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The Only True Exception por CerezoHimeChan

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Notas del capitulo:

Hola, buenos días. Después de mucho por fin traigo la actualización. Antes de empezar quiero dejar una aclaración.

No sé me siguen en la página de Facenook Cerezo Kim pero en la página había dejado mi explicación por qué no podría publicar, no tenía ni de comer y mucho menos dormir por la escuela. Y prefiero pausar las cosas que empezar a entregar capítulos forzados y mal hechos que solo repercutirán de forma negativa en la historia. El resto de los fanfics está en la misma situación, unos al ser nuevos pues el tiempo de última actualización es menor y otros me he tardo meses haciendo un solo capítulo porque no tengo concentración para enfocarme en la escritura por ahora. Espero entiendan esa situación. Hago todo lo que est'a a mi alcance para poder lograr mis objetivos. No es la primera historia que abandono, tengo una novela que dejé de escribirla por un par de años, prefiero hacer eso cuando no estoy dando el ancho y corro riesgo de arruinar una historia que tanto me gusta.

 

Y espero me comprendan de verdad, esta fue una situación que salió de mis manos.

Ahora sí, sin más les dejo el capítulo. Espero sea de su agrado.

CAPÍTULO 11: Incertidumbre

 

Him Chan empezó a abrir los ojos con calma, rodó los ojos hacia la mesa a su lado y alcanzó su teléfono. Las 4 A.M, tomó la almohada para cubrir sus oídos y disminuir la intensidad del ruido de la habitación. ¿En qué estaba pensando Bang Yong Guk? ¿Ejercitándose a las 4 A.M cuando todos dormían? Lo mejor era fingir que seguía durmiendo, así lo molestaría dentro de una hora más o quién sabe, quizá se hartaría por todo lo ocurrido en la semana y él podría dormir toda la mañana.  

 

—Him Chan, arriba —Yong Guk movía al menor del hombro, este alcanzó a balbucear unas palabras, el empresario rodó los ojos fastidiado. Fue hasta el baño tomó un poco de agua en sus manos y volvió a la recámara, sonrío con malicia y dejó caer el agua en el rostro ajeno.

 

—¡Qué demonios! —despertó asustado. La risa del moreno llegó hasta sus oídos, se volvió hacia él para verlo con mucho odio, como el odio que jamás había experimentado alguien.

 

—A bañarse, ahora. No quiero que te vuelvas a quedar dormido como ayer.

 

Him Chan se paró a regañadientes para entrar al baño, cerró la puerta con un fuerte golpe haciendo que la habitación retumbara.

 

—Más cuidado, Chan. Es madera importada —soltó el empresario molesto por la actitud de Him Chan.

 

Más cuidado, Chan. Es madera importada —Him Chan del otro lado de la puerta imitaba a Yong Guk. Estaba molesto no porque lo hubiera despertado de esa forma sino porque el día anterior lo había regañado delante del pequeño Jun Hong. Sí, era verdad que se quedaba dormido pero no tenía por qué decirlo delante del niño.

 

Him Chan clavó la vista en un punto inespecífico, ¿le estaba empezando a preocupar lo que el pequeño Bang pensara de él? Apartó esa idea de su mente, él estaba ahí cumpliendo un contrato de empleo como cualquier otro contrato de trabajo. Y así tenía que ser.

 

El escritor entró en la ducha mediando el agua para lograr la temperatura óptima, ni tan fría, ni tan caliente. Dejó que el agua mojara su cabeza primero llevándose así los pensamientos que empezaban a acumularse en su cabeza, sabía que lo suyo con el hijo de Yong Guk se había vuelto personal cuando supo su edad.

 

—Tendrían casi la misma edad —susurró como si quisiera ocultar de alguien su secreto aunque sabía que estaba solo ahí dentro. Dio un largo suspiro antes de empezar su baño, estaba seguro que se estaba tardando y que Bang Yong Guk se molestaría pero por esta vez le daba igual. Qué sufriera.

 

 

 

Después de largos y agonizantes veinte minutos, para Yong Guk, Him Chan salió de la ducha con la toalla atada a su cintura, escuchó como el mayor empezaba a quejarse pero lo ignoró provocando que este se enfadara más y sin más preámbulo se encerró en la ducha azotando la puerta, igual que él lo había hecho.

 

—Oye, es madera importada —se burló del mayor.

 

—¡Cállate! —gritó desde dentro.

 

—Despertarás a nuestro bebé —bromeó para molestarlo. Y aunque el empresario tuvo ganas de salir a gritarle que era su bebé, solo de él. No lo hizo, ya era tarde.

 

 

 

Him Chan se vistió sin prisa. Para él Jun Hong no tendría por qué despertar cuando aún no salía el sol. Para Yong Guk sí. Así que agradecía el nuevo cambio de roles para tomar el baño. Con Yong Guk aseándose el menor tendría unos minutos más para descansar.

 

Terminó de ponerse una camisa azul a cuadros que combinaba con su pantalón café claro. Salió de la habitación que compartía c0n el dueño de la casa para entrar a la del menor. Sonrío al verlo dormir cómodamente, abrazaba a su peluche de Tigger. Un regalo de su padre le había dicho. Se acostó al lado del pequeño.

 

—Jun Hong… —susurró—. Arriba, cielo. Es hora de despertar, el sol ya… solo despierta bebé —suplicó una vez más al ver que de verdad estaba en un sueño profundo.

 

El menor se revolvió en su cama dándose la vuelta para quedar acurrucado contra el cuerpo del mayor, Him Chan no pudo evitar sonreír y lo atrapó en sus brazos rodeándolo con fuerza. El pequeño Bang empezó a abrir sus ojos poco a poco topándose primero con el pecho del mayor, una sonrisa asomó en su boca.

 

—Omma.

 

—Buenos días —respondió Him Chan con un tono de voz alegre.

 

—Buenos días, Omma. ¿Dormiste bien?

 

Him Chan asintió enternecido ante la preocupación del menor para él.

 

—Yo debería preguntar eso… ¿dormiste bien, bebé? —los ojos del menor se iluminaron, había deseado tanto tener a su madre al lado y ahora que la tenía, era todo lo que había soñado. Bueno aunque él esperaba una mamá mujer pero que su mamá fuera un hombre no era obstáculo para su amor.

 

Jung Hong se lavó la cara al igual que los dientes como se lo había ordenado su omma, cuando salió Him Chan ya tenía lista su ropa que llevaría puesto y el cambio de ropa adicional que le pedían, en realidad el pequeño Bang no lo necesitaba, era un niño pulcro y ordenado. Mientras los demás niños salían manchados de pintura por toda la ropa o rostro, el apenas si traía un rayón en su ropa. Eso a Yong Guk le enorgullecía y Him Chan lo agradecía. Recordaba a su madre sufriendo mientras lavaba su ropa por toda la pintura regada.

 

Him Chan cargó en sus brazos al niño y lo paró en la cama para poder cambiarlo. Le quitó su pijama empezando por la playera* y luego retiró su pantalón, como lo bañaba por las noches eso le dejaba tiempo al menor por seguir durmiendo. Yong Guk pensaba que era incorrecto dejarlo dormir pero para Him Chan solo era un niño de casi cuatro años, no le veía un propósito a levantarlo tan temprano. Era solo un niño y los niños aman dormir, él amaba dormir.

 

—Hoy serás el niño más guapo de todos, bueno de por sí ya eres el más guapo de todos —Him Chan sabía a la perfección que para toda madre su hijo es el más bello entre todos.

 

El menor solo soltó una risita y se entusiasmó al saber que su omma le quisiera tanto, había pensado que al haber estado lejos ya no lo iba a querer pero que bueno que se había equivocado, soltó un pequeño suspiro.

 

—¿Pasa algo, bebé? —el menor negó con un ligero movimiento de su cabeza de lado a lado.

 

Claro que pasaba algo pero él no iba a decirlo, le daba miedo que por eso su omma volviera a irse y él no quería eso. A Jun Hong le inquietaba un poco la relación de sus padres, y no solo porque ambos fueran hombres, de verdad que eso lo había alterado un poco y había llorado la primer noche pensando que los niños se burlarían de él por no tener una madre mujer, aunque su primito tenía dos papás. Eso lo calmó pero dio pasó a otra duda del menor, los papás de Young Min se llevaban bien, hasta había visto por accidente como se había besado.

 

Aunque le diera asco ver a sus papás besándose deseaba verlos hacerlo aunque en las películas que veía con su appa a veces pasaban cosas raras luego de un beso y salían bebés en las películas, inconsciente tapó su cara algo asustado.

 

—¿Jung Hong? ¿Te sientes bien? —preguntó Him Chan algo preocupado.

 

¡Omma yo no quiero hermanitos! —dijo en voz alta llegando casi al grito.

 

—¿Qué? —Yong Guk había terminado de bañarse y ya se había cambiado, pasó a la habitación de su hijo para comprobar si ya estaba listo, se asomó en silencio mientras observaba como Him Chan cambiaba a su hijo, ya le había puesto el short que era parte del overol que vestiría. Imaginó que se veía adorable, al principio pensó que todo iba a ser un desastre. Bueno en realidad seguía siendo un desastre pero era menor a lo que imaginaba. Mira enternecido los gestos que hacia su hijo ignorado por qué los hacía pero cuando mencionó a los hermanitos toda la ternura se fue, ¿qué estaba imaginando su hijo?

 

—¡Papi! —el menor se sorprendió de tener a su padre en la puerta y peor aún que lo hubiera escuchado.

 

—¿Qué ideas le metes a mi hijo? —reclamó Yong Guk a Him Chan, el pequeño cerró sus ojos asustados, por su culpa sus padres iba a pelear.

 

—Yo no le dije nada —dijo Himchan entre dientes—, a nuestro hijo. Y si nos permites, estamos ocupados —se levantó del suelo, empujó al mayor y le cerró la puerta en la cara.

 

«Los padres normales no hacen eso», pensó el menor y se sentía mal por haber causado una pelea. Mantenía el rostro agachado y un sollozo escapó de sus labios.

 

—Cómo se atreve a pensar que yo estoy llenándote la cabecita de ideas, desgraciado —Himchan se quejaba con el menor aunque este no estuviera haciéndole mucho caso, tampoco él se había percatado de la situación.

 

Omma…—sollozó el menor.

 

—Jun Hong…—Him Chan se quedó paralizado al verlo al borde del llanto, lo tomó en sus brazos y lo sentó casi a la orilla de la cama, abrazó con fuerza el pequeño cuerpo—. No llores pequeño, no llores. Es normal que los padres peleen, verás que por la tarde todo estará arreglado. ¿Sí? —besó su frente y el menor esbozó una sonrisa, asintió varias veces y limpió el rastro de las lágrimas que habían logrado escapar.

 

Him Chan terminó de vestirlo, su overol lucía perfecto. El color azul de la tela de este combinaba a la perfección con la playerita color rojo además de que los detalles del overol eran rojos. Dejó que Jun Hong se pusiera sus tenis*, él ya podía como todo niño grande. También podía ya vestirse pero Him Chan prefería a hacerlo por la cuestión del tiempo y del ogro de su padre.

 

Bajaron tomados de la mano, Yong Guk no estaba en la sala ni en la cocina, Him Chan se extrañó pero le restó importancia, se apresuró a preparar el café para cuando volviera de dónde fuera que estaba, sacó los tazones para servir cereal.

 

Yong Guk era muy estricto a su parecer, cada día había un tipo de comida diferente para desayunar. Los jueves eran de cereal y tostadas*. Untó miel en una y en la otra crema de avellanas con chocolate. Soltó un suspiro. El café ya estaba en la mesa así como el cereal con la leche, las tostadas empezaban a ablandarse, al menos eso pensaba él.

 

—¿Y appa? —preguntó el menor, Him Chan se encogió de hombros.

 

—¿Quieres más leche? —el menor asintió y así lo hizo Him Chan—. Espera aquí, iré a buscarlo.

 

—¿Y a dónde voy a irme si esta es mi casa? Y appa esquien me lleva a clases —dijo el menor haciendo un mohín.

 

—No más televisión, no es buena para tu salud —bromeó Him Chan por la respuesta que le había dado el pequeño.

 

Salió de la cocina-comedor dirigiéndose a las escaleras, abrió la puerta del cuarto. Yong Guk no estaba ahí, revisó en el baño e incluso se asomó en la azotea. Nada. Siguió probando suerte esta vez en la terraza pero igual que sus anteriores opciones, estaba vacía.

 

Se asomó en  el cuarto de Jun Hong pero tampoco tuvo, suerte. Quizá si buscaba en el patio podría tener suerte, caminó hacia el patio trasero de la casa y fue ahí cuando lo vio. Yong Guk estaba en el despacho revolviendo papeles porque tenía todo hecho un desastre.

 

—Toc toc —dijo antes de entrar, Yong Guk levantó la vista hacia él y sonrío. Him Chan se sintió extraño, hace unos minutos le había gritado y ahora sonreía como si nada.

 

—¿Pasa algo, Him Chan? —preguntó en automático—. Donde lo puse… estoy seguro que estaba aquí.

 

—El desayuno está listo, tu hijo está listo para la escuela… ¿crees que pasa algo?

 

—Ah, Jun Hong. Disculpa lo olvidé… es que… —volvió a buscar entre los montones de papeles.

 

—¿Qué demonios te pasa? Hace unos minutos me gritas y te portas ahora como… si nada de eso hubiera pasado.

 

—¡Lo encontré! —dijo sacando un sobre amarillo de uno de los cajones, pasó al lado de Him Chan y volvió con su maletín para guardar este. El menor soltó un bufido y recorrió con la mirada el lugar.

 

—Se ve bonito el lugar.

 

—Así es la vida de casados, cariño —bromeó Yong Guk mientras Him Chan le reprochaba con la mirada—. Si esta casa en realidad era de mi padre, me la heredó luego de morir, a mi hermano le heredó la casa que nunca ocupó, pensaba que nos mudaríamos a ella luego de la muerte de mamá pero… la esencia de ella era tan palpable aquí que… nos fue imposible dejarla —Yong Guk soltó un suspiro—. La extraño —Him Chan lo miraba achicando sus ojos buscando al verdadero Yong Guk, en todo el tiempo que llevaba ahí se le había manifestado de tantas formas que no sabía ni quien era.

 

—Me parece lindo este lugar, y casi no lo ocupas. Deberías prestármelo durante el día.

 

—¿Para qué quieres un despach0?

 

Him Chan se encogió de hombros y le sonrío. Salió del despacho y se encontró a Jun Hong en su camino, ya con la mochila sobre su espalda.

 

—Sé que Omma dijo que no me moviera pero se me hará tarde para ir a la escuela.

 

—Es verdad. Dame unos minutos, hijo —respondió Yong Guk para salir a la cocina, se había retrasado buscando un informe sobre uno de sus proyectos que quizá solo pudiera tomar café y una tostada.

 

 

 

—Adiós Omma —Jun Hong agitaba su mano desde la ventanilla del auto asomando su cabeza, Him Chan río. Hasta que por fin Yong Guk lo metió y subió el vidrio de la ventanilla para no arriesgarse a ver a su hijo salir volando en el camino a la escuela.

 

—¿A la guardería, jefe? —preguntó su chofer y Yong Guk asintió. Agradeció que ya hubiera regresado de sus vacaciones, odiaba conducir.

 

 

 

—Papi… —susurró Jun Hong tirando del saco de su papá, el mayor iba concentrado en su agenda electrónica, juntas, pláticas con inversionistas, tenía el día completamente ocupado.

 

—Recoges a Jun Hong por la tarde y lo llevas a casa. Him Chan está todo el día así que no habrá problemas. Yo avisaré a Hyo Sung que pasarás hoy.

 

—Sí señor —respondió el hombre.

 

Jun Hong se cruzó de brazos, su padre lo había ignorado y encima mandaba al señor Kwon a recogerlo, no es que no le agradara pero si tenía a su Omma, ¿por qué no lo recogía?

 

—¿Decías algo? —Yong Guk se dirigió al menor,  este negó frunciendo su ceño mientras hacía un mohín*. Yong Guk lo miró fijamente, le molestaba tanto que sus gestos fueran tan iguales a los de su madre. La mujer que los había abandonado y que él no pensaba nunca perdonar.

 

—Señor, ¿no sería mejor que lo recogiera el señor Kim? —Yong Guk arqueó una ceja y la sonrisa del menor apareció. El chofer había visto su enojo al saber que Him Chan no iría por él.

 

—No —dijo tajante Yong Guk—. Él tiene que cumplir otras obligaciones.

 

Jung Hong lo miró con enfado y se cruzó de brazos, no le iba a dirigir la palabra a su padre en el resto del camino.

 

—Jun Hong quita esa cara o te quedas sin televisión toda la semana.

 

—No me importa, Omma ya me la prohibió.

 

—Ah y con justa razón. Tienes un mal comportamiento por ella.

 

 

 

El auto se estacionó en el espacio para el descenso de los alumnos, Yong Guk tuvo que cargar al menor en su hombro porque se resistía a bajar por voluntad propia. Llegó hasta la entrada del edificio y lo bajó. Hyo Sung le regaló una amplia sonrisa pero Yong Guk como siempre la ignoró, antes de bajarse del auto el empresario se hacía la idea de que en verdad Him Chan era su pareja y sonreírle a la mujer era traicionarlo así se evitaba mal entendidos con ella de nueva cuenta.

 

—Buenos días, señor Bang.

 

—Buenos días, profesora Jeon —acarició el cabello del menor revolviendo su cabello, el menor le reprochó con la mirada. Había arruinado el peinado que omma le había hecho.

 

—No te enojes pequeño, yo te peinaré de nuevo —Hyo Sung intentó ser amable con el pequeño pero se llevó una gran sorpresa.

 

—¡No!

 

—¡Jun Hong! Hablaremos cuando llegue a casa —el menor bajó la mirada ante el regaño de su padre, no lo había hecho para fastidiar a su maestra, pero quería conservar al menos un poco el peinado que le había hecho Him Chan.

 

—Sí Appa —susurró el menor y entró corriendo al edificio.

 

—¿Cuándo llegues a casa? —se atrevió a preguntar Hyo Sung, seguro no era de su incumbencia pero esperaba tener al menos una respuesta positiva.

 

—Mi chofer vendrá por mi hijo, tengo mucho trabajo el día de hoy. Hasta mañana —se dio media vuelva sin esperar respuesta.

 

Hyo Sung abrió los ojos de par en par, la actitud de ambos hombres la habían dejado perpleja. Le intrigaba más la de Yong Guk, desde hacía una semana se había vuelto más frío y distante con ella, ya ni siquiera la mirabam, menos aquel atributo que a pesar de todo aún captaba su atención. Recibió a dos niños más y cerró la puerta, ya eran hora de iniciar clases. Se sorprendió de encontrar a  Jung Hong en la entrada del aula.

 

—Venga —la llamó con su mano susurrando sus palabras.

 

Ella esbozó una sonrisa y se acercó a él.

 

—Dime pequeño —susurró de la misma forma que él, a Jun Hong le causó gracia y soltó una carcajada calmándose unos segundos después.

 

—¿Qué le dijo mi appa?

 

—Que su chofer te iba a venir a traer.

 

—¿No dijo nada de mi omma?

 

Esa palabra estremeció a Hyo Sung, su cerebro empezó a trabajar, ¿Omma? ¿Acaso el menor había mencionado a su madre? Lo que la llevaba a la incertidumbre de no saber si Song Ji Eun había vuelto, la esposa de Bang Yong Guk. El corazón se le partió en dos, eso explicaría la actitud del hombre que tanto juraba amar. ¿Pero no había jurado y perjurado él que nunca la perdonaría? Claro, Jun Hong. Por él Yong Guk sería capaz de dejar atrás su orgullo.

 

—No pequeño. No dijo nada de ella —Jun Hong río por lo bajo y antes de Hyo Sung lograra hacer una pregunta entró corriendo al salón sentándose junto a su nuevo y único amigo en ese salón, Moon Jong Up.

 

 

 

Durante todo el día Hyo Sung no despegó la mirada del menor, ahora caía en la cuenta de que también él había cambiado su compartimiento. Nunca lo había visto tan integrado, eso podría confirmar el regreso de su madre pero según recordaba sus clases de psicología ese cambio no sería tan fácil en alguien que había sido abandonado.

 

Y en efecto que para Jun Hong no había sido nada fácil aceptar las cosas, primero que sus padres fueran hombres, luego ambos tuvieron que dar una larga y muy convincente explicación para que el menor les creyera el por qué Him Chan había estado lejos de ellos tanto tiempo. Del resto se encargó Him Chan o lo seguía haciendo porque de vez en cuando el pequeño Bang seguía con sus dudas y ahí era cuando entraba en acción su falso instinto maternal al fin de cuentas para Him Chan hacer el trabajo bien significaba más dinero y en esta etapa de su vida era lo que más necesitaba.

 

 

 

—Hola —saludó Hyo Sung al acercarse a la mesa de trabajo de los dos niños.

 

—Hola maestra —saludó el pequeño Moon con emoción—. Ya terminé. Esto hice el domingo —la mayor sujetó en su mano el dibujo del niño, un parque, una familia y algo  que parecía ser un perro—. Es mi nuevo perrito —le confirmó el chiquillo, ella solo sonrío.

 

—¿Qué hiciste, Junnie? —el pequeño negó. No quería que nadie viera su trabajo—. Solo somos appa, omma y yo —pegó el dibujo a su cuerpo, Hyo Sung quiso sonreír más no pudo. Esa duda la estaba matando, la incertidumbre de no saber quién era la madre del pequeño, la mujer que en esos momentos podría estar arrebatándole el amor de Yong Guk.

 

 

 

 

 

Him Chan contaba los minutos para que el menor volviera, la comida ya estaba hecha, Yong Guk podría comer en la oficina y si no fuera así. Solo era cuestión de calentar lo que Sunhwa había hecho. Sí, en efecto. Him Chan tenía una especie de hada madrina.

 

Sun Hwa, era quién siempre la ayudaba a vestir al menor. Ya la había llevado una vez a la casa de Yong Guk y ella había organizado las combinaciones del menor para vestir, se había reído un poco de como el padre del chico y el mismo Him Chan lo habían vestido. Hombres, había dicho con burla.

 

Con la comida era igual, en la televisora ahora trabajaba por las tardes así que sin problemas podría preparar la comida para la familia Bang y pasar a dejarla antes de ir al trabajo. Claro, ella lo hacía sin buscar nada a cambio pero Him Chan no podía no negarle al menos un incentivo. Le pagaba por su trabajo.

 

 

 

El timbre había sonado desde hace mucho. Jong Up no tenía mucho de haberse ido, Jun Hong esperaba al señor Kwon para ir a su casa. Hyo Sung intrigada aprovechó el momento con el menor.

 

—Si quieres te llevo a tu casa.

 

—No maestra, la oficina de mi papá queda bieeeen lejos y el señor Kwon está con ahí, voy a esperar.

 

Hyo Sung dejó ir un suspiro, el pequeño era igual que su padre, firme a sus decisiones y no se dejaba convencer tan fácil.

 

—¿Todo bien con tu madre? —el pequeño asintió. Y como si el destino se negara a darle respuestas a Hyo Sung, el chofer anunció su llegada haciendo sonar su claxon.

 

—Adiós maestra Hyo —le dio un tierno beso en la mejilla y salió corriendo hacia el chofer. Hyo Sung lo despidió con la mano en alto y una vez que el auto desapareció la llevó a su pecho y solo pudo en pensar en alguien—. Yong Guk —susurró y la espina en su corazón se hundió más. La incertidumbre de no saber si Ji Eun había vuelto la empezaba a enloquecer. Yong Guk era suyo, solo suyo.

Notas finales:

VOCABULARIO

Playera*: Remera, Camiseta.

Tenis*: Zapatillas, zapatos de deporte.

Tostadas*: Pan tostado

Mohín: Gesto del rostro con el que se expresa desagrado o enfado, especialmente el que se hace con los labios, puchero.

 

 

¿Ya vieron quién será la mala malosa? PLOT TWIST... ah no xD. ¿Les gustó? No olviden dejar sus cometarios, leo todo y respondo todo ^_^

 

Besos cerecitos <3

 

Les dejo la página para que me sigan y se enteren de los avisos (?)

Cerezo Kim


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