Capítulo 6 - Es tan lindo…
Hola, han pasado un par de días desde la última vez que nos vimos. Sí de esa vez que yo amanecí mojado… bueno ya recordaron, y además eso fue hace dos días. Creo que les podría hacer un pequeño resumen de cómo pasé o mejor dicho pasamos esos días mi peque y yo, jaja no puedo creer que ya se me haya pegado esa forma de llamarlo, aunque solo lo pienso aún no se lo eh dicho… pero me encantaría hacerlo. Bueno, ya me estoy saliendo del tema, así que prosigamos. Ese día del accidente matutino, después de bañarme rápidamente regresé a mi habitación, me puse solo unos bóxers limpios y con el cuerpo seco me lancé sobre la cama acurrucándome con las almohadas, tengo más de una, como les dije: me gusta abrasar a las almohadas cuando duermo, lo hago desde pequeñín. Aunque yo quería dormirme no logré hacerlo, ya estaba completamente despierto, así que miré el despertador y vi que ya casi era medio día, recordé que la noche anterior lo puse a las once de la mañana, sin embargo yo pensé que me levantaría antes, parece que lo de madrugador solo me duró esos primeros días. Como faltaba solo una hora para almorzar decidí no tomar desayuno y quedarme en mi cama viendo la tele en pijamas. Y eso hice hasta que mi mamá entró en mi alcoba y me ordenó que por lo menos me tomara un vaso de leche, yo hubiera preferido tomar una bebida gaseosa pero… bueno órdenes eran órdenes, así que la acompañé a la cocina.
Después de la hora del almuerzo estaba con muchas ganas de ver a Dennis así que baje hasta el nivel donde vive Dennis, aún recordaba claramente cuál era la puerta de su departamento, lo vi entrar ese primer día, cuando nos conocimos. Toqué el timbre pero no hubo respuesta, volví a intentarlo y luego le di unos golpecitos a la puerta, pero nada, al parecer no había nadie. Cuando ya estaba a punto de resignarme de no ver a mi pequeño castaño recordé que Malena vive aquí en frente, me animé a tocar su puerta, si no estaba mi peque podía pasar el rato con mi amiga, además podría esperarlo a que regresara a casa. Malena me abrió la puerta y sonrió cuando me vio, la saludé con un beso en la mejilla y luego me hiso pasar y… para mi muy grata sorpresa ahí recostado en la alfombra limpia del living, estaba mi lindo castaño, creo que se dio cuenta de la sonrisa de niño tonto que puse en cuanto lo vi porque noté que él se sonrojó un poco al verme. Se puso de pie y se acercó a mí, yo no estaba seguro de cómo saludarlo ¿un apretón de manos? Creí que eso no sería suficiente así que me atreví a darle un abraso, fue uno muy rápido, pero fue un abraso al fin y al cabo.
Los dos estaban jugando “Monopolio” cuando llegue, me invitaron al instante a unirme a ellos ya que ese juego es más divertido con más personas, me recosté con ellos sobre la alfombra del living y comenzamos una partida nueva. Ya llevábamos casi media hora y hasta entonces yo estaba ganando, no es presumir ni nada, pero soy bueno en ese tipo de juegos. Cuando Malena fue al baño le pregunté a Dennis por que no había nadie en su depa, el me dijo que sus padres estaban trabajando y lo dejaban solo en las tardes, así que se pasa jugando con Malena o con Marco, vaya el pequeño también se parece a mí en ese sentido, es hijo único y en las vacaciones esta por las tardes solito como yo. Le estaba por decir que podía subir a mi departamento para jugar conmigo cuando quisiera pero él fue el que se me adelantó, preguntándome justo lo que le iba a decir, eso me hiso sonreír y le dije que sí, no pude evitar acariciarle un poco el cabello y él me sonrió con los ojitos cerrados mientras lo hacía, segundos después Malena regresó y seguimos con el juego.
Ya se acercaba la hora del almuerzo, mis papás me llamaron a mi celular diciéndome que almorzaríamos afuera en un restaurant, así que me tuve que despedir de los dos primos. A Malena se le ocurrió una idea, pensó en que sería buena idea que viéramos una película en la noche “todos juntos”. Así que me invitó a regresar a su depa después de la cena. Yo claro que le dije que sí, por fin una película en casa al lado de Dennis.
Después de almorzar afuera con mis papás me pasearon con ellos por los centros comerciales, mamá quería comprarme ropa nueva para el verano y obvio no se lo iba a negar. Escogí mi ropa yo mismo y mi papá me ayudo a escoger que zapatillas se veían mejor, luego de tener mis bolsas en mis manos pensé que regresaríamos al edificio pero era hora de que ellos escogieran su ropa, mi papá lo hiso en poco tiempo, la que se demoró fue mi mamá, especialmente para escoger zapatos. Ahí nos tuvo a mi papá y a mí esperando sentados un muy buen rato.
Regresé al depa de Malena a la hora que me dijo, ahora sí recordaba ser puntual, vi a mi peque sentado en el sofá comiendo popcorn uno por uno, me senté a su lado y lo saludé. Él me convidó de sus palomitas de maíz. Aún no ponían la película así que pregunté por Marco, Malena me dijo que lo había llamado pero él tenía una cita con el dentista justo a esa hora. Justo cuando pensé que ya no llegaría nadie escuchamos el timbre.
Nah… ¿en serio? Bueno sí, era esa chica llamada Valery, aja esa chica que estaba abrasando a Dennis esa vez… no es que me caiga mal pero cada vez que me acuerdo como que fruño un poco el ceño, como toda persona educada la salude también, al parecer ella también se junta con mis nuevos amigos. Cuando estaba pensando en eso vi que se sentó junto a Dennis, ahora mi niño estaba entre ella y yo. Ok… eso sonó muy de telenovela, mejor olviden eso, la cosa es que ahora ya no sería el único a su lado.
Malena puso la película, una de esas de comedia románticas, en realidad no me desagrada ese género, a veces me hacen reír mucho. La verdad era algo raro como estábamos sentados en el sofá: las dos chicas a los extremos y los dos hombres en el medio ¿no debía ser al revés? Qué más da, no quería cambiar de lugar. Si estaba junto a Dennis estaba bien. La película terminó casi a las once de la noche, cuando ya nos estábamos yendo vi como bostezaba mi castaño, aún es un niño, eso sí.
Al día siguiente, ósea ayer, yo estaba bien comodito y recostado en el sofá de mi living escuchando música, aún era algo temprano: ni siquiera las diez de la mañana, claro que ahora es el despertador quien me levanta de la cama. Escuché que tocaban a la puerta así que abrí, eran Marco y Dennis y en cuanto les abrí me dijeron en voz alta: “Día de chicoooooos” y se echaron a reír, a mí también me dio mucha gracia esa exageración. Fuimos al club y nos pusimos a jugar basketball, como era el primer día de chicos oficial conmigo me dejaron escoger primero que haríamos. Después de dos partidos y que Marco fuera a la cafetería para comprar botellas de agua recordé que hasta ahora no le había pedido si su “Face” ni su número de celular a Dennis. Cuando le pregunte me respondió con mucha tranquilidad que a él aún no le dejaban tener “Facebook”, sus padres le habían dicho que mejor era esperar a que cumpliera catorce. Él pequeño (porque aún soy más alto por más de media cabeza) me dijo que le parecía bien, después de todo a él le aburren las redes sociales, me dijo que para él es mejor el contacto en persona, claro a menos que vivas en un lugar lejano.
Eso me hiso recordar otra cosa, le pregunté entonces como se comunicaba con sus amigos que había dejado en Londres, él me respondió: “Ellos y yo preferimos enviarnos cartas por correo, lo sé… suena muy antiguo, pero también es bueno recibir cartas, como que le da tú propio toque personal” Lo que me dijo me hiso sonreírle, mi niño ve las cosas desde su propio punto de vista, un punto de vista tan considerado… ya pero teléfono celular ese sí debe de tener, eso tenemos todos.
En cuanto le pregunte su celular de lo dio de memoria, bueno… también es un numero fácil de recordar… tiene muchos sietes, curiosamente es mi numero favorito, ¡en serio!
Siguiendo el día con Marco y con mi peque llegando ya el bostezo de sol fuimos a un Arcade en el centro comercial, y aunque a esa hora ya estaba algo lleno de gente si nos aventuramos y ganamos varios boletos, claro que como siempre no eran suficientes para sacer ningún premio, así que Dennis se ofreció a guardarlos, me dio mucha risa ver como intentaba guardarlos en los pequeños bolsillos de su pantalón corto y los boletos se caían sin problemas. “No te rías mucho y ayúdame ¿quieres?” me dijo y claro que lo ayude, cuando ya no quedaba ningún boleto por guardar me dio las gracias y yo volví a acariciarle el cabello, creo que le es agradable porque las dos veces que le he tocado el cabello me di cuenta que cierra los ojos y sonríe. De todas formas es muy tierno el pequeñín… jaja hablo como si yo fuera muy mayor… solo le llevo un año más, pero bueno… lo tierno que es igual me hace llamarlo así.
Hoy vine al club acompañado por Marco, ayer los tres quedamos en vernos aquí para jugar tennis con las chicas, solo llego Valery con su raqueta color rosa, pero ninguno de los primos castaños estaban por aquí, así que cuando estábamos a punto de llamarlos Marco recibió una llamada de Malena avisándole que ella no podría ir ya que tenía que ir a arreglar unos papeles de la secundaría con su mamá esa misma mañana y ella no lo sabía, eran solo las diez de la mañana pero se demoraría mucho más al parecer. El pelinegro le preguntó por Dennis y ella le dijo que no lo había visto salir de su depa.
Cuando Marco y Malena colgaron, Valery tomó su celular y le marcó a Dennis “Esta apagado” dijo antes de cancelar la llamada. Así que fui yo quien propuso ir a buscarlo a su departamento. Ahora los tres estamos frente a la puerta del depa de Dennis, acabamos de tocar el timbre y parece que alguien viene. Nos abre la puerta una mujer muy simpática, puedo deducir que es la mamá de Dennis, “¿ustedes son los amigos de Dennis, cierto?” nos dijo antes de hacernos pasar amablemente, nos dice que su hijo aún está durmiendo en su habitación.
- ¿Y bueno? ¿Quién de ustedes quiere ir a despertarlo? -nos dijo sonriente ella.
- ¿Mm? ¿Nosotros? -pregunta Valery.
- Sí, así verá que sus amigos se levantan temprano ya no dormirá hasta tarde -dijo la mujer aún sonriente.
Antes de decidir quién despertarlo y como la madre de Dennis nos trajo unos vasos con jugo de naranja, veo que es muy cortes. No sé exactamente cómo pero al final de la conversación con los otros dos terminé siendo yo el que entraría a despertarlo. Un punto de buena suerte.
Ya estoy frente a la puerta de la habitación mientras que mis amigos están cómodos en el living, abro lentamente la puerta, veo su habitación es de color crema y creo que mi peque es más ordenado de yo. Acabo de ver a mi pequeño durmiendo, está algo despeinado y con las delgadas sabanas cubriéndolo hasta la cintura… No saben cómo mi corazón esta latiendo ahora, cada paso que daba hacia él se me hace mágico, se me están ocurriendo más de una forma de despertarlo… entrando en la cama con él y abrasarlo o tal vez besarlo hasta que despierte o abrir su pijama y hacerle cosquillas… lamentablemente sé que no haré ninguna de estas cosas aunque sí gustaría hacerlas.
Me arrodillo al lado de la cama, cerca a él y lo observo por unos segundos, en verdad no quiero despertarlo… se ve más que lindo durmiendo y escuchar su suave respiración, ver como su pechito sube y baja despacito… Pero tengo que despertarlo, mis amigos están esperándonos. Lentamente llevo mi mano hasta su hombro y lo muevo un poco para que despertara. “Dennis, vamos ya salió el sol hace horas” -dije. Dennis se mueve un poco en la cama sin abrir los ojos, se gira hacia mi aún con los ojos cerrados y a los segundos comienza a separar sus pardeados, veo como la expresión adormilada de su carita cambia a una radiante sonrisa, “¡Jeremy!” -dijo un segundo antes de abrasarme… Su abrazo me tomó por sorpresa, correspondo su abraso… estamos aquí, abrasándonos en su habitación y para mi otra grata sorpresa esta durando más segundos de lo que esperaba, yo estoy saltando de alegría por dentro. Nos estamos separando y ahora nos miramos a los ojos, puedo sentir algo tan dulce en su mirada… también noto que esta con las mejillas sonrojadas, nunca me cansaré de decirlo: es tan lindo. Estoy con todas las ganas del mundo por besarlo, pero…
- ¿Qué haces aquí? -me preguntó con su sonrisa aún infantil que a mí me lleva al cielo.
- Yo… vine a despertarte.
- ¿A despertarme?
- Sí, los chicos y yo vinimos a buscarte.
- ¿Qué hora es?
- Van a ser las 10 y media.
- ¡¿En serio?!
- … -yo asentí revolviendo un poco su cabello.
- ¡Entonces voy a cambiarme! -dijo para luego destaparse y pude ver que solo dormía con la parte de arriba del pijama y bóxers.
- ¿Duermes en bóxers? -dije ya mirándolo a la cara.
- Sip, hace calor…
- … -no dije nada mientras veía como se desabotonaba la parte de arriba del pijama- Entonces… te dejo solo mientras te cambias ¿ok? -dije levantándome porque hasta el momento estaba arrodillado.
- Yes, no voy a tardar.
- … -le asentí.
- Jeremy…
- ¿Mm? -voltee antes de abrir la puerta para salir.
- Yo… gracias por venir a despertarme.
- De nada… después de todo… el día no sería lo mismo sin ti…
Después de eso salgo de su habitación no sin antes notar que sus mejillas estaban algo sonrojadas otra vez. No puedo creer que le haya dicho eso en voz alta pero no me arrepiento, después de todo… le dije la verdad.