Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Hagamos una tregua y di que me amas! por koru-chan

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Tomé el pomo de la puerta abriendo una pequeña rendija. – Permiso… – dije en tonito cantarín y “sumiso” sonriendo malvadamente al adentrándome a su habitación. – Qué conste que pedí permiso… – subí los hombro cerrando la puerta detrás de mí con suma lentitud sin borrar aquella sonrisita de mis labios, él muy idiota las pagaría, oh si, nadie en su sano juicio metería mi laptop al basurero  manchándola con comida y nadie, repito, NADIE vacía mis cremas ni artículos para el rostro y deja los envases tirados y da una estúpida excusa que fue un fantasma con su maldita e hipócrita sonrisa de retrasado, ¡DIOS! En que estaba cuando llegué a pensar que ese imbécil me gustaría… porque sí, pensé en ello. Fruncí el ceño con un objetivo claro: hacer mierda su habitación.

Me apoyé de espalda sobre la madera envejecida de la puerta mientras me cruzaba de brazos mirando con detención su deplorable habitación. – Esta pocilga es un desastre. – bufé caminado hacia la cama pateando ropa sucia del suelo en aquel pequeño trayecto.

Me acerqué a la cama, la cual estaba desordenada, tomando las mantas y aventándolas hacia un lado para sentarme sobre el colchón. Me crucé de piernas inspeccionando el cuarto, deteniendo mi vista en su closet abierto y desordenado donde colgaban prendas arrugadas y mal cuidadas, miré el suelo percatándome que había prendas esparcidas por todas partes. Saqué una tijera de mi bolsillo trasero para tomarlas entre mis dedos y abrirlas una y otra vez como maniático para luego sonreírles maquiavélicamente. – Mis hermosas cómplices. – esbocé dirigiéndome hacia aquel lugar, tomé pantalones los cuales les corté una pierna, a otros por la mitad, les hice agujeros, repetí el mismo acto con sus poleras, camisas, polerones, chaqueta y lo que se me cruzara por delante. Cuando me harté de hacer aquello tomé algunos embaces de crema y los vacié sobre un mueble, en cual tenía libros, videojuegos, una consola y la televisión. – ¡Ups! – dije con la mirada sombría.

Seguí recorriendo su habitación, tropezándome. – Mierda el karma es de temer… – me carcajee mirando al culpable que casi me hace caer, con odio me percaté que era un sostén de las innumerables zorras que ese traía a casa. Tomé con repugnancia las prendas de mujer que han tiradas  y las aventé por la venta asqueado por tener que tocarlas.

 

Me senté en la cama rebuscando cosas en la mesita de noche del idiota encontrando revistas porno y preservativos, tomé mis hábiles tijeras recortando cada página para luego embarrarla con un líquido translucido de una pequeña botellita que no sabía que era, se veía viscoso y repulsivo.

Cuando  mi objetivo estuvo listo, tomé mis tijeras yendo rápido hasta la puerta, el tiempo se me había pasado volando, ya se estaba anocheciendo y en cualquier minuto llegaría el dueño del departamento.

Justo cuando iba a tomar el pomo de la puerta vi como esta se abría percatándome en primera instancia de la mirada extrañada de aquel chico idiota. – Hola. – saludé cantarín dispuesto a salir por un costado de su cuerpo, pero este me tomó de uno de mis brazos con fuerza.

– Se puede saber ¿Qué mierda haces aquí…?–habló rabioso.

– Vengándome… NUNCA vuelvas a tocar mis cosas. – hablé mirándolo desafiante. Vi como alzaba su vista mirando a su alrededor para luego sonreírme alzando mi mentón con brusquedad, gruñí molesto moviendo mi cabeza hacia un lado.

– NUNCA vuelvas a entrar a mi habitación. – sonrió sobre mis labios mordiendo el labio inferir haciéndome daño dejándolo levemente hinchado. Me aventó a su cama de la cual me levanté rápidamente quedando sentado llenado una de mis manos hacia mi labio afectado. Lo miré con el ceño fruncido viendo como alzaba su camisa, la cual estaba dentro de su pantalón, desabotonándola lentamente, quedé embobado con la cara roja viendo como poco a poco se asomaba su piel desnuda dorada y tersa.  Con la cara roja me levanté de la cama quedando frente a frente de él, quien me hipnotizó, otra vez con su sonrisa.

Me tomó por la cintura adentrando sus manos descaradas debajo de mi polera para tocar mi piel, la cual inconscientemente se erizaba con su tacto. Suspiré en su pecho intentando calmar aquel deseo que gorgoteaba en mis entrañas, DESEABA tocarlo, deseaba sentirlo…

– ¡Suéltame! ¡¿Que intentas hacer?! – salí de mi pequeño transe al sentirme acorralado contra el colchón. Bufé molesto girando mi rostro hacia un lado cuando percibí que Akira se acercaba peligroso a mis labios.

– Los pequeños como tú, que entran a mi cuarto, sin permiso, son castigados… – Su maldito susurro me había dejado más caliente de lo que ya estaba y más aun cuando sentí sus labios húmedos rozar mi oreja y parte de mi cuello. Comencé a respirar agitado y mis mejillas se colocaban cada vez más rojas.

Me removí intentando soltar mis manos, las cuales estaban firmemente prisioneras sobre mi cabeza. – mgh… ahh– vi como Reita sonreía con autosuficiencia al escuchar aquel pequeño gemido provenir de mis labios, caso error al intentar removerme de su agarre, produje que mi miembro rozara son su rodilla posicionada entre mis piernas, maldita placentera sensación.

– Estas ganoso… – se burló.

– Bastas de juegos, ¡suéltame! ¿Si me haces algo…? ¡Te denunciaré por violación! – lo miré furioso con las mejillas brillantes de lo sonrosadas que estaban.

– ¿así…? – paseó una de sus manos por mi muslo tocando adrede mi oculto y deseoso pene haciéndome cerrar los ojos con la oleada sofocante de calor que recorrió mi cuerpo. Escuché una pequeña sonrisa para luego sentir su dedos alzar mi polera, dejando al descubierto mi vientre y parte de mi pecho. Comencé a respirar agitado al sentir los sutiles roces de sus dedos acariciando mi piel excesivamente sensible. Mi cuerpo vibraba de deseo, la boca se me secaba…

Mordí mi labio inferior alzando mi cabeza hacia tras sintiendo sus labios húmedos seguido de un lametón en mi abdomen, recorrió mi piel hasta llegar a mis tetillas lamiéndolas y mordisqueándolas sin cuidado. –mmh… R-Reita… eres un bruto… –intentaba alzar mis manos hacia delante para alzar su cabeza de mi pecho. Fruncí mi ceño mirándolo con la respiración agitada, este simplemente me miraba divertido sin apiadarse si me hacía daño o no.

Continuó mordisqueando mi piel regándola de pequeñas manchitas rojas. Llevó sus hábiles manos sobre mi entrepierna prisionera sobando la tela de mi jean, pequeñas lagrimillas de asomaron por mis ojos, maldición como dolía, pero a la vez se sentía tan putamente placentero que creía que me estaba volviendo un enfermo masoquista.
– Mgh… B-basta… – exhalé en suspiro arqueando mi espalda sentía claramente que me correría. Contraje mi pierna  presionando su cadera desesperado, no faltaba mucho, me correría…

Sentí que soltaba mis prisioneros brazos y dejaba de tocar mi miembro justo a escasos segundos que me corriera, lo miré extrañado frunciendo el ceño al ver su puta cara, se levanto de mi cuerpo dejándome excitado a morir.

– Si quieres que continúe pídemelo. – sugirió apoyando su espalda en el respaldo de la cama mientras yo aun continuaba recostado intentando apaciguar mi agitada respiración.

– ¿Esa era tu venganza? ¿Dejarme caliente para que te “rogara” que me tiraras? Estas idiota… mgh…– gemí al sentarme con dificultad en la cama producto de mi desatendida entrepierna.

–Uh, necesitas ayuda ahí… – habló con inocencia estirando su mano para palpar aquella zona.

– M-mierda…. – me sonrojé tomando entre mis puños su camisa abierta que insinuaba aquella piel que ansiaba por tocar. – Ha-hagamos una tregua… ¿vale? – susurré sobre sus labios rosados y apetecible, este simplemente alzó una ceja divertido, lo cual ignoré llevando una mano a su entrepierna, percatándome que estaba bastante duro. Desabotoné sus jean negro bajando su cierre ansioso, sintiendo su mirada en mi persona. Introduje mi mano en un bóxer blanco acariciando aquella piel venosa y caliente. – Es grande… – dije en un susurro retractándome de aquello que había pensado y que no tenia intensiones que supiera para no elevara su puto ego. Lo miré sonrojado al oír una sonrisita orgullosa. Bufé acariciando su pene de arriba abajo de forma lenta acercando mi boca mientras relamía mis labios, exhalé mi aliento viendo como se contraía, sonreí lamiendo su glande para luego meterlo por completo en mi boca jugueteando con mi lengua, succionando de vez en cuando produciendo soniditos húmedos exorbitantes a mis oídos. Era primera vez que practicaba una felación y me daba un poco de temor no hacerlo bien.

Cerré mis ojos manteniendo un ritmo constante hasta que sentí como Akira tomaba mi cabeza alzándome de mi ardua tarea. Limpie mis labios con mi ante brazo mirándolo expectante, ¿acaso no le había gustado?

Tomó la mano la cual limpiaba mis labios para acercarse a estos besándome de forma apasionada, fue un beso corto pero me dejó sin aliento, me senté sobre sus muslos sin despegar nuestros labios ni nuestras miradas sintiendo como nuestros alientos calientes se mezclaban.

Coló sus manos en mi cintura alzando mi polera para quitármela, alcé mis brazos mirándolo con las mejillas rojas, para evitar su mirada llevé mis labios a su cuello mimándolo de besos húmedos y sutiles moraditas, su aroma era exquisito, me embriagaba. Deslicé mis manos por su pecho, sin alejar mis labios de su piel, deleitándome con su vientre fuerte y trabajado mientras sentía como volvía a estimular mi miembro esta vez introduciendo su mano dentro de mis pantalones sacándome múltiples gemidos. –amh Rei…reita. – mordí su cuello reprimiendo un gemido, el cual salió ahogado. Akira alzó mi trasero para bajar mis pantalones me hice hacia atrás sentándome en medio de la cama quitándomelos lentamente sensual y atrayente, vi como Reita se mordía su labio inferior lo que me hizo sonrojar al ver como ese gesto denotaba deseo, Akira me deseaba…

Abrí mis piernas un tanto avergonzado, entregado completamente desnudo para él, aquel rubio se quitó con rapidez sus pantalones para acomodarse entre mis piernas. Me recosté intentando calmar mi respiración al sentir su húmeda y caliente boca recorrer la cara interna de mis muslos, sentí que se alejó unos centímetros para tomar una botellita, que yo anteriormente casi había vaciado por completo, la agitó mirándola de cerca percatándose que casi no había aquel viscoso líquido. – Me debes una botellita de lubricante. – dijo lanzándola hacia atrás.

– ¿eh? – agitado pregunté sin entender percatándome que aquella rara botellita era lubricante.
– Hagámoslo a la antigua entonces... – habló alzando una ceja yo estaba como ido. Vi como cogió mis piernas alzándolas desde mis muslos dejándome expuesto. – ¡Akira! – gemí avergonzado sintiendo como su lengua se paseaba por mi entrada estimulando aquella zona impenetrada. – N-no seas brusco… – hablé temeroso, este no me dijo nada sólo procedió introduciendo un dedo, se sentía extraño y más cuando lo movió de forma circular, aun así, no me quejé, sólo se sentía raro …

– Se supone que estamos en una “tregua” – dándome a entender que no me haría daño,lo miré a los ojos al escuchar su voz seguido de la intromisión de un segundo dedo, el cual tocó algo que me hizo vibrar y erizar cada bello de mi piel, me aferré de las sabanas deseoso, sentí un par de estocadas más en aquel punto haciéndome sudar y arquear mi espalda.

Akira quitó sus dedos introduciendo de forma lenta su pene, el cual se sentía más grande que cuando lo había tocado. Reita llevó una de sus manos por la cara interna de mi muslo hasta llegar a la parte de atrás de la rodilla la llevó hacia mi vientre terminado de introducirse por completo.
 – Mierda – esbocé adolorado y jadeante. Pasaron unos segundo antes que se comenzara a mover lentamente, colocó ambas piernas a los costadas de sus caderas cuando las embestidas subieron poco a poco de nivel. – mmh…puta, eres estrecho… –  sentía como entraba y salía en cada vaivén de su cuerpo contra el mío, deseoso busque sus labios enredando una de mis manos en sus cabello rubio y desordenas sintiendo con mi otra manos como los músculos de su espaldase marcaban debajo de su camisa. –mhg… – gemí desesperado en medio de aquel beso al sentir como una de sus manos aprisionaban mi miembro a punto de explotar. –¡me voy a correr! – hablé en un susurro histérico rosando sus labios para luego sentir como una sustancia espesa invadía nuestros abdómenes arquee mi espalda contrayendo mi cuerpo, sintiendo como el orgasmo me recorría. Pude sentir como se dibujaba una sonrisa de sus labios satisfecho en mi cuello seguido de un gruñido y una mordida en mi piel dando por hecho que el igual se había corrido, me penetró un par de veces más para salir de mi interior cayendo exhausto sobre mi cuerpo aletargado, inerte intentando normalizar su respiración.

Podía sentir su respirar en mi cuello teniendo yo mi cabeza girada hacia el costado, ninguno hablaba, ninguno se tocaba… después de haberlo hecho. Suspiré tampoco me atrevía a mirarlo.

Sentí un escalofrió y como mi piel ardía al sentir como se volvía apegar a mi cuerpo hundiendo su rostro en mi pecho acariciando levemente mi cintura.

Definitivamente algo sentía por él… me abracé a su espalda intentando apaciguar aquellos desenfrenado latidos que no me dejaban en paz.

Desperté abrazado a un almohadón cubierto escasamente desde la cintura hacia abajo con una delgada sábana blanca. Percatándome que el rubio dueño de aquel cuarto no se encontraba.

Me levanté buscando mi ropa para huir de aquel lugar, sentía mi cabeza abrumada golpeada por sentimientos los cuales eran obvio no corresponderán…

 

– ¡QUE SE SUPONE QUE ES ESTO! – grité furioso aproximándome donde ese rubio idiota tomaba desayuno.

– Deja de gritar… que fastidio. – vi como se levantaba del desayunador dejando los platos sucios sobre el fregadero para irse hacia la sala.

– ¡Reita, por la mierda! – lo seguí viendo como tomaba un periódico que estaba sobre la mesita de centro, ignorándome completamente.

– ¿Qué…?– habló desinteresado. Apunto de un colapso le quité el puto diario y le refregué en la cara aquellas hojas mojadas que escurrían agua.

– ¡¿Qué esto?! – hablé entre dientes furioso

– Hojas y están mojadas, parece un informe…– acercó su vista para mirarlas con los ojos entre cerrados como examinándolas detenidamente cruzándose de brazos. Lo miré con odio aventando las hojas al suelo.

– Se podría saber ¿por qué putas estaban en la taza del baño? ¿Mágicamente llegaron ahí? – Akira se levantó del sillón regalándome un pequeño beso en los labios separándose de inmediato con una sonrisilla colada en sus rosados y bellos labios para cambiar a una sonrisita malvada.

– Acostúmbrate… te seguiré jodiendo la vida hasta que pagues por lo que hiciste y… luego hacemos una tregua. – giñó uno de sus ojos coqueto acercándose para morderme mi labio inferior dejándome rojo y avergonzado.

– ¡¿hasta cuando vas a seguir comportándote así?! – le grité rojo viendo que entraba a su habitación.

– Hasta cuando reveles tus sentimientos por mí… – se burló

– ¡lo mato! – gruñí sintiendo como mi rostro se volvía caliente y las mejillas me palpitaba.

 

 

Notas finales:

Hi!
Gracias por leer sólo espero que les haya gustado el oneshot que terminó con dos cap c:

fueron muy bonis conmigo con los lindos rw que me enviarón :3 me dejarón asdasd feliz.

en fin

como siempre nos leemos c: n.n)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).