Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The Only True Exception por CerezoHimeChan

[Reviews - 101]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos, de acuerdo al resultado de la votación ganó la propuesta de dividir el capítulo. Así que hoy subiré la primera parte y espero poder terminar pronto con la segunda ya que me cuesta escribir porque estoy a cargo de mis sobrinos.

Algo de fanservice para ustedes(¿?)

 

[Resultados de la votación]

 

Completo --> 3
Partes --> 7
No votaron --> 3

Him Chan despertó muy temprano por la mañana y seguido de él lo hizo el mayor, Yong Guk, tenía que ir algunas horas a la empresa para afinar algunos detalles de un acuerdo muy importante, a Him Chan no le importaba mucho saberlo pero tendría que comunicárselo a Jun Hong. Him Chan volvió a tomar su actividad de madre, preparó el desayuno para los tres. Café y unos hot cakes porque todos los sábados al niño se le antojaba comer aquel alimento.


Bang Yong Guk al terminar su desayuno subió a darse una ducha. Los sábados la rutina era diferente. Terminó de aprontarse para luego anunciar:


—Vuelvo pronto —Him Chan le despidió en la puerta con una sonrisa amplia.


 


Him Chan se sentó en el sofá, luego de despedir al mayor, gastando tiempo en lo que el pequeño Bang despertaba, sus pensamientos se encontraban ocupados pensando en lo ocurrido desde que había llegado a la residencia Bang hasta el día de ayer. Era muy cierto que Yong Guk y él no tenían una buena relación, ambos no se toleraban, Yong Guk era demasiado ordenado y Him Chan no lo era pero tampoco creía ser un completo desastre, siendo esas las diferencias más obvias.


—Debe de haber alguna forma para que nos podamos llevar mejor —susurraba. ¿Pero de qué forma ambos podían mejorar su actitud? Porque era evidente que ninguno de los daba su brazo a torcer para acoplarse a la personalidad ajena.


Him Chan tenía más de cuatro años sin convivir con alguien más, bueno alguna vez había compartido hogar con su mejor amigo, pero en cuanto a pareja no había compartido con nadie más. El escritor dio un gran suspiro y sintió como si alguien apretaba su corazón, pensar en ella no siempre era bueno, jamás había pensado en volver a compartir su vida con alguien otra vez aunque la forma en que lo hacía con Yong Guk no era la esperada.


Encendió la televisión porque empezaba aburrirse pensando y Yong Guk le había prohibido estrictamente despertar el niño, fines de semana el pequeño Bang podría dormir todo lo que quisiera, y no había mucho que hacer esa mañana. Tenía que lavar pero podía esperar un poco más.


Sintonizó un canal extranjero que por suerte tenía traducción a su lengua materna, era una serie de televisión que tocaba el tema de las familias homosexuales, se sintió algo avergonzado y un tanto incómodo.


«¿Cómo saben que así se comporta una pareja homosexual?», se preguntó pero siguió viendo el programa fastidiado, juzgando cada escena, cada diálogo, cada actuación.


«Qué exageración, Young Jae no se porta…»


—…así —cortó sus pensamientos susurrando la última palabra de la oración formulada en su mente—. Yo tampoco sé… como se porta una pareja así. ¡Young Jae! —dio un brinco y empezó a celebrar como si hubiera ganado un premio o algo parecido—. ¡Eso es! Debo hablar con Young Jae, no, debo verlo, entrevistarlo… sí, eso haré —el joven estaba extasiado, había encontrado la solución al problema según él.


Omma, ¿quién JunJae? —Jun Hong frotaba sus ojitos desde el final de las escaleras, la emoción no le hizo notar que el pequeño ya estaba fuera de la cama.


—¡Junhong—gie! —gritó emocionado y corrió a abrazar al menor completamente feliz.


—¿Qué tienes Omma?— preguntó el niño abrazando fuerte a Him Chan


—Nada, nada, solo sé que he tenido una de las mejores ideas, ¿tienes hambre?


El menor lo miró con expresión confusa, su madre ahora parecía estar en un tipo de estado de bipolaridad pero asintió ante su propuesta, tenía hambre y hoy era día de comer hot cakes así que no tardaron en ir al comedor de la cocina para que el niño se alimentara.


—¿Y Appa?


—Fue a la empresa pero dijo que solo por unas horas —Him Chan besó la cabecita castaña del menor y río—. Ya vendrá pequeño —y el menor asintió. Him Chan lo observó, nunca lo había hecho con detenimiento. Siempre lo había visto idéntico a Bang Yong Guk pero ahora se daba cuenta de que no. Ese cabello no era de Yong Guk, el progenitor lo tenía completamente negro, y las facciones del niño solían ser más delicadas en primera instancia había pensado que era por ser niño pero si lo pensaba bien probablemente era herencia de su madre.


Him Chan sintió un golpe en su estómago, cayó en la realidad. Esa mujer había abandonado a su hijo sin tocarse el corazón y él no había conocido al suyo, jamás lo vería como veía a Jun Hong, jamás sabría si se habría parecido a él o a su mamá, y con nadie había compartido ese momento porque ella también se había ido. Quizá el pequeño Bang era su segunda oportunidad, apenas si se le dibujó una sonrisa. En verdad ese pequeño le había robado el corazón. Respiró profundo y sintió pena por Yong Guk, vivía con el fantasma de su ex mujer —él no estaba seguro si llamarla aun esposa del empresario, al fin de cuentas ella se había marchado— ante sus ojos, sin duda Jun Hong tenía más de él que de ella, omitiendo la apariencia física, en carácter se declinaba hacia su padre, su figura paterna y materna a la vez. Y luego de sentir pena, sintió admiración por el mayor.


Omma —el llamado del niño sacó a Him Chan de sus pensamientos.


—Dime, hijo


—¿Por qué me mirabas así? —el niño ladeó su rostro iluminado por la curiosidad y Him Chan negó despacio moviendo su cabeza de un lado a otro.


 


 


Yong Guk llegó un poco retrasado a la empresa, le sorprendió encontrarse tráfico tan temprano y en sábado. Llegó molesto y maldiciendo a los demás conductores, por fortuna su asistente ya tenía todo controlado.


—Hermanito, llegas tarde —le recriminó su hermano mayor.


—Creo que la señorita Song ya se encargó de ello.


La chica sonrió amplio y asintió


—¿Y? Eso no quita que llegues tarde, mira sabes que acá lo más importante es la puntualidad —empezó a fastidiarlo por juego el mayor pero Yong Guk no estaba para seguirle el juego, durante todo el camino de su casa a su empresa había ido pensando en cómo limar asperezas con Him Chan. El hombre era difícil, necio como nadie que hubiera conocido, claro eso era lo que Yong Guk percibía pero si no metía sus manos para arreglar el asunto todo se iba a ir al traste y su hijo volvería a sufrir.


—¡Suficiente con los dos! —Hyun Joo, el representante de Natasha habló—. Por Dios, ya no son niños, me harta verlos pelear.


—Pero solo estoy jugando —se quejó Yong Nam y Yong Guk le regaló una mirada llena de odio, si las miradas mataran la pequeña Ha Na sería huérfana desde hace mucho.


—¡Peor aún! Y tu Yong Guk los problemas que tengas de manera personal aléjalos ahora, necesito a los dos concentrados en este asunto de la inversión al extranjero.


—Yo ya dije me decanto por los alemanes, los japoneses dudaron mucho —dijo Yong Nam teniendo un porte más serio.


—Los inversionistas ingleses no se quedan atrás, tienen una buena propuesta y la alianza de su constructora y la nuestra suena tentador, ambas constructoras tendremos igualdad de ventajas y desventajas, en cambio con los alemanes no vamos a negar que ellos buscan sacar partido —Yong Guk se sentó al lado de su hermano mientras revisaba los papeles en la mesa.


—Aunque los japoneses se ven inseguros es la inversión más ventajosa —Jo Hyun Joo lo decía muy seguro de sí mismo, los chicos asintieron pero su padre les había enseñado que una persona insegura en los negocios es una persona inestable en la vida.


—Definitivamente no —Yong Guk fue el primero en atacar, aunque fuera la más ventajosa por distancia, el cambio de moneda o lo que fuera. No iba a nadar en sentido contrario al enseñado por su padre.


—Quizá si ellos cambiaran de actitud o creyeran a ciegas en nosotros —Yong Nam intervino y el viejo Hyun Joo asintió, se sentía orgulloso de los hijos de su amigo.


—Voy a solicitar a la empresa japonesa sus dudas, que es lo que más les inquieta y vamos a trabajar en borrarles todas las dudas. Si no funciona, los ingleses están en segundo lugar. Fin de la junta —anunció y cada uno se retiró a su oficina pero no se marcharon. Aún había mucho por hacer. Yong Guk miró la hora en el reloj del pasillo, esperaba no quedarse ahí hasta medio día.


 


Las horas pasaron y Yong Guk estaba ausente de sí, parecía un robot escribiendo en su computadora, imprimiendo archivos y firmando todos.


 


—Señorita Song, las declaraciones están listas. Rótelas con los asociados —dijo por el intercomunicador y en pocos segundos su hábil asistente entraba para llevar los papeles con el resto de las personas que debían firmar—. Gracias —la chica le hizo una reverencia y salió de la oficina.


 


—11 AM —murmuró Yong Guk, frotó su rostro y se quitó el saco. Tenía demasiado calor pero no había pensado en quitarse la prenda que lo sofocaba. Se enrolló las mangas de su camisa y aflojó su corbata para seguir revisando lo que faltaba.


Le estaba costando pensar en dos grandes asuntos a la vez, así que paró con su trabajo  y se acomodó en su silla mirando al techo mientras esta daba vueltas. Desde que venía en el auto pensaba la manera de cómo arreglar la relación que tenía con Him Chan, quizá deberían hacerse amigos primero. ¿Él, amigo de ese hombre irresponsable? Nunca


Necesitaba hablar con alguien que no lo juzgara, bueno todos le daban una reprimenda siempre. ¿Tan difícil era valorar todo lo que hizo por cuidar solo de hijo? A Yong Nam lo descartó primero, buen hermano, buen consejero pero para él Him Chan ya estaba fuera de la vida de su hermano. Natasha, ni de broma. Dae Hyun, él era el indicado.


—Dae… Hyun —murmuró, ¿por qué sentía que se le olvidaba algo de su mejor amigo?—. Jung Dae Hyun —continuaba susurrando y entonces sus neuronas hicieron conexión—. ¡JUNG DAE HYUN! —gritó de emoción. Desde que su amigo había adoptado a su hijo cada vez salía menos y Yong Guk lo entendía, tenía responsabilidades de padre y su esposo trabajaba demasiado para sostener la casa. Y eso era lo que olvidaba, que Dae Hyun había sido despedido injustamente y su esposo cubría los gastos, el esposo. Había olvidado que su mejor amigo era gay y que estaba casado. En resumen, tenía que reunirse con él para que le contara como llevaba su relación con Young Jae.


—Him Chan, tengo que hablar con Him Chan sobre esto y los dos debemos hablar con Dae Hyun y su pareja Young Jae. Eso es, pero necesito convencer primero a Dae Hyun.


Yong Guk salió de su oficina y notó que Min Jae guardaba sus cosas, estaba por irse.


—Pst, pst, señorita Song —le llamó en voz baja, la chica miró a todos lados hasta que se dio la vuelta y vio cómo su jefe la llamaba de un modo infantil. Quiso reírse pero no quería faltarle el respeto.


—Dígame, Señor Bang.


—Shh, habla en voz baja —la reprendió Yong Guk y ella se disculpó—. ¿Y el señor Jo?


—Ya se fue, como hace una hora.


—¿Y mi hermano?


—Se irá en unos momentos, su asistente ya se retiró así que no creo que tarde en irse él.


—¿Y usted?


—Ya me iba pero si necesita que me quede…


—¡NO! —Gritó Yong Guk asustando a su asistente— Digo, está bien, tranquila. No moriré si usted no está —la chica arqueó una ceja—. Bueno sí, puedo morir si usted no está pero puedo llamar una ambulancia —los dos empezaron a reír—. Espere a que mi hermano se vaya y me avisa, yo me quedaré hasta más tarde —fue su orden y se encerró en la oficina de nuevo.


Cinco minutos después Yong Nam entraba a despedirse y platicar un rato con él, fue una charla corta porque el gemelo mayor llevaba prisa, solo había preguntado por cómo se encontraba su sobrino y ya. Minutos después Min Jae confirmaba a su jefe que el gemelo de este se había marchado y él le ordenó retirarse también. Ahora estaba como quería, solo. Llamó a Daehyun para llevar a cabo su plan.


 


 


—Junnie, precioso. No juegues en el pasillo —llamó Him Chan desde las escaleras mientras bajaba con un cesto de ropa sucia del menor.


—Estoy esperando a Appa —dijo mientras hacía que su Spider—Man golpeara a Lagarto.


—No debe tardar en venir, mejor ven a ayudarme con la ropa. Deja tus juguetes en la mesa —el menor hizo un puchero pero obedeció a su omma además tenía prohibido jugar en el pasillo por su appa.


 


Madre e hijo entraron  al cuarto de lavado y el pequeño ayudaba a separar la ropa para empezar a lavar, hacían bromas y Him Chan dejó que fuera Jun Hong quien encendiera la lavadora, claro, siguiendo sus instrucciones.


Omma, mi appa aún no me dice a dónde irá Jonguppie, ¿y si ya no vuelve? —el menor puso una cara triste.


—Mi niño —Him Chan se puso de rodillas para quedar a la misma altura que su hijo—. No pienses eso, seguro los padres de tu amigo están ocupados y no pueden responder. No te desanimes, cielo —abrazó al pequeño y besó su frente con ternura. El menor sonrió y le dio la razón a su omma.


 


Después de terminar por lavar toda la ropa del menor ambos se sentaron frente al televisor comiendo gelatina, Jun Hong era cuidadoso, no quería ensuciar el piso que su omma ya había limpiado. Veían lo que más amaba el pequeño, una caricatura de Spider Man. Ambos disfrutaban de la programación cuando el padre del menor llegó.


—Ya estoy en casa —el niño corrió a abrazar a su padre con mucha alegría y Yong Guk le respondió de la misma manera. Estaba feliz de estar en casa con su hijo, luego miró hacia la sala y vio a Him Chan disfrutando del programa sin hacerle caso. Bueno, verlo a él no lo hacía tan feliz.


Ambos se fueron a sentar al sillón y Yong Guk se sentó al lado de Himchan, le dio un codazo y este le regresó una mirada de odio.


Hola cariño, te extrañé mucho— dijo Yong Guk en un tono burlón—. Vaya manera de recibir a tu esposo —fingió indignación y Him Chan puso los ojos en blanco.


—Ya te vi que llegaste, ¿qué más querías? —el mediado se cruzó de brazos mientras Yong Guk lo mataba con la mirada, ya era comida de tiburones en sus pensamientos.


Solo Jun Hong encontraba divertido ese momento de pelea que tenían sus padres, acto que hizo que ambos mayores terminarán riendo, Yong Guk tomó en sus brazos a su hijo y lo sentó en medio de ambos, el pequeño no podía estar más feliz.


—¡Tomemos una foto! —dijo emocionado—. Así como estamos, appa. Y con tu teléfono que luego hace «pi, pi, pi» y saca la foto sola— Los mayores rieron de forma tierna por lo que decía el menor.


—Obturador, ya te dije que se le dice así cuando la foto se toma sola.


—Eso, el oburador


Him Chan no podía con la ternura que le causaba el menor y reír de forma suave para no hacer sentir mal a su hijo, tomó al pequeño por la cintura para darle un beso en la mejilla. A Yong Guk le sorprendió el acto pero no puedo ocultar la sonrisa que también le provocó ver como Him Chan le demostraba su afecto a su hijo. Yong Guk acomodó su teléfono móvil para hacer la foto.


—La imprimiré después y la pondremos sobre la repisa de fotos.


—¡Yupiiiii! Qué esté cerca del abuelo —pidió el menor y su progenitor asintió.


 


Him Chan no mencionó nada sobre el tema de ir hablar con su mejor amigo y esposo de este, y Yong Guk tampoco lo hizo. Los dos sabían que necesitaban tiempo a solas y con el menor era difícil. De vez en cuando Him Chan le dirigía miradas al mayor y este le correspondió algunas, como si los dos supieran en que estaban pensando.


 


—Se durmió tarde hoy —murmuró Yong Guk un poco enfadado.


—Son nueve y media, Yong Guk, no se ha dormido tan tarde… y a mí ni me mires


—No te estoy culpando… lo decía por mí pero bueno, casi no paso tiempo con él en los últimos meses.


—¿En serio? Y con quién lo dejabas antes de que estuviera —pregunto con curiosidad el menor.


—Con mi cuñada, antes con mi mejor amigo y su pareja pero ellos tienen su propio bebé ahora, otras veces se quedaba conmigo en la empresa y mi asistente me ayudaba a cuidarlo. Pero creció y demandaba más atención así que encontré la guardería a la que va además de que cambié mi horario.


Him Chan escuchaba atento todo lo que el mayor le decía, miró al  menor durmiendo plácidamente y se mordió el labio antes de preguntar.


—Se parece…


—A ella —terminó la oración Yong Guk en un susurro—. Sí, se parece —Yong Guk le miró con seriedad— Necesito hablar de algo contigo.


—¿En serio? Yo igual —al empresario le sorprendió la respuesta de Him Chan pero solo por unos segundos, su cerebro captó que sin duda los dos habían pensado en lo mismo.


 


Ambos bajaron hasta la cocina y Yong Guk sirvió las dos tazas de café. Endulzo a su gusto y al de Him Chan cada café correspondiente, Him Chan dio un trago y miró a Yong Guk sorprendido que supiera su gusto.


—¿Qué? ¿Crees que no te he observado? —arqueó una ceja y Him Chan solo sonrió.


—Es mi imaginación o siento que queremos hablar… de lo mismo —el menor soltó las palabras en un tono dudoso.


Yong Guk asintió y sorbió de su café para luego dar un hondo suspiro, Him Chan lo miraba serio casi sin parpadear.


—Sabes que somos un asco —Him Chan río bajo— es decir, ni siquiera nos llevamos bien. No nos toleramos.


—Eso es verdad y creo que eso influye en lo que le proyectamos a Junnie —completó Him Chan


—Debemos cambiar eso, Him Chan. Para bien de él —se formó un silencio incómodo, no sabían cómo contarse sus planes ni como los tomaría el otro.


—Sí, —el menor fue el primero en romper el silencio— somos malos padres y no me lleves la contraria Bang Yong Guk —lo amenazó con una cuchara—, pero podría decirse que tengo una solución.


—¿Solución? Ya me gustaría escucharla —dijo con burla Yong Guk.


—Pues verás, mañana tendremos que reunirnos con mi mejor amigo y su pareja, ellos son gays. Ese es nuestro problema, que no tenemos ni idea como se porta una pareja… y nada de estar toqueteándome —hizo una mueca de susto y Yong Guk empezó a reír.


—Me sorprendes, tuve la misma idea con mi amigo y su esposo, además tienen un hijo. Creo que ellos nos ayudarán mejor… y yo ya arreglé con mi amigo y mañana salimos con ellos. Lo siento por tu amigo.


—Disculpa, pero mi amigo también un hijo. Y yo hablé primero, ya organicé la salida desde la mañana, sí, sin tu permiso —se cruzó de brazos mientras Yong Guk le miraba con sorpresa por lo que había dicho.


—Yo soy el dueño de esta casa, yo mando aquí y Jun Hong es mi hijo. Creo que he ganado.


Him Chan soltó una gran carcajada, él no se rendía tan fácil.


—Creo que soy quien pasa más tiempo con nuestro hijo así que me toca elegir a mí.


—Qué no Him Chan, yo ya quedé con él —alzó un poco la voz— no me vas arruinar mis planes, chiquillo loco.


—¿Chiquillo? Pero si tenemos la misma edad, ¿y por qué loco?


—Pero tú te portas como un chiquillo… y estás loco por lanzarte a mi auto.


Him Chan olvidó la forma extraña en la que había llegado a esa casa y ahora Yong Guk se la recordaba, y tenía razón. Él se había lanzado al auto pero a Yong Guk le había dado otra versión.


—¡Yo iba a cruzar con toda tranquilidad cuando usted, señor padre irresponsable, casi me arrolla! — lo señaló con el dedo


Yong Guk estuvo a punto de lanzarle su taza de café pero eso implicaría limpiar donde el líquido se derramara así que se quedó en silencio, momento en el cual Him Chan se declaraba victorioso.


—Bien, mañana con mi amigo y no se diga más. Lugar y hora por confirmar —dijo parándose de la mesa y salir casi corriendo de la cocina pero Yong Guk fue más rápido y lo tomó de la cintura por lo que Him Chan soltó un grito.


—¡Dije que no me tocaras!


—Ni quien quiera tocarte —Yong Guk lo aventó contra una pared y lo sujetó de las manos—.  Mañana con mi mejor amigo y su esposo, y te callas. Me debes respeto y obediencia. Soy tu jefe que no se te olvide.


Him Chan forcejeaba para liberarse y soltó un rodillazo en el abdomen de Yong Guk el cual de inmediato dobló su cuerpo a causa del dolor. Quizá se había pasado un poco de fuerza.


—Lavas las tazas, fíjate que nada esté fuera de lugar… y, buenas noches. Mañana con mi amigo.


 


 


Yong Guk subió a su habitación luego de recuperar fuerzas, lavar las tazas y pensar con la cabeza fría aquella rara situación en la que estaban metidos los dos,  ya eran casi las once de la noche. Sacó su ropa para ponerse el pijama, miró de reojo y divisó a Him Chan cubierto por completo con la sábana,  ya estaba dormido… eso pensó hasta que le escuchó hablar cuando se acostó a su lado.


—Lo siento —susurró Himchan


—No importa


—Te estoy pidiendo disculpas en serio, esa no es la respuesta que espero.


—¿Entonces cuál? —se formó un silencio y el empresario decidió retomar la palabra antes de que se iniciara una batalla otra vez. —Mañana iremos al parque, dile a tu amigo que vaya yo ya le dije al mío. Ahí decidiremos a quién vemos primero.


—¿Y Jun Hong? Él no puede escuchar de que hablamos —Him Chan se destapó y miró al mayor, este solo le dedicó una sonrisa.


—Jun Hong irá con su amigo, Jonguppie. Por fin me respondieron sus padres y el doctor Moon me dijo que se van mañana por la noche a Francia así que los niños pueden pasar el día juntos.  


 

Notas finales:

Sin más que agregar espero les haya gustado la primera parte del capítulo y no los haYa decepcionado, nos estaremos leyendo pronto.

 

Adiós /o/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).