Capítulo 16 – Oportunidades
Dennis y yo corríamos tomados de la mano, no nos importaba estar con las mochilas rebotando y golpearnos un poco las espaldas, ¡Estábamos escapando! Bueno, no escapando de la ciudad ni nada de eso, pero estábamos escapándonos de las clases de hoy, solo para estar juntos. Ayer cuando le dije que haría que los días que nos quedan serían geniales para ambos lo dije en serio, así que ayer antes de dormirme se me ocurrió la idea de escaparnos de la escuela hoy, seguro si nuestros padres se enteran nos van a castigar y en realidad es lo más seguro que suceda, pero eso a mí no me importa ahora, ver a mi peque corriendo todo emocionado y con las mejillas coloradas vale completamente la pena el castigo cuando mis padres se enteren que no asistimos a clase hoy. “Jeremy ¿Y a donde se supone que estamos yendo?” me preguntó entre risas mi castaño. “No estoy seguro, pero si seguimos corriendo llegaremos a algún lado” le respondí, en serio no había planeado a donde ir, ¡pero qué más da! Estoy demasiado feliz de hacer esto con mi peque que no me importa, ya encontraremos muchas cosas que hacer esta mañana y tarde, antes de regresar a casa.
Es divertido como la gente se aparta cuando nos ven acercarnos, para que no choquemos con ellos, aún no me canso de correr, me siento con mucha energía, y como estoy de la mano con mi Dennis… eso me motiva mucho más. Al final terminamos tumbados en una de las bancas del parque, vaya que recorrimos una buena distancia, al sentarnos estábamos agitados y acalorados, correr tanto con la ropa de invierno puede dar mucho calor, eso es obvio, solo pensaba en comprar una botella de agua para refrescarme.
- Ten, se nota que tienes sed –mi peque abrió su mochila y me alcanzó una botella de agua.
- ¡Gracias Dennis! –de inmediato la abrí y empecé a beber, vaya que estoy sediento.
- Jaja, tenías sed…
- Ahhh… sí, muchas gracias. Ten, te deje agua para ti.
Le alcancé la botella y él la llevó directo a sus labios, para beber igual que yo, al ver sus mejillas sonrojadas me dan muchas de apretárselas, en serio se le ve muy lindo de esa forma, vi como Dennis se terminó toda el agua y guardó la botella en su mochila de karate.
- Sí quieres más solo avísame, siempre traigo dos botellas cuando tengo práctica.
- Sip, gracias. Oye Dennis….
- ¿Sí?
- ¿Por qué no limpiaste la boca de la botella primero?
Se lo pregunté porque cada vez que alguien me invita alguna bebida de una misma botella, yo siempre la limpio con mi manga o con un extremo de mi camiseta y como que me pareció curioso, vi una sonrisa de parte de mi peque y a los dos segundos ya lo tenía besando mis labios, me tomó por sorpresa así que no pude contener el aire mucho tiempo, por suerte solo fue un besito usando los labios. Y cuando ya nos separamos volví a tomar aire.
- ¿Para qué voy a limpiar la boca de la botella? si siempre nos besamos.
- Rayos… tienes razón –le contesté ahora yo sonrojado.
Mi pequeño soltó una bonita carcajada y luego nos sonreímos, para volver a darnos otro piquito sentados en esa banca del parque.
“Ay ¿Pero viste eso? ¿Pero qué están haciendo?” escuchamos una voz extraña y volteamos hacia el frente, eran dos abuelitas que caminaban juntas por el sendero y al parecer habían visto nuestro contacto labial.
- Niños, no está bien eso que hicieron, no pueden besarse entre hombres –nos dijo una de ellas.
- Siento contradecirla, pero claro que podemos –dije yo de forma tranquila.
- No, eso está mal, ambos deberían buscarse lindas novias, no besarse entre ustedes –argumentó la otra abuelita.
- Claro que no, no tiene nada de malo que nos besemos, porque él y yo nos queremos –volví a hablar.
- Jeremy, mejor ya vámonos, no quiero discutir con estas señoras –me susurró al oído mi peque.
Yo le asentí a mi castaño y ambos nos pusimos de pie para marcharnos y mientras nos alejábamos podíamos escuchar a las señoras conversando entre ellas. “Ya no entiendo a la juventud de hoy, están cada vez peor” “El mundo está de cabeza, en serio es una pena” “En mis tiempos eso se quitaba con un par de correazos”. Todas esas cosas logramos escuchar, pero la verdad ni le di importancia, esas señoras no saben ni lo más mínimo del amor que le tengo a Dennis, así que no están en posición de juzgarnos y ni siquiera hicimos algo malo, así que no dejaré que me molesten sus comentarios.
- Menos mal nos fuimos, si no me hubiera dado mucha vergüenza –me dijo mi peque volviéndome a tomar de la mano.
- ¿Vergüenza por qué?
- Es que, yo no me quería poner a pelear con un par de ancianitas… tal vez hasta les decía todas sus verdades a la cara, pero eso es muy descortés.
- Awww, mi peque es muy educado ¿no es así? –le dije con voz melosa.
- No sé… solo no quería ser maleducado.
- Eso está bien –le besé la cabecita- oye, vamos a un lugar donde no van a fastidiarnos.
- Oki.
Dennis no me preguntó a donde iríamos esta vez, seguro quiere que lo sorprenda o algo así. Fuimos caminando, la verdad que sin cuidarnos de que ningún adulto conocido nos viera y nos delataran, fuimos un poco descuidados, pero es que conversar con mi peque mientras camino ya me tiene todo concentrado en él. Llegamos hasta el centro comercial, donde guardamos nuestras mochilas en unas bobetas para equipaje y luego al salir las retiras gratis, eso fue de mucha utilidad, ya que con tres mochilas nos podíamos cansar más rápido. Fuimos hasta la tienda japonesa donde nos atiende Yasmín, la chica que me ayudó a hacerle esa tarjeta a Dennis en el verano, luego de ese día ya vinimos varias veces a verla, es una chica divertida y ya sabe que Dennis y yo somos novios, además que Dennis y ella se llevan muy bien también. Cuando entramos la tienda estaba vacía, seguramente porque aún es muy temprano y Yasmín estaba tecleando en su celular, pero cuando nos vio entrar nos sonrió.
- Hola Jeremy y Dennis, que sorpresa verlos hoy.
- Hola Yas –la saludamos al mismo tiempo.
- Ustedes tan lindos como siempre ¿Pero qué hacen tan temprano por aquí? No me digan que faltaron a la escuela.
- Bueno, si no quieres no te lo diremos –dijo Dennis como broma.
- ¿Faltaron a la escuela? ¡Ya se parecen a mí! –nos dijo toda emocionada.
- ¿Por qué dices eso? –no pude evitar reírme con su reacción.
- Cuando tenía un poco más de su edad también faltaba a clases, me compraba mangas y me pasaba el día leyendo, lo bueno es que en los exámenes si tenía la suerte de aprobarlos.
Dennis y yo nos reímos con su pequeña historia, por eso digo que Yasmín es genial, es divertida y tiene varias ocurrencias.
- Ya, pero nosotros no faltamos a cada rato, es la primera vez que nos escapamos juntos –dijo mi castaño.
- Oh, está bien ¿y cómo la están pasando?
- Hasta ahora todo bien, solo nos molestaron unas viejitas que estaban en el parque cuando vieron que nos besamos, pero fuera de eso todo bien –le respondí.
- Ay, si mi abuela se enterara que me gusta el yaoi seguro me mandaría a volar.
- ¿Y qué cosa es el yaoi? –preguntó mi peque.
- ¿No te lo expliqué a ti?
- Nop, eso me lo explicaste a mí –levanté mi mano- Dennis aún no sabe que es el yaoi.
- ¿Quieres que te explique qué es?
- Bueno, espero que no sea nada aterrador –le contestó.
Durante esa explicación, no sé si fue muy larga o muy corta, vi como mi peque se ponía rojo de golpe, también vi cómo se reía con otras cosas que mencionaba Yasmín y en otras veces también se avergonzaba mucho, yo por mi parte solo escuchaba y me sonreía, ya que por todas esas reacciones yo también las pasé cuando me lo explicaron a mí, además Yasmín se emociona y cuenta varias anécdotas que tubo viendo yaoi, algunas son muy graciosas y otras si son muy vergonzosas, pero parece que a ella no le da nada de vergüenza contarlas.
- Ya entendí, entonces es como el shota, pero el yaoi es de grandes.
- Sí, creo que podrías resumirlo así, espera… ¿Cómo sabes que es el shota cuando no sabías que es el yaoi?
- Mi culpa –volví a levantar la mano- yo fui el que le enseño el shota.
- Jeremy eres un pervertido –Yasmín me tomó de las mejillas y las apretó.
- Pero si el shota es lindo… -mencionó mi peque con pura inocencia.
- Jaja, más lindos son ustedes dos, son como shotitas en la vida real.
- ¿Tú lo crees? –dije frotando mis mejillas, que había apretado algo fuerte.
- Sí, les podría enseñar un… a no, no puedo pervertir a dos pequeños tan buenos.
- ¿Qué nos ibas a enseñar? –Dennis parecía estar con curiosidad.
- Un manga shota, pero no sería correcto… ¿no?
Eso hiso que la curiosidad de Dennis creciera aún más, y por tanto que le insistía a mí también me dieron ganas de ver ese manga. “Pero es de chico y chico ¿verdad? Entonces nuestramos, ya te dijimos que hemos visto shota antes” le seguía insistiendo mi peque. Creo que Yasmín solo quería que le insistiéramos un rato, porque de la noche a la mañana dejo de negarse y sacó el manga de uno de sus estantes de yaoi. Dennis y yo veíamos esas páginas, leíamos rápido y pasábamos a la siguiente página, lo que más me gustaban eran los dibujos tan bonitos, estaban bien dibujados, las primeras páginas eran a colores pero luego fueron en blanco y negro, así como en los que leemos en internet, pero esta era la primera vez que veíamos uno en físico. Era la historia de dos chicos enamorados y pervertidos, amos eran bien lindos y cuando tenían sexo sentía que armaba una carpita en mis pantalones, Me da tanta vergüenza estar leyendo algo así frente a Yasmín pero me gusta este manga y además leerlo con Dennis creo que es bonito y medio pervert también…
“¿Y entonces les gustó?” Nos preguntó divertida la chica mayor en cuanto dejamos la revista de nuevo sobre el mostrador, Dennis y yo solo asentimos a su pregunta, ambos estábamos sonrojados y podía notar que Dennis también había armado carpita en sus pantalones. Luego felizmente solo nos limitamos a conversar sobre programas de televisión y esas cosas, por suerte no tuvimos que hablar sobre el shota frente a Yas, si no me hubiera puesto muy vergonzoso yo esta vez. Unos minutos antes de irnos, Dennis le contó a Yasmín que él dibujaba pero que no era un experto coloreando, eso me hiso recordar que algunos de los dibujos de Dennis en su libreta de dibujos están solo a lápiz y otros apenas están dibujados. Yasmín dijo que tenía algo que lo podía ayudar y entonces sacó una caja con varios colores, le dijo que eran colores japoneses y que tenían una mayor facilidad a la hora de colorear o algo así, la cosa es que pintaban más bonito que otros colores normales.
- Genial, entonces los compro –dijo sonriente mi peque.
- Nah, deja que te los obsequie –le respondió la mayor.
- Pero la otra vez que vinimos ya nos regalaste caramelos japoneses, deja que está vez yo lo page –dijo sacando su billetera.
- Pero son mis pequeños amigos… bueno, pero te lo dejo a mitad de precio.
- Está bien –le sonrió alegre.
Salimos de la tienda luego de despedirnos de Yasmín y agradecerle por tan genial mañana, si lo pasamos muy bonito, Dennis estaba contento con sus nuevos colores, “Ahora sí voy a colorear todos los dibujos que tengo en blanco” me dijo mientras caminábamos por los pasillos del centro comercial, ya estábamos cerca del mediodía y como que la barriguita empezaba a dolerme, asi que le dije a Dennis para ir al patio de comidas para comer algo. Cuando llegamos compramos un par de hamburguesas y unos vasos con chocolate caliente, aunque la verdad no hace tanto frio. “Jeremy, pero a lo que no puedo faltar es a mi practica de karate, para eso sí tendríamos que regresar a la escuela” esa no era mala idea, como las actividades son después de la salida entonces los alumnos tienen acceso libre de entrar y salir en la escuela, y si algún profesor nos preguntaba porque no habíamos asistido diríamos que teníamos resfriado o algo así, solo espero que no se den cuenta de que es mentira. Terminamos de comer y seguimos paseando por un rato más, pero ya antes de la una de la tarde salimos del centro comercial y las 3 horas siguientes la pasamos sentados en la playa, sí… en la playa y en invierno, es un poco raro pero fue muy bonito, nos sentamos en la arena fría y nos tomamos de la mano, hablando de cómo nos sentíamos antes de declararnos, era tan bonito recordar esas situaciones que vivimos antes de decirnos que nos gustábamos, como sea vez que le pinté la cara de gatito o esa vez que me quedé mi primer fin de semana en el depa de Dennis. También debo admitir que ese tiempo en la playa, como estábamos a solas por obvias razones, fue un gran tiempo de “kissing time” como le dice Dennis, fue de los momentos que yo quería tener, un momento romántico y algo cursi, pero al lado de mi Dennis, para que recuerde que lo quiero mucho, cuando él esté en Londres.
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Ya está terminando la clase de karate de Dennis, yo estoy sentado en las tribunas y me quedé a verlo, ahora veo como todos los chicos van hacia los vestidores. La verdad llegamos tarde a la clase de karate por 10 minutos, es que estando en la playa se nos fue la hora y cuando entramos a la escuela por suerte no nos encontramos con nadie, ni con profesores ni con nuestros amigos, los cuales si sabrían que nos escapamos seguramente. Mientras esperaba sentado ahí vi que todos los alumnos salían rápidamente de los vestidores, pero ni rastro de mi peque, entonces vi que el sensei ya estaba saliendo con sus cosas y me llamó. “Jeremy, quiero que Dennis y tú cierren el dojo, yo tengo que salir por una urgencia y Dennis parece que va a ser el último en salir de las duchas” fue lo que me dijo el sensei antes de irse y yo le dije que sí, que cerraríamos el dojo. Esperé un rato más y vi que más chicos salían, le pregunté a uno de ellos por Dennis y me dijo que apenas se había terminado de duchar, entonces se fueron. Estamos ahora Dennis y yo solos aquí en el dojo, que se supone tenemos que cerrar.
Entré de puntillas a los vestidores y escuché a mi peque cambiarse en uno de los cubículos, entonces toqué su puerta para que me abriera.
- ¿Qué? ¿En serio nos quedamos solos? –Dennis apenas se había puesto los pantalones y zapatos, pero tenía el pecho desnudo.
- Aja, el sensei tenía que salir y todos los demás ya se fueron. Te demoraste mucho en terminar tú.
- Es que fui el último en entrar en las duchas, todos se me adelantaron.
- Jaja, no te preocupes por eso.
- Pero ya, ahora me pongo lo de arriba y nos vamos.
- Espera…
Extendí mi mano y froté el pecho de Dennis. “¿No te provoca imitar una escena de ese shota que vimos hoy?” le dije de forma pervertida, a veces puedo portarme muy mal… si me entienden. Los siguientes minutos estuvimos semidesnudos y besándonos en ese cubículo, era un poco apretado per estaba muy excitado, tenía a mi pene atrapado en mis boxers, pero me aliviaba que mi peque me estuviera masturbando con su manito dentro de mi ropa interior, yo también tenía mis manos dentro de sus boxers, pero yo estaba manoseando sus tersas nalguitas y mientras nos besábamos usábamos mucho la lengua, eran besos tan húmedos… tan dulces y calientes que a veces terminábamos unidos por un hilito de saliva. “Te voy a morder la orejita Jere…” me dijo casi jadeando mi peque al separarnos de otro de esos húmedos besos. Sentí su boquita húmeda en mi oreja izquierda, eso en serio me hacía perder el control y gemir como un uke,,, sentí sus dientecitos morder mi oreja y luego sentí su tibia y húmeda lengüita jugar conmigo, mientras él me comia la orejita yo solo podía abrasarlo, en serio me sentía demasiado bien… tanto así que terminé eyaculando en su manito, no pude aguantarme. “Ups… ¿tuviste un pequeño accidente verdad?” me dijo sonriendo y luego lamió sus dedos que estaban mojados por mi semen… eso fue tan erótico.
“Quiero que tú también eyacules peque…” le dije acercándome a él, le planté un beso en su suave boquita… sentir sus labios tan finos y pequeños… y luego su lengüita de terciopelo… ya les conté una vez que soy adicto a los besos de mi peque, en serio son deliciosos… unos minutos después tenía a Dennis contra la pared, él con sus manitos en la pared y yo abrasándolo por detrás mientras le daba punteadas en su culito con mi pene, mientras que mi mano derecha estaba metida en sus boxers, acariciando ese pene tan bonito que tiene. Dennis gime tan bonito cuando hago esto… mi pene aunque está sobre la ropa se siente en la gloria al rozar con esas nalguitas tan perfectas, tan redonditas y firmes… no me resistí a mis impulsos e intenté hacerle chupetones en su cuellito, chupando y succionando esa piel tan dulce… “Ahhh… no Jere… s-sí mi mami lo ve me va a castigar… ahhh” me dijo de forma entre cortada, mi peque tiene razón… pero al instante se me prendió el foquito y empecé a hacerle un chupetón en su tersa espaldita, así sus papás no verían las marcas que le voy a dejar, Dennis se dejó besar y lo seguí masturbando mientras lo hacia.
- Je-Jeremy… ¿Estoy en mi limite!
- Déjalo salir… puedes eyacular.
- ¡Sí! Ahh… eso quiero hacer… ¡Aahhhh!
Con ese último gemido sentí como la tibia lechita de mi peque manchaba mi mano, ambos suspiramos y nos dimos varios piquitos, masturbarnos en los vestidores en serio había sido una buena idea…
Cuando regresamos a casa luego de ese largo día, nos llevamos una sorpresa en casa, nuestros padres ya estaban enterados de que no habíamos asistido a la escuela, las profesoras los habían llamado preguntando por nuestras inasistencias, yo pensaba que ya estábamos rotundamente castigados, pero lo más sorprendente fue que no nos castigaron, contra viento y marea nuestros padres entendieron que hicimos eso porque queríamos pasar el día jugando, porque no nos veríamos en un tiempo indefinido, no saben la alegría que sentí cuando me dijeron que no me castigarían y sé que Dennis pasó lo mismo que yo, porque en la noche antes de acostarnos nos encontramos para contarnos que no estábamos en problemas, el día fue genial hasta el final.
*****
El día siguiente yo había llegado temprano a la escuela, mis papás le pidieron a Malena que me acompañara para llegar temprano a las clases, me habían perdonado que ayer haya faltado para pasar el día con Jeremy, pero la única condición que tenía era que ahora llegara más temprano a la escuela, como salí rápido no pude avisarle a Jeremy que saldría rápido de mi depa, solo le pude enviar un inbox en el camino, mientras caminábamos hacia la escuela Malena me llenaba de preguntas de sobre qué habíamos hecho Jeremy y yo tantas horas solos, obvio que no le dije toda la verdad a mi prima, hasta tuve que inventar un par de mentiritas blancas, aunque no me gusta hacerlo. Pero la verdad Malena parecía muy entretenida con todo lo que le contaba, la verdad me alegro mucho de que mi prima me apoye con esto, su apoyo desde que le dijimos que Jere y yo somos novios me ha servido mucho, ¿ya les dije que veo a Male como mi hermana mayor?
Cuando llegué a mi aula solo tuve que esperar que llegaran Ángelo o Juanmi, por suerte el de cabello negro y despeinado no se tardó casi nada en llegar.
- Hola niño Dennis ¿En dónde estabas ayer?
- Hola amigo, ehh… te cuento pero no se lo digas a nadie.
- ¿Le puedo contar a Juanmi?
- Sí, a él si está bien, ya pero acércate y no grites ¿sí?
- Ni que yo fuera gritón.
Ángelo se acercó y yo le susurré al oído lo que pasó ayer. “¡¿Te escapaste de la escuela?!” dijo de forma muy aguda. Rayos… Ángelo hace lo primero que le digo que no haga, cuando por fin guardó más silencio le conté un par de cosas que hicimos Jere y yo, pero no le conté lo que hicimos en los vestidores del dojo de karate, eso sería muy vergonzoso de contarle.
- Entonces estuviste todo el día con Jeremy… que genial.
- Sip y tú como estuviste ayer.
- Pues… conversé bastante con Juanmi y…
- ¡Hola chicos! –escuchamos la voz finita de Juanmi.
- ¡Hola! –le saludé.
- Oye Dennis, Mario me dijo ahora que Jeremy también había faltado ayer. ¿A poco se escaparon juntos?
- Las noticias vuelan bastante rápido ¿no? –me dijo Ángelo dándome palmaditas en la espalda.
- Ah! Entonces si se fugaron juntos… ¿se dieron besos en la boca? –dijo eso último en voz baja.
- ¿Cómo sabes eso? Digo… ¿por qué dices eso? –intenté disimular.
- Vamos Dennis, Ángelo ya me contó todo ayer, yo creo que hacen bonita pareja, jaja.
- Lo siento, se me escapó ayer cuando estábamos hablando de ti por faltar.
Quiero darle un pequeño golpe a Ángelo, pero no lo haré porque es mi amigo y no lo hiso con intención, pero en serio a veces se pasa, es tan despistado que a veces se le escapan las cosas de su boca y se pone a hablar de más… por suerte me tiene a mí para pellizcarlo antes de que meta la pata, y hablando de pellizcos…
- ¡Auch! ¿Por qué me pellizcas? Loco.
- Es para que otra vez no se te escape –le respondí sacándole la lengua.
- Genial, ¿Saben? deberíamos hacer algo así como una cita doble –dijo Juanmi sonriendo, pero eso me dejo confundido.
- ¿Cita doble? –dijimos Ángelo y yo al mismo tiempo.
- Sí… Ángelo, ayer nos tomamos de la mano, así que no te hagas el que no quieres.
- Ehh… -Ángelo se puso rojo y se rascó la mejilla.
- ¿Qué? –estoy súper sorprendido.
¿Qué tanto estuvieron conociéndose estos dos cuando yo no estuve aquí por un solo día?