Capítulo 17 – Karma
“Y al número que te sale solo le sumas el denominador y ya está, tenemos la respuesta, ¿entendiste?” terminé de explicarle otra de las teorías aritméticas a mi peque, ahora lo veo con cara de estarse concentrando mucho, espero que esta vez sí lo haya entendido. “O sea ¿que solo tenía que sumarle el denominador y ya? Yo pensaba que sería más difícil, gracias por explicarme Jere” me dijo regalándome una sonrisa, eso hace que me sienta muy orgulloso de estarlo ayudando para su examen de mañana, lo único que quiero es que él sea mejor cada día y amo saber que me entiende cuando le explico algo, creo que soy buen profesor después de todo jajaja. Dennis y yo estamos en su habitación, sentados uno al lado del otro frente a los libros y cuadernos de su escritorio, hoy es martes por la tarde y como mi peque me pidió ayuda para entender las teorías matemáticas pues de inmediato vine a ayudarlo, lo bueno es que todo esto ya lo llevé yo el año pasado, así que para mí ya no es tan complicado de hacer, hace más de una hora que estamos estudiando juntos.
- En serio no sé cómo es tan fácil para ti, yo al profesor no le entendía nada.
- Bueno, no es que sea fácil para mí, solo que yo ya llevé todo esto… oye pero estás atento durante las clases ¿verdad?
- Ehhh… sí.
- Dennis… dime la verdad –esa miradita que pone ya la conozco.
- Es que… las clases de aritmética son tan aburridas que me pongo a soñar despierto, no me juzgues.
- Jejeje, me lo imaginaba, a veces yo también lo hacía, pero yo en la clase de química.
- A mí tampoco me gusta la química, que miedo –hiso una mueca sacando la lengua, que lindo es.
- ¿Oye y en quien te pones a soñar despierto?
- Pues en un chico muy guapo y muy lindo conmigo, que me besa y me pone como a temblar como gelatina cuando lo hace.
- ¿En serio? ¿Y por casualidad conozco yo a ese chico? –le dije siguiéndole el juego.
- I don’t know… solo sé que se llama Jeremy Sommer y de verdad me gusta mucho, si lo tuviera en frente lo besaría.
- Pues… estoy seguro que a él también le encantaría besarte… eres más dulce que un postre de vainilla, Dennis.
Mi pequeño castaño se mordió los labios inferiores y se va acercando a mí… saben muy bien que no me puedo resistir a su hermosura, en serio Dennis es tan lindo… me vuelve loquito cada segundo que paso con él. Sin perder ni un segundo llevo mis labios hasta los suyos, sintiendo esa suavidad tan cálida de sus labios acaramelados, amo los labios de Dennis, son tan suaves, tibios y dulces… con cada beso que le doy siento que toco un pedacito de cielo. Mi peque mueve sus labios contra los mios, mojándolos un poco, mi lengua lame con cuidado sus labios de terciopelo y él sin sentir miedo se paga más a mí para besarme con más ganas, mi corazón se acelera, la emoción recorre mi cuerpo. Nos perdemos en un cálido beso hasta que nos tenemos que separar por un poco de aire, una sonrisa está impresa en mi rostro, los besos de Dennis deberían ser considerados un tesoro histórico, en serio amo besarlo.
- Te amo.
- Yo también te amo peque –le dije para de inmediato darle un beso en su nariz respingada.
- ¿Terminamos con el último tema y después nos ponemos a jugar?
- Sí, abre tu cuaderno.
Dennis tomó su último cuaderno para estudiar, su examen de mañana serán solo de matemáticas, pero quiero que mi pequeño novio entienda todo para que le vaya muy bien en su examen, ya estamos de primavera, así que no falta mucho tiempo para que comience de nuevo el verano y también las vacaciones. Cada vez que me pongo a pensar en eso me da mucha emoción, espero que uno de estos fines de semana podamos ir a la playa de nuevo los chicos y yo, tal vez sea este fin de semana, ya que es semana santa, este viernes será feriado y la pascua será este domingo así que podremos comer huevos de pascua de chocolate, estoy seguro que a mi peque le encantará.
Habrá pasado un poco más de media hora, ya no falta casi nada para que le termine de explicar este problema a mi peque, pero la verdad es que es muy difícil concentrarme si lo tengo a él sentado en mis piernas de esta forma… y sentir su colita tan cerca de mi… de mi amiguito de ahí abajo, “Jeremy, no lo entiendo del todo ¿me lo explicas otra vez, por favor?” la cosa es que Dennis lo está haciendo a propósito solo para no levantarse y pues… tengo que hacer un gran esfuerzo para no excitarme de más y que luego una erección se me marque en los pantalones. Rodeo a mi niño con mis brazos para llegar hasta el lápiz y volverle a explicar el problema. Luego de algunos minutos termino de explicarle y le pregunto si ahora ya entendió, “Sí, ahora sí está todo claro, gracias ¡Eres el mejor!” me dijo mientras da saltitos sentado aún sobre mis piernas… rayos Dennis, en serio es difícil no ponerme duro si te pones a dar saltos así, siento toda la firmeza y suavidad de tus nalguitas y… ¡Ah! Alguien toca a la puerta, rápidamente mi peque vuelve a sentarse en su silla, con una cara de apenas haber hecho una travesura, esa sonrisa traviesa me daría más ternura si ahora mismo no tendría un bulto ya aquí abajo.
- Disculpen niños, les traje algo de tomar ¿puedo pasar? –escuchamos la voz de la mamá de mi peque.
- Claro mami, entra.
- Que lindo es verlos estudiando, me da mucho gusto –dijo la señora entrando con una bandeja con dos vasos de leche.
- Vamos mamá, ya sabes que nosotros somos muy estudiosos.
- Al que le tengo que agradecer es a ti Jeremy, eres tan bueno ayudando a mi bebé a estudiar, thanks you –me dijo apretándome la mejilla.
- Pero si ya no soy un bebé… -mi peque hizo puchero.
- Jajaja… no hay de qué señora Ana. Para mí está genial si puedo ayudar a Dennis, es mi amigo.
- Sip –contestó de inmediato el pequeño.
- Me alegro mucho entonces, Jeremy estás invitado a cenar, haré pavo con papás al horno.
- Suena muy rico, muchas gracias –dije mientras sonreía.
- Bueno ya los dejo para que terminen, nos vemos luego.
La mamá de Dennis salió de nuevo por la puerta, no sin antes dejarnos los vasos de leche sobre el escritorio, afortunadamente no fue tan difícil disimular mi problemita en mis pantalones, solo tuve que cruzar mis piernas. Mi peque tomó el suyo con ambas manos y se tomó la mitad de su vaso en pocos segundos, sin duda es su bebida favorita. Al terminar de beber me di cuenta que se le había quedado un bigote blanco por la leche, que al verlo me dio mucha risa, rápidamente mi peque se limpió el bigote con su propia lengua y también sonrió, la cosa es que en realidad ya terminamos de estudiar así que supongo que ahora nos toca jugar.
- Mi mamá te quiere mucho ¿no es muy bueno?
- Sí… ¿pero bueno en qué sentido?
- En que me hace pensar de que no se va a molestar cuando te diga que eres mi novio –me sacó la lengüita.
- Si quieres se lo decimos hoy en la cena.
- ¡No! Ya hablamos en que se lo diremos cuando seamos más grandes… bueno, un poquito más grandes… tal vez este año, pero hoy no.
- Ya lo sé peque, aún te sientes algo nervioso de contarles, tiene que ser cuando ya te sientas listo.
- Sí, por eso es que no quiero que Andrei les diga nada, porque ni hoy mismo estoy seguro de decirles yo… me da mucho coraje que él se quiera meter así en nuestras vida.
- Lo sé, lo sé… pero ahora mismo ni sabemos dónde está y además Malena ya lo dejó bien advertido, podemos estar tranquilos por hoy –le acaricié la carita.
- Gracias… siempre me haces sentir mejor Jeremy –me miró a los ojos.
- Y tú haces que me sienta grande… y muy contento.
Lo que hicimos de inmediato fue darnos un besito esquimal frotando nuestras narices, en serio no saben cómo me gusta esto, es la mezcla perfecta entre ternura y amor. “Ahora sí, vamos a jugar hasta que esté lista la cena, saca mi tablet del cajón por favor” me dijo al levantarse de la silla y se fue a sentarse en la cama, me gusta venir al departamento de Dennis, siempre me hace sentirme como en casa, él también es parte de mi hogar.
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Ya estamos en la hora del almuerzo aquí en la escuela y como todos los miércoles hoy la cafetería no está del todo llena, a diferencia de ayer que sí hubo mucha gente por aquí, por suerte mis amigos y yo conseguimos sentarnos en una mesa grande, como ya es costumbre van a venir a comer también Dennis y sus amigos, ¿saben algo? Es muy gracioso que mi grupo de amigos y el grupo de Dennis nos juntemos a comer solo porque él y yo siempre estamos juntos, creo que es algo buenísimo, claro que todos saben que mi peque y yo somos novios, excepto por los otros dos rubios del grupo, Dan y Valery, ellos dos son los único que no saben la verdadera relación que tenemos mi Dennis y yo, me pregunto por qué aún no se los contamos… bueno, ya habrá oportunidad, en algún momento. Ahora mismo estamos aquí en la mesa solo Mario, Dan y yo, los menores siempre llegan un poco tarde, supongo que se la pasan jugando en su salón de clases. Y en realidad, de nosotros tres aquí presentes, solo soy yo el que está comiendo, Dan y Mario solo están conversando y riéndose, gracias por invitarme a la conversación chicos…
“¡Hola chicos! ¿Podría sentarme con ustedes? No me gusta comer sola, por favor” escuchamos la linda voz de Romana Dusk, que está parada aquí frente a nuestra mesa con su bandeja de comida, casi de inmediato le hicimos un espacio en la mesa para que se sentara, Romana puede ser la chica más nueva de mi salón, pero en un dos por tres se ha ganado la admiración de todos, en que en serio ella es tan linda, solo con verla puedes decir que es adorable. “Muchas gracias, que tengan un muy rico almuerzo” dijo ella justo antes de empezar a comer, es gracioso… ahora Dan y Mario ya no dicen nada, solo la admiran comiendo, jajaja, par de bobos.
- ¿Mmm? ¿Están bien? De pronto todo es silencio –dijo ella mientras se limpiaba con una servilleta.
- No, es que… para tener tan buen apetito estas muy delgada.
- Y muy bonita –completó la frase, Dan.
- Awww… gracias, pero deberían comer también, su almuerzo se va a enfriar.
- Romana tiene razón y chicos, usen las servilletas –dije yo para fastidiarlos, ya casi y se ponen a babear.
- ¡Oh, miren! ¡Dennis, Valery! ¡Chicos, por aquí, vengan! –la chica de piel trigueña los llamó directo a nuestra mesa.
Dennis y todo su grupo de amigos vinieron con su comida hasta nosotros y aunque en total somos ocho personas, logramos entrar en la mesa, eso es lo bueno que sea una mesa larga, Dennis se sentó a mi lado y Juanmi está al otro lado de mi peque, no sé porque el risitos de chocolate está usando una gorra de lana, si ni hace frio, me parece raro porque él siempre está mostrando su cabello con orgullo. Frente a Juanmi está Mario, que está al lado de Dan, Romana está entre Dan y Valery y al último, en un rinconcito al lado de Juanmi está Ángelo, el cual no ha dicho nada, solo está sentado ahí con cara de no tener mucha hambre, me pregunto si estará triste o algo así, espero que no sea eso.
De inmediato me acordé del examen de matemáticas de Dennis y sus amigos, así que le pregunté a mi peque y él me respondió que le había ido bien, todo gracias a mí porque soy el mejor maestro del mundo, wow… eso me hace sentirme muy orgulloso y muy feliz de que haya podido ayudar a mi castaño. Entonces se me ocurrió que tal vez por eso se le ve triste a Ángelo, tal vez le fue mal en el examen de hoy, le quiero preguntar pero creo que es mejor que no me arriesgue, no quiero ponerlo más triste, mientras todos conversar aquí en la mesa, pues las cosas ya se han puesto algo ruidosas: Romana y Valery conversan como si se conocieran de toda la vida, hay mucha química entre ellas, Dan y Mario siguen conversando pero también me doy cuenta de que Mario y Juanmi… ¿eso es un juego de miradas? Bueno, definitivamente no es coqueteo, uno lo mira al otro y de inmediato voltea la mirada, a Mario si lo puedo notar nervioso porque Juanmi esté aquí, pero el chico chocolatito, esa mirada es como si intentara buscar algo en Mario… eso me da a entender, sé que soy bueno descifrando las miradas, es un “don” que heredé de mi mamá y pues… creo que hay algo entre ellos dos, pero aún no sé bien que es. Y en cuanto a Ángelo, él solo está comiendo en silencio y pues… casi no come nada, solo mueve su tenedor contra la comida, ahora si me estoy preocupando por él.
- Oye Dennis ¿le pasa algo malo a Ángelo? Lo noto muy extraño –le pregunté en voz baja.
- No sé qué le pasa, ayer también ha estado igual y no me quiere decir porqué, él me dice que solo está cansado –me respondió.
- ¿Tú crees que esté triste hoy por su examen?
- Puede ser… tal vez sea por eso, pero desde ayer que no lo veo con ánimos de nada, espero que se le pase.
- Sí, en definitiva… y otra cosa ¿Qué les pasa a Juanmi y a Mario?
- ¿A qué te refieres?
- Ambos están muy extraños… están que se miran el uno al otro desde hace rato… ¿Tú crees que se quieran conocer mejor?
- ¿Algo como una cita? Jajaja, se me ha ocurrido una idea, escucha.
Dennis me susurró al oído su idea para esta tarde luego de los talleres, en realidad es una muy buena idea, vaya que mi peque piensa muy rápido, espero que su idea para que ambos chicos de cabello rizado se conozcan mejor funcione, “…Solo tienes que convencer a Mario a que te acompañe y yo haré lo mismo con Juanmi, verás que al final todos nos divertiremos” me terminó de contar su plan, yo sentí con la cabeza y nos dimos la mano, espero que este día termine antes de lo esperado, seguro que la tarde luego de los talleres estará divertida, mucho. “Oye Juanmi, no puedo evitarlo, así que solo preguntaré ¿por qué estas usando ese gorro?” preguntó Dan en voz alta. Haciendo que todos en la mesa nos concentráramos en Juanmi, yo también quiero saber porque usa ese gorro de lana, le tapa casi toda la cabeza.
- Pues… ¿A poco ustedes no tienen frio? –preguntó el chico.
- No… -contestamos casi todos.
- Bueno… pues yo si tengo frio, fin del misterio –dijo sosteniendo su gorro con ambas manos.
- Pero si el sol está brillando ahí afuera –dijo Dennis.
- Y además estás usando mangas cortas y short –Valery hiso muy buena observación.
- Ups… pues…
- Dinos Juanmi… por favor –escuchamos la voz de Mario.
- Ok… miren –se sacó el gorro- me cortaron el cabello, ya sé que me veo muy t…
- ¡Muy lindo!
Las palabras efusivas de Romana hicieron que Juanmi se sorprendiera. “Si antes pensaba que eras muy adorable, pues ahora lo eres más, el cabello cortito te queda precioso, sí tus risos parecen lanita de oveja” dijo ella con los ojos brillantes. Todos nos sonreímos, la energía positiva de Romana es muy divertida, hasta veo que Ángelo está empezando a sonreír un poco. Y ahora que me fijo en Mario, él también parece muy contento con el nuevo peinado de Juanmi, es cierto que lo hace ver aún más adorable y pues Mario ya hasta está rojo en las mejillas y orejas.
- Es verdad, estás muy lindo, pareces un bebé –dijo Valery.
- Genial… ahora todos piensan que me veo lindo –Juanmi hiso puchero y se cruzó de brazos- y yo aguantándome todo calor del gorro.
- Jajajaja –creo que ninguno pudo aguantarse la risa, eso fue gracioso.
- Ay chicos, por momentos así de bonitos me dan ganas de cantar –dijo Romana emocionada- Así como ayer ¡Fue martes de tacos! No podía estar más feliz.
De nuevo todos soltamos una pequeña carcajada, nuestra amiga peli-azul es muy simpática. Así deberían ser todos los días de escuela, más tiempo en la cafetería que en las clases, bueno aunque eso es imposible… en fin, lo que a mí me emociona es que termine el día de escuela, ya saben por qué, jaja.
Varias horas después…
El cielo se acaba de teñir de oscuro, les dije que el día iba a ser genial, luego de los talleres fue tan… ¿Cómo decirlo? bueno, la cosa es que el plan de Dennis para que Mario y Juanmi… “Jeremy, date prisa o van a cerrar la tienda de smoothies” escuché la voz de Marco, lo que pasa es que Malena, Marco, Dennis y yo estamos saliendo ahora mismo a tomar unos smoothies, ya van a ser las 8 pm y como no hay ninguna tarea para mañana, vamos a salir a divertirnos un buen rato al centro comercial nosotros cuatro. ¿Qué? ¿Qué quieren que les cuente que pasó con Juanmi y Mario? Está bien, pero eso mejor se los cuento la próxima vez, me demoraría mucho y además, ellos me están dejando atrás ¡Tengo que correr!
Llegué corriendo hasta el ascensor donde estaban todos esperándolo, pero pensé que ellos ya estarían adentro, ¿habrá pasado algo? “Pues parece que el ascensor se descompuso, tendremos que bajar por las escaleras” dijo Malena con cara de estar muy cansada. Todos nos pusimos en marcha a bajar por las escaleras y en realidad, me alegro de que el ascensor no se haya descompuesto con nosotros adentro, eso me hubiera dado miedo, pero es verdad que hace varios meses que ese cubículo de metal no se descomponía, en fin, esas cosas pasan. Nosotros cuatro estamos bajando por las escaleras, hace rato todos estábamos en el departamento de Malena, así que son menos niveles que bajar, estamos conversando tranquilos como si nada cuando noto que cierta persona está subiendo por aquí… es él. De inmediato todos nos quedamos callados.
- ¿Andrei? Ya volviste –pronunció Malena con sorpresa.
- Hola a todos… y adiós, hoy mismo me tengo que regresar a Rusia –respondió él.
- ¿Qué? ¿Hoy mismo?
- Sí, hermana, sin saberlo me excedí del tiempo que podía permanecer aquí de visita, tengo que irme hoy mismo, si no voy a reprobar mi ciclo de la universidad, haré mis maletas y me iré, apenas tendré tiempo para hacer ese examen que me salvará apenas llegue a Moscú.
- Espera… Andrei… -escuchamos la voz de mi peque- Si ya te vas… ¿vas a decirle a mis padres? ¿Les mostraras el video donde Jeremy y yo nos besamos?
- Yo… Dennis, ahora no ¿ok? Tengo muchos problemas en mi cabeza como para pensar en eso, estoy con toda la prisa del mundo.
- Al menos amarra los cordones de tus zapatos, están sin amarrar –le dijo Dennis.
- Eso no me importa.
Marco nos hiso retroceder a todos hasta la puerta que da acceso al nivel donde viven Malena y Dennis y los cuatro nos quedamos de pie ahí, mientras que Andrei sigue subiendo por las escaleras “No lo dejaremos pasar hasta que nos diga la verdad, no los va a meter en problemas” nos dijo nuestro amigo pelinegro, por suerte, Marco ya sabe todo lo que Ándrei nos hiso, se lo dijimos anteayer que fue lunes y por eso ahora nos está defendiendo también. Andrei llegó hasta nosotros y se nos quedó mirando extrañado.
- ¿No me van a dejar pasar?
- No hasta que demuestres que no le dirás nada a los padres de ellos, ya todos sabemos lo que les hiciste –dijo Marco.
- Y quiero que borres ese video de tu celular, ese video era algo privado y te lo robaste de mi tablet.
- ¿No ven que ya no tengo tiempo para esto? Si no me voy hoy mismo reprobaré mi ciclo, no quiero que me estén estorbando.
- Entonces solo borra el video y promete que no te volverás a meter con nosotros –dije yo poniéndome muy serio.
- Miren, eso de que ustedes sean un par de afeminados ya no me importa, supérenlo de una vez, es su problema de ustedes, yo me iré de aquí y ya… déjenme pasar.
Esas palabras que dijo me duelen… pero obvio que no dejaré que me afecten en nada ¿él estará diciendo la verdad? ¿Ya no le importa? Pero… su mirada me dice otra cosa, estoy seguro que no se va a ir sin contarles a nuestros padres. “Él está mintiendo, sí les va a contar” dije en voz alta. De pronto vi como ese gigantón frunció el ceño, parece que está molesto. “Mira mocoso, ya me tienes harto, además de que tú fuiste quien metió a mi primo en tus cochinadas vienes ahora a quitarme mi valioso tiempo, si tanto tienes miedo a que le diga a mis tíos que su hijo es marica, ahora mismo les enviaré el video” dijo él sacando su celular del bolsillo y empezando a escribir.
- ¡No! No lo hagas –Dennis se asustó.
- Pero hermano, dijiste que no lo…
- No me importa que haya dicho, ya estoy harto de todo esto, ya perdí mucho tiempo en este lugar.
- ¡No te dejaré! –exclamé con mucha molestia.
Hice lo primero que se me vino a la mente, defenderme, defender a mi peque, cuidar nuestra privacidad, en un rápido movimiento le quité el celular a Andrei, pero él también reaccionó y estuvimos haciendo fuerza por su celular por unos segundos, entre tantas ganas de quitarle el celular, solo llegué a apagarlo, más no a borrar el video, entonces ya él me quitó su celular y lo tiró al suelo por furioso, el aparato no se rompió… Andrei recogió su teléfono y se lo guardó en el bolsillo.
- ¿Creíste que con solo borrarlo ya se terminaba todo? Pues estas mal, además de tener esa evidencia en mi celular también lo tengo en una nube y en eso solo yo tengo la contraseña, idiota.
- ¡No le digas idiota a Jeremy! –pronunció mi castaño- Lo quiero mucho más a él que a ti, ya no eres el primo que yo quería tanto cuando era niño.
- ¿Y crees que me importa? Yo no quiero tener primos maricas.
- ¡No le digas así, hermano!
- ¡Pues ya déjenme pasar, que me tengo que ir!
- No te vamos a dejar pasar Andrei, solo quieres joderlos a ellos ¿no te da vergüenza? –dijo Marco.
- Vergüenza es lo que me dan ellos y ustedes dos también por defenderlos.
- No, a ti debería darte vergüenza ¿Cómo puedes hablar así de tu familia? ¿Cómo puedes querer controlar así a tu primo? Él no está haciendo nada malo, solo está enamorado de mí y no puedes odiarlo solo porque ambos somos varones… Él y yo somos buenas personas y nos amamos… la gente como tú es la que debería sentir vergüenza de sí misma, que sientes un asco sin sentido y solo propagas más el odio. Eso sí da vergüenza.
Esas fueron mis palabras, le dije todo lo que tenía que decirle y no me arrepiento. Ahora mismo él solo me mira con una cara de no poder creerlo… que de inmediato cambia a una de enojo. “Pues… pues… a la mierda todo, si no me van a dejar pasar, iré abajo a quejarme con el portero, ya me tienen totalmente harto, me largo de aquí” pronunció para irse rápidamente a bajar por las escaleras, nosotros cuatro tratamos de seguirlo, pero entonces… un sonido de golpes se escucharon, todo pasó muy rápido y también sentí miedo… Andrei cayó por las escaleras, vimos cómo se tropezó con los cordones de sus zapatos… el chico castaño alto rodó escaleras abajo y varios sonidos de golpes se lograron a escuchar, Malena lanzó un agudo suspiro de puro miedo, los cuatro bajamos corriendo hacia donde estaba él, tambado en el suelo, él se estaba quejando y casi gritando “¡Mi brazo, mi brazo, me duele! ¡Ayudenme!”