Capítulo 24 – Pasando página
Era Romana la que nos llamaba, Dennis y yo dejamos de caminar solo para ver como mi compañera de aula venía apresurada hacia nosotros, me da algo de nervios lo que pueda pasar, yo no tengo ni la menor idea de quien haya podido subir ese video con las confesiones de ellos dos a la internet, ni siquiera he podido ver ese “famoso” video. Lo que me preocupa ahora mismo es si Dennis sospecha de Romana sobre este tema, mi peque suele ser muy impulsivo a veces y ahora que mi compañera de aula está aquí, me intriga lo que pueda llegar a pasar.
- Dennis, Jeremy, gracias por esperarme –se detuvo para respirar mejor, pareciera cansada.
- Hola Romana… ¿Estás bien? –fui yo el que habló.
- No, no estoy nada bien… Yo lo siento mucho, cuando me enteré de todo este asunto no tenía cara para verlos, pensé que estarían muy enojados conmigo…
- … -Dennis no dice nada, solo veo que tiene una expresión de seriedad en su rostro.
- Por eso fue que prácticamente me escondí todo el día –la voz de Romana empezó a quebrarse- tenía miedo de que me odiaran, tengo miedo de que me odien… ustedes son mis amigos.
- ¿Sabes quién fue el que subió el video a Internet? –escuché la voz de mi peque.
- No… no sé quién pudo haber hecho eso… pero yo tuve la culpa –noté como a la chica de cabellos azules se le humedecieron los ojos- Por ser yo tan escandalosa, seguramente…
Entonces, vi como Dennis se acercó a Romana, la tomó de ambas manos sin ninguna violencia, el rostro de mi peque había cambiado, ahora ya no expresaba seriedad, si no que era una expresión amable, sincera, hasta compasiva. “No tienes la culpa, yo sé que tú no sabías que nos estaban grabando. Romana, tú no eres como muchos idiotas o falsos amigos, por eso viniste aquí a hablar con nosotros” fueron las palabras de mi castaño, en un tono que hasta a mí me hiso sentirme mucho más tranquilo.
- Es que nunca pensé que los metería en problemas, muchos en la escuela saben que ustedes dos están juntos por culpa de ese video… ¡Y ni siquiera lo he visto! Ya lo borraron.
- Pues ya no importa, los de la escuela podrán hablar lo que quieran, ellos nunca me van a separar de las personas que quiero, ni de mi novio, ni de mis amigos.
- Ay Dennis –Ella sonrió suavemente- En serio gracias por todo lo que estás diciendo, hace poco me sentía tan mal, estaba muy apenada.
- Tranquila, eres mi amiga y entre los amigos nos cuidamos –le contestó mi peque- Además, tengo a Jeremy que siempre me va a cuidar ¿no?
- Claro que sí, siempre lo haré –le acaricié la espalda con mi mano.
- ¿Lo ves Romana? Ningún video ni chismes van a joderme, porque yo no voy a dejar que me jodan, ni a mí, ni a mi Jere y ni a ninguno de mis amigos.
- ¡Ay chicos!
De inmediato Romana nos abrazó a Dennis y a mí, esta chica tiene más fuerza de lo que aparenta, “Ustedes dos son tan hermosos juntos, de verdad los amo, muchas gracias por entenderme, desde hoy seré una súper fan suya, del Jeremy y Dennis forever” nos decía ella mientras nos apachurraba en el abrazo, puedo ver como mi peque se ríe con sus ojos cerraditos, creo que de verdad ha sentido alivio de que Romana no haya sido una mala amiga o algo peor, porque la actitud de mi peque ahora ha sido de lo más madura, me siento muy orgulloso de él. Luego de unos segundos más, Romana nos soltó del abrazo y Dennis y yo recuperamos un poco el aliento.
- Jerennis –dijo mi castaño.
- ¿Ah?
- Eso somos nosotros, si unes Jeremy con Dennis, tienes un Jerennis –dijo él ayudándose con sus deditos para explicarlo.
- Y el Jerennis siempre vivirá –hable yo, uniéndome a la cursilería que tanto me gusta.
- Para siempre –me sonrió mi peque mirándome a los ojos, yo en serio no me pude resistir y le di un piquito en sus labios.
- Jiji… entonces… ¿Romana?
Cuando nos dimos cuenta, nuestra amiga con coleta de cabello estaba casi tendida en el suelo, tapándose la cara con ambas manos, yo me preocupé al instante y Dennis y yo la ayudamos a levantarse, “¿Qué pasó? ¿Estás bien?” fue lo que le preguntamos, ella asintió con la cabeza, se descubrió la cara y noté que sus mejillas estaban ardiendo en rojo, ya estando ella de pie otra vez, se daba airecito con sus manos, “Ay chicos, eso fue demasiado hermoso, casi me desmayo por la emoción” sus palabras me hicieron sonreír, pero espero que esté exagerando un poco, no quisiera que se desmayara por nuestra culpa, jajaja.
Con Romana continuamos nuestro camino, ya conversando ahora de cosas mucho más triviales y par de cientos de preguntas sobre todo lo que me gusta de Dennis, que como hice para enamorarlo y así, la verdad fue muy divertido, creo que amigas como Romana hay pocas, porque en serio se nota que nos quiere o como dice ella, es nuestra nueva súper fan. Cuando ya estamos a mitad del camino a casa Romana tuvo que irse por otro camino distinto, nos despedimos de ella y ahora Dennis y yo estamos a solas, bueno, sin contar a algunas personas que pasan por aquí también, ustedes ya saben que estamos en la calle.
- Oye peque, me da mucho gusto que te hayas arreglado con Romana, lo hemos pasado muy bien con ella ahora.
- Sip, a mí también me puso muy happy que haya venido a hablarnos, yo ya sabía que ella no era la que había subido el video, pero cuando la vi que quería llorar, ya no pude resistirme a consolarla.
- Awww… tú también tienes tu lado sensible ¿no?
- Sometimes –me dijo sacándome la lengua.
- Y bueno… ¿Qué haremos con ese tema del video y los chismes?
- Pues yo lo ignoraré, no voy a dejar que eso me afecte, hemos pasado muchas cosas ya y por un simple video no voy a dejar de ser muy feliz con mi novio.
Dennis me tomó de la mano, como si toda esa seguridad lo invadiera, indicando que no le importa que las personas nos vean caminar de la mano, waoh… Mi Dennis podrá ser el mismo chico hermoso del que me enamoré el verano pasado, podrá seguir teniendo esa misma sonrisa, esas mismas muestras de amor, esos mismos dulces labios… pero he de notar que Dennis sí ha madurado, recuerdo que el verano pasado mi peque tenía algo de miedo de que la gente nos vea muy cariñosos, o hasta cuando le daba un beso en la calle o en la playa pero ahora… mírennos, caminando de la mano en medio de la gente, sin escondernos, sin tener que tener miedo.
- ¿Sabes peque? Yo también lo ignoraré, yo siempre seré cariñoso contigo, no me importa que piensen los demás.
- Yay… a mí me encanta cuando me das tu cariño.
- Pero eso sí, si alguien se atreve a molestarte, que tenga mucho cuidado, porque se las verá conmigo.
- Tontito, yo sé cuidarme solo, más bien, que nadie te moleste a ti porque lo mandaré al hospital, ya estoy por volver al karate, grrrr.
- Peque, te dije que no todo se arregla con violencia.
- I know, pero igual te voy a cuidar, eres mi tesoro.
Saben muy bien que luego de llamarme de esa forma tan bonita, lo abracé con todo mi love, sin dejar de caminar y yo abrazándolo por la espalda llegamos hasta nuestro edificio. “Jere, vamos a ver una película en tu habitación, di que sí” me pidió mi pequeño de ojos cafés, obviamente no pude negarme, fuimos a mi departamento y en mi habitación Dennis se puso a escoger una película entre mi colección de pelis en Blu-Ray. “Quiero esta, ponla, ponla” dijo con una película de vampiros y hombres lobo en sus manos, la verdad me sorprendí de que mi peque quisiera ver esa película, yo solo la tengo porque me la regalaron hace tiempo, pero bueno si él quiere verla no voy a quitarle el gusto, mientras ponía la película para verla desde la comodidad de mi cama, Dennis se puso a gusto, se subió a mi cama y acomodó las dos almohadas para que la veamos juntitos, no se preocupen, tengo la puerta cerrada, pero no está con seguro así que estaré atento por las dudas. Ya con la peli por reproducirse, me acomodé junto a Dennis, los dos echados con el vientre contra el colchón, uno al lado del otro, apoyando nuestros pechos en las almohadas, empezando a ver la película.
¿Y que les puedo decir? La verdad ni estamos viendo casi nada de la película, a los pocos minutos de haber empezado la peli, nos lo hemos pasado jugueteando, rodando en la cama, besándonos, haciéndonos cosquillas, hasta nos hemos dado pequeñas mordidas, risas a todo momento, de seguro mi mamá estará pensando que estamos viendo una comedia en vez de un drama de vampiros o lo que sea.
- Ay mira, creo que ya a acabar ¿En qué se había quedado? –habló mi peque acomodándose como al principio.
- No tengo idea, la verdad ni caso le hice a la peli.
- Yo tampoco –me sacó la lengua- pero veo que el truco de ver películas malas solo para comernos a besos aún funciona.
- Jajaja, lo sabía, ese era tu plan pequeño travieso.
- Sip ¿otro día lo intentamos en el cine?
- Claro que sí, pero hay algo que aquí puedo hacer y en el cine no tanto.
- ¿Qué?
- ¡Hacer que te hagas pis por las cosquillas! –de inmediato fui al ataque.
- ¡Ay! Jajaja ¡No! –empezó con su dulce risa.
Si hay otra cosa que amo de Dennis, es que su cuerpecito es muy sensible, tanto como a mis besos y caricias como a las cosquillas, solo tengo que concentrarme en su pancita y en sus axilas y ya lo tengo debajo de mí, riendo con esa sonrisa angelical, estoy arrodillado en la cama con mi peque recostado boca arriba, con sus manitas intenta detenerme, pero no puede, soy muy hábil con mis manos, obvio que no le haré tantas cosquillas como para que quiera hacer pis, solo lo haré reírse un poco más, es que su risita es música para mis oídos ¿saben a lo que me refiero? Es precioso.
- Hey chicos, voy al súper mercado por un rato –escuché la voz de mi mamá, volteé y ella estaba parada ahí con la puerta a medio abrir.
- Hey… hola mamá –me detuve de hacer cosquillas.
- ¿Qué pasó? ¿No estaban viendo una película?
- Sí, pero es que está medio aburrida –respondió mi niño sonriendo.
- Jaja –mamá rió un poco- Bueno, les decía que saldré a comprar ingredientes para hacer lasaña para la cena.
- ¡Lasaña! ¡Qué rico!
- Jaja, Dennis ama la comida italiana –mencioné yo.
- ¿En serio? Entonces quédate a cenar con nosotros, prepararé una enorme fuente para ustedes.
- ¡Gracias, gracias! –a mi peque le brillan los ojitos.
- ¿Y quieren que les traiga algo más?
- No gracias mamá, así estamos bien, te esperamos.
- Muy bien –mamá nos regaló una linda sonrisa- Ya regreso en un rato, no dejen de portarse bien.
Dicho eso, mi mamá cerró la puerta de mi alcoba, la escuchamos caminar por el departamento y salir por la puerta principal, por un segundo pensé que mi madre nos había descubierto, digo… encontrar a dos adolescentes haciéndose cosquillas en la cama… Pero por lo que vi mi mamá lo vio todo muy normal, menos mal. La única preocupación que tengo ahora es si nuestros padres se llegaran a enterar que Dennis y yo somos novios, pero supongo que para que eso pase, los tendrían que llamar los maestros para decirles y para que los maestros se enteren nos tendrían que ver a Dennis y a mí besándonos en la escuela y eso es muy improbable, ya que los maestros no se dejan engañar por simples chismes como ellos lo llaman y obvio que nunca dejaría que nos vieran besándonos en la escuela, para eso ya tenemos nuestro lugar secreto en el baño de varones del tercer nivel de la biblioteca, en serio que ahí no va nadie, es el lugar perfecto para poder besarnos entre las horas de clase. Así de los maestros no me preocuparé demasiado, solo tendré más cuidado con nuestros padres, hasta que Dennis y yo estemos listos para contarles la verdad.
- Bobito te quedaste muy pensativo ¡Cenaremos lasaña, alégrate!
- Oh, lo siento peque, me quedé pensando en algo.
- No hiciste que me hiciera pis, tu mami me salvó, lero lero.
- Jajaja, pues tienes mucha suerte.
- Más bien… ahora que estamos solos, me toca hacerte cosquillas a ti.
Acto seguido, Dennis logró voltearme, pudo ponerme boca arriba sobre la cama, pensé que iba a venir un ataque de cosquillas, pero en realidad lo que siento son las manos de mi peque acariciando mi entrepierna “Voy a hacer que sientas cosquillitas por aquí” me dijo con una sonrisa de niño inocente, mientras sentía que gracias a sus manos mi pene empezaba a crecer y ponerse duro, yo sin problemas dejo que mi novio me haga cosquillas como él quiera, sus manitas son muy hábiles para hacerme sentir bien, cuando mi pene ya estaba totalmente duro bajo mis pantalones, mi peque tomó los bordes de mis prendas inferiores y me las bajó, con todo y ropa interior, liberando mi pene, al cual lo tomó con su manito derecha, empezando a masturbarlo enérgicamente.
- Ahhh… Dennis.
- ¿Te gusta? Parece que a Jeremy se le olvidó cortarse los pelitos de aquí abajo.
- Ahhh… lo olvidé, luego lo haré.
- Bueno, pero a mí igual me gustan, son rubios, casi no se notan, jeje.
Luego de decir eso, Dennis se metió la punta de mi pene en su boca, eso en serio me hizo soltar un suspiro de placer, hasta ahora había pensado en que solo me iba a masturbar, pero que me empezara a chupar el pene sin avisarme… está haciendo que me excite demasiado. “Mmmm… esto es delicioso, quiero más” escuché de su voz. La música de los créditos de la película que acababa de terminar estaban de sobra en la habitación, lo que realmente era importante eran los gemidos que Dennis podía sacarme con el delicioso masaje que le estaba dando a mi miembro con sus labios y su lengua, en serio amo como lo succiona, es una presión simplemente maravillosa.
Con mis manos apretando las sábanas de mi cama, puedo ver a Dennis masturbarme, intercambiando sus manos de vez en cuando y mientras no deja de manosear mi pene, tampoco deja de lamerlo y metérselo a la boca, como si comiera el helado más rico del mundo, me encanta cuando lo frota contra su mejilla mientras sonríe de esa forma tan inocente. Yo trato de aguantar lo más que puedo y no venirme tan pronto, aunque con Dennis atendiéndome de esta forma tan erótica es muy difícil resistirme, luego de unos minutos más ya estoy a punto de llegar al clímax, la lengua de mi castaño está envolviendo todo mi glande y la sensación es demasiado rica… Yo… ¡AH! ¡AHH! Ni tuve tiempo de avisarle que ya me iba a venir, eyaculé en su boquita los primeros chorros de semen, al instante Dennis sacó mi verga de su boca y la pegó a su carita para que terminara de eyacular sobre él, ahhh… mi niño pervertido, eso fue demasiado rico.
- Upa, salió la leche –pronunció él luego de sacarme hasta la última gota de semen.
- Dios… que bueno estuvo eso.
- ¿Te relajaste mi amor?
- Sí… mucho –dije casi suspirando.
- Eso está súper bien –sentí como Dennis se recostaba sobre mí- Pero yo también quiero que me hagas masajito.
- ¿Masajito? Claro que sí –sonreí muy contento- Quítate la ropa mi peque, tenemos un buen rato para hacerte un buen masaje.
- Yay!
Pov’s Ángelo…
¡He logrado que se le olvidara! Soy mucho más listo de lo que piensan, yo solito y con mi habilidad nata para el habla he logrado que a Gianfranco se le olvide de lo que estábamos hablando cambiándole de tema varias veces, está muy bien que hace rato me haya ayudado a deshacerme de los dos tontos chicos mayores que me estaban molestando, pero si le decía porque me estaban molestando, entonces tendría que decirle que yo me besé con Dennis hace tiempo… ¡Eso podría ser catastrófico! Apenas y llevamos un par de días de volvernos a hablar y hasta ahora todo a sido paz, de hecho muy pacifico, porque es la primera vez que Gianco y yo nos tratamos tan bien y eso no está mal, pero si le decía la verdad de…
- Oye, oye… despierta despistado.
- ¡Ah! ¿Qué ocurre? –reaccioné.
- Que ya estamos a punto de llegar a tu casa y de hace rato te quedaste mirando hacia la nada con cara de bobo.
- Ups… supongo que me perdí en mis pensamientos.
- Jajaja –rió- no me sorprende, tú eres muy distraído.
- Ja, ja, si claro –le dije con sarcasmo.
- Bueno ya llegamos… ya puedes soltarme la mano.
- Ohh… -me quedé pensando un segundo- ¿Y si no quiero soltártela qué?
- Pues nada, te tendría que llevar a mi casa si no me sueltas, pequeño tonto.
- Jeje, tú eres el tonto –dije mientras le sonrío.
Esto es tan curioso… estamos empezando a molestarnos un poco de nuevo, pero no me siento mal ni incomodo, hasta nos sonreímos llamándonos tontos el uno al otro, pero la verdad ni siquiera se lo digo en serio, creo que esta es nuestra forma alocada de mostrar cariño ¿Es medio loco tal vez? No lo sé, ahora mismo solo me importa que estamos los dos parados en la puerta de mi casa, mirándonos a los ojos, sonriéndonos y tomados de la mano.
- Oye Ángelo, si tu mamá o tu papá salen y nos ven así ¿no sería muy raro?
- Ay que idiotas, no había pensado en eso.
- Jajaja, si serás, al menos yo si estoy atento a esas cosas.
- Ay ya cállate… ehhh… ¿tienes que irte ahora mismo?
- Pues no en realidad, mi papá llega hasta la noche, así que tengo toda la tarde libre –habló con un tono muy tranquilo.
- Genial… entonces vamos a mi habitación.
- ¿Acaso es una orden?
- Sí, porque yo soy el que manda siempre –le dije muy orgulloso de mí mismo.
- Jaja, como digas enanito, pero mejor suéltame la mano antes de entrar a tu casa.
- Está bien… ¡Y no me digas enanito!
- Ok, entonces te digo enano.
- ¡Tampoco! Tarado –dije para luego sacarle la lengua.
Gianfranco solo me sonrió como si le hiciera gracia mis palabras, bueno, al menos sé que no le molesta cuando lo insulto de mentiritas… porque a mí tampoco me molesta cuando me fastidia, bueno no tanto… pero solo porque me gusta se lo perdono, gigantón tonto… pero tan guapo. Ups, mejor me callo y abro la puerta de la casa, el gigantón y yo caminamos a través del pequeño jardín de la entrada y con mi segunda llave abrí la puerta principal de mi hogar. “Hola, ya llegué y traje a un amigo” dije en voz alta, pero nadie contestó.
- Parece que no hay nadie.
- De seguro ya viene mi hermanita corriendo, siempre lo hace.
Empecé a caminar hacía el living de la casa esperando los gritos de mi hermana Amy, pero nada, todo está en silencio, “Que raro, parece que no hay nadie en casa” dije en voz alta mientras caminaba hacia la cocina, di un vistazo y no, nadie por aquí tampoco, “Oye genio, aquí en la pantalla de la tele hay una nota que deberías leer” escuché la voz de Gianfranco, regresé rápido al living y en efecto había una nota pegada al televisor ¿Cómo sabían que siempre llego de la escuela a ver la tele? En fin aquí dice… ¡Que se fueron al cine sin mí! ¿Todo porque Amy se sacó la mejor calificación de su salón en un examen de matemáticas? Pero eso es obvio porque solo son sumas y restas ¿Cómo pudieron irse al cine sin mí? Que malas… ah no, esperen, se fueron a ver la película de los ponis, entonces sí, mejor me quedo en casa.
- Owww ¿No querías ir a ver a los ponis también?
- Nah ¿estás loco? Vamos a mi habitación, es arriba.
- Dale, te sigo.
Ambos subimos por las escaleras y directamente entramos a mi habitación, lamentablemente está algo desordenado como siempre, me da algo de pereza ordenarla mucho, pero da igual, no creo que a Gianfranco le moleste. “Hey, lindas figuras de acción, yo también jugaba con cosas así cuando tenía tu edad” me dijo, eso me dio algo de risa, cuando tenía mi edad ¿acaso él es muy mayor? Solo me gana por dos años, jajaja, me dan ganas de fastidiarlo, se cree un viejo, jajaja, que bobo.
- ¿De qué tanto te ríes, ah?
- De nada, señor Picasso ¿se ha perdido? ¿No quiere que lo lleve de vuelta al asilo? Jajaja –ya no pude más y me tumbé a la cama para reírme.
- Sí, sí… muy gracioso niño, tanto como cuando te tirabas a la piscina y chapoteabas porque ni sabías nadar.
- No me hagas recordar eso, era tan vergonzoso –hice un puchero como si me hubiera enojado.
- Oh vamos –se acercó y se sentó a mi lado en la cama- si no fuera por eso yo no te hubiera enseñado a nadar.
- Y tampoco nos hubiéramos besado.
- Perdona, no escuché bien ¿Qué dijiste?
- Nada, nada –me tapé la boca con ambas manos.
Gianfranco me sonrió como si me hubiera descubierto con las manos en la masa, eso me hizo sentirme nervioso, hasta creo que mis mejillas se están poniendo rojas. “Ahora que me has hecho acordarme, esa vez que nos besamos por primera vez, me dijiste que tú sabías besar mejor que yo” esas palabras suyas hacen que mi corazón lata a mil por hora… será… ¿Será que me quiere besar ahora mismo? ¡Hace tanto tiempo que no beso a Gianfranco! Me pone nervioso, hasta ahora ya hicimos las paces, pero aún no me atrevía a decirle que quiero besarlo como antes y… “Y cuando te besé me di cuenta que no besabas nada mal, en serio me gustó mucho tu forma de besar. Ángelo ¿Ya habías besado antes?” ¡Ay no! No pensé que me preguntaría eso hasta ahora, ha descubierto que ya sabía besar, que vergüenza… él es el chico que me gusta ¿tendría que decirle que ya me he besado antes con mis amigos? ¡Siento un nudo en el estómago! Y yo pensando que ya le había cambiado de tema ¿Ahora qué hago?
- ¿Ángelo, qué pasa?
- Es que… ¿Tengo que contarlo? Me da pena –dije quitándome las manos de la boca.
- Bueno, es que en serio me da curiosidad… ¿Yo fui el primer chico que besaste?
- Nu… en realidad, fuiste el cuarto.
- ¡El cuarto! –sonrió- oh rayos y yo pensaba que yo sería tu primer beso, jajaja, lo siento.
- Mmmm… ¿tú también te has besado con otros chicos?
- Sí, con varios… pero, tú no te pareces nada a ellos –me habla sin dejar de mirarme a los ojos- Es que, contigo sentí fuego… algo muy distinto, eres como un pequeño indomable y eso me gusta.
- ¡Dices tonterías!
Eso que dijo en serio me hizo sentir miles de cosquillas en todo el cuerpo, me tapo la cara solo por la vergüenza y también porque no quiero que vea la sonrisa que me acaba de sacar, Gianco idiota, en serio me gustas… “Y bueno… déjame saber quién fue tu primer beso” escuché que me dijo y me entraron unas ganas de darle un puñetazo, no para lastimarlo, si no para distraerlo y que me cambie de tema, pero no me atrevo ahora mismo, no quiero que se enoje conmigo… ¡Ay que me pasa!
- Fue… alguien que ya conoces.
- Mmmm… ¡Ah cierto! Creo que tienes un amiguito de cabello rizado y castaño ¿Cómo se llama?
- ¡Juanmi! Y él era mi novio… pero no fue mi primer beso.
- Oh, ya veo ¿entonces?
- Fue… ¡Fue Dennis! –me tapé la cara con una de mis almohadas.
- ¿Ahh? Espera… ¿Pero Dennis no está de novio con Jeremy desde el verano pasado? ¿Entonces cómo fue que se besaron?
¡Yo y mi bocota! Ahora por mi culpa también tendré que contarle quien fue mi segundo beso, solo para que no piense que Dennis y yo fuimos amantes o algo así, que tonto soy a veces… cielos. Bueno ya llegué hasta aquí, así que… esperen ¡Pero a Gianfranco le gustaba Jeremy! Y ahora se va a enterar que yo lo besé ¡Mierda! ¿Se molestará conmigo?
- ¿Qué te pasa? Estás que haces chillidos muy raros.
- ¡Te vas a enojar conmigo si te cuento!
- No seas bobo, a este punto no me podría molestar, cuéntame sin miedo.
- Bueno… ¡Pero mira eh! –me quité la almohada de la cara para verlo a los ojos.
- Ya, ya, dímelo, que me mata la curiosidad.
Intenté seguir mirándolo a los ojos, pero los nervios me ganaron, así que cierro mis ojos y me preparo para contarle que… “Jeremy fue mi segundo beso… él y Dennis me besaron el mismo día, primero fue Dennis y luego Jere… es que tenía mucha curiosidad por besar… pero solo lo hicimos una vez, ellos no dejaron de ser novios, fue una cosa de amigos… eso es todo” terminé de contarle el súper resumen de lo que pasó aquella vez, no me atrevía a abrir los ojos hasta que escuché una pequeña carcajada, entonces abrí los ojos de inmediato, Gianfranco no parece molesto, hasta está que se tapa la boca para no reírse… ¡¿Qué clase de reacción es esa?!
- ¡Idiota! Pensé que te enojarías conmigo –le di un almohadazo en la cara.
- ¿Por qué me enojaría? Eso es algo muy normal a tu edad, solo que pensé que eras más inocente.
- ¿En serio es muy normal? Bueno… es que nunca he besado a una chica.
- ¿Y eso qué importa? No necesitas una chica, si ya me tienes a mí para besarte –me acarició el cabello.
- ¿A… A ti?
- Sí… y yo no necesito a nadie más que a mi Ángelo para comérmelo a besos.
¡Tarado, tarado, tarado! ¡Ya cállate y bésame! ¡Me encantas! Me lancé a los labios de Gianfranco, ya no puedo más, solo quiero besarlo, junté mis labios a los suyos y siento como una electricidad riquísima me recorre desde los labios hasta el resto de mi cuerpo, con el pasar de los segundos siento como Gianfranco me toma de la cintura y me acaricia con sus manos, eso me gusta tanto que me dan ganas de morderlo y eso mismo hago, mordiéndole su labio inferior, él reacciona abriendo más su boca y me empieza a besar más profundo, eso me hace sentir muy raro… ¡Pero es tan delicioso! Me apoyo más hacia él para intentar tumbarlo y… ¡AHH!
- Baboso, hiciste que nos cayéramos de la cama –me dijo mientras ambos estamos tumbados en el suelo.
- Ups… es tu culpa por hacer que me emocione demasiado ¡Baboso tú!
- Jajaja, no sabes cuánto te extrañé –me acarició la mejilla.
- Yo también te extrañé, mucho.
- Oye ¿Alguna vez nos hemos besado en el suelo?
- Nop… ¿Lo intentamos?
Sin responderme con palabras, fue él esta vez el que me besó, besándome mientras movía sus labios con mucho ritmo, esto me derrite, me gusta mucho… nos besamos rodando por la alfombra de mi habitación, nos besamos tomando aire de a poquitos y volviendo a juntar nuestros labios… nos damos cientos de besos sin darnos cuenta, perdidos en nuestros labios y en el calor de la alcoba. Luego de un buen rato nos separamos para descansar, siento mi boquita arder por el calor y la fuerza de los besos, pero es un ardor rico y ver esa sonrisa de bobo que pone mi gigantón luego de besarlo me encanta.
- Oye tonto… ¿Y cómo besa Jeremy? ¿Crees que lo hace más rico que tú?
- ¡Oye!
- Es broma, es broma… -se recostó sobre mí- Solo me importan tus labios ahora, porque eres mío.
- ¿Tuyo? –sonreí.
- Sí… porque eres el niño que me gusta.
- Owww –ahora sí, mi corazón está que canta de nuevo.
- Ven –se puso de pie y me extendió una mano- Párate, mejor dejamos de ensuciarnos la ropa.
Yo le acepté la ayuda y me puse de pie, sin soltarle la mano agaché un poco mi mirada, me preparo para decirle algo importante… “Gianco, yo quiero que seas mío… porque tú también me gustas, eres el chico que me gusta” y entonces me puse de puntas de pie para besarlo y… ¡Ah, no alcanzo! ¡Es demasiado alto!
- ¡Hey ayúdame! –pronuncié sin dejar de tener mi boca forma de besito.
- Sorry –él me cargó y yo entrelazo mis piernas alrededor de su cintura y pongo mis manos en sus hombros, ya en una altura correcta nos dimos un beso suave, tierno…
- Owww… -sonreí, me siento genial estando tan alto.
- ¿Así está mejor, enanito?
- Sip… y no me llames enano, gigantón.
- Jajaja, lo que tú digas, después de todo soy tuyo.
- ¡Y no lo olvides! –le regalé otra sonrisa.
Acercamos nuestras caras hasta estar a poquitos centímetros, juntamos nuestras narices sin dejar de vernos a los ojos y en poco tiempo nos fundimos en un nuevo beso… uno de los miles que vendrán desde hoy.