Capítulo 13 - Son cosas de pubertad
Los adultos lo llaman “hormonas”, esas cosas que según he escuchado se incrementan en la adolescencia y te hacen sentir cosas nuevas… como la excitación y… muchas cosas más… no me hagan decirlas ¿ok?
Lo sé, ya había tenido esa conversación con mis padres hace tiempo, pero tuve que volver a abrir el tema porque… últimamente me está ocurriendo… ¿Ya les había contado que últimamente mi peque me está poniendo muy… caliente? porque ahora cuando estoy con Dennis… me siento excitado. Me da vergüenza decirlo, pero es verdad. Estos últimos días me di cuenta de eso, ahora nuestros besos no son solo dulces, ahora… tienen algo que me hace temblar de completo placer y los besos ya no son solo en los labios o en las mejillas… desde el momento que no me resistí y le di un beso en el cuello a mi Dennis y él me dijo que se sintió muy bien… ahora nuestros besos exploran esta nueva zona.
Yo sé que Dennis siente lo mismo que yo… se lo pregunte hace dos días cuando estábamos solos en su habitación. Después de una intensa manera de demostrarnos cariño… solo besos y roses (no piensen mal…) y además del calor que hacia ese día, nos quitamos las camisetas. Dennis estaba recostado en la cama y yo sobre él, nos besábamos… luego fui bajando hasta su cuello asegurándome de no dejar marcas, porque la primera vez que lo besé ahí le deje una marca rojiza. Luego lo miré, él estaba con los ojos cerrados y mordiendo su labio inferior. Es enserio verlo así fue lo más bello y excitante que eh visto hasta ahora, el rose de nuestras pieles me daba un cosquilleo mágico.
No podía más, así que baje hasta su pecho y lo llene de besos, besos lentos para sentir su suave piel en mis labios, luego mi boca casi por instinto fue hasta uno de sus rosados pezones… fue la primera vez que escuche a Dennis gemir. Admito que al escuchar ese primer gemido tuve que esforzarme al máximo para no eyacular en mis pantalones. Sí, en esos momentos tenía una erección y no me avergonzaba para nada.
Dennis puso sus manos sobre mi cabello, no le importaba gemir ante el placer que le daba en su pecho, y escucharlo gemir era tan… delicioso. Mi mano derecha fue hasta el otro pezón de mi niño y lo empecé a pellizcar suavemente, Dennis se estremeció al sentir el contacto. “Tus pezones son muy sensibles…” -le dije mirándolo a la cara. Él asintió, tomó con ambas manos mi rostro y me acerco a él para besarme.
No me pregunten cómo pero en esa posición nuestras erecciones chocaban; sí, la primera vez que sentí la erección de Dennis y aún sobre la ropa… se sentía en verdad muy bien. Hubo un momento en que nos separamos del beso y empezamos a gemir despacio, me abrazó y yo no quería que nuestros miembros dejaran de frotarse, era increíble. Seguimos así por unos minutos más y luego…
- Je-Jeremy… -dijo entrecortado mi peque.
- ¿Mmm? Dime… -dije para al instante parle un beso en la punta de su naricita.
- E-Estoy… a punto de… ¡ahhh! -Ese último gemido fue seguido por otros más y por algunos espasmos, luego mi Dennis se relajó.
- ¿Qué… que pasó? -pregunté en voz baja.
- Yo… manché mi ropa interior.
- … - yo al instante me puse rojo, muy rojo y me separé de mi Dennis para sentarme a un lado de la cama.
- No te avergüences, debería ser yo el que este apenado -dijo Dennis para luego reír un poco.
- ¿Tú… eyaculaste?
- Sí, ¿así se llama, verdad? Bueno… mejor voy a darme un baño, ¿me esperas? -me preguntó sonriente.
- Bueno… sí, pero lleva tu ropa limpia al baño.
- Pero puedo vestirme aquí -dijo tan inocente.
- … M-mejor vístete en el baño…
- Ok, si tu lo dices. -dijo sin borrar su sonrisa y saliendo hacia el pasillo.
“Vaya… Dennis lo tomó muy bien, creo que yo en su lugar me hubiera avergonzado… ¡pero es tan lindo!” -pensé mientras estaba solo en su habitación.
Luego de esto me puse la camiseta de nuevo, podía escuchar el sonido de la ducha desde ahí, esa… fue nuestra primera “experiencia”. Lo curioso fue que estaba feliz y a la vez nervioso, no sé cómo explicarlo… Después de que Dennis salió del baño ya vestido fuimos al living para jugar con su PS3, él se estaba divirtiendo mucho y yo también pero… yo aún tenía imágenes de lo que pasó hace rato. Después de casi media hora jugando me atreví a preguntarle.
- Dennis… ¿desde cuándo tu… puedes eyacular?
- … -mi niño solo miro hacia arriba como pensando- Creo que desde hace tiempo, pero lo descubrí hace unas semanas.
- ¿En serio?
- Aja… ¿quieres que te cuente?
- Sí, digo… si tú quieres.
Dennis asintió y le puso pausa al juego, parecía que él no tenía problemas en contarse esas cosas a mí, dejamos los controles a un lado y le puse mucha atención. Me contó que solo unos días luego de que nos declaramos, una noche a la hora de dormir, estaba muy caluroso, así que se quitó toda la ropa, hasta sus bóxers… la idea de mi niño desnudo me hiso sonrojar por milésima vez. Bueno, dijo que desnudo se sentía más cómodo y abrasó la almohada boca abajo, en eso sintió chocar su pipí contra las sabanas. ¡Cielos! Qué bonita e inocente manera de llamar así a su pene, “pipí” jaja eso me dio como ya saben mucha ternura. Pero ya continuemos con lo que me contó, él sabía que frotar su pene contra las sabanas se sentía muy bien, así que lo hiso, y estuvo así por varios minutos. Luego se puso boca arriba y tomó su pene con su mano, trató de frotarse como se sintiera bien y agradable, así descubrió la forma tradicional de masturbarse, eso lo sé yo porque mi peque no conoce aún esa palabra, él solo le dice “frotarse”. En eso sintió como ganas de orinar, quiso detenerse pero no pudo, la excitación le estaba ganando y entonces llegó un momento en que se sintió demasiado bien… y vio que de la punta su pene salió un liquido medio blanco y trasparente que lo salpicó un poquito.
- Yo no sabía qué era ese liquido, pero estaba seguro que no era… ya sabes, orina.
- Aja… -le asentí.
- Y bueno… yo estaba cansado, pero me sentía muy bien, no pude evitar dormirme ahí mismo.
- ¿Fue la primera vez que eyaculaste? -le pregunté algo inseguro.
- Sip, a la mañana siguiente me di una ducha y luego… lo dudé un poco porque me daba algo de pena, pero al final le pregunté a mis papás sobre eso… y bueno me explicaron muchas cosas de la… mas-mastu… mastu-algo, no recuerdo.
- ¿Masturbación?
- ¡Aja! Esa palabrota larga… me dijeron que es muy normal.
- Sí lo es -“especialmente ahora que estamos en la pubertad” -me dije yo en pensamientos.
- Y… ahora sé por qué sucede… - me dijo con una mirada… ¿traviesa?
Yo solo atiné a quedarme callado y esquivar su mirada, Dennis solo rio bajito y luego me dio un beso en la mejilla. De verdad este chico sabe cómo hacerme sonrojar, luego de esta conversación seguimos jugando.
Como les contaba… esto pasó solo hace dos días, ayer no vi a Dennis porque él tenía práctica de futbol y yo clase de surf. En este momento estoy bajando hacia el departamento de mi niño, me extraña que lo llame y que su celular este apagado. Cuando abrieron la puerta me recibió la madre de Dennis. Yo la saludé y pregunté si Dennis estaba en casa.
- Hola Jeremy, Dennis está en su habitación. Aún recuperándose.
- ¿Recuperándose?
- Sí, ayer tuvo un accidente mientras jugaba fútbol.
- ¡¿Un accidente?!
- Pero no es nada grave, solo se torció el tobillo, solo no puede caminar bien.
- Ya veo -dije con un gran alivio en mi interior.
- Llegas en el momento justo Jeremy, ahora tengo que salir urgente a la oficina. A Dennis le caería muy bien compañía.
La mamá de mi peque me hiso pasar y me dijo que podía tomar lo que quiera de la cocina, especialmente porque tenía un pastel de vainilla y luego se fue del departamento. Yo inmediatamente fui hasta la habitación de Dennis. Abrí la puerta lentamente y me asomé, él estaba recostado en su cama leyendo una historieta con Lobo a su lado, y con un vendaje en su tobillo izquierdo.
Cuando entré, el más pequeño distrajo su vista de las páginas de la historieta y me miró, mi peque se alegra de verme, yo me acerco y lo saludo con un beso en los labios como acostumbro hacerlo cuando estamos solos. Luego me siento a su lado y le pregunto que pasó.
- Me tropecé mientras jugaba, luego cuando quería levantarme no podía, por ahora no puedo caminar bien.
- ¿Te duele mucho? -le pregunté acariciándole el cabello.
- Ahora no tanto, me debería recuperar en unos días más.
- ¿No quieres que te traiga algo?
- Todavía no… pero gracias.
Aunque me dijo eso, a los diez minutos le dio sed y me pidió un vaso de leche, yo con gusto fui a traérselo. Mi niño se terminó su leche de un sorbo, cuando terminó tenía un bigote blanco. Yo reí y se lo hice saber, me respondió “ayúdame a limpiarme” me tomó de la camiseta, me acerco y me besó. Debo admitir que me encanta cuando hace eso. El resto de la tarde la pasamos juntos, recostados en su cama uno al lado del otro con Lobo sobre mis piernas. Bromeábamos, encendimos su laptop y jugamos, luego comimos juntos pastel de vainilla, que es el favorito de Dennis. Me gustan mucho estas tardes con él, creo… que no podría estar más enamorado… ¿o sí?
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- Hola mamá, ya llegué -dije entrando a mi departamento, ya es de noche.
- Hola hijo, ¿Qué tal tú día?
- Bien… hoy fui a ver a Dennis y esta accidentado.
- ¡¿Le pasó algo a ese ángel?!
- No, no, nada muy grave mamá. Se torció el tobillo jugando fútbol.
- Ah… oye no me asustes, que bueno que no fue nada más.
Me da algo de gracia lo preocupada que se puede poner mi mamá, y a la vez me da mucha a alegría que mi peque le caiga tan bien, como que me da algo de chance si algún día les contamos a nuestros padres que somos novios… pero para eso aún falta. Será cuando estemos seguros de contarles… o si nos descubren, espero de todo corazón que sea la primera opción.
- ¿Y Dennis está bien?
- Sí, solo no puede caminar por ahora, le tomará unos días más poder hacerlo.
- Bueno, entonces sería buena idea que vayas a visitarlo más, son muy buenos amigos después de todo.
- Bueno, está bien…
- Ahora prepararé la cena ¿quieres tomar algo?
- Ehh… sí, un vaso de leche.
- Jeje, ¿lo ves? Ese niño es buena influencia para ti, no me pediste gaseosa como siempre -dijo entrando a la cocina.
Que bah… no me había dado cuenta que algunas costumbres de mi niño se me están pegando a mí, es muy interesante… Mi mamá dejó el vaso de leche que le pedí frente a mí en la mesa y luego volvió a entrar a la cocina. Aún tengo el sabor el pastel de vainilla y de los besos de Dennis en mi boca, esta leche hará el juego perfecto para esos deliciosos sabores. Saqué mi celular del bolsillo y le escribí un mensaje Dennis… “Te quiero peque”.