Capítulo 11 – Una semana, varias historias
Pov’s Jeremy…
“Y oye, ¿no crees que Ángelo se está demorando ya demasiado” preguntó Marco cambiando de tema, estamos sentados al lado de la puerta principal de la escuela, normalmente aquí nos quedamos a descansar y conversar él y yo luego de las prácticas de basketball para esperar a Ángelo y regresar todos juntos a casa.
- Sí, creo que ya se le ha hecho tarde ¿Qué tanto estará haciendo?
- Jaja, pues supongo que él y Gianfranco seguirán chapoteando en la piscina, se les habrá ido el tiempo.
- Mejor lo llamo a su celular, ya pasaron 15 minutos de la hora que siempre sale –abrí mi mochila para buscar mi celular.
- Espera Jeremy, mira, ahí vienen saliendo ya.
- Hablando del rey de Roma, jaja.
Vimos por las ventanas de la puerta principal que Ángelo y Gianfranco ya están por salir de la escuela, el chico rubio abre la puerta principal y Ángelo sale mirando hacia abajo, que raro, ¿le habrá pasado algo vergonzoso o algo así otra vez? Los dos chicos caminan hacia nosotros y Marco y yo nos ponemos de pie para hablarles.
- Perdón por hacerlos esperar… -pronunció el menor de todos aun mirando hacia abajo.
- No pasa nada, pero ya nos estábamos preguntando porqué se demoraban tanto en salir –dijo Marco.
- ¡Nada! Solo estábamos… nadando y esas cosas… ehh…
- Solo se nos pasó el tiempo volando –Gianco interrumpió a Ángelo- solo espero que no se hayan aburrido aquí.
- Nada que ver, estábamos hablando del juego de basket de anoche y también de…
Los tres mayores empezamos a conversar un poco más, entre trivialidades todos nos podemos pasar largos ratos hablando ¿no es verdad? Lo que sí, me he dado cuenta que Ángelo casi no habla nada y si lo miro bien… sip, esta rojo hasta las orejas, creo que sí le ha pasado algo vergonzoso de nuevo, me pregunto que fue esta vez ¿se le habrá salido el traje de baño en medio de la práctica? Jajaja, o sea, no es por ser malo, pero es una posibilidad. Después de un rato ya Gianfranco se despidió de nosotros, él se va por una ruta distinta a la de nosotros.
- Bueno chicos tengo que irme ahora, tengo un montón de tareas de mierda que hacer para mañana.
- Jajaja, entonces te la vas a pasar muy bien –le dije bromeando.
- Como sea, las estúpidas tareas las acabaré rápido, nos vemos mañana, chau muchachos.
- Chau –dijimos Marco y yo casi al mismo tiempo.
- Y Ángelo…
- ¿Q-Qué cosa? –habló el pelinegro levantando un poco la cabeza hacia el más alto.
- Estas nadando bastante bien, hasta mañana.
Sin más, el rubio alto se dio media vuelta y se fue caminando, nosotros también empezamos a caminar los tres juntos por nuestra ruta de siempre, mientras Marco y yo seguimos conversando mientras caminamos, sigo notando que Ángelo no está actuando como él mismo, está demasiado callado. Al principio quise dejarlo en paz y no decirle nada, si es que le pasó algo bochornoso como creo que le pasó entonces no quiero que lo tenga que decir por mi culpa, seguro ya se le pasará luego, en serio espero que no sea la gran cosa.
“Oye Ángelo estas muy raro, todos los días estás que te ríes y hablas con nosotros y ahora mismo estas bien callado ¿Que te pasó?” escuché de pronto que dijo Marco y casi me caigo de cara contra la acera, lo primero que pienso y es lo primero que pasa, bueno, por suerte no fui yo quien se lo está preguntando, pero igual quiero saber qué pasa con nuestro Ángelo, no está tan loquillo como siempre lo está, ya saben.
- ¿Qué creen que estoy raro? –preguntó algo tímido.
- Sí, lo estas –dijimos nosotros ahora sí al mismo tiempo.
- C-Claro que no estoy raro, solo que ahora mismo… ehh… estoy con mucho sueño, eso es todo.
- No pareces con sueño –mencioné.
- Más bien, estas rojo como bola de árbol de Navidad, mírate en un espejo.
- Que no es nada chicos… no es como si me hubiera estado be-
Entonces Ángelo se detuvo en seco y se tapó la boca con ambas manos, rayos, esta vez sí se dio cuenta de su debilidad de pensar en voz alta y que se le escapen las palabras de la boca. “Espera, espera… termina lo que ibas a decir, no seas malo” le dije intentando convencerlo de que nos diga.
- Mmmm… -Ángelo luego de unos segundos se destapó la boca y habló- iba a decir… no es como si me hubiera estado beneficiando por hacerlos esperar ahí afuera.
- ¿Qué? Pero si eso no tiene nada que ver con…
- No importa –Ángelo interrumpió a Marco- lo cierto es que lo siento por haberlos hecho esperar, mejor caminemos más rápido para recuperar el tiempo.
- Oye, no vayas tan rápido, esto no es una carrea –dije al vez que Ángelo casi y se iba corriendo.
- Vamos, no sean aguafiestas ¡Vengan rápido!
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Bueno, al final no pudimos sacarle nada de información a Ángelo, sigo pensando que fue algo incómodo que le pasó en el club de natación, pero bueno, él dijo que no había pasado nada, en serio espero que se le pase pronto. Y ahora a hacer lo primero, ya estoy en mi departamento, entro en mi habitación y abro el cajón de mi mesita de noche, mirando el objeto que vine a buscar, creo que ya es momento de devolvérselo a mi peque.
Ya con ese valioso objeto en mis manos, salí de mi hogar y me dirigí hacia el ascensor del edificio, mientras lo espero subir siento que tengo una sonrisa en mi rostro, una vez más estoy muy emocionado por ver a Dennis y también estoy muy ansioso de ver la carita que va a poner cuando… Oh bien! Ya llegó el ascensor, entro al cubículo y presiono el botón que me lleva al nivel del depa de Dennis. Una vez que el ascensor se detiene y abre sus puertas, salgo caminando y antes de llegar a la puerta del hogar de mi pequeño, guardo el objeto que estoy sosteniendo en el bolsillo de mi pantalón, tal vez sea mejor si le doy una sorpresa, siempre es mejor cuando las sorpresas son buenas ¿no les parece? Toco el timbre del departamento y luego de esperar unos segundos me abre mi suegra, digo! Me abre la puerta la mamá de mi peque.
- Buenas tardes señora Ana, ¿está Dennis?
- Hola Jeremy. Sí está, está en su habitación aprovechando su último día sin escuela. Ven, pasa.
- Gracias, él está de flojito ¿eh? –pregunté entrando al departamento.
- En realidad, los casi dos meses que estuvimos en Inglaterra lo vi pegado a su tabet leyendo, me dijo que Malena le pegó el bichito de leer poesía y novelas.
- Oh ¿de verdad? Entonces está de lector, jaja, que bien.
- Sí, me encanta verlo leer –me dijo la señora Ana sonriendo- de verdad voy a extrañarlo verlo en casa, con la escuela lo voy a ver un poco menos.
- Pero no se preocupe por eso, igual lo va a ver todos los días.
- Tienes razón, Jeremy anda a la habitación de Dennis, en un momento les prepararé la mesa para que puedan tomar el té.
- Sip, muchas gracias señora.
- No hay de qué, hijito.
Mientras la señora Ana entró a la cocina yo fui directo a la alcoba de mi peque, espero poder tener un buen tiempo a solas con él. Toqué con cuidado la puerta, pero no obtuve respuesta inmediata, así que después de seguir golpeando sin mucha fuerza y aun sin respuesta, ya decidí en abrir la puerta así sin más. “¿Dennis?” digo en voz algo baja mientras abro la puerta… pues vaya, con razón que no me contestaba nada, si está completamente dormido el niño este, jajaja. Entro ya en la habitación y cierro la puerta sin hacer ningún ruido, me acerco a la cama, donde está Dennis meciéndose en los brazos de Morfeo, también veo a Gato Miau durmiendo hecho bolita en los pies de la cama ¿estos se ponen de acuerdo para dormir juntos o cómo? Jaja, ya en serio, es muy lindo verlo dormir de esa forma, está con su ropa de diario, solo sin usar las zapatillas, recostado sobre las mantas y abrazando a su lobo de felpa.
Rayos Dennis… hasta para dormir eres el chico más lindo del mundo, en serio. Me siento en el borde de la cama y lo miro un ratito, se ve tan pacífico y tranquilo… ¡Exacto! Como un angelito, me dará algo de pena despertarlo, pero si no lo hago no le podré dar lo que tengo aquí guardado para él. Con mi mano empiezo a frotar su cabello lentamente, para despertarlo de una forma agradable… noto como se mueve y hace pequeños gestos con su cara. “Oye Dennis, ya es hora de que despiertes. Vamos, levántate” le digo no tan fuerte, al escuchar mi voz, él voltea hacia mí ya con los ojos abiertos y nos quedamos mirándonos el uno al otro.
- Hola Jeremy –me dice muy tranquilamente.
- Hola, ¿estabas durmiendo muy rico?
- Yo creo que sí, es que luego del almuerzo me dio sueño… ¿Tú cómo estás? –me sonrió muy bonito.
- Yo bien, hace rato llegue de la escuela y pues lo primero que quise hacer es venir a verte.
- ¿Really? –abrazó más fuerte a Lobo mientras sus dientes blancos brillaban en su sonrisa- Que bien.
- ¿Puedes sentarte? Quiero darte algo.
- Claro ¿Qué será? –se sentó a mi lado en el borde de la cama- Dime que es algo bueno.
- Obvio que sí, yo nunca te daría nada malo a propósito.
- Eso ya lo sé bobo, es que me gustan las sorpresas ¿Esta es una sorpresa?
- Mmmm… digamos que sí, mejor cierra los ojos y abre tus manos.
- Ok!
Mi peque dejó a su peluche a un lado de la cama, abrió sus manos y cerró los ojos como le dije, en todo momento sin borrar la bonita sonrisa en su carita, cielos… en serio es tan difícil aguantar las ganas de besarlo… por suerte tengo algo de autocontrol, bueno… un piquito no estaría mal ¿verdad? Además así con los ojitos cerrados se lo ve tan adorable que dan ganas de… “Oye Jere no te demores tanto ¿y mi sorpresa?” dijo aún sin abrir los ojos, “Lo siento, ahora sí te la doy” le dije mientras metía mi mano en el bolsillo de mi pantalón, saqué el bonito objeto y lo puse en las manitas abiertas de Dennis, que al instante abrió los ojos para ver que era.
- Mi libreta de dibujos… ¡La guardaste todo este tiempo!
- ¿De qué te sorprendes pequeño bobo? ¿No me la dejaste para que la cuidara por ti? –le dije mientras lo despeinaba con mi mano.
- Yes… y también para que te acordaras de mí.
- ¿Y cómo podría olvidarte? Si eres mi persona favorita en todo el mundo.
- Awww… eso es lindo, gracias –vi que sus mejillas se ponían algo rojas.
- Jaja ¿Y cuando no soy lindo?
- Hey, yo soy más lindo que tú –dijo el castaño lleno de orgullo.
- Mmm… puede ser verdad, pero solo un poquito más.
Me acerqué más a él y le apreté sus pequeña costillas con mis manos, lo que hiso que Dennis diera un pequeño salto por la sensación de cosquillas, al ver esa reacción tan hermosa seguí apretando suavemente su abdomen tan sensible, haciendo que mi peque lanzar risitas muy infantiles, eso es música para mis oídos.
- Jajaja, suéltame, me estás haciendo cosquillas tonto –pronunció mientras me miraba a los ojos.
- ¿De verdad quieres que te suelte?
- No… me gusta estar así contigo.
- A mí también.
Él y yo acercamos nuestras cabezas, uniendo nuestras frentes, mirándonos y sonriéndonos, extrañaba demasiado estos momentos con mi peque, solo con estar así de cerca con él creo que toco el cielo. “Gracias por ser tan tierno Jeremy, y gracias por cuidar de mi libreta” me dijo mi pequeño, yo le respondí con un “Claro que sí” y luego me acerqué más para juntar nuestras narices y las frotamos haciendo un besito esquimal, y aunque nuestros labios no se toquen, “besarlo” de esta forma es lo más tierno que hay, son sensaciones únicas, solo con sentir su naricita respingada frotarse con la mía hace que todo mi cuerpo se sienta genial, es un cosquilleo tan… lleno de amor.
En eso escuchamos golpecitos en la puerta de la habitación y la voz de la mamá de mi peque, “Chicos, ya está puesta la mesa, ya pueden ir a tomar el té” escuchamos, Dennis y yo contestamos al mismo tiempo con un “¡Ya vamos!”. Cuando ya nos habitamos separado del besito esquimal y yo estaba por ponerme de pie, entonces sentí un abrazo por parte de mi castaño… Awww, cuando yo no podía estar más enternecido me viene con un abrazo, rayos Dennis, eres demasiado lindo, en serio soy tan afortunado de tenerte aquí a mi lado. Obviamente le correspondí el abrazo, apretándolo un poco fuerte, ¡cosita apapachable!
- Oye entonces ya tienes tu libreta de dibujos de nuevo, ya puedes volver a dibujar en ella.
- Sip, esta misma noche haré un dibujo.
- ¿Y yo estaré ahí?
- Mmmm… es probable –me dijo, picando la punta de mi nariz con su dedo índice.
- Jaja, está bien entonces… de hecho, ya me aprendí de memoria todos tus dibujos.
- ¿De veritas?
- Sip y ya quiero ver dibujos nuevos también.
- Thanks! I will draw very well –nos soltamos del abrazo y Dennis guardó su libreta en el cajón de su ecritorio.
- ¡Dense prisa o los muffins se pondrán duros! –escuchamos desde afuera a mi suegrita, digo… Ay ya saben.
- ¡Oh! ¡Muffins! ¡Vamos Jere, quiero comer uno ya mismo!
Dennis me tomó de la mano y prácticamente salimos corriendo hacia el comedor, es gracioso verlo cuando le dicen que hay muffins para comer, se nota que le encantan.
Pov’s Dennis…
Rayos, rayos… estoy llegando un poco tarde a mi primer día del taller de canto, es que me quedé hablando en los pasillos con Ángelo y Jeremy y nos distrajimos demasiado, los minutos se pasan volando en serio. Es miércoles y todos los talleres son 3 veces por semana, como el lunes estaba en casa entonces no pude asistir al taller, pero creo que ahora tendré que correr por todo pasillo, para llegar hasta el auditorio donde es el taller de canto. Mientras voy corriendo les cuento que ayer ya regresé a la escuela y fue una muy cálida bienvenida, me hicieron una tarjeta muy grande diciendo que me extrañaron, eso me sorprendió mucho y fue una sorpresa muy genial, o sea, ya me llevaba bien y me hablaba con todos en el salón, pero no tanto como lo hago con Ángelo y Juanmi, ellos son mis dos amigos principales en la escuela. Por eso fue tan bonito detalle de parte de todo mi salón y de mis profesores también, que me reconocieron al instante cuando me vieron sentado de nuevo en mi pupitre.
Algo que creo que será genial de las clases de canto es que mi profesora de inglés, Miss Johana, también es la profesora de canto en mi taller y la Miss en serio me quiere, tanto como para darme un abrazo en todas las clases de inglés, es una mujer realmente adorable y también es muy joven, no debe tener más de 25 años creo, por eso creo que muchos en mi salón suspiran por ella, es un chica muy guapa a decir verdad. Oh! Ya estoy llegando a la puerta del auditorio, disminuyo la velocidad para poder respirar más tranquilo. Mientras recuperaba las energías de haber corrido por todo el pasillo, escuché la tonada de una linda canción y entonces reconocí la letra de la canción “Piano” de Ariana Grande. La voz que la cantaba era una voz dulce y la verdad si se parecía un poquito a la de Ariana, con curiosidad abrí la puerta del auditorio lentamente para no hacer ruido y vi a todos los chicos del taller sentados en las butacas mirando a una chica cantar de pie, al lado del piano del que estaba tocando Miss Johana.
La chica en el escenario es linda, es delgada y supongo que es más alta que yo, la piel trigueña y el cabello negro recogido en una cola de caballo y si veo bien, tiene un mechón de su cabello pintado de azul. Me pregunto quién será, no la había visto antes, me gusta la ropa que usa, tiene una chaqueta pequeña color morado oscuro y una minifalda rosada, sus calcetines son largos y sus zapatillas también son rosadas. Antes de que ella terminara de cantar la canción, di unos cuantos pasos hacia adelante para escuchar más fuerte, vaya que canta bonito y pronuncia adecuadamente el inglés americano.
“…I could write a song by my new piano, I could sing about how love is a losing battle, It's not hard, It's not hard, It's not hard, It's not hard…” y terminó de cantar, de inmediato todos los que estaban sentados en las butacas se pusieron de pie y aplaudieron. Miss Johana también se puso de pie ya que había terminado de tocar la canción en el piano, “Muy bien Romana, de verdad que es una forma maravillosa de empezar la clase” le dijo la profesora a esa chica, entonces ella se llama Romana.
- Miren quien está aquí, Dennis ya llegaste, que gusto.
- Oh sí… lamento mucho la tardanza Miss Johana –dije poniéndome rojo porque todos me miraron al mismo tiempo.
- No hay problema, más bien, acércate para que conozcas a toda la clase.
- Sí… ahí voy.
Díganme, es normal sentirse nervioso cuando vas a conocer a muchas personas nuevas en una clase ¿verdad? Porque como que me siento chiquito, espero no hacer nada torpe en mi primer día en el taller de canto. Caminé hasta las butacas y saludé a todos los chicos con un apretón de manos y a las chicas con un beso en la mejilla, curiosamente hay más chicas que chicos en este taller, pero creo que está bien, cuando terminé de saludar noté que no había saludado a la chica que había cantado hace nada en el escenario, ella ya había bajado del escenario y se estaba acercando a mí con una sonrisa.
- Hola ¿Cómo estás? Me llamo Romana, es un placer conocerte, ¿Cuántos años tienes? ¿Eres nuevo? No te había visto antes.
- Hola, me llamo Dennis y pues… tengo 13, no soy nuevo, lo que pasa es que me fui por un tiempo a Londres.
- ¡Que interesante! Me gusta mucho como te vistes, te ves adorable.
- G-Gracias.
- Cierto, Dennis, la mejor forma de romper el hielo es cantando en el escenario frente a tus nuevos compañeros –dijo Miss Johana acercándose a nosotros.
- ¿Q-Qué? But… I’m really nervous Miss.
- Romana también sabe cantar en inglés, que tal si…
- ¡Sí! Hagamos un dueto Dennis, es una excelente idea –dijo la chica de forma emocionada.
- P-Pero… no lo sé, apenas llego y…
- Vamos Dennis, es para romper el hielo, subamos al escenario, verás que será divertido, tengo la pista de “If I never see your face again” de Maroon 5 y Rihana. ¿Te la sabes?
- S-Sí me la sé… está bien, pero no prometo hacerlo excelente.
Subí las escaleras del escenario detrás de Romana, en serio que me siento nervioso por cantar frente a todos… me paré en medio el escenario mirando como todos me miraban, mala idea, ahora siento que las rodillas se me van a poner a temblar, rayos… Romana regresó de poner la pista de música en la laptop de la clase y ahora está de pie junto a mí, creo que hasta ella puede notar que estoy muy inseguro. “Tranquilo, lo haremos muy bien, tengo mi joya de la buena suerte” me dijo en un susurro y luego me mostró un pequeño rubí que colgaba en su cuello como collar, se nota que ella está segura de sí misma, ojalá que su confianza se me pudiera contagiar a mí… Oh! Una corriente eléctrica me recorrió todo el cuerpo al escuchar la canción comenzar…
Pov’s Ángelo
Mmmm… tal vez no debí pasarme tanto rato peinándome frente al espejo, ya se me hiso tarde para mi ci… para eso que tengo que hacer, o mejor dicho, a donde estoy yendo. No quiero que nadie me reconozca, por eso es que he peinado el cabello usando mucho gel, normalmente nunca me peino, así que de esta forma será difícil reconocerme ¿No creen? Bueno además de que estoy usando gafas oscuras.
En fin, ya estoy por llegar, espero que ese tonto me haya esperado y si es así… espero que no esté enfadado por llegar tarde. Antes de entrar al patio de comidas del centro comercial, miro hacia todos lados fijándome que nadie me haya seguido o que no haya ninguno de mis amigos por aquí, es raro, me siento como espía en las películas… bueno no hay nadie, creo que ahora si ya puedo ir buscar a mi cita, digo… al tonto de Gianco, me pregunto cómo habrá venido “de incognito” como quedamos. Mientras camino por en medio de las mesas, noto una mano que se levanta en el aire, es un chico con una gorra en la cabeza y por su cabello rubio… sip es él, que lindo, ya estaba aquí esperándome, quiero decir… oh, ahí está ese tonto, iré a sentarme con él entonces.
- Al fin llegas pequeño bobo –me dijo sonriéndome en cuanto me senté en su mesa.
- Hola idiota, perdón por la tardanza, estaba…
- Lo sé, estabas poniéndote lindo para mí ¿verdad?
- ¡Cállate! N-No es por eso…
- Jajaja, no te preocupes, en realidad, casi no te reconozco, tu cabello está súper lacio ahora.
- Es por el gel que me puse… oye Gianco ¿Y tú porqué estas usando un pendiente en la oreja?
- ¿Ah esto? –se quitó el pendiente sin ningún esfuerzo- es uno falso, me dijiste que viniera de incognito ¿no es cierto?
- Sí… no sé qué pasaría si mis amigos se enteraran que estamos saliendo… o peor aún si Dennis se entera.
- Claro, y yo no quiero que luego divulguen por la escuela que estoy en una cita secreta con un mocoso.
- ¡Cállate!
Gianfranco se puso a reír ¿acaso esto le parece divertido? Tenemos que tener cuidado de que no nos descubran, menos mis amigos… pero en fin, creo que me gusta escucharlo reír, es muy… guapo cuando sonríe, pero obvio que ni loco se lo diré. “Voy a ir por un jugo para empezar, no te muevas” me dijo mientras se ponía de pie y se fue al puesto de licuados. Mientras él estaba pidiendo las bebidas yo me puse a ver a todos lados de nuevo, esto es un poco loco, tener que cuidar que no haya ningún conocido viéndonos, al menos con Juanmi no me importaba, pero con Gianfranco es un poco diferente, ya saben por qué, me gusta estar con él y estoy contento de que esta sea nuestra primera cita, pero prefiero mantener esto en secreto, hasta de mis amigos, al menos… al menos por ahora.
- Ya volví, te dije que era buena idea venir un jueves, como no tenemos taller, podemos estar aquí toda la tarde –se sentó en la mesa y dejó la bebida en medio de esta.
- ¿Y eso?
- ¿Qué cosa? Es un licuado.
- Ya lo sé, pero es solo uno, pensé que traerías dos.
- ¿No lo ves pequeño bobo? Es un vaso grande y aquí tengo dos pajillas.
- O sea que… ¿quieres que tome del mismo vaso que tú? ¿Estás loco o qué?
- No seas exagerado, no tiene nada de malo y quítate esas gafas oscuras.
- ¿Para qué? –pregunté algo curioso.
- Es que sí no puedo ver tus ojos, y pues… tienes unos lindos ojos… -dijo mirando hacia otro lado y rascándose el cuello.
- Ehh… está bien –me quité las gafas- ¿así está mejor?
- Sí, como que… te vez… muy lindo y eso… dame un beso.
- Nop, nunca.
- ¿Un poquito entonces?
- Mmm… si el jugo está rico entonces sí.
Él me sonrió y ambos tomamos nuestras pajillas, poniéndolas en el jugo, con nuestras caras muy cerca sorbimos del jugo que… rayos, está delicioso. Luego de ese primer sorbo que fue muy largo por lo rico que estaba, separamos nuestros labios de las pajillas y nos miramos. “¿Y bien? no me vas a negar que está muy rico” me dijo a unos centímetros de mí, sin decirle nada me acerqué muy rápido y le di un piquito en sus labios. “Es mejor que pidamos otro vaso igual, de verdad me gustó” le dije luego de ese pequeño contacto labial. Gianco me volvió a sonreír y esta vez no pude evitar devolverle la sonrisa, tomamos nuestras pajillas una vez más, para disfrutar del dulce sabor del jugo, mientras nos miramos a los ojos… Tonto, me gustas mucho.