Capítulo 7 - Fantasías de fin de año
Waoh… acabo de despertar de ese sueño otra vez… siento mi erección el los pantalones de mi pijama, me bajo los pantalones… por suerte esta vez no manché mi ropa interior, pero sí que estoy muy excitado, si me hubiera despertado 5 minutos después creo que sí estaría manchado… esta es la tercera vez que tengo ese sueño, soy un pervertido… solo porque hace un par de días vi a Dennis con esa gorrita roja de Santa Claus. Se supone que debía ser algo tierno y en su momento lo fue solo eso: ternura, algo lindo, Pero luego en la noche mientras dormía mi subconsciente se puso a jugar con esa escena… soñando que Dennis que quitaba toda la ropa, solo usando ese gorrito rojo con un pompón blanco, y así nos poníamos a hacer cositas pervertidas…
Obvio que ya he tenido relaciones con Dennis y en serio disfrutamos hacer el amor, lo único diferente ahora es que me lo estoy imaginando con esa gorrita roja… y me excita tanto… bueno sí ya lo hemos hecho con unas orejitas de lobo, entonces podríamos… ¡Ahh! Siento mis mejillas arder y también mi erección me está doliendo… creo que es mejor que me baje esto… la verdad tengo muchas ganas de hacerlo… tomo mi miembro con mi mano derecha y comienzo a frotarme de arriba hacia abajo… pensando en mi peque… Ahh… esto es tan bueno… Creo… creo que debería hablar con Dennis de esto, puede que sea algo pervertido pero en serio tengo ganas de hacerlo… y la verdad ya se me ha ocurrido un accesorio para mí también… rayos, la mente de un adolescente puede idear muchas ideas en ese sentido… tan sexual… jaja, amo ser adolescente.
Después de lo de esta mañana, que desperté tan caliente, tomé un baño en la tina, fue tan relajante… es muy curioso todo esto… antes no me fijaba tanto en mi cuerpo, pero hoy en la bañera me puse a observar mi cuerpo desnudo, tocar mi piel… una auto-exploración, por así decirlo. Ahora sé que significa eso que dicen en la clase de humanidades… la adolescencia es una etapa donde queremos explorarnos sexualmente… claro que todo tiene límites, pero si es una exploración sana y donde no lastimas a nadie, ni a ti mismo entonces está bien. Además, yo disfruto esto de la sexualidad, sé que mi Dennis también. Entonces no está mal que le pregunte si lo podemos hacer con ese detalle tan excitante de usar pequeños disfraces por una vez… además, creo que nos variamos tan lindos… Jajaja, ok mejor me calmo o ya me pondré a alucinar con esa fantasía otra vez. Mejor me pongo a terminar de envolver los regalos de Navidad, hoy es Noche Buena y en la tarde mis papás y yo iremos a casa de mi tía Anita para la cena de Navidad.
Estamos en la mañana del 24 de Diciembre y como ya tengo costumbre, mi mamá y yo estamos envolviendo los regalos. Estamos sentados en la mesa del comedor, uno al frente del otro, con todos los regalos para mis tíos, primos y etc. También le compré algo a mi novio, pero ese regalo está en mi closet ya envuelto, me costó un poco hacerlo pero al final me salió, creo que está bonito como lo envolví y espero que a mi Dennis le guste mucho. Mañana en Navidad se lo daré.
- Jeremy, pon bien la cinta, no queremos que esté torcida -me dijo mi mamá, haciendo que volviera a concentrarme en la realidad.
- Ok ¿Y qué hará tía Anita para cenar? -pregunté.
- Ya te dije ayer: Pavo al horno con ensalada y puré de papas.
- ¡Ah sí! Casi se me había olvidado, jeje.
- ¿En qué estarás pensado hijo? -me preguntó sonriendo mi madre.
- ¿En mis regalos tal vez?
- Ya sabes que están con llave en nuestra habitación, desde que eras pequeño que hacemos eso para que no te gane lo curioso.
- Sí, lo sé -dije haciendo un puchero, me gusta molestar a mi mamá a veces, aunque creo que le da más ternura que molestia los pucheros que hago.
- Oye ¿y le compraste algo a Dennis?
Esa pregunta tan repentina me hiso ponerme rojo casi de inmediato, solo atiné al balbucear como un tonto… más obvio no puedo ser.
- ¿P-Por que esa pregunta? -dije medio nervioso.
- Porque es tu mejor amigo ¿no? Imaginé que tal vez le comprarías algo.
- S-Sí, le compré un regalo…
- ¡Qué bueno! Yo también le compré un presente a Dennis.
- ¿Le vas a regalar algo a Dennis?
- Claro, no sé porque te extraña Jeremy -dijo despeinando mi cabello con su mano- es el hijo de nuestros amigos y además es muy buen mozo.
- Bueno… ¿y qué le regalarás?
- Ya lo verás en Navidad… igual que tus regalos -dijo mi mamá para seguir con la envoltura de regalos.
- Está bien… -hice el segundo puchero del día.
Mi mamá y yo continuamos envolviendo los regalos mientras hablábamos de varias cosas, por suerte no me preguntó si ya había una chica que me gustara o no. Me da tanto alivio que no me preguntara de nada sobre mi campo en el amor. Sé que algún día les tendremos que contar a nuestros padres sobre el relación que tenemos mi peque y yo, pero aún no me siento listo del todo… y mi peque tampoco. Aunque eso sí, me encantaría presentarlo indirectamente a mi familia como mi novio… ósea, que nos vean juntos, que se acostumbren a la idea de que queremos estar juntos… suena un poco arriesgado, pero me da ilusión que podamos ser nosotros mismos con nuestras familias algún día.
Ahora que ya terminé de envolver los regalos iré a visitar a mi peque. Me iré a casa de mi tía y mis primos después del almuerzo así que tengo un par de horitas para estar con mi novio, voy a ponerme mi chaqueta para salir, no puedo esperar para verlo y darle unos besos de Noche Buena, y como esta noche no lo veré, con más ganas aún lo quiero besar.
Bajé por el ascensor y ahora mismo estoy frente a la puerta del hogar de mi castaño bonito, toqué el timbre pero no obtuve respuesta, así que volví a insistir una y otra vez, espero que haya alguien en casa… después de tocar el timbre unas cinco veces por fin vi la puerta abrirse y también al pequeño en pijamas que abría la puerta…
- Buenos días… -dijo Dennis en un susurro, mientras se refregaba su ojito derecho con su mano.
- Buenas tardes peque, ya es medio día -le respondí invadido por la ternura.
- M-Me quedé dormido… estamos de vacaciones.
- Dale, pero ya es hora de que te despiertes bien, aún tienes sueño y se nota.
- Ven, entra Jeremy.
Mi peque me hiso pasar a su departamento y cuando cerré la puerta principal sentí su pequeño peso sobre mí, abrasándome y frotando su carita contra mi cuello, como si estuviera acurrucándose para dormir. Como obviamente no pude resistirme, también le correspondí al abraso, frotando lentamente su espalda con mis manos y sintiendo el aroma de sus alborotados cabellos… tiene un aroma tan rico… tal dulce… De pronto recordé algo que me hiso volver al mundo.
- Oye Dennis, tus padres nos pueden ver así.
- No sé… solo abrásame que tengo frio.
Lo seguí abrasando pero esta vez con los ojos bien abiertos, atento a que sus padres no nos vieran… no escuchaba ningún ruido en el departamento ni tampoco divisaba a nadie más que nosotros dos… entonces seguramente debemos estar solos y tal vez por eso mi peque se quedó dormido hasta tan tarde. Cuando ya me sentía mucho más tranquilo escuché la respiración calmada de Dennis, creo que ya se está quedando dormido, es mejor que le despierte antes de que se duerma aquí sobre mí.
- Peque… levántate, ya son más de las doce -dije moviéndolo un poco.
- Está bien… -respondió con toda la carita de sueño.
- Dale, ve al baño y lávate la carita, cepíllate los dientes y péinate un poco.
- Sí mami, como tú digas -volteó y empezó a caminar hacia el baño.
- Que no soy tu mami… -le dije sacándole la lengua, pero no me vio.
En fin, ahora yo me voy a la cocina, si los padres de Dennis no están de seguro le han dejado una nota en la puerta del refrigerador… y como dije, aquí está… parece que dejaron durmiendo a mi peque y salieron a hacer las compras de último minuto, regresarán en hora y media todavía… así que tendré este pequeño tiempo a solas con mi niño hermoso, eso me parece bien. Tomé la nota en mis manos y fui a la habitación de mi pequeño novio, las sabanas están medias revueltas… seguramente durmió muy rico. Abrí las cortinas para que algo de la luz del día pudiera pasar y traté de acomodar un poco la cama. Cuando ya estaba todo relativamente en orden llegó Dennis ahora mucho más fresco y estirando sus brazos.
- Hola -me volvió a saludar con una sonrisa.
- Holi, tus papás te dejaron esto -le entregué la nota y la leyó.
- Ah, entonces estamos solos. ¡Bueno!
Dennis y yo nos sentamos en su cama y empezamos a hablar sobre lo que haríamos más tarde, mi peque se quedará aquí para cenar con sus tíos y con Malena. Me prometió tomarse muchas fotos para que yo no me perdiera de nada, luego me preguntó acerca de mis primos y que tal me llevaba con ellos. Bueno… mis primos que iré a visitar hoy son los hijos de mi tía Anita, la hermana de mi mamá, son dos: Yesica, que tiene 16 años y Leo, que ya tiene 11 años. La verdad me llevo muy bien con ellos, con Yesica puedo estar harto rato conversando y a Leo le gusta mucho tratar de ganarme en los videojuegos y es súper inmaduro cuando pierde, siempre al final cuando ve que no puede vencerme hace un berrinche como niño chiquito y su hermana y yo terminamos riendo de lo cómico que se ve.
Mientras mi peque y yo conversábamos, en algún momento recordé los sueños húmedos que hoy y de hace días… y ahora que tengo a mi novio aquí sentado a mi lado, se me hará más difícil disimular… sin quererlo mi pene está levantándose y formando una carpita en mis jeans… espero que no se de cuenta.
- Jeremy ¿acaso dije algo pervert para que tu amiguito esté así de contento? -dijo mirando hacia mi… ¡rayos lo primero que digo y lo primero que pasa!
- N-No sé de qué estás hablando…
- No te haga, ya lo tienes duro.
- Bueno sí -dije ya resignado y sin poder disimular.
- ¿Y por qué? -me preguntó con esa carita de curiosidad suya.
- Es que… ¿te lo cuento?
- ¡Of course! Por eso te estoy preguntando, dime.
- Bueno, pero pensarás que soy un pervertido…
- Sí que eres algo pervertido, pero no importa, así me gustas mucho -me dijo y me dio un piquito en los labios.
- Ok… pero te lo contaré al oído.
Me acerqué a Dennis y con algo de nervios le empecé a contar lo de mis últimas fantasías, cerré los ojos mientras lo hacía… ya de por sí me sentía avergonzado por contarle y quería ahorrarme ver las expresiones que pondría, eso me pondrían más rojo que ahora…
- Ósea… yo con gorrito y tú con alitas de…
- Sí, sí… no lo repitas -dije obviamente avergonzado.
- Pues tenías razón, eres un pervert -me dijo todo sonriente.
- Dennis…
- Jajaja… pero tranquilo… creo que me gustaría probar tu idea…
- ¿H-Hablas en serio?
- Suena interesante… pero a mí no se me hubiera ocurrido, eso sí.
- Ya te dije que fue un sueño… además, todo fue por verte con ese gorrito de Santa Claus.
Mi castaño se puso de pie, abrió el cajón de su armario y sacó el dichoso gorrito rojo para ponérselo en la cabeza. “¿Cuál? ¿Este gorro?” me dijo con una sonrisa muy picara. Verlo otra vez con ese gorrito y ahora encima con su pijama puesta hiso que me excitara aún más…
- Dennis eres malo… sabes que me pone muy caliente cuando te veo así…
- No soy malo -dijo acercándose a mí y besándome en los labios.
- Dennis… -pronuncié al separamos del beso.
- ¿Me ayudas a quitarme la pijama? Tengo que vestirme…
Relamí mis labios y sonreí, segundos después ya le estaba quitando toda la ropa a mi Dennis, dejándolo solo en ropa interior y con ese gorro de Navidad. La vista que tengo es gloriosa… el cuerpo perfecto de Dennis es precioso y verlo con tan escasa ropita… tengo que contenerme inmensamente para no lanzarme a la cama con él y hacer travesuras. Me puse de pie frente a él y nos miramos a los ojos, llenándonos de “te amo” en cada mirada y en cada sonrisa de complicidad. Nos fundimos en un beso y mientras nuestras lenguas jugaban y bailaban, mis manos se aventuraron a bajar hasta sus bellas y firmes nalguitas… tan suaves y redonditas…
- Jeremy, espera -dijo al separarnos del beso por un momento- hay que dejar lo de la fantasía para otro día…
- ¿Por qué?
- Porque ahorita no tenemos tiempo, tiene que ser un día que estemos solitos y con mucho tiempo, además… aun faltan tus accesorios.
- Bueno está bien… ¡La noche de Año Nuevo entonces!
- Buena idea, nuestros padres saldrán y nosotros dos en tu depa.
- Síp, entonces… lo dejamos hasta esa noche… tendremos toda la noche -le dije en forma cómplice y besándolo en el cuello.
- Claro, está bien… además ya te quiero ver como angelito.
Ahora más tranquilo y sin nervios me volví a besar con mi hermoso novio castaño, pero está vez solo usando los labios, sus dulces labios de caramelo. Unos minutos después y ahora algo impaciente de que llegara el año nuevo, veo a mi Dennis terminar de ponerse la ropa. Ambos salimos al living para ver tele juntos y nos encontramos al gatito de Dennis en el sofá.
- ¡Gato Miau! ¡Por poco se me olvida darte el desayuno!
- ¿Desayuno a estas horas? -dije mientras le acariciaba la cabecita al gato.
- Sí, es que Gato Miau es muy dormilón, seguramente se acaba de levantar y vino aquí al living. Él duerme debajo de la mesa.
- Ah… oye qué bueno que tus papás te dejaron conservarlo.
- Yeah, fue muy bueno. Oye Jere ¿me ayudas a darle su leche?
- Claro que sí.
Dennis y yo entramos a la cocina para calentar la leche para Gato Miau… Jaja, me da algo de gracia los curiosos nombres que se le pueden ocurrir a mi Dennis, pero aún así me encantan… creo que es muy original de su parte.
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¡Hola a todos! Hoy es la tarde del 1 de Enero del 2014, a solo un mes del cumpleaños de mi peque hermoso. Ahora mismo son las 5 de la tarde y nuestras dos familias estamos tomando el té en el departamento de mi Dennis, hace un rato mi castaño y yo acabamos de llegar, estábamos en el centro comercial paseando, sí paseando. Ya sé que no hay casi nada de gente ahora que acaba de empezar el año y eso es lo que lo hace divertido, ir por las calles y ver que apenas hay gente. En el centro comercial habían solo algunas tiendas abiertas, y cuando ya nos regresábamos al edificio, nuestros padres nos llamaron para avisarnos que tomaríamos el té todos juntos. Acabamos de sentarnos todos en la mesa, mi peque está sentado a mi lado, en serio lo amo, lo amo con todo mi ser y lo de anoche fue algo mágico… me sentí casi como en nuestra primera vez, fue realmente especial.
Luego de probar el primer sorbo de té caliente ya uno entra en más calor, creo que por eso mismo mi Dennis acaba de quitarse la bufanda que llevaba puesta. Ambos nos miramos, sonreímos y volvemos a tomar otro sorbo de té.
- Dennis… -escuchamos la voz de la madre de mi castaño- eso que tienes en el cuello… ¿son chupetones?