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The Only True Exception por CerezoHimeChan

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Notas del capitulo:

Hola <3

 

Por fin he vuelto, disculpen esto fue algo imprevisto, estoy de vacaciones pero estoy de niñera así que no puedo escribir como quisiera. Espero mi hermana venga pronto para que se haga cargo de sus hijos(?)

 

Pero les prometo que voy a recompensarlos por ello <3.

Espero les guste el capítulo de hoy /o/

CAPÍTULO 12: Confesión

 

Yong Guk avisó a Him Chan que el niño estaría en poco tiempo en casa, su chofer ya iba en camino. Him Chan solo tenía que esperar que el chofer llamara a la puerta y volviera a la oficina del mayor. Se preguntaba si no se aburría al fin de cuentas solo esperaba dentro del auto. Miró la hora, ya eran cerca de la una y media de la tarde. La casa estaba lejos de la guardería pero le quedaba de paso a Yong Guk aunque también estaba lejos de la empresa. Era normal que el niño tardara en llegar.

 

Se levantó de la silla del despacho, había apilado de una mejor manera los papeles y documentos que Yong Guk había regado no es que su trabajo fuera el de una ama de casa pero en algo tenía que distraerse mientras esperaba al menor, Sun Hwa ya lo había regañado y ordenado que aprendiera a cocinar, Him Chan no era un experto culinario pero tampoco su comida mandaba al hospital a quien la probara, estaba en un punto medio pero aun así no se arriesgaba para cocinarle a la familia. Subió al cuarto del pequeño y empezó a doblar su ropa, todo lo relacionado a Jun Hong era su obligación. Lavar su ropa, preparar sus comidas, llevarlo al parque del vecindario excepto limpiar el cuarto, también tenía que hacer que el pequeño se responsabilizara.

 

El timbre de la puerta sonó y él bajó corriendo a abrir la puerta, el pequeño saltó a sus brazos con emoción.

 

—Omma, te extrañé tanto —sus piernitas se ciñeron a la espalda baja de Himchan mientras sus brazos rodeaban su cuello, casi podría asfixiarlo.

 

—Yo también Jun Hong pero… me gusta respirar —dijo con dificultad, el menor estalló en carcajadas pero entendió que debía soltarlo.

 

—¿Necesita algo, señor Him Chan? —este negó y entró a la casa con él menor colgado de él cual bebé mono se abrazaba a su madre, lo llevó hasta la habitación y lo recostó en la cama, empezó a buscar una ropa más cómoda para estar en casa.

 

Jun Hong jugó un rato mientras su Omma terminaba de acomodar su ropa, el menor miraba con ternura al mayor, mientras este se concentraba en su tarea, si Him Chan se viera desde fuera se admiraría de sí mismo. Se tomaba muy en serio su papel de madre.

 

—¿Qué pasa, bebé? —preguntó al percatarse de la mirada del menor.

 

—¿Cómo te conociste con Appa? —Him Chan le miró asustado. Esperaba esa pregunta pero no tan pronto y justo ahora no la había visto venir. No sabía que decirle, y si Yong Guk había contado algo y lo que él le dijera no coincidía, ¿qué iba a hacer?

 

—Este… yo… pues… —Him Chan empezó a sudar nervioso, tragó saliva y entonces el teléfono de casa sonó, bajó corriendo para ver quién era pero había llegado tarde. Estaba por volver a subir pero de nuevo el timbre del teléfono sonó, lo levantó a tiempo. Era Yong Guk.

 

Estuvieron hablando por un buen rato, Yong Guk se notaba tenso así que Him Chan supuso que era un día complicado en el trabajo. Hablaron solo referente al niño y si ya había comido, y que no olvidara sus tareas, Him Chan río, el padre del menor se comportaba como si nunca más volvería  a ver a su hijo. Quizá no lo vería en esa noche porque llegaría tarde.

 

 

 

Lo que Himchan obvió fue la llamada antes de Yong Guk, se quedó con el pensamiento de que había sido el mismo empresario llamando pero jamás comparó que los números habían sido diferentes.

 

—Jun Hong, a comer —llamó al menor—. Y no corras al bajar.

 

El menor no tardó en llegar y juró que no había corrido, Him Chan besó su cabeza y le lavó las manos, luego sirvió su plato y el menor empezó a comer primero una sopa. La mayoría de niños despreciaban las comidas con verduras pero Jun Hong no era así, Yong Guk lo había criado bien.

 

—Gracias Omma —dijo el menor cuando le sirvió por segunda vez. Después de eso empezó a contarle su día, como se llevaba con su nuevo amigo, no mencionó a los niños que lo molestaban, en esa semana ya no lo hacían quizá era porque Jong Up los había enfrentado. El pequeño Bang se sintió feliz de tener a un gran amigo a su lado.

 

Him Chan empezó a lavar los platos de la comida mientras el menor hacía sus ejercicios de la escuela en el comedor, coloreaba con gran avidez mientras observaba varias veces al mayor.

 

—¿Pasa algo? —Himchan notaba la mirada del pequeño y este solo sonrío.

 

—Te extrañé mucho, Omma —Himchan sonrió.

 

—Y yo a ti, bebé.

 

 

 

 

 

Bang Yong Guk trabajaba contra reloj junto a su hermano, ambos miraban de manera discreta el reloj, los balances financieros aún no los terminaban por cierto detalle. Yong Guk tecleó un número en el teléfono.

 

—Min Jae, dile a mi Bang Yong Nam que necesito los registros de los últimos departamentos.

 

Yong Nam alzó su vista y lo miró con incredulidad, llevaba haciendo eso toda la semana, pensó que en un momento todo pasaría y volvería a ser lo de antes.

 

—Te escuché, Yong Guk —su gemelo respondió pero Yong Guk lo ignoró.

 

—Señor, lo tiene frente a usted —la voz de Min Jae, su asistente sonó un poco débil por lo poco asustada que estaba.

 

—Rápido Min Jae, en pocas horas vendrán los inversionistas y todo debe estar lista.

 

La chica suspiró y entró en la oficina de su jefe, esta situación se le hacía completamente ridícula pero como siempre terminaba cediendo a las órdenes de su jefe por muy infantiles que fueran.

 

—Señor Yong Nam… —empezó susurrando, tenía ganas de gritarle a su jefe que parara con su jueguito de niños.

 

—Lo escuché señorita Song —extendió el documento hacia ella y esta a su vez repitió la misma acción del mayor hacia el gemelo menor.

 

—Señor Bang —Yong Guk tomó el documento y con la mano le ordenó salir. La chica suspiró y sus tacones repiquearon contra el piso, esta situación la empezaba a desesperar, igual que a Yong Nam.

 

 

 

Yong Nam por su parte soltó un largo suspiró mientras miraba de reojo a su hermano, usualmente cuando hacía esto de inmediato Yong Guk centraba su atención en él y le preguntaba si pasaba algo, era muy unidos y no solo por ser gemelos, los dos desde niños habían tenido esa gran unión como el imán y el meta sin importarles lo parecido que eran. Pero esta vez Yong Guk continuó centrado trabajando, su gemelo frunció el ceño molesto, no podían seguir así y el mayor sabía muy bien por qué la molestia de su hermano. Había llamado a su hermana mayor para alertarla de la locura que pretendía su hermano.

 

 

 

—Yong Guk —usó un tono de voz serio pero Yong Guk seguía firme en su decisión de ignorarlo.

 

El menor de los Bang cansado de escuchar la voz de su hermano llamándolo estiró su mano para volver a marcar a su asistente pero la mano de su hermano lo impidió, ambas miradas se conectaron, en una había súplica y en la otra enojo.

 

—Basta, Yong Guk, por favor —el tono de voz de Yong Nam era suave.

 

—Tú empezaste —Yong Guk apartó su mano y le reprochó con la mirada.

 

—Yo no empecé nada, fuiste tú el que se molestó… y me dejó de hablar, por favor ya no somos unos niños.

 

—Tú le llamaste a Natasha, no tienes derecho para entrometerte en mi vida. Eres mi hermano pero las decisiones las tomo yo.

 

—Si la llamé fue porque estabas por cometer una locura, ¡por Dios, Bang Yong Guk! —Yong Nam subió el tono de voz lo más fuerte que podía.

 

—¡Sólo fue una cena con una amiga, su pareja y mi hijo! ¿Qué de malo tiene eso? —Yong Guk respondió  a gritos.

 

—Qué casualidad que la amiga fuera tu ex novia —los ojos de Yong Nam ahora expresaban furia.

 

—¡Y eso a ti que te importa! —Yong Guk estaba por propinarle un puñetazo en la cara.

 

La puerta se abrió de golpe, los gritos habían atraído a Song Min Jae, la asistente personal de Bang Yong Guk y la razón por la cual este no se volvía loco en el trabajo, era su as bajo la manga.

 

—Señores, los inversionistas llegaron —anunció  con voz firme, Yong Guk liberó la tensión de su puño, Yong Nam ablandó la expresión en su rostro.

 

—Terminé el balance —dejó los documentos en un folder en el escritorio de su hermano y salió de la oficina de este. Min Jae miró a su jefe y este solo asintió dándole a entender que aceptaba su error y que hablaría con él para arreglar las cosas, la muchacha sonrío e indicó que los inversionistas estaban en la sala de juntas.

 

 

 

La junta empezó y ante los ojos de aquellos hombres entre los hermanos no había problema alguno, siempre impecables en sus presentaciones, lo que uno olvidaba el otro hermano lo decían sin afán de demostrar el déficit del otro, simplemente se complementaban, los inversionistas los miraban complacidos.

 

—Entonces, ¿están listos para empezar a construir en mi país? —Mizuki Saori, una mujer japonesa los miraba con avidez. Era conocida por su buena elección de proyectos entre empresas extranjeras, llevar la Constructora Bang a Japón no iba a ser la excepción.

 

—Por supuesto —afirmó Yong Guk seguro de sí mismo, aunque tuviera sus dudas en sus pensamientos, miró de reojo al mayor y este asintió.

 

—Notablemente, el señor Bang estaría encantado de trabajar con su empresa —esta vez hablaba Jo Hyun Joo, el hombre que estaba a cargo de llevar la parte de Natasha y buen amigo de la familia—, y nosotros también —una sonrisa asomó en su rostro y la mujer asintió.

 

 

 

Con las demás empresas seguían las charlas, ellos ofrecían todo lo que estaba a su alcance, los beneficios que obtendrían y por supuesto también tocaban el asunto de las desventajas. La sinceridad siempre había sido su mejor arma.

 

La reunión finalizó con éxito, despidieron a los inversionistas que a pesar de la insistencia de los Bang estos se negaron con mucha pena a su invitación de ir a comer. Aunque querían quedarse su tiempo en Seúl no podía ser más de lo que ya habían dispuestos sus empresas.

 

 

 

Los hermanos Bang tenían un código no escrito pero que ambos respetaban de forma automática sin siquiera comunicárselo al otro, una de esas reglas prohibía beber en la empresa. Yong Guk decidió pasarse por alto esa regla, llegó con una lata de cerveza al despacho.

 

—¿Se puede?— tocó la puerta aunque estaba abierta, Yong Nam alzó la vista de sus cosas y asintió—. Sé que no podemos aquí pero… es sola una —ofreció la bebida a su hermano. El mayor esbozó una sonrisa y aceptó la lata, ambos la abrieron y sin decirse nada bebieron de ella.

 

Ninguno de los dos dijo palabra alguna, se miraban como cómplices de algo pero las palabras sobraban.

 

—Papá estaría orgulloso, Mamá también.

 

—Lo sé —respondió Yong Guk y jugó con sus dedos sobre el escritorio, continuó jugando con la mano sobre el mueble pero solo apoyada con los dedos medios, como si fueran las piernas de un hombrecillo, sus dedos caminaron hasta alcanzar la mano ajena y simuló que le daba una patada a la mano de su gemelo.

 

Yong Nam sonrío e imitó a su hermano, era un juego de niños que hacían luego de una pelea. Fingieron una pelea, luego con una bolita de papel jugaron fútbol y empezaron a reír.

 

—Me preocupas —fue lo primero que dijo el mayor.

 

—Lo sé pero… estoy bien —mintió Yong Guk. Mordió sus labios y Yong Nam sabía que cuando hacía eso era que mentía.

 

—YongGuk… —dijo suplicante, el menor tragó saliva.  Y asintió levemente.

 

 

 

El gemelo menor inició el relato desde el día en que la profesora de su hijo le llamó para decirle que estaba llorando, Yong Nam ya tenía poco conocimiento sobre el asunto así que interrumpió escasamente a su hermano, dejó que este se expresara y sonrío varias veces cuando hacía ademanes y gestos pero a la vez su corazón se estrujó al escucharlo de hablar de su esposa, porque sí, Ji Eun nunca se separó legalmente de él y ese fantasma era el que torturaba y hería a su hermano. Aunque dijera ya no amarla en su corazón aún seguía clavada su presencia, quizá ella ya había hecho una nueva vida e incluso pudiera tener una nueva familia, un esposo y un hijo. Eso nunca lo sabrían y esa ignorancia era la que se encargaba de dañar a Bang Yong Guk, no saber la verdad era lo que realmente lastimaba al gemelo menor.

 

Yong Nam siempre tuvo la teoría que Ji Eun tuvo una razón para marcharse y no, para nada la justificaba y aprobaba su huida pero tenía que ser demasiado buena esa razón para haber dejado a esposo e hijo.

 

—…y fue así como se me ocurrió, mi hijo necesita una madre —Yong Nam levantó la mano en señal de que iba a interrumpirlo.

 

—Lo que mi Jun Hong necesita es que su padre le diga la verdad y no soy el primero que te lo digo. Incluso pudiste mentir y cuando fuera mayor desmentir.

 

—No entiendo —Yong Guk ladeó su rostro expresando su confusión.

 

—Si querías mentir pudiste decirle que estaba muerta, quizá sacar una foto vieja y mostrársela. Cuando fuera mayor y se diera cuenta que no la mencionas o tienes la casa llena de recuerdos de ella, sería el momento perfecto para decirle la verdad. Ji Eun los abandonó Yong Guk y tú eres quien está lavando sus pecados, no sé nada de ella y tampoco sí está pagando sus propios pecados pero tú. No has hecho nada malo, eres un padre modelo. No diga que nadie en la familia lo esperaba, Yong Guk perdimos a mamá cuando éramos jóvenes y papá cuando apenas podíamos salir a defendernos del mundo allá afuera.

 

»¿Recuerdas como peleaban? Tú futuro era la música pero para él era la empresa. Para él estabas descontrolado y yo era el gemelo centrado, como siempre. Y como odiaba eso, cuando dejé la banda papá creyó que era porque puse los pies en la tierra, la verdad es que yo me di cuenta que era mejor disfrutando de la música que creando la propia. Te admiraba mucho cuando solías componer tus propias canciones, nadie vi el gran talento que tenías y pensaron que perdías el tiempo. Y si papá estuviera aquí tendría sentimientos encontrados, una parte se arrepentiría por ver que te apartaste de ese mundo y que cambiaste en muchos aspectos; y la otra parte se pondría feliz de verte realizado como padre soltero porque aunque estabas hundido de la depresión te hiciste cargo de tu hijo.

 

Yong Guk sintió como se le formaba un nudo en la garganta, sintió como sus ojos empezaron a arder. Sonrío a su hermano y aunque no lo dijo culpó a la cerveza de ponerlo tan emocional.

 

—Yong Nam… hay algo que tienes que saber —tomó una gran bocanada de aire—. Yo… le encontré una mamá —se apresuró a decir, si su hermano iba a golpearlo que lo hiciera de una vez.

 

—¿Qué? ¡Pensé que habías entrado en razón! —Yong Nam se paró de golpe y apretó sus puños, odiaba que su hermano cargara con la culpa ajena y encima se echaba una pesada mentira a cuestas—. ¿En qué demonios pensabas?

 

—En Jun Hong. Y si fueras tú, ¿realmente dirías la verdad tan fácil como dar los buenos días?

 

Yong Nam parpadeó varias veces, no podría imaginar a Eun Jin huyendo y dejándolo a Hana de pocos meses con él. No, ella si quisiera huir lo haría con Ha Na a cuestas y quizás iba a parecer muy egocéntrico o con una autoestima por los cielos pero su esposa cargaría hasta con él.

 

—No lo sé —respondió casi susurrando—. ¿Y quién es?

 

Yong Guk tragó saliva, ya era de confesar sobre Him Chan y no podía hacerlo tan fácil.

 

Las manecillas del reloj en la pared detrás del gemelo mayor parecieron avanzar lento, Yong Guk sintió que se asfixiaba y el nombre parecía querer brotar de su garganta pero sus labios no querían abrirse, era como tenerlos cosidos o pegados, Yong Nam esperaba impaciente.

 

Yong Guk volvió a tomar la lata y bebió el resto de la cerveza, no le estaba dando valor el alcohol o algo parecido, necesitaba tragarse sus angustias para encarar a su hermano mayor.

 

—Se llama —la lata en la mano se zarandeó porque esta le temblaba—. Kim Him Chan —su hermano ladeó el rostro confundido, el nombre no le decía nada.

 

—Es un nombre… extraño. Para ser de chica, me refiero —intentó no sonar sexista.

 

Yong Guk volvió a sentir ansiedad y esbozó una sonrisa por el nerviosismo.

 

—Es que… no es una chica —dijo al fin, miró como los ojos del mayor se abrían al igual que la boca, balbuceó pero no pudo decir nada en concreto—. Sí, Him Chan es un hombre… Y no puedo hacer esto sin ti, hermano.

 

 

 

Yong Nam guardó silencio por varios minutos, apretó la lata en su mano hasta aplastarla. Se levantó de su asiento y abrió la gran ventana de su oficina. El aire entró en sus pulmones y sintió que volvía a respirar. Se giró a su hermano.

 

—Tienes que decirle la verdad a Jun Hong, por favor Yong Guk… no sé que como te puedes librar de ese chico pero hazlo —ordenó más que sugerir. El menor asintió sin decir nada más.

 

 

 

Luego de platicar de temas fuera de lo personal Yong Guk se despidió de su hermano, miró la hora. Eran casi las nueve de la noche. Soltó un suspiró, seguro lo iba a encontrar dormido. Al salir del edificio se topó con su chófer y pidió que lo llevara, le concedió el día siguiente como libre así que le iba a tocar conducir, hizo una mueca de desgano.

 

Entró a su casa en silencio, imaginó que se encontraría a Him Chan despierto esperándolo. No tenía motivos pero tenía esa sensación, la verdad es que no era así. Him Chan no parecía estar por ningún lado. En el despacho los papeles estaban acomodados de una manera que no era la correcta pero ya no era un desastre.

 

—Himchan —susurró.

 

Subió a la habitación de su hijo para desearle las buenas noches y se llevó una gran sorpresa. Ahí estaba su pequeño Jun abrazado a Him Chan, la escena lo conmovió demasiado, parecían no querer soltarse en mucho tiempo. Los observó con ternura, dio un beso en la mejilla del menor.

 

El empresario tomó una manta para cubrir a ambos, sonrío al ver a Him Chan, un extraño. Llevó su mano a la mejilla de aquel hombre y la acarició con suavidad.

 

—Gracias —murmuró y acercó su rostro al del escritor para darle un beso en la mejilla, se detuvo a escasos centímetros al darse cuenta de lo que iba a hacer.

 

Him Chan abrió sus ojos poco a poco y estos se abrieron al toparse con el rostro de Bang Yong Guk tan cerca de él.

 

—Lo siento —susurró Bang—. No quise despertarte.

 

Him Chan solo negó y ambos decidieron ir a dormir a pesar de la insistencia de Him Chan para que Bang comiera algo. El escritor al acostarse se quedó dormido de inmediato ante la mirada del mayor, quién no dejaba de agradecerle mentalmente.

 

Jun Hong amaba a Him Chan, y por lo visto Him Chan a Jun Hong.

 

Fue cuando el mayor tomó una decisión que cambiaría las cosas de nueva cuenta. Him Chan se quedaría ahí pero Yong Nam pensaría que estaba lejos, Yong Guk iba a mentir otra vez, si su hijo era feliz con Him Chan, no iba a separarlos. Serían una nueva familia.

 

Muy en el interior se prometió buscar un momento para revelar la verdad y para ello necesitaba de su exmujer, buscaría a Song Ji Eun.

 

 

Notas finales:

Espero actualizar pronto >__< de veras :c Besos y abrazos, disculpen si no he respondido todos los comentarios, lo haré pronto con más calma. ^^


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