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Placer puertas adentro por Mero-Mero-San

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-¡¿Pasado mañana?! ¡¿Por qué?!- Robin se había puesto de pie de su asiento frente al escritorio de Garp, el mayor suspiro y negó con tranquilidad, al igual que ella no se encontraba nada feliz que la batalla se haya adelantado antes de tiempo –no puede ser que deban irse dentro de un día ¿Qué pasara con los novatos que entrenan?-

-Hay algunos novatos que sobresalen, ellos se harán cargo de los demás jóvenes, luego los enviaremos a combate-

Robin se toco el pecho al sentir la opresión, estaba preocupada y dolida por Sanji, ese chico le había dicho que no estaba interesado en pelear, solo quería cocinar y tener su propio restaurant, no quería que sus sueños le sea arrebatado por el conflicto de su país -¿Kuroashi Sanji deberá ir?-

Miro su papeleo –No, el debe quedarse a orientar al resto, será buen apoyo aquí-

Se alivio y ahora su prioridad se centro en Zoro –Garp-san ¿Luffy también será enviado?-

Esa pregunta sorprendió al mayor que se puso de pie -¡Mi nieto no pertenece aquí!- golpeo su escritorio con ambas manos -¡No digas estupideces!-

-¡Pero es un novato al igual que el resto, el mismo acepto estar aquí!- ella rogaba que Luffy no fuera, no quería que ese pequeño se viera envuelto en la desgracia y volviera cambiado, sin ser él.

Volvió a sentarse tapando sus ojos con la derecha, aunque se negara era verdad, Luffy había aceptado estar allí y quería dar su vida por el país, pero…era su adorado nieto, no quería que los recuerdos de su infancia fueran borrados por el fuego de la tragedia.

-Entonces…les comunicare que deben prepararse para la batalla, si me lo permite me retirare-

-Espera Robin- ella se detuvo, hace mucho tiempo que su superior no la llamaba por su nombre en privado –tu…quieres mucho a mi nieto ¿verdad?- ella sin respuesta y con la expresión más seria se volteo –quisiera que estés a su lado el máximo tiempo posible, porque…yo no sé qué hacer-

-Entendido, con permiso- al cerrar la puerta se aferro al mango de su espada, la situación por la que estaban cruzando dolía, dolía mucho, sus seres queridos más cercanos estaban por ser sacrificados por una situación absurda, cuando ingreso a aquel lugar se prometió no involucrarse emocionalmente con nadie, pero ahora se dio cuenta que había roto sus propias palabras, quería a Zoro, a Sanji, a Garp, a los demás que siempre fueron buenos compañeros, no quería…que los mejores momentos sean simples recuerdos.

Se arrodillo en el suelo abrazándose y comenzando a llorar, su preciada familia estaba por desaparecer y no podía hacer nada al respecto…

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No dejaba de pensar, quería saber que mierda hizo con Luffy, cuando supo que estaba bien se alivio en cierto modo, pero no podía perdonar el hecho de haber sido él quien lo envió al hospital a punto de morir, le gustaba ese jovencito pero no al punto de obsesionarse ni matarlo para que no sea de nadie más, el no era así.

Se rasco la cabeza removiendo sus cabellos, no podía recordar bien, acomodo pieza por pieza de lo que había hecho, lo siguió, se escondió al verlo platicar con personas y después de ello sintió una palmada en el hombro y vio una sonrisa ¡Eso es! ¡Alguien había estado con él! Pero…se rasco la ceja ¿Quién era? tal vez esa persona fue quien lo vio hacer algo indebido

-¡Ace!- Luffy se colgó de su espalda sorprendiéndolo -¡¿Cómo estás?!-

Volteo su cabeza a verlo, estaba tan lindo y sonriente que se prometió jamás tocarle un pelo si el chiquillo no quería -Luffy- el mencionado lo soltó permitiéndole voltearse por completo -¿ya te sientes mejor?-

-Si ¿no sabes dónde está Zoro? Lo eh estado buscando pero no lo encuentro- apretó su puño y se aguanto las ganas de gritarle, se suponía que iban a hablar y resulta que salta con Zoro ¿Qué tenía ese cabeza de lechuga que él no tenía?

-No lo sé ¿quieres que lo busquemos juntos?- Luffy asintió con alegría permitiendo que el pecoso le tocara el hombro y empezar a caminar

-¡Comandante Portgas!- ambos jóvenes se voltearon, la melena violácea fue lo primero que aquellos ojos captaron –lo encontré, ah- miro al chiquillo –también está el joven Luffy-kun aquí- Monkey por impulso se escondió detrás del pelinegro mayor evitando al moreno -¿Qué le pasa?-

Ace se sorprendió de ello y regreso su mirada a Saga, lucia tan confiable y amigable, lo conocía desde hace dos años, se llevaban bien, pero la actitud de Luffy le preocupaba, actuaba como…¿si tuviera miedo? –no te preocupes Saga ¿Qué necesitabas?-

-Sí, todos los superiores se están reuniendo para un informe urgente, debe presentarse-

-Entendido ¿oíste Luffy? Eso quiere decir que Zoro está allí- el pelinegro asintió saliendo de su escondite –vete a jugar por ahí- sin esperar otra palabra salió corriendo, Ace lo hizo para que se distrajera y también para que no esté con Saga, algo andaba mal –vamos Saga-

-Yo prefiero cuidar de Luffy-kun-

Frunció el entrecejo –dije que vamos- el peli violáceo chasqueo la lengua y siguió a su superior sin dejar de mirar hacia donde se fue el pequeño muchacho

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El miedo lo invadió por completo, no quería estar junto a Saga, algo le decía que no era una buena persona, no dejo de mirar hacia atrás, temía que lo esté siguiendo y lo sujetara, choco contra algo suave que lo atrapo para que no revotara, rápidamente busco el rostro ajeno y al verlo se alivio al instante echándose a llorar

-¡Torao!- se abrazo con fuerza al moreno quien aun sorprendido correspondió, podía sentir su miedo y temblores, que sus lagrimas no era por una estupidez, con lentitud lo guio hasta una puerta y lo empotro con suavidad para que se abriera -¡Torao! ¡Torao!- lo oía llamar con desesperación.

-Tranquilo, aquí estoy- lo apretó con fuerza, no le gustaba la sensación de ahora, Luffy lloraba sin tapujo alguno, estaba desesperado, lleno de miedo -tranquilo- se alejo para tomar el rostro entre sus manos -¿Qué sucedió?-

Negó frenéticamente -¡No lo sé!- volvió a abrazarlo, la sonrisa de aquel hombre estaba clavada en su cabeza, Saga…Saga…. ¡Ese nombre estaba escrito sobre su piel! Le tenía miedo a pesar de no conocerlo.

Lo guio hasta una cama que allí había y lo recostó con cuidado sin separarse, este no era momento de recordar lo que paso con anterioridad, el chico estaba sufriendo como nunca antes lo vio y su pecho le dolía -Luffy- la lagrimas se detuvieron y levanto la cabeza para verlo, nunca lo había llamado Luffy, estaba emocionado de tal manera que olvido todo de un sopetón –todo va a estar bien ¿sí?-

Asintió sin dejar de verlo, a pesar de que Trafalgar lo engaño no podía evitar sentirse cómodo y reconfortado, se acurruco entre sus brazos tratando de darle paso al buen sueño, está muy agitado y una siesta le haría bien, pero mejor bien le haría si Torao estuviera su lado hasta que despertara.

En cambio el novato se sentía súper incomodo, por lo que se hizo de costado sin soltar al chico adormecido, suspiro tratando de entender que sucedió, este Luffy no se parecía en nada a aquel chico que vio en el hospital e incluso en la camilla ¿Qué le había sucedido? Quería salir y saberlo pero no quería dejar de refugiarlo, porque a pesar de lo sucedido se sentía feliz de haber sido abrazado y querido como confort.

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Ambos estaban sentados al lado del otro en la cama, Mihawk no sabía cómo aclarar los pensamientos de su cabeza y menos los sentimientos de su corazón, carraspeo para llamar la atención.

-Mihi…- deslizo su mano por la sabana hasta apoyarla en la mano ajena –yo estoy con Ben-chan, lo siento-

Un terrible dolor se esparció por su interior obligándole a cerrar los ojos, no era la clase de persona que suplicaba, pero joder que saber eso le molesto -¿Por qué? -¿Por qué estas con él cuando nosotros…- guardo silencio ¿Cuándo nosotros qué? Ellos no eran nada y jamás lo serian, debía aceptar de una buena vez que el pelirrojo cambio y ya no lo escogía, ya no lo tenía en un pedestal –disculpa, esto fue un error, desde ahora no volveré a molestarte- cada palabra era como una aguja en su corazón –debo irme, han llamado para una reunión urgente-

-Sabes…cuando nos conocimos no te aceptaba ¿lo recuerdas?-

¿Cómo no recordarlo? El pelirrojo se negaba y enfadaba cuando quería tocarlo y besarlo, pero al final cedía su cuerpo tras las amenazas, no quería perder su lugar como lavandero, para el pelinegro ese recuerdo no fue grato pero le agradaba ver ese rostro joven y rebelde.

-Lo recuerdo bien ¿Qué tiene eso?-

-Con el tiempo me fui acostumbrando a tu persona, a tus manos, a como me hablabas- cerro sus ojos recordando esos tiempos –ah pasado mucho tiempo y aun así siempre me gusto esa forma de ser tuya, eso fue lo que al final me dejo claro que me gustabas- se rio para luego ponerse de pie, la charla estaba finalizada para él, sus verdaderos sentimientos jamás saldrían a la luz, ya no, los dejaría en una cajita oscura, aunque le doliera era mejor así.

-Espera Akagami- lo sujeto del antebrazo jalándolo y abrazándolo, si le dejaba cruzar aquella puerta lo perdería para siempre –no me dejes por favor- fue estúpidamente honesto, la opresión en su pecho se intensificaba cada vez más, necesitaba la respuesta, no quería que todo se termine de ese modo antes de partir, sabia la decisión del superior, no había tiempo, ya no lo habría.

Trato de calmar su desbocada corazón, oyó lo que tanto deseaba y ahora estaba debatiéndose ¿lo aceptaría así de fácil? Si era un hombre maduro lo platicarían mejor pero ahora recordaba lo que hizo con anterioridad, violo a su amigo y consejero Sanji, apretó sus ojos y con sus manos lo empujo levemente –no puedo hacerlo- vio que aquella mirada tembló incrédula –si quieres mi respuesta ven-

Esperanzado lo siguió por detrás, pero quería saber a dónde lo llevaría.

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Con solo mencionar un nombre le cedieron el paso, saludo a todos los que se cruzo y pregunto por Roronoa Zoro y Kuroashi Sanji, el primero estaba en una reunión y el segundo en la enfermería, opto por ir tras el rubio, no tenía opción, camino por el pasillo indicado, su corazón estaba latiendo con rapidez, sus manos estaban sudando, trago duro y siguió caminando, la habitación nombrada estaba a la vuelta de donde estaba.

Se acomodo su lente y aliso sus cabellos, no debía dudar, era una orden directa del señor, al doblar encontró la puerta que decía “enfermería” apretó el pomo y tembló, negó varias veces y fue firme.

Allí estaba el cejillas, miraba la ventana desde la cama y se percato de la reconocible presencia –Tu eres…- el rubio mayor se acerco sin decirle palabra alguna, lo tomo del cuello de la camisa arrojándolo al suelo, lejos de la cama -¡¿Qué pretendes hacer?!-

El peso se sintió sobre su cuerpo y la presión en su garganta, esto no podía ser, era Sonata…Sonata estaba presionándole la garganta con fuerza ¿Por qué? Al parecer tenía prisa por que le estaba presionando con increíble fuerza.

Su boca se abrió dejando escurrir la saliva y sus ojos llenos de lágrimas empezaron a volverse blancos, iba a morir sin duda alguna y no podía moverse, sus heridas ardían pero comenzaba a no sentir nada, la falta de aire se presento y lo que tuvo en su mente fue la imagen de Zoro, ya no tendría esa mirada ni su sonrisa arrogante, las caricias y susurros, ya no tendría a Zoro a su lado.

-Zo...ro- susurro ahogado

Sus manos dejaron de temblar y el ultimo recuerdo que tuvo era de Zoro, su cabellera, sus ojos, su sonrisa inocente, era el Marimo si duda alguna, pero…era un niño…un niño que le sostenía las manos con cariño y confianza.
Notas finales: Hola mi gente guapa, este capitulo esta recien terminadito y les digo que en un ratito subo el siguiente capi de La casa de atras :3 espero que hayan disfrutado de este capi porque me costo hacerlo, agradezco los reviews y sobre Hacia ti voy a tardar un poco en continuarlo, gracias por el apoyo recibido, me hacen feliz.

Me estoy congelando las manos asi que me voy por un te jaja, las amo mucho y cierto, recibi un review de Danny, si eres un chico me haras muy feliz jaja.

Besos y abrazos!

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