Capítulo 18 - Con orejas
- Chicos… tenemos algo que decirles... -decía yo frente a Marco y Malena, mientras mi castaño estaba a mi lado.
Sin darles tiempo a los chicos de preguntar un “¿Qué cosa?” Dennis y yo nos comenzamos a besar ahí, frente a ellos y no era un beso tranquilo, ya saben… era uno delicioso y húmedo. Cuando Dennis y yo nos separamos vimos las caras de asombro que tenían nuestros amigos, no había duda que esa forma de enterarse de nuestro noviazgo fue muy directa y sin advertencias.
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- No, no, no Dennis… creo que esa forma de decirles los va a sorprender mucho.
- ¿Cierto no? parece de película -respondió mi castaño para luego reír.
- Tiene que haber otra forma de decirles, una más… sutil.
- Si no es que ya se dieron cuenta -respondía mientras abrasaba una almohada de mi cama. Ambos estábamos recostados en mi cama mientras decidíamos que hacer.
- Tienes razón… después de lo que pasó ayer…
---------------------------- Flashback ----------------------------------
Los cuatro: Malena, Marco, Dennis y yo estábamos en el living de la casa de mí castaño, era día de maratón de películas así que estábamos solos en el departamento. Ya teníamos casi todo, solo nos faltaba una cosa primordial: Las bebidas, sin duda una tarde sin algo refrescante y frio mientras uno ve una película tras otra no sería igual.
Malena y Marco saldrían al centro comercial en sus bicis y traerían los smoothies, dejándonos a mi aún secreto novio y a mí solos para preparar el popcorn con la promesa de no comérnoslo hasta que regresaran.
Cuando Marco y Malena salieron del departamento con las llaves en mano, casi inmediatamente Dennis me tomó de la mano y me llevó a su habitación, ahí cerramos la puerta sin seguro y nos empezamos a besar y con una pasión inmensa.
- Ya no podía más, tenía tantas ganas de besarte -me dijo cuando nos separamos.
- Yo también Dennis… y de solo pensar que aquí, hace solo unos días….
- Lo sé… lo único malo es que no hemos tenido una ocasión para repetirlo- respondió bajando un poco la cabeza.
- Ya lo volveremos a hacer, te lo prometo.
Luego de prometerle que volveríamos a hacer el amor pronto lo volví a besar y mientras lo hacíamos estábamos abrasados, luego las suaves manos de Dennis pasaron a explorar mi delgado cuerpo; cuando entonces llego a mi entrepierna que para ese momento se había estado despertando poco a poco, pero ahora con su mano tocándome ahí, mi erección ya estaba completa.
- Dennis… ¿crees que tengamos tiempo para algo chiquito?- pregunté sonrojado.
- Tal vez… por mí estaría muy bien -dijo mientras yo también comenzaba a tocarlo en su entrepierna, haciendo que su cuerpo reaccionará más rápido.
Seguíamos besándonos mientras dábamos lentos pasos hacia la cama, ya estaba a punto de recostarlo sobre las sabanas cuando de pronto oí unos pasos que se iban acercando, ¡el sonido era de alguien corriendo hacia la habitación!
Mi reacción fue inmediata, separé a Dennis de nuestro apasionado beso que nos estábamos dando y me alejé lo más rápido que pude de él, casi al instante la puerta de la habitación se abrió sin tocar.
- Dennis, se me olvidó preguntarte que sabor querías y… ¿q-que están haciendo? -preguntó Malena ni bien había abierto la puerta, ahora nos veía con un poco de extrañeza por vernos tan cerca el uno del otro.
- Yo… e-estaba quitándole una p-pestaña a Dennis… que tenía en la mejilla - ¡Tonto, tonto, tonto!, me decía a mi mismo en pensamientos ¡¿Una pestaña en la mejilla?! Lamentablemente fue la única excusa que se me ocurrió.
- Y… ¿para hacer eso necesitaban venir aquí? Deberían estar preparando el popcorn.
- Es que, estábamos hablando de las pelis que veríamos hoy ¡¿Y no me podías haber llamado a mi celular para preguntarme qué sabor quería?! -le respondió Dennis algo enojado al último.
- Primito relájate… además no solo regresé por eso, había olvidado mi celular. Ahora dime que sabor quieres -contestó la chica castaña sin reaccionar mal por cómo le habló Dennis.
- Tráeme el de fresa con durazno -Contestó mi castaño para luego dar un suave suspiro.
- De acuerdo y… Dennis ¿por qué estas tan rojo? ¿Están seguros que no hacían nada más? -preguntó Malena con una sonrisa muy cómplice.
- ¡¿Q-Que estás diciendo?! Estoy rojo porque me estas molestando -dijo Dennis frunciendo el ceño y ahora estaba más rojo aún.
- Jajaja ya, ya, no importa ya regreso -dijo Malena para luego salir dejando la puerta de la habitación abierta. -¡Y no se olviden de preparar el popcorn! -dijo antes de salir del departamento.
Mi pequeño y yo regresamos al living y nos tumbamos en el sofá, un segundo más y Malena nos hubiera encontrado en una situación mucho más vergonzosa. Luego de tranquilizarnos más decidimos contarles a ellos acerca de lo nuestro, preferíamos contarles nosotros a que se enteraran de otra forma.
Pero ese día no, era el día de películas, las revelaciones las dejaríamos para otro día y claro tendríamos que practicar como decirles. Nos levantamos del sofá y fuimos a la cocina, ahora si a preparar ese bocadillo tradicionalmente indispensable para una tarde de películas.
--------------------------- Fin del Flashback -------------------------------
- ¿Entonces como les decimos? -preguntó Dennis aún abrasando mi almohada, se ve tan adorable así… no me resistí a besarlo ahí mismo.
- Ya se nos ocurrirá algo, pequeño -dije después de separarnos del beso.
- … Solo te dejo que me digas pequeño… porque sabes qué me gusta.
- Sip -dije para volver a besarlo.
Medía hora después mi lindo novio y yo estábamos caminando por el centro comercial, Dennis había comprado dos smoothies para nosotros, creo que le pareció algo gracioso e irónico. Pasamos al lado de una nueva tienda que vende cosas japonesas, no sé por qué pero me dio curiosidad entrar. Así que le propuse a mi niño entrar y curiosear un rato.
En verdad había muchas cosas de animes: posters, mangas, peluches y muchas otras cosas ¡Hasta había ropa con letras japonesas y esas cosas! Yo estaba ojeando todo cuando vi unas de esas orejas de… creo que se llaman… ¿nekos? Bueno, tomé esas orejas de color marrón oscuro, se sentían realmente suaves…
- ¿Qué miras? -escuché decir desde atrás mío a mi novio, que tomaba su smoothie con ambas manos mientras sorbía de la pajilla.
Yo, sin responderle me acerque lentamente a él con las orejas en mis manos y se las pusé en la cabeza a Dennis. ¡En serio se veía tan lindo! Esas orejas combinaban casi perfectamente con el color de su cabello y lo hacían parecer un lobito. Yo sentí que me sonroje de inmediato al verlo así y sentí que mi entrepierna también estaba reaccionando.
- ¿Mmm… orejas? -preguntó tocándolas con su mano izquierda.
- ¡Las compro! -dije yo de inmediato y con una sonrisa en mi rostro sonrojado.
- ¿De verdad?
- Sip, te ves aún más lindo de lo que eres con ellas -le respondí sacando mi billetera de mi bolsillo.
- Espera… de-déjame comprarlas a mí -dijo en voz más baja ¡y hasta ahora no se las quitaba las orejas!
- ¿Mmm? ¿por qué? -pregunté algo extrañado.
- Tú me regalaste a Lobo y sabias que me gustaría mucho… ahora, si quieres estas orejas… yo quiero regalártelas, aunque creo que yo seré quien las use más seguido ¿cierto? -dijo sonriéndome y con un pequeño toque rojizo en sus mejillas.
Yo estaba tan feliz, Dennis de verdad que piensa en mí, ¡las quiere usar porque sabe que me gusta mucho verlo así! Quería comérmelo a besos en ese momento, pero no era el lugar adecuado. Aunque en la tienda solo estábamos la chica que atendía en la caja registradora y nosotros no podíamos besarnos ahí, así que solo te di un piquito uno rápido pero lo suficiente para sentir sus labios sobre los míos.
Creo que debe ser porque aún no es ni medio día que esta tienda aun esté vacía, recuerdo que la última vez que vinimos al centro comercial, pero de noche pasamos por aquí y que aquí estaba llena de chicas… no sé. Cuando nos acercamos a la caja registradora para pagar las orejas que Dennis ahora había puesto sobre el mostrador pude notar que la chica que atendía la tienda nos miraba con una mirada muy cómplice, como si hubiera visto todo la escena ¿Y si así fue? Después de todo no estábamos muy lejos… lo único que atiné fue a escudarme con mi bebida.
Estábamos a punto de salir de esa tienda cuando escuchamos que la chica de la caja registradora nos dijo: “¿Saben niños? Ustedes son realmente valientes, no tienen miedo de ser ustedes mismos”. Dennis y yo nos miramos y luego volteamos a mirarla a ella. “Gracias…” -le respondimos casi al mismo tiempo y finalmente salimos.
- ¿Tú crees que…? -preguntó mi peque mientras caminábamos fuera del centro comercial.
- Sí, estoy seguro que nos vio… ¡Y nos apoyó! Que gracioso…
Vi a mi niño sonreír ante mi respuesta, creo que le gustó la idea de que nos vieran en público y no hubiera ningún problema. A mí también me agradó eso.
Como aún faltaban casi tres horas para la hora del almuerzo y para que mis padres llegaran al departamento… fuimos a mi habitación con lo que mi pequeño castaño había comprado, hay una promesa que tenemos que cumplir.