Capítulo 12 - La libreta de dibujos
Que sueño tengo… es tan rico dormir destapado en el verano, creo que ya estoy medio despierto pero sé que se me pasará en un dos por tres… quiero seguir durmiendo así de comodín… además esta almohada está muy suavecita, como los labios de Dennis… ¿Dennis? Inmediatamente abrí mis ojos. Recuerdo… recuerdo que ayer nos declaramos… nos hicimos novios. ¡Estoy tan feliz! Él niño de mis sueños está enamorado de mí, o bueno dijo que le gusto… ¿será lo mismo para él? No sé, pero se lo preguntaré ni bien lo vea. ¡Bueno, sé que yo sí estoy enamorado de él! ¡Soy el chico más feliz del mundo!
Esperen un segundo… ¿pero y si todo fue algo así como un sueño? No creo que lo sea pero… rayos, también había soñado situaciones así con mi niño un par de veces… No, no puede ser un sueño, recuerdo muy bien sus palabras, sus caricias, la suavidad de sus manitas… y de sus labios. ¡Ya sé! Tengo algo que puede probar que no fue un sueño. Rápidamente tomo mi celular que está en mi escritorio y sin salir de la cama buscó en la galería de imágenes… ¡Sí, aquí esta! Nuestras iniciales encerradas en un corazón, eso quiere decir que no fue un sueño ¡Lo sabia! De inmediato me puse de pie sobre la cama y me puse a brincar, como cuando era más pequeño. “Dennis y yo nos besamos, Dennis y yo nos besamos” estoy diciendo mientras salto, de pronto recuerdo que mis padres podrían escucharme así que me tapo la boca con mi mano libre y me detengo en seco. Espero unos segundos, nada… nadie entrando en mi habitación preguntándome “¿Qué dijiste?”. Así que continúo con mi celebración con mis saltos en la cama, esta vez solo susurrando las mismas palabras que hace un ratito.
Salté hasta que me cansé, y caigo de pompas sobre el colchón, jaja, parezco un niño chiquito, pero no importa porque estoy muy feliz. Tomé una de mis almohadas y la abrasé muy fuerte, esta vez mirando la foto de mí lindo novio en mi celular, lo quiero tanto. Un rato después ordené ni cama y deje mi celular a un lado. Salgo de puntillas y aún en pijamas al pasillo del departamento, aunque no sé porque estoy siendo sigiloso si ya hice mucho ruido hace poquito, bueno… ¡Ah! que suerte, no hay nadie aquí excepto yo. Bueno ya me he estado acostumbrando, eso pasa cuando me quedo dormido hasta tarde y mamá me deja el desayuno en la cocina para que lo caliente. Digo que suerte porque si me hubieran escuchado saltar en la cama que hubieran reprendido un poco “Vas a romper la cama” me dirían seguramente, vamos ni que yo pesara tanto. Regresé a mi habitación y encendí mi notebook, escucharé a mi banda favorita mientras de ducho, si se preguntan quienes son solo diré que el nombre de la banda empieza con M y termina en 5, no daré más pistas. Dejé la notebook en el escritorio de mi alcoba y deje la puerta abierta, escuchando la música a un volumen un poco alto me quité el pijama y entré a la ducha, no hay nada mejor que comenzar un día de verano que con buena música y una ducha fría.
Ahora ya vestido y con la notebook ahora conmigo en la mesa del comedor estoy desayunando, tal vez no debería cantar mientras cómo pero no hay nadie aquí para que se vea maleducado, así que sin culpas. Ya sé que no me sale mucho a mí el ingles pero me gusta mucho tratar de cantarlo bien, esforzándome un poco para pronunciar bien algunas palabras, igual es muy divertido. Cuando terminé de comer fui a la cocina con los platos que acabo de ensuciar. Debo de estar de muy buen humor porque me decidí a lavarlos yo mismo, como dice una canción en español que me gusta mucho: “Hay imposibles que un día consigues sin darte cuenta”. Cuando terminé volví al comedor para entrar al Facebook un rato, ya sé que deben de estar pensando “Anda a ver a Dennis ¿No que estas muy emocionado?” y tienen razón, pero iré a ver a mi castaño en un ratito más, recién van a ser medio día. Me pregunto si él también está pensando en mí.
A eso de las doce y media llegó mi papá al departamento, se veía algo agitado pero con una sonrisa en su cara y con una caja de pizza en sus manos.
- Hola papá, que bueno verte tan temprano -lo saludé.
- Hola campeón, sí ya sé que es algo temprano.
- ¿Y esa pizza?
- Es para ti -me la entregó en mis manos.
- ¿Qué? Solo para mí -¿acaso hice algo tan bueno para ese premio? Jeje.
- Sí hijo, tu mamá y yo vamos a salir ahora, ella está abajo en el auto con tu tía y ya sabes que cuando se juntan quieren ir de compras.
- Ohh… bueno, gracias por salvarme papá -le dije sonriendo.
- De nada hijo, ahora me voy que me están esperando -se despidió dándome un beso en la cabeza- estaremos de regreso para cenar contigo en la noche.
- Sí, mándale mis saludos a tía Anita.
- Claro, cuídate.
Mi papá salió del depa con llaves en mano, como que mientras estoy creciendo mis padres me están dando más confianza, eso me hace sentir bien, como que ya estoy siendo un adolescente. La pizza está caliente, se ve muy rica… pero sinceramente no tengo hambre. Hace menos de cuarenta minutos que desayuné. Bueno la dejaré en la mesa hasta que me dé hambre más tarde. Ahora creo que puedo ir a ver a mi pequeño castaño, apagaré la notebook y luego iré a cepillarme otra vez los dientes, tal vez me diga que mis besos saben a menta.
Cuando estaba en el baño secándome la cara escuché el timbre, tomé mi celular y mis llaves, de todas formas voy a salir así que me iré con todo, y un poquito que colonia no estaría mal. Ahora que me doy cuenta, cuando uno está enamorado cuida mucho más su aseo personal, que datos tan curiosos. Escuché otra vez el timbre, así que voy rápido a la puerta para ver quién es.
- ¡Hola Jeremy!
- Malena, Dennis, hola -dije cuando vi a ambos castaños parados frente a mi puerta.
- Vamos al cine Jeremy, la película va a empezar en media hora, hay que apurarnos -Malena me tomó del brazo y me está jalando un poquito.
- Oh ¿al cine? está bien -salí y cerré la puerta de mi depa poniéndole llave.
Malena fue directo al pasillo para llamar al ascensor, dejándonos a Dennis y a mí algo atrás.
- Hola Jeremy…
- Hola novio -le susurré para que solo el escuchara.
- … -él me sonrió con su sonrisa hermosa y blanca.
- ¿Dormiste bien anoche? -fue lo primero que se me ocurrió decir.
- Sí.
Por un segundo sentí sus deditos tocar mi mano, pero luego los separó cuando llegamos con Malena. Sé que esta será una relación prácticamente secreta, lo sé porque es obvio… somos dos chicos que se gustan, no es algo que se vea en todas partes y aunque me gustaría demostrar sin problemas que me gusta Dennis… a mis trece años sé que no todos aprobarían eso. Pero eso no significa que deje de querer a mi peque, no me importan los demás, yo voy a querer a Dennis porque lo quiero, porque me encanta y punto.
Cuando los tres llegamos al primer nivel del edificio ¿con quién creen que nos encontramos? “¿Van al cine? ¡Yo también quiero ir!” dijo Valery después que le dijimos a donde íbamos. Ya sé que les dije que me cae mejor pero aún así… ¡se va a querer sentar al lado de mi peque! Bueno, por esta vez lo dejaré pasar si lo hace.
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Tal y como supuse la rubia de cabello ondeado se sentó al lado de mi peque, yo sin perder tiempo también me senté al lado de mí chico, es algo gracioso ahora que lo pienso, estamos igual que esa otra vez: los hombres al medio y las mujeres a los extremos, sigo pensando que debería ser al revés pero no me importa ya, me gusta estar al lado de Dennis y además tengo en mis manos un embase de popcorn tamaño grande para comer los dos, la que las chicas solo quieren tomar una botella de agua mineral cada una, otra cosa de las mujeres que no entenderé. La película que estamos viendo es una de acción, hay explosiones y escenas cómicas varias veces. Mientras mi castaño y yo estamos tomando las palomitas de maíz para comerlas hubo un momento en que nuestras manos se encontraron y nos quedamos así por un ratito, mientras hacemos eso lo miré a los ojos, él también me miró. Yo como coqueteándole mordí un poco mi labios inferior lo que hiso a mi peque sonrojarse y sonreírme. Gracias a la oscuridad y al ruido podemos jugetear un poquito.
- Oye ya mira la película -dije susurrando otra vez.
- No hasta que me sueltes la mano -susurrando también.
- No quiero.
- You are cute… -me tardé un poquito en entender pero luego comprendí lo que me dijo.
- Te prometo que vendremos solos otro día.
- ¿Qué tanto conversan? -dijo esta vez Valery, asomándose un poco a nosotros.
- De nada, Jeremy me está molestando -dijo mi peque aún sonriendo y volteando para ver la pantalla.
Es algo divertido, tal vez esto de ser novios secretos tenga algo de divertido, claro solo es una suposición. Una vez vi en una película que la emoción de ser descubiertos es… “excitante”, que rara palabra para algo así. La película duró casi dos horas, ya estamos en la tarde y estamos regresando al edificio caminando. Cuando llegamos a la puerta decidimos que más hacer.
- Ehh… yo tengo práctica de fútbol en media hora, tengo que ir a cambiarme.
- Que mala suerte, pensé que estaríamos todos juntos hoy -dijo Malena.
- ¿Verdad donde esta Marco? -preguntó la chica rubia.
- Fue a visitar a sus tíos y estará afuera hasta la noche -respondió la castaña chuzándose de hombros.
- Ya veo… ¿Entonces puedes ayudarme a lacearme el cabello? ¡Recuerda que lo prometiste! -Valery tomó de los brazos a Malena, como suplicándole.
- Ah, es verdad, vamos entonces. Pero y Jeremy…
- Esas son sus cosas chicas, creo que yo mejor las veo hasta más tarde, ya saben… cuando no estén en el salón de belleza -dije bromeando al final.
Dennis rió ante mi broma y yo le sonreí, aunque yo pensaba que él y yo pasaríamos más tiempo juntos hoy, ya saben… Todos entramos al ascensor, Dennis se quedó en su nivel, supongo que para cambiarse de ropa, yo me quedé en mi nivel y las dos chicas fueron al departamento de Valery, que está dos niveles más arriba. Cuando entré a mi depa lo primero que hice fue calentar la pizza que dejé sobre la mesa del comedor, ahora sí tengo un poco de hambre. Cuando la pizza ya estaba caliente tomé un trozo y me lo comí con gusto, está muy rica después de todo. Encendí el televisor y tomé un segundo trozo de pizza, estaba por sentarme en el sofá cuando escuché el timbre otra vez ¿Quién será esta vez? Abrí sin mirar quien era mordiendo la pizza que sostenía.
- Hola de nuevo -dijo sonriente.
- Dennis, pensé que irías a tu práctica.
- Puedo ir mañana, además quería darte una sorpresa.
- Oye que bien, ven pasa.
Una vez que Dennis entró y cerré la puerta sentí que él más pequeño me abrasó por la espalda.
- Te quiero… te lo he querido decir desde hace rato.
- Dennis, jaja eres tan lindo, déjame que te abrase bien.
Una vez lo tuve de frente volvimos a abrasarnos “Yo te quiero más, mi niño” le dije. Unos segundos después vi que puso su boquita frente a mí cerrando sus ojitos, esperando a que lo bese. Lo estaba a punto de besarlo cuando recordé que tengo la boca con sabor a pizza, me detuve en seco y me separé sin brusquedad de él. “¿Qué pasó?” me preguntó, como si estuviera algo confundido. “Quiero besarte, pero no quiero que te sepa a pizza”. Mi peque rió mucho con lo que le dije, como si eso no tuviera ninguna importancia. Yo terminé ese trozo de pizza que aún sostenía y fui directo al baño a cepillarme los dientes y lavarme las manos.
Cuando terminé Dennis se puso de pie en el marco de la puerta del baño, con sus ojitos brillantes, ahora ya no quiero contenerme, verlo tan lindo me derrite. Lo temé de la carita con ambas manos y él tomó mis hombros con las suyas, nos miramos por unos segundos y luego ya unimos labios, el primer beso del día. Cuando se nos acabó el aire y nos separamos juntamos nuestras narices y otra vez nos vimos a los ojos, yo acaricio sus suaves y tibias mejillas.
- Jeremy, quiero mostrarte algo… espero que te guste.
- ¿Es un regalo?
- Jaja, no exactamente… es una promesa.
- ¿Una promesa?
- Yeah.
Me soltó los hombros y se separó algo más de mí y de uno de sus bolsillos sacó una libreta, una libretita que se me hacia familiar.
- ¡Ahh! Tu libreta de dibujos.
- Aja… te prometí que te la mostraría completa -esta poniéndose rojito otra vez, es muy tierno mi castaño.
- Que genial -me entregó la pequeña libreta en mis manos.
- ¿Podemos sentarnos en tu cama? Para estar más comodines.
- Claro -dije abriendo la libreta.
Ya en mi habitación nos sentamos uno al lado del otro, pensé que el pequeño vería los dibujos conmigo, pero está jugando con sus deditos, como si estuviera nervioso. Le preguntaría pero la curiosidad me tiene atrapado, llegué a la parte en la que me quedé la otra vez, luego pasé las siguientes páginas. So-Soy yo… no puedo creerlo, el pequeño castaño me dibujó y me pintó completo, es un dibujo de niño pero igual me parece algo hermoso… se tomó el tiempo de dibujarme y pintarme por completo, mis zapatos, mis jeans, camiseta, ¡todo! Hasta el color de mi cabello y de mis ojos, esto es hermoso. Las manos me están temblando un poco, creo que él que se puso nervioso ahora soy yo, la página siguiente decía “Jeremy… >////<” Sí, con todo y ese dibujito de sonrojo, una gran sonrisa brota de mi rostro, sigo pasando las páginas… también dibujó cuando lo pinté de tigre, estamos los dos muy cerca y hay una nubecita de pensamiento del lado de Dennis y dice “kiss me” ¡Dios mío! Eso es tan… ¡Tierno! ¡Él también quería que lo besara esa vez! La página que sigue dice: “I’m in love :)” y en una esquina de la página dice chiquitito mi nombre otra vez. Llegue a la última página que no está en blanco, es un dibujo de mi peque y yo besándonos y también está todo coloreado, es del beso de ayer en la playa y en la parte baja de la hoja dice “J y D” encerrado nuevamente en un corazón, eso sí está en lápiz. Mi pequeño Dennis no me mintió: no arrancó ninguna página, y ahora me acaba de enseñar sus dibujos, sus pensamientos. Es tan lindo, mis manos aún me tiemblan un poco, pero es de la emoción y de la alegría que siento.
- Dennis… esto es muy bonito, todos estos dibujos.
- ¿No crees… no crees que son tontos? -preguntó algo tímido.
- ¿Tontos? ¡Claro que no! Todos estos dibujos son hermosos, ¡son geniales! Me gustan mucho.
La gran sonrisa que vi en la carita de Dennis cuando le dije lo que pienso la guardaré por siempre en mi memoria, es la sonrisa más bella y le pertenece solo a él, a mí lindo novio. Cerré la libreta y se la entregue, mi niño la tomó y la puso a un lado de la cama, yo me acerqué a él y lo besé, fue un beso lento y suave. Cuando nos separamos nos quedamos así, muy cerca. Creo que a ambos nos justa mucho eso.
- Gracias por enseñarme tus dibujos, de verdad que son hermosos.
- De nada, fue una promesa… me puse nervioso porque pensé que te parecería un niñito tonto dibujando…
- Nada de eso, nunca me parecerás un niñito tonto, eres un niño precioso y te quiero.
- Me… me gusta mucho cuando me hablas así… tan bonito.
- A mí me gustas mucho todo el tiempo -dije frotando mi nariz con la suya.
- Jere… yo…
- No te sientas nervioso de mostrarme lo que sientes… somos novios.
- Sí… Jere, me haces sentir cosquillas en mi pancita cuando estoy contigo… y luego cosquillas aquí -dijo tocando su pecho.
Sin poder resistirme más vi como mi niño puso su boquita otra vez con ganas de besarme y esta vez no me apartaré, nos besamos esta vez de una forma más intensa, ahí sentados en la cama. Mientras nuestros labios se tocaban no pude evitar sacar mi lengua un poquito, luego mi niño me imitó y sentí por primera vez el roce de nuestras lenguas, fue algo suave y rápido, pero fue mágico, tanto así que lo volvimos a hacer hasta que nos separamos. Le di un beso en la mejilla y luego me acomodé recostándome en el espaldar de la cama.
- Ahora que lo pienso… quisiera que durmiéramos juntos, como novios: abrasados -dijo mi pequeño acomodándose a un lado mío, abrasándome y apoyando su cabeza en mí pecho.
- ¿No lo hicimos cuando me quedé en tu depa?
- No oficialmente como novios.
- Pero no tengo sueño -le bromeé.
- No importa, trata de dormir… hazme masajito en el cabello ¿sí?
¿Cómo decirle que no a un chico tan bello y tierno como mi Dennis? Con mi mano derecha acaricié su castaño y semi-ondulado cabello que me gusta tanto, es siempre tan suave. Sin decirnos nada más tratamos de dormir, es obvio que el masaje que le estoy haciendo lo están relajando mucho a mi peque, ya esta bostezando. “Jeremy ¿sabes que me gustas mucho?” me preguntó. “Sí lo sé peque… ahora hay que dormir un poco” le contesté. Dennis se acurrucó más a mí y con mi otra mano tome una de sus manitos. Unos minutos más en silencio… ahora ya siento que Dennis se durmió aquí conmigo, le doy una última caricia a su cabello y apoyo mi cabeza sobre la suya, creo que es una buena idea que durmamos juntos esta tarde. Ahora con Dennis aquí conmigo estoy seguro que lo mejor aún está por llegar.