Capítulo 16 - Fuegos artificiales
Puedo ver el alba asomarse por mi ventana, sí son las seis de la mañana y estoy despierto. Mientras el cielo comienza a pintarse de un color celeste yo estoy sentado en mi cama con el celular en la mano.
“Hoy cumplimos un mes” -pienso mientras una leve pero sincera sonrisa se dibuja en mi rostro, no me pregunten por qué pero casi por instinto veo su foto en la pantalla de mi celular y como siempre… siento un cosquilleo en mi estomago al verlo. Tal vez piensan que soy cursi, no lo sé… pero lo cierto es que en estos dos meses que pasado aquí, prácticamente todo ha sido casi un sueño, me siento sumamente feliz, ósea no solo tengo buenos amigos, en realidad son mis mejores amigos; tal vez no se los he mencionado antes pero así es.
Y además estar en un lugar como este y la diversión diaria de las vacaciones de verano es más de lo que me imaginaba. Y… antes de llegar aquí… yo ni siquiera sabía que un chico podía enamorarme de esta manera. Pero seamos sinceros, no es cualquier chico… es Dennis. Y si no se los he dicho antes… yo no creía en el amor a primera vista, “es una tontería” -pensaba. Claro que mi concepto cambio rotundamente después de verlo ese día.
¿Será que estoy muy pensativo hoy? Puede ser… pero me acabo de dar cuenta que a mis trece años estoy… sí, estoy enamorado de verdad. Y sí, estoy enamorado de un chico; el chico más divertido, lindo y “hot” que conozco.
Tengo unas ganas enormes de despertarlo con un mensaje de texto pero no lo haré, sería hacer trampa. Si le voy a decir que estoy muy contento de estar un mes como su novio tengo que decírselo en persona.
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Ya son casi las 4 de la tarde y aún no veo a Dennis, lo sé, no tienen que decírmelo. Lo que pasó es que da la coincidencia de que hoy es el día libre de mamá y prácticamente toda la mañana y parte de la tarde me tuvo de aquí para allá acompañándola en sus compras del centro comercial (Nota: una de las desventajas de ser hijo único) y luego cuando regresamos a casa faltaba solo 20 minutos para mi clase de surf, tuve que cambiarme de ropa rápido y asistir.
Ahora estoy corriendo hacia el club, Dennis ya debe de haber terminado con su práctica de futbol y quiero recogerlo. Por cierto estoy vistiendo un short blanco y mi camiseta verde favorita y… bueno, me aplique un poco de la colonia que un primo me mando de Europa y la verdad… huele muy bien.
Cuando llegue al club fui de inmediato a las canchas de futbol y a una distancia considerable los vi, estaban mi castaño y sus amigos sentados sobre la hierba de la cancha de futbol, se veían entretenidos, era obvio que la práctica ya había terminado pues solo estaban conversando. Yo seguía observando aún desde lejos, ya habían pasado casi cinco minutos y veo que todos se levantan, toman sus mochilas y se van… todos menos mi peque, el solo se despide, toma su celular y se vuelve a sentar en la hierba. Por una razón miraba su celular con insistencia.
Se me ocurrió una idea, también tomé mi celular y empecé a escribir un mensaje mientras me acercaba, Dennis estaba sentado dándome la espalda así que no me veía acercarme a él. Escucho que el timbre de entrada suena e inmediatamente mi niño lee el mensaje: “Voltéate :3”
Dennis hiso caso a mi mensaje y me vio ahí, a unos metros de él. Las palabras sobraban, solo me arrodille en la hierba ahora enfrente de él y lo abracé, abraso el cual satisfactoriamente correspondió con fuerza.
- Yo… no esperaba verte aquí… -me dijo sin soltar el abraso.
- Lo sé… ¡sorpresa!
- Vamos afuera -dijo con una leve sonrisa.
- Está bien, pero primero vamos por un helado. Sigue haciendo calor.
Ahora ya estábamos afuera del club, yo con un cono de menta y él sorprendentemente con un cono de chocolate, van a pensar que soy un pervertido pero me encanta ver como come helados. Estábamos caminando uno al lado del otro sin hablar, pero al contrario de lo que puedan pensar no era un silencio incomodo, yo lo siento como un silencio agradable. Como si fuera suficiente tener a esa persona caminando al lado tuyo y sentirte bien por eso, creo que ya le los dije desde la primera vez, pero se ve muy simpático con su ropa deportiva color azul oscuro.
Estábamos caminando hacia el parque pero decidimos caminar a un lado de la playa, el cielo estaba muy claro y el ruido de las olas se escuchaba muy bien. En este momento tomo de la muñeca a Dennis para detener su andar, él voltea con el cono de helado muy cerca a su boca, mientras que yo me acerco a su oído para decirle despacio…
- Hoy cumplimos un mes… y la verdad estoy muy feliz de eso.
- …S-Sabia que no lo olvidarías… -me respondió sonriendo.
- … -yo solo asentí.
- Te conozco… y no lo harías. Eres lindo… yo también estoy bastante feliz de cumplir un mes contigo… -me dijo tomando mi mano.
- Te quiero…
- Yo tamb…!!
No lo deje terminar porque lo besé, sí ahí mismo. No me importó que algunas personas estuviesen cerca y nos miraran. Sí tal vez les molesta o les incomoda no es nuestro problema. Solo quiero besar a mi novio y celebrar que cumplimos un mes juntos.
Ahora estamos en el parque sentados en una banca relativamente lejos a los demás, también me gusta la privacidad. Yo ya me había terminado mi helado pero Dennis era algo lento.
- Dennis, se va a derretir, ¡hazlo rápido!
- ¡Está bien, está bien! -decía pero aún así lo comía lento y una enorme gota se bajaba por su mano.
- ¡Te vas a manchar! -le decía casi riendo.
Era divertido verlo comer según su criterio “rápido”, así que decidí ayudarlo y lamí la gota que se deslizaba por su mano para limpiarlo. Cuando terminé para mi sorpresa mi niño ya estaba sonrojado, “hasta esas cosas lo pueden poner así…” -pensé. “Y… ¿si me ayudas a terminar? Come conmigo” -me dijo Dennis acercando el cono de helado a mí mientras el lamía la punta de este. “¿Al mismo tiempo?” -le pregunté y él asintió. Yo sin dudarlo obedecí, estábamos comiendo el helado juntos y al mismo tiempo y como ya se imaginarán nuestras lenguas se tocaban. Sinceramente no sabía que era mejor… el chocolate o el dulce sabor de Dennis. Al terminarnos el helado llegue a mi conclusión, el sabor de Dennis es mucho mejor que el chocolate o cualquier sabor que haya probado antes.
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Ya es de noche… mi lindo castaño y yo estamos en la azotea del edificio, estamos en lo más alto y podemos ver todo el vecindario desde aquí. La luna brilla y lo más curioso… unas pequeñas estrellas se asomaron en el cielo, hace tiempo ya que no las veía por aquí en la ciudad pero ahora que las vuelvo a ver debo decir que no han cambiado, siguen titilando igual de bien.
Los besos nocturnos son refrescantes y con la brisa que hay a esta altura lo es más, todo estaba literalmente tranquilo cuando de un momento a otro vemos fuegos artificiales en el cielo, ¿Cómo pude olvidarlo? Hoy también es el aniversario de la ciudad y es típico que lancen fuegos artificiales. No se preocupen estamos a una distancia segura, desde aquí las luces se ven espectaculares.
“¿Un mes y ahora hay fuegos artificiales? Destino, si eres tú el que está haciendo esto… gracias, creo que es la mejor manera para pasar la noche”
- ¿En qué piensas? -pregunta mi niño apretando un poco mi camiseta.
- En nada… solo disfruto del espectáculo…
- Mmm… ¿quieres quedarte a dormir conmigo esta noche? -preguntó con cierto hilo de timidez.
- ¿Tú crees? ¡Claro que quiero! -respondí animado.
Pedirles permiso a nuestros padres y que aceptaran no fue difícil. Ya es casi media noche y seguimos despiertos, hemos estado viendo caricaturas en la tableta de Dennis. Cuando al aparato se le acabó la batería a eso de la una de la mañana mi peque quiso ponerle el cargador y seguir viendo, pero yo le dije que sería mejor acostarnos que ya era algo tarde, mi castaño me hiso caso y solo puso su tableta a cargar sin encenderla y se acurrucó sobre las sabanas, yo salí de la cama para ir al baño y cuando regreso veo que Dennis ya se había quedado dormido, ni siquiera me dio tiempo de darle las buenas noches. Doy un suspiro, entro en cama junto a él y apago la luz de la lámpara. Siento su suave respiración y lo abraso con cuidado, no pude resistirme, le doy un beso en los labios y luego me acomodo con él. Ahora sí estoy listo para entregarme al sueño.
Me despierto gracias a unos labios que chocaban impacientemente contra los míos…
- Buenos días -me saluda animado.
- Sí lo son, con un despertar así… -le sonreí.
Dennis y yo ahora estamos cepillándonos los dientes en el baño de su habitación, la hora del reloj indica que son las 09:20 am. Cuando terminamos de asearnos los dos fuimos a la cocina a tomar algo de agua, que gracioso que ambos tuviéramos sed. Cuando entramos a la cocina yo fui directo a servirme agua, y vi que él se quedo parado frente al refrigerador.
- ¿Qué haces?
- Encontré esta nota en la puerta del refrigerador.
- ¿Y qué dice? -pregunté mientras tomaba agua en un vaso.
- Es de mis papás, salieron a hacer las compras de la semana y no regresaran hasta el medio día… ¡Te invitaron a almorzar con nosotros!
- Oye que bueno -le sonreí.
- Sírveme un vaso ¿sí? Ya vengo.
Dennis salió de la cocina con esa nota en sus manos, mientras le servía un vaso de agua a él podía escuchar que el peque corría por todo el departamento, como si estuviera buscando o revisando algo. Luego regresó a la cocina ya caminando tranquilo, dejo esa nota a un lado y se acercó a mí, yo le alcancé su vaso de agua.
- ¿A dónde fuiste? Corriste por todos lados.
- Sí estamos solos -vi su mirada brillar.
- Sí, eso te dijeron tus papás en la nota, no te preocupes yo te haré el desayuno.
- Pero yo no tengo hambre ¿Y tú?
- Bueno… realmente yo tampoco… está bien, entonces regresemos a tu habitación, pero termínate tu agua.
- ¡Oh sí! Tengo sed -dijo para tomar el vaso y beber el agua mientras me miraba a los ojos con sus hermosos ojos cafés.
Seguíamos en pijamas nos parecía aún muy temprano así que nos volvimos a recostar en la cama. Después de un rato entre besos empecé a hacerle cosquillas a mi peque, yo sabía que él era cosquilludo así que hacerle cosquillas me divierte mucho. Él reía a carcajadas y también me hacia cosquillas para que lo soltara pero yo obvio que no quería dejarlo, rodamos en la cama divertidos por un buen rato, sin darme cuenta ya tenía una erección en mi entrepierna y entre tanto movimiento nuestros miembros se frotaban, él también estaba duro… después entre las cosquillas también aparecieron besos y caricias, el calor aumentaba a cada segundo… si continuábamos así…
- ¿Mmm? ¿por qué parás? Me gustan tus cosquillas… -me preguntaba mi peque tranquilizándose un poco.
- Es que… si seguimos así… nosotros…
- … ¿Está bien si lo hacemos? -me preguntó en voz baja pero yo lo oí perfectamente.
- … ¿Q-Qué? -pregunté con mi corazón precipitándose al oír esas palabras.
- Yo… q-quiero hacerlo contigo…