidad—. Pues verás… no sé cómo decirlo pero


—Pero qué appa, pero qué —interrumpió el menor ya desesperado—. ¿Omma ya no vendrá? —el rostro del menor reflejó tristeza, a Him Chan eso le partió el corazón y por un momento quiso decirle que no, que su mamá no vendría y también quería decirle a Bang Yong Guk que no tenía caso seguir mintiendo y que hablara con la verdad no tenía idea de que hubiera pasado pero muerta no creía a la mamá del chiquillo.


—No… digo sí, ah lo que quiero decir es que tu Omma sí vendrá y… está aquí.


Los ojos del pequeño Bang se abrieron lo más que pudo, la noticia le había causado mucha impresión y aunque no lo había dicho la verdad era que ya había perdido la esperanza de conocer a su madre por eso mismo ya no presionaba tanto a su padre pero en el fondo del corazón aún existía ese destello de luz de poder conocerla.


—Omma —de nuevo le atacaron las lágrimas aunque esta vez fueron de emoción—. ¿Dónde está Omma? ¿Dónde? Llévame con ella Appa, quiero ver a mi Omma —decía el pequeño un tanto histérico, hablaba tan rápido que difícilmente se le entendía.


—Bebé… está ahí —señaló hacía dónde estaba Him Chan, la carita de su hijo fue de desconcierto y luego quizá… ¿desilusión?


—Appa, él no es mi Omma —aseguró el menor y Yong Guk asintió. Miró de reojo a Him Chan y aunque este se estaba muriendo por dentro porque no sabía de lo que iba a decir mostraba una expresión neutral, por su cabeza de Him Chan pasaban las escenas que había descrito en sus guiones, no se iba a poner a llorar tenía que ser neutro, el niño tenía que dar el primer paso.


—Junnie, sí lo es… es una historia larga y será difícil que lo entiendas pero él es tu mamá


— ¡NO! —gritó el pequeño, le costaba creerlo y no sabía por qué actuaba así, había imaginado que cuando viera a su Omma correría a abrazarla pero no podía creer que fuera su Omma, en la escuela le habían dicho que sólo las mujeres tenían hijos y siempre era Omma y Appa, mujer y hombre. Así que no podía ser que Him Chan fuera su Omma.


—Déjalo, Yong Guk —Him Chan empezó a hablar—. Sabíamos que esto pasaría ¿no? Ya lo habíamos hablado —suspiró con tristeza, misma que se reflejó en su rostro—. Creo que será mejor que me marche… ha sido mucho tiempo, no esperes que corra a mis brazos —susurró, Yong Guk le miraba sorprendido, ¿acaso era actor? Pues debería serlo y uno muy bueno porque sentía una opresión en su pecho como si fuera en verdad la madre de su hijo.


Him Chan se levantó de la cama y se acercó hasta Jun Hong, le revolvió el cabello e hizo algo que nunca había hecho con ningún otro niño (no es que le anduvieran siempre ofreciendo ser madre sustituta), le besó la mejilla.


—Me alegra haberte visto bebé —eso tampoco se lo había dicho a otro niño, ni siquiera al hijo de su mejor amigo—. Has crecido mucho y me da mucho gusto, tu Appa cuida bien de ti —se dirigió hacia Bang—. Haces un buen trabajo con nuestro pequeño, gracias —en su cara Sunshine idiotas, pensó Him Chan, ¿cómo pudieron rechazar esta obra de arte? Him Chan repetía las palabras de uno de sus guiones, uno de los tantos dramas que le habían cancelado. Y sin decir más salió de la habitación, dejando a ambos Bang estáticos, sorprendidos.


“Juro que voy a pagarle lo que me pida”, pensó Yong Guk aunque su plan había fallado, ese hombre merecía la cantidad que pidiera, él había quedado sorprendido.


 


— ¿Él es mi Omma? ¿De verdad? —fue el pequeño quién rompió el silencio y Yong Guk solo asintió.


—Ven, vamos a ver un poco de televisión y luego te llevo a dónde quieras, ¿sí?


 


Jun Hong no respondió, las palabras de Him Chan habían sido tan sinceras que el corazón  del menor se estaba quebrando en este momento por perder para siempre a su Omma y más por la culpa de haberle rechazado.


— ¡OMMA! —gritó y ante los ojos de su padre se echó a correr escaleras abajo.


Yong Guk no sabía que pasaba con él esa mañana pero su cerebro reaccionaba muy lento. Quiso detener a Jun Hong hasta que empezó a andar escaleras abajo, algo que tenía prohibido era correr en las escaleras, ese niño podría lastimarse y salió tras de él aunque este ya le llevaba mucha ventaja.


— ¡Jun Hong no corras!


 


Him Chan ya no debería estar en la casa pero cuando bajó a la sala y cruzó el vestíbulo una pintura llamó su atención, era algo estrambótica y nunca la había visto así que se entretuvo mirándola un rato y vio el pie de la obra: “Bang”


— ¿El Señor Bang No Puedo Matar Personas pintará? —se preguntó en voz baja—. Es bueno —susurró antes de seguir con su camino, estaba por abrir la puerta cuando escuchó la voz del menor.


— ¡Omma, no te vayas, Omma! —gritaba el pequeño Bang, Him Chan se debatió en voltear a ver o seguir su camino, y su corazón le ordenó volverse.


Jun Hong tuvo suerte no haber tropezado en la escalera y también de encontrar a Him Chan justo en la puerta, pero ya era demasiada suerte. Tropezó y cayó más eso no le detuvo y se levantó del suelo sin llorar, cosa que sorprendió a Yong Guk que apenas venía a mitad de las escaleras de dónde alcanzó a escuchar como caía su hijo. Jun Hong se abrazó a las piernas de Him Chan y le miró con ojos llorosos.


— Omma, no te vayas, no me dejes de nuevo —decía el menor entre sollozos, Him Chan se hincó y abrazó fuerte al menor. Y aunque había decido ya no participar en el plan de Bang Yong Guk, los sollozos y suplicas del menor le conmovieron, quizá no era la persona indicada para hacer el rol de madre pero en esa casa no había nadie más qué él para llevar a cabo tal tarea. Pensó que en un futuro podría arrepentirse pero ahora ayudaría al menor a ser feliz, su mamá ya no volvería, ¿cierto? Así que no pasaría nada malo, se quedaría con ese pequeño su corazón se lo ordenaba y quizá podía lavar un poco de su culpa.


 


La escena conmovió por completo a Yong Guk, cuando estuvo con ellos no hizo nada más que admirar el momento, creía que su problema ya estaba solucionado, Jun Hong tenía mamá, aunque quizá podría ser el inicio de todo.

Notas finales:

Estaré respondiendo Rws atrasados en la noche o mañana, espero me disculpen. Muchas gracias por leer :)

Cerezo los ama <3


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