Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lamento de la Sirena por PrincessIce

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Quiero agradecer a todas las personas que leyeron mi fic desde hace dos años, espero de verdad que les haya gustado y bueno todo lo que empieza debe terminar.

 

A flote el verdadero amor~

Un impulso, o quizá algo más escondido en el fondo de su ser, lo mueve a correr a recogerle, no iba solo, justo a su lado su hermano menor con gesto visiblemente preocupado lo acompaña, toma su rostro intentando hacerlo reaccionar, llamándolo por su nombre en repetidas ocasiones,

 

La mano pequeña del flautista fue acogida por la del gemelo mayor –Sorrento… - el tono dulce en que lo llama descoloca a Kanon, no comprendía de donde había aparecido la simpatía por el chico si hacía un tiempo atrás lo odiaba con todo su ser.

Las pestañas largas del pelivioleta se abrieron con pesadez al escucharlo  – Debes huír… cuanto antes, ya viene para acá – las lágrimas escaparon con desespero del rostro angelical del menor.

–¿De qué estás hablando Sorrento? – interviene en esta ocasión el verdadero Kanon, aturdido por el ataque del dios no sabe cómo distinguirlos de momento. Es llevado al interior de Géminis en cuanto perciben la fiebre que le ataca, entre ambos comienzan a cambiar esa ropa llena de sangre, así como las curaciones pertinentes en las heridas visibles.

Las compresas de agua fría eran cambiadas constantemente, en cuanto Kanon sale de la habitación, su hermano mayor acaricia con ternura que remordía su conciencia a cada segundo que lo veía en ese estado – ¿Qué sucedió pequeño? – un delicado beso es posado en su mejilla esperando desde el fondo de su ser que se recupere, al escuchar los pasos de su hermano de nueva cuenta guarda distancia con el flautista.

– Esto me resulta algo raro ¿ a ti no Saga? - trataba de descifrar qué bestia había atacado a su amigo, su hermano era muy inteligente y buscaba la manera que le ayudará a pensar en eso, sobre todo la advertencia que les había dado, aunque sus sospechas apuntaban al dios de los mares.

– Kanon… – la atención de ambos rostros idénticos se enfoca en el menor que parece reaccionar positivamente – Vendrá…  Poseidón – la garganta seca de Sorrento le impedía tener una fluidez en su comunicación  – Agua...– el vaso llenandose con la jarra que tenía a un lado no se hizo esperar a manos de Saga, con toda voluntad lo ayuda a levantar un poco el tronco de su cuerpo para permitirle beber un poco.

 

Con un poco de respiro continúa dando la advertencia – Se que me prometí a mi mismo no poner un pie más en este lugar… ya no estaba dispuesto a recibir tus burlas - el ceño arrugado se forma en la expresión de Kanon, inevitablemente dedicó una mirada de pocos amigos a su hermano que solo desvía la mirada para no sostenerla.

 

–Poseidón se enteró, de lo nuestro… está furioso, se que debo asumir la consecuencias … de … mis actos - aprieta los ojos para no derramar más lágrimas , pero traidoras enmarcan de nuevo unos suaves surcos en su bello rostro. –Cuando pasó todo esto tenía la esperanza de que haríamos una vida juntos, que no tendría que volver al mundo marino a su lado – el tono afligido del menor alerta a los gemelos de los conflictos que se cegaron a ver que tenía Sorrento.

–Espera cálmate que esto no te está haciendo bien– trata de calmarlo Saga, pero el menor lo mira con reproche, sin entender su repentina amabilidad con él. – Hey, solo quiero ayudar – se separa unos centímetros al sentir el manoteo y rechazo por parte del menor.

– ¡Es que no lo entienden!...¡Ya no quiero perder a nadie más!- se lleva las manos a la cabeza desesperado – Si Poseidón viene… no se quedaran con los brazos cruzados se va desatar una pelea inútil, no quiero que te mate, te amo… tampoco quiero que esto dañe a Julián… él es como mi hermano– deja abierto su corazón ante los dos seres a los que considera que más lo dañaron en el santuario, pero la sinceridad para generar la empatía necesaria era prioritario en esos momentos, así no tomarían sus comentarios en saco roto.

– Hablaré con el patriarca para redoblar la seguridad – es tomado con fuerza del brazo, no quería reforzamiento defensivo, sino quería que cuando Poseidón llegara no lo encontrase por ningún lado.

– A el no lo va detener la defensa del santuario, quiere tu cabeza, mira… no quiero ser culpable de una guerra santa, yo… en cuánto sea posible iré a la playa, si llega haré todo lo que esté en mi para calmarlo, pero si percibe tu cosmo ni yo podré detenerlo, solo vine para darte tiempo a huir– quita la cobija que lo cubría, con lentitud se levanta dispuesto a cumplir su palabra, más los gemelos se interponen como si estuviesen sincronizados.

–No irás a ninguna parte, tu no estas bien- vuelve a entrometerse en ese asunto Saga, su hermano menor le da totalmente la razón en esos momentos haciéndolo sentarse a la orilla de la cama.

–Lo que haga de ahora en adelante es algo que no les importa, tampoco vine en busca de compasión – su voz estaba cargada de dolor y rencor, haciendo uso de su débil cosmos su mano logra atraer el dorado instrumento musical, del cual hace resonar un par de notas que paraliza momentáneamente los cuerpos de ambos hombres, facilitando la huida tal y como lo dejó dicho momentos antes – Solo espero no me compliquen más el asunto… Vete del santuario por favor– la ventaja que había tomado el marina fue bastante extensa para cuando ellos pudieron moverse de nuevo.

–Vete, le pediré al anciano maestro que te esconda, yo me haré cargo de Poseidón – con determinación ordenó el mayor de los gemelos, cosa que totalmente rechaza el menor – ¡Carajo!¡¿Vete o quieres que yo mismo te lleve a encerrar a algún calabozo para salvar?! – la mirada desafiante del menor le indica el rechazo de su orden.

–No me iré ¿estás loco acaso?... ¡Yo sabía que había algo mal en ese niño!– toma de los hombros a su hermano mayor y lo zarandea – aun asi me deje llevar… no pensé que acostarme con él traería todos estos problemas– no solo estaba preocupado por el menor, le gustaba , era cierto que por eso cayó en la tentación de tenerlo, pero recién lo habían aceptado sus compañeros de armas, y ahora estaba siendo determinante para estallar una nueva guerra santa entre Athena y Poseidón, eso no se lo iban a perdonar jamás.

 

–Este también es mi problema, yo orillé a Sorrento a todo esto, por mi celos destructivos, ¡porque no quería que estuviera junto a ti, porque te quería para mi!– retira con fuerza las manos de su hermano menor – desde que llegó lo vi en sus ojos, como su alma se derrite de amor por ti, no lo soporte, ¡Yo soy el causante de eso! ¡ Yo arroje de nuevo a Sorrento a un infierno que ni siquiera podemos imaginar que estar consumiendo al lado ese dios desquiciado!- dio vueltas pensando cómo resolver el problema, pensando como proteger a su hermano y a … Sorrento. Su cosmos llama la armadura dispuesto a seguir al menor para enfrentar al dios – Así que vete ya-

 

El mar se agitaba a cada paso que se acercaba Sorrento de Siren a la orilla, el remolino levantaba al dios reluciendo su brillante armadura de escamas doradas, el tridente sobresalía ordenando al oleaje lo depositara en tierra firme. – Vaya… mi lindura está dispuesto a volver a mis brazos -una sonrisa ladina se enmarca en el rostro del dios – y trajiste a tu amante – el corazón de Sorrento se acelera en ese momento, girando sobre su propio eje para darse cuenta que le han seguido.

–Sorrento no está sólo – Saga se coloca frente a Sorrento para cubrirlo de cualquier ataque que pudiese recibir por parte de Poseidón. –Idiota, quítate de aquí– reprocha la hipocresía del géminis principal por querer ayudarlo en esos momentos.

 

–¡Oh !... que modernos son, están tus dos amantes aquí– el menor no comprende porque su dios dice semejante cosas, resta importancia al comentario, le preocupaba más la llegada de Kanon desprotegido a enfrentar también al dios de los mares.

 

–Traidores, pervertidos, y mañosos… ¿qué más se puede pedir a los santos de Athena? - irónicas las palabras que escupe el dios, concentra su mirada en el menor que se teme por una desgracia mayor – ¿cómo te pueden gustar estos tipos?... ¿ si sabes que practican el incesto?– el rostro desencajado de Sorrento se fija en esos dos hombres, Kanon desvía la mirada, mientras Saga aprieta los labios furiosos.

– Que seas un dios, no te da derecho a juzgar nuestros actos como impropios ¿ y a ti quien te va juzgar? ¿acaso es correcto que fuerces a estar contigo a Sorrento?– arremete Saga contra el dios para hacerlo tragarse sus palabras.

–¡Insolente!... Nosotros los dioses podemos hacer lo que queramos con insignificantes como tu, mi bello Siren, quita esa cara que tú también lo has practicado– lo señala con su tridente destellante – Julián nunca te lo dijo ¿no es así?, bien pues ahora te enterarás, de alguna manera me resultó excitante obligarte que acostarte con este cuerpo que lleva sangre del mismo padre que la que tu llevas- sonríe triunfante por darle una estocada más en el alma al traidor de Sorrento, aunque tenía una más reservada que lo haría trizas.

–¡Eres un cerdo! - esta vez fue Kanon quien le grita con desprecio al ver a Sorrento en shock por la noticia, lentamente se acerca por detrás del menor para apretar suavemente sus hombros en símbolo de apoyo.

– Bien, ya basta de palabrerías, al menos Sorrento te agradezco que me hayas traído a los dos, me evitaste buscar a estas ratas que han mancillado lo que es mío - el tridente comienza a girar teniendo como objetivo primeramente a Kanon.

–¡Another Dimension! - una abertura en el tiempo-espacio lanzada por Saga protege a su amado hermano, haciéndolo aparecer en otra zona de la playa tan solo para esquivar el tridente – ¡Hermano no puedes pelear sin una armadura, vete por favor!- sonó más a un ruego esta vez, pues le estaría complicando el asunto al protegerlos a los dos al mismo tiempo.

 

–No se resistan, de todos modos se van a morir… Dime Sorrento ¿ a cual de los dos amas más?– en un dos por tres Sorrento desaparece de espaldas de Saga, ahora pende de la mano del dios que estruja su cuello. –¿acaso nunca te diste cuenta?... tal parece que solo te enamoraste de un rostro, jajaja – la posición del menor cambia cuando el dios afloja el agarre para darle la vuelta, tironeando de su cabello para que los observe una vez más. – Te haré un favor, mataré primero al hombre que te preñó del estúpido bastardo que te arranqué – ambos gemelos sintieron que el alma se les escapaba del cuerpo al conocer el origen de esa hemorragia con la que llegó Sorrento al santuario.

– ¿Qué derecho tienes de asesinar a un ser inocente que aun no nacía? – reprocha dolido Saga, en lo más profundo de su ser sentía que ese hijo era suyo.

–Eres un dios ruín, ni siquiera podía defenderse, era un bebé ¡Maldito! -Fue el turno de Kanon que hacía unos momentos podía estar seguro que era su hijo, más las dudas comenzaron a brincarle rememorando todo lo que ha dicho el dios a Sorrento, ¿ y si por eso andaba raro Saga? ¿ acaso tuvieron algo?.

–¡Tu serás el primero!¡engañaste a MI Sorrento!– el rostro furioso como nunca antes habían visto en Poseidón aparece ante ellos –¡Sorrento era MIO! ¡TU MALDITO TE ATREVISTE A PEGAR TU ASQUEROSA SEMILLA EN EL! ¡MUERE SAGA DE GEMINIS!– eso confirmó su paternidad, y todo eso que negaba en su ser, esos sentimientos ocultos afloran ya con seguridad. Kanon no reacciona de la impresión, de saberse traicionado por su propio hermano una vez más.

Sorrento no podía creer que todo este tiempo había sido Saga y no Kanon, en un descuido del dios se suelta del agarre, el tridente se encaja con profundidad, salpicando grandes cantidades de sangre – ¡NO! ¡NO!, ¿porque lo hiciste? – grita Saga sosteniendo el frágil cuerpo herido por el dios.

– Me arrebató a nuestro hijo… yo no … no iba permitir que te hiciera daño también – un par de lágrimas caen sobre el rostro de Sorrento – No llores… ya no voy a sufrir– le sonríe dulce, levanta su mano temblorosa para secar las lágrimas de Saga.

 

–¡AAHH!- Poseidón se llevan las manos a la cabeza, Julián luchaba por quitarle el control – No le harás más daño a mi hermano… – la voz cambiaba con constancia en la lucha interna entre el dios y Julián Solo.

– No hables… estás débil, Sorrento resiste por favor… mi amor, no me dejes – aquella declaración del caballero dorado arranca lágrimas al menor, un grito de dolor aparece en el cuando el arma del dios de los mares sale de su cuerpo desangrándose más, ahora era dirigida con desespero sobre Kanon, la armadura de géminis se desprende del cuerpo de Saga para interponerse entre el tridente y Kanon, deteniendose en un estruendoso choque metálico. Sorrento es depositado sobre la arena, tan solo para generar el universo en sus manos, las palmas extienden ese gran big bang, la mano de Sorrento aprieta el tobillo de Saga suplicando piedad – No mates a mi hermano… no tiene la culpa, es un inocente – pronuncia en un hilillo de voz, la mirada compasiva por parte de Saga es dedicada a su amado Siren. – ¡GALAXIAN EXPLOSION!– no solo ha sido su ataque, la gran explosión generada por el mayor se incrementada al unirse la proyectada a la par con la de Kanon.

 

La armadura de Poseidón se desprende del cuerpo de Julián quien cae de rodillas en una burbuja de energía que al parecer son las oraciones de Athena, que en alguna parte del mundo se ha percatado de la pelea, una corriente de aire traen consigo decenas de sellos con benditos por la diosa cubriendo en una cúpula la armadura y el alma del dios.

 

El resto de los dorados consigue llegar al área rodeando la dramática escena del muchacho moribundo en brazos de Saga, detrás suyo Kanon lo miraba con mucha pena – Kanon te quiero mucho, gracias por todo – estira la mano para coger la del gemelo menor, Saga por su lado siente acongojado el corazón al saber que el amor de Sorrento solo le corresponde a su hermano. – Saga… cuida de Kanon… ambos cuiden a Julián – sus palabras son interrumpidas por un histérico Julián que se acercaba desesperado .

–No te atrevas Sorrento… no me dejes, perdona por ocultarte que eras mi hermano, pero… te juro que no fue con malas intenciones, no quería que me rechazaras si te decía la verdad – la mano de Sorrento se posa en los labios de su hermano – No vas a estar solo… ¿ acaso crees que no me daba cuenta que te gustaba? – le mira de reojo a Kanon, aquello arranca un sonrojo inesperado en el joven Solo. – Pero a ti te gustaba primero – susurra Julian.

– Eso ya no importa, yo amo a alguien más… – Saga gira su rostro con sorpresa al escuchar las palabras de Sorrento – Muy tarde abrí los ojos, no supe darme cuenta que no era Kanon del que me enamoré – un ataque de tos aflige al menor, Mu y Shaka corrían con lo necesario para atender a Sorrento – Te amo Saga – los labios del mayor no desean esperar más para demostrarle que ese amor es correspondido.

– Quédate a mi lado...– suplica Geminis por que luche por su vida, más era algo inevitable y todos se habían percatado de ello.

–Lo estaré… ahí en nuestro lugar… en ese estanque siempre estaré para ti – poco a poco su voz se fue apagando – Bésa...me – sus labios temblorosos buscaron los Saga con tanta ternura, ese último aliento era tan solo para sentirse amado…

Apretó los ojos fuertemente el peliazul en cuanto ya no sintió golpear su boca esa calidez de su respiración , cuando su boca dejó de responderle tan dulcemente, un alarido desesperado fue lo único que se escuchó en esos momentos provenientes de Saga, su hermano lo abrazo fuertemente, mientras Julián se aferraba ahora al cuerpo inerte del que fue su hermano menor.

Cada noche sin falta, a la misma hora de su muerte el amante solitario llegaba al estanque cristalino en aquella gruta, se recostaba y al cerrar los ojos podía escuchar perfectamente la melodía del lamento de la sirena, sugestión o no, pero claramente percibía sus brazos tibios rodear su cuerpo – Te amo –.


FIN


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).