-Debes ir al doctor- Susurro SeHun por tercera vez en el día al ver a LuHan vomitar hasta su primera papilla mientras él acariciaba aquella bonita espalda intentando reconfortarlo, se encontraban en el baño del departamento compartido, hacia un par de meses habían dado ese gran paso de dejar un poco el nido materno e irse a vivir juntos, el trabajo de LuHan y la universidad de SeHun estaban convenientemente cerca, esa coincidencia no-tan-coincidencia fue la excusa perfecta para dárselas a vivir juntos, aunque ahora el más pequeño no sabía exactamente qué hacer, tenía a un muy-sensual novio enfermo de forma repentina.
-No necesito un doc.… -una nueva arcada interrumpió aquellas palabras, haciendo que la poca o nula comida que aún conservaba en su ahora delicado estomago regresara por su garganta y terminara en aquel retrete- Es asqueroso… -menciono desesperado al tiempo que bajaba la cadena y se dirigía al lavabo, observando su rostro ojeroso en el espejo al tiempo que comenzaba a cepillar su cabello con furia, sus dientes con furia, secarse la boca con furia, empujar a SeHun lejos de su espacio personal con furia.
Le molestaba estar enfermo, le molestaba tener que atenerse a las atenciones de su novio 4 años más chico que él, le molestaba ser vulnerable, pero no podía culpar a SeHun, él había hecho un trabajo increíble de un par de días para acá para evitar que su condición empeorara, por lo que cuando el repentino mareo azoto su cuerpo, no se sorprendió al sentir los brazos de su novio rodear su cintura y pegarlo a su cuerpo, protegiéndolo de lo que era una caída segura.
-Maldigo el momento en el que creciste más que yo –Susurro molesto el mayor, pero sin más se dejo envolver por aquellos brazos que le brindaban una reconfortante seguridad y sobre todo, no se quejo cuando fue cargado hasta la habitación para retozar, su cabeza daba vueltas, maldita enfermedad.
-Debes descansar… ¿Si? –SeHun susurro cariñoso, al tiempo que se acurrucaba al lado de su novio para velar su sueño, si, a todos esos síntomas molestos para LuHan se le sumaba la fatiga constante y él sueño repentino, así que cerró los ojos para seguir aquellas ordenes, esperando que al menos el mareo y las nauseas menguaran un poco por la mañana.
Lamentablemente para él, se despertó igual de mareado, igual de asqueado, con las mismas nauseas y pero un antojo tremendo de un sabroso pan con mayonesa, jamón, queso y tocino, pero no se podía mover, un peso extra se lo impedía. Cuando su mirada enfoco bien, se encontró con la mirada infantil de su novio, que recostado en su vientre lo observaba detenidamente.
-¿Oye LuHan…? –El chico comenzó a hablar con calma, mientras su mano se movía por aquel plano y hermoso vientre, ese que tantas veces había besado, lamido, succionado- ¿Has pensado en ser padre?
¡BOM!
Un balde de agua fría impacto contra LuHan.
¡BAM!
Una bomba lo había dejado totalmente fuera de combate.
¿Qué tontería acababa de decir Oh SeHun?
Sus ojos claros se abrieron de manera impresionante, sacándole al menor una risa boba y absolutamente cantarina.
-¿A qué demonios viene eso?
-Bueno… es que si no fueras hombre diría que estas esperando un bebé –menciono él menor como quien dice “El cielo es azul” y acto seguido poso los labios sobre el pequeño vientre de su novio.
-¡TE HAS VUELTO LOCO! –LuHan, hecho un manojo de nervios exploto, mientras intentaba por todos los medios cubrirse el vientre.
-Bueno, ya, pero te aviso que yo si quiero un hijo… ¿Tienes hambre? Iré a hacer desayuno para tres.
-Pero somos dos…
-Para ti, para mí y para mi bebé- Respondió SeHun, todo sonrisas y todo felicidad mientras se alejaba del lugar.
Por si alguien había pensado algo diferente, LuHan se volvió un manojo de estrés desde ese momento.
¿Su vientre había crecido? Se preguntaba mientras SeHun se bañaba y el discretamente se observaba en el espejo, el lo veía igual de plano.
¿Su humor había cambiado? Él seguía siendo tan desesperado, risueño y extravagante como hacia unos días.
¿Algo en el aparte del repentino pánico había cambiado?
No, claro que no, porque LuHan era un HOMBRE, quizá no lo parecía, quizá se veía algo femenino y por mi jodido dios que con falta era el ser más sexy del planeta, pero seguía siendo un hombre.
¿No es así?
Eso le estaba jodiendo la existencia.
Y con su traje, sentado frente a su computadora, observaba de forma distraída a la pantalla de su computadora y su ridícula búsqueda de aquel día:
“¿Puede un hombre quedar embarazado?”
Ni siquiera quiso seguir buscando cuando encontró la noticia que en el mundo había un par de ellos, no abrió las paginas, solo con leer el encabezado sus nauseas regresaron, guiándolo directamente hacía el baño del lugar a derrochar el ramen que SeHun con tanto cariño le había preparado en la mañana.
Nervios, nervioso y estrés se acumulaban en su mente ahora que daba vueltas a la habitación intentando encontrar el porqué de todos aquellos horrendos síntomas, ahora creía que también se le estaban hinchando los pies. ¡POR DIOS! ¿Qué seguía? ¿Comenzar a llorar como una niña cuando viera a SeHun? ¿Y si era cierto?
¿Y si un hombre podría quedar preñado?
Nunca había usado protección con SeHun…
Y entonces aquellos hombres que salieron en las noticias… ¿Cómo fue?
Su mente trabajaba a un millón por segundo mientras se mordía desesperado el labio, volviendo a observarse el vientre en el espejo.
“Sigo igual” –Pensó para sí mismo mientras pasaba la mano por su delicado ombligo, ese del que SeHun tenía un tremendo e incomodo fetiche de besar y acariciar, acto que detuvo enseguida al escuchar la puerta abrirse, por motivos que aún ahora no alcanzo a comprender, termino escondido en la cocina mientras el rap de su novio se escuchaba por toda la casa en señal de la felicidad que le inundaba.
-Se… ¿SeHun? –Su voz sonó tartamuda, pero en seguida se reprimió mentalmente, pero antes de corregirse el torbellino que era su novio entro por puerta de la cocina de manera estruendosa mientras le toma de las mejillas para dejar un beso en sus labios que no tardo en ser correspondido.
-Hola mi hermoso Xiao LuHan –saludo de forma melosa mientras en un pequeño platito colocaba un poco de leche tibia.
-Hola SeHun… hummm ¿Cómo te fue en tú día? –Pregunto nervioso mientras seguía acariciándose el vientre casi por auto-reflejo.
SeHun lo volteo a ver extrañado, su novio detestaba el “Xiao LuHan” le reclamaba siempre diciendo que él menor aquí era él y que no tenía derecho para decirle de esa forma y que su altura no importaba y más bla, bla, bla que en aquel momento no importaba.
-¿Te sientes bien?
-¡De maravilla! De… de maravilla, digo, si quitamos los mareos, las nauseas, el asco, los antojos, el sueño… estoy, muy, muy… bien.
-Insisto que deberías de ir a un doctor ¿Quieres que vaya contigo?
-No creo que eso sea necesario Sese…
-Entonces quiero hablar contigo LuHan- él más alto tomo asiento en aquella mesa del comedor mientras observaba detenidamente al mayor, quien tragado saliva se sentó a su lado. Sus manos se entrelazaron de forma cariñosa mientras le sonreirá –LuHan… es sobre lo que te dije la otra vez… llevamos poco más de cuatro años juntos y creo que estamos listos para este paso ahora que vivimos solos.
-¿De... de que estás hablando Sese?
-Pero SeHun.
-Realmente me hace mucha ilusión tener una familia contigo.
-SeHun… Sese, ambos somos hombres y sabes… yo…
-Esos son detalles sin importancia…
-¡CLARO QUE IMPORTAN! ¡UN HOMBRE NO PUEDE CONCEBIR!
-¿A qué te refieres?
-¡Ya no soporto más, mi cuerpo va a caer en el estrés si es que no cayo ya, SeHun, no yo puedo concebir y estos tontos síntomas que parece un maldito embarazo, no quiero que te hagas ilusiones falsas porque soy un hombre y…!
-LuHan… Cálmate…
-¡No me quiero calmar SeHun, porque yo no quiero ser una rareza y estadística más de un hombre preñado y…!
Las palabras de LuHan al fin se vieron interrumpidas gracias a los pequeños rasguños y lloriqueos que venían fuera de la habitación, obligándole a voltear para ponerle atención a ese extraño ruido, SeHun, realmente calmado, solo se puso de pie para acercarse a la puerta al tiempo que veía a su alterado novio con una sonrisa.
-¿En qué tonterías estuviste pensando cuando te dije lo de ser padre? No creí que realmente te fuera a afectar tanto. Esos hombres que encontraste embarazados, son mujeres transexuales, LuHan, debes dejar de leer mpreg…
-¿Eh?
-LuHan, saluda a tú hijo, se llama Brandy.
Acto seguido, el menor abrió la puerta de la cocina, unpequeño cachorrito blanco entro por aquella puerta, sus pasitos tambaleantes se pusieron en camino hacia la única cara conocida para él, la del alto chico de tono de cabello cambiante, sin embargo a su corta y torpe edad, con los ojos apenas abiertos hacia unos días y sus torpes patitas aun intentando administrar su peso, termino cayendo en los pies del mayor, comenzando con pequeños sollozos que retumbaron en la habitación del departamento, provocando que en un azote de ternura, LuHan se inclinara a cargar a aquel animalito, que indefenso, se encogió en sus brazos, asustado, hasta que lo coloco sobre su pecho, brindándole un poco de su calor.
-Se que tú querías un Samoyedo Lulu… -Susurro SeHun al tiempo que tocaba la cabecita del cachorro, sintiendo aquel pelo ralo entre las manos- La perrita de la escuela tuvo una camada, cuando los vimos ahí, en el patio, tomando la leche de su mamá mientras lloraban, un sentimiento de protección se apodero de mi, quisimos conservarlos en la escuela, pero la verdad era que los directivos castraron a su madre y estaban planeando tirar a estos pequeñitos a la basura… ¿Qué derecho tenían ellos a quitar una pequeña e inocente vida? ¿Por qué no podríamos nosotros darles el derecho de una vida cariñosa y digna? Digo… si ves a unos bebés humanos en la calle no piensas en tirarlos en la basura ¿Por qué Brandy y sus hermanos serian diferente? Ellos también merecían un hogar.
Los ojos del mayor se empañaron ligeramente por culpa de aquellas palabras de parte del menor, por lo que elevo ligeramente a aquel cachorrito, acercándolo a su rostro hasta sentir aquella húmeda lengüita sobre su nariz, sacándole una suave risa y ¿Quizá algo más? Algo que después, secretamente llamaría “instinto maternal”.
-Hiciste bien en traerlo a casa…
-¿Entonces… has pensado en ser padre?
-Pues ya me has hecho padre.
-Buen punto.
-Eso te hace a ti la madre, SeHun.
Una risa apareció en los labios de ambos antes de volver a observar con cariño a aquel cachorrito.
¿Después de eso? Bueno, Brandy agarro gusto por las pantuflas de SeHun.
¿Y LuHan? Él solo tenía infección estomacal